Team "Todo lo que tenga piernas!"

jueves, 15 de abril de 2010

Nuevo Fic: Contigo

Holaaa!! pues que estoy super traumada y querñia subir ste fci para ver qwue opinan si les gusta lo seguiré subiendo
lo escribi hace mucho, es un fanfic sobre mi banda favortia MY CHEMICAL ROMANCE ojala les gusteeee

Capítulo 1

Con el tiempo, las personas como yo, toman conciencia de que es lo que realmente quieren luego de que por un periodo determinado se hayan sentido inexplicablemente vacíos. Como si no quedaran más misterios por resolver, ninguna incógnita o secreto indescifrable.


Ya me había acostado con mis grupis, con varias de mis fans (de ambas bandas). Con amigos y amigas…Pero la sensación de escasez permanecía inmutable. Exigiendo algo más que solo sexo vacío.

Y, un día me llegó la iluminación. Yo no quería cuerpos con los que acostarme. Mi cuerpo me pedía a gritos encontrar ese complemento que llena una existencia vacía como la mía. Tenía que buscar a esa persona especial que me quisiera por ser quien soy, ni por mi fama ni por mi dinero. Necesitaba sentir el éxtasis de felicidad que experimentan aquellos que hacen el amor con la persona que aman.

En otras palabras, necesitaba enamorarme. Encontrar a esa mujer que iluminaría mis días mas oscuros con su deslumbrante presencia.

Al principió no tarde en auto contradecirme. Sabía que enamorarse no traía consigo nada bueno. Solo dolor y sufrimiento. Pero al cabo de unos días de la misma monotonía llegue a la conclusión de que no podría seguir existiendo. El aburrimiento me fastidiaba, e incluso había llegado a considerar el suicidio como una alternativa para escapar de el.

Comencé mi búsqueda con un repaso mental general de todas las mujeres (y algunos hombres) con las que había estado, y me di cuenta que no sabía nada de ellas (o ellos). Solo había notado su físico. El tamaño de sus pechos, la longitudes de sus bocas, sus manos, sus traeros (en el caso de los hombres el tamaño de sus penes) etc. Luego de un tiempo, acabé por caer en la cuenta de que varias de ella/os eran excelentes personas, divertidas, inteligentes, extrovertidas, introvertidas (en algunos aspectos), simpáticas, estúpidas/os, exagerados, locas o locos etc.

Alguna/os aceptaron darme una segunda oportunidad, y otra/os me bajaron los dientes a los golpes.

Pero ninguna/o era la indicada.

Sea como sea, no pude evitar verla aquella tarde de primavera mientras observaba aquel libro tamaño familiar, de aspecto oficialmente aburrido.

Yo me había quitado la camiseta a causa del calor y la había dejado colgando en la banca a unos centímetros del suelo.

La seguí observando, aun que ella pareció no notarme, se sumió un su lectura.

Ella estaba sentada en un edredón blanco a cerca de la orilla del rió. Tenía puesto unos vaqueros negros desgastados y una blusa azul oscura de mangas cortas. Tenía el cabello de un color castaño oscuro y la piel pálida. Su rostro ovalado encerraba unos bellos labios jugosos de color rojo tenue. Dejó el libro a un lado y se recostó en el edredón y juraría que se quedo dormida por que luego no la vi moverse por un largo rato.

Analicé su figura esbelta mientras dormía. No podía enamorarme de una chica tan hermosa. Quien sabe con quien podría engañarme

Uno de los 2 perritos con los que había estado jugando se me acerco trotando, con la boca abierta, jadeando. Salto sobre la banca, y en cuanto hice amago de tocarlo se llevó a la boca mi camiseta y se fue corriendo arrastrándola a través del suelo mojado. Me paré enseguida para perseguirlo pero el otro perrito se despertó y ambos se enfrascaron en un tira y afloja con mi camiseta. Me pareció casi un delito perturbar a un ángel tan hermoso mientras descansaba pero no me quedo más opción, sus perritos iban a destrozar mi camiseta.

- Eh… disculpa- Abrió sus ojos muy despacio y me miró un poco molesta. Pestañeo un par de veces hasta que sus ojos se acostumbraron a la luz y luego me miro con ojos sorprendidos recorriendo con la mirada cada uno de mis tatuajes ¿Acaso nunca había visto a un hombre tatuado?- Perdóname, pero tus cachorros van a destrozar mi camiseta- le dedicó una mirada avergonzada a sus cachorros

- Oh, perdóname. Lo siento tanto… ¡Hey! ¡Ya vasta!- se incorporó de un salto, apartando los ojos de manera muy poco disimulada (eh de agregar) y separó a los 2 cachorros- niños malos- les arrebató mi camiseta de un manotazo y los mando a volar- mira como la han dejado esos 2- murmuró con tono de reproche mientras examinaba mi camiseta con la mirada- lo lamento tanto- me miró con la disculpa y la vergüenza grabada en el semblante. Sus hermosos ojos se centraron en los míos. Una brisa me atrajo el dulce aroma de su piel color crema, dulce, tentadora, frutal, calida, excitante.

- No te preocupes. Ya estaba necesitando una excusa para tirar esta vieja camiseta- con cuidado la deposito en mi mano, y luego estrecho mi mano libre-

- Soy Samanta Austen. Lo lamento- le dedique un mirada a sus jugosos labios rosáceos, rojizos. Sentí la abrumadora necesidad de devorar esos labios entre los míos, tan imperfectos y gastados- ¿Y tú eres…?

- Frank Iero, es una placer Samanta- sonrió y sus mejillas se sonrojaron. Me pregunto como se sentirán sus labios alrededor de mí…

- Sam- me corrigió- es un placer- volvió a sonreír

- Igual- le devolví la sonrisa. ¡Diablos! No se que decir- Eh… ¿Son tus perros?- ¡Oh Por Dios! Que pregunta tan estúpida. Pues claro que son sus perros, imbesil.

- El pequeño de la mancha blanca en la cabeza, con la patita lastimada- se inclinó sobre ambos cachorros y sostuvo al que menciono, el otro reclamaba su atención dando saltitos y ladrando desperado. Ella lo ignoró, creería que el perrito se ofendió por que se sentó enfurruñado dándole la espalda- Su nombre es Milo, y la pequeña molesta ofendida es Leah, es de mi hermanita, y causalmente es la hermana de Milo- levanté a Leah del suelo, y la vi muy feliz cuando vio que alguien le prestaba atención. La cachorrita se acomodo entre mis brazos, mirando la escena. Me pregunto si habrá sentido el enloquecido latido de mi corazón

- Ambos son muy bonitos-

De ahí nos sentamos en el edredón grueso de hilo, cada uno con un perrito en el regazo, a conversar sobre cada uno. Le conté sobre mi carrera de músico, y de lo bien que me estaba yendo con mis las bandas. Ella mencionó haber visto mi foto varias veces en Internet, y me sentí alagado. Me comentó acerca de su familia, su hermanita. Se llamaba Sara, tenía 8 años y tenía el pelo rubio oscuro. Al principió la odiaba por que sus padres (Que a pesar de que no se llevaban muy bien, las querían muchísimo) le prestaban mas atención que a ella, pero luego de un tiempo comenzó a caerle bien, hasta llegar a adorarla. Me dijo muchas cosas sobre ella, como su edad, unos perfectos 17, y dentro de 3 meses 18. La escuela a la que asistía, sus profesores, las materias que odiaba, y las que más le gustaban. También me comentó sobre los cachorros. Ambos eran hermanos, pero Milo había nacido con la pata rota, y habían pensado en sacrificarlo, pero como los otros cachorros ya tenían dueño- Leah incluida- ella eligió a Milo. A pesar de todo pronóstico, la pata fracturada de Milo sanó y Sam quedó fuertemente encariñado con el pequeño. Me habló del motivo que la llevó al parque. Por un lado tenía que sacar a los perros, y por otro tenía que estudiar para sus exámenes de matemática, y Deporte.

- ¿Cómo puedes llevarte deportes?- pregunté divertido

- Odio deportes- gimió

Luego de muchas horas de conversación, empezó a atardecer. Y el frió se hizo presente. Me estremecí a causa de la brisa, y ella, muy educada me prestó otra manta para cubrirme. Ella se quedó mirando fijamente el horizonte mientras yo la observaba completamente absorto. Su piel color melocotón tenía un tono precioso ante la luz del atardecer. Apuesto a que Gerard hubiera matado por tener esta oportunidad de pintar a un ángel mientras contempla el atardecer (Gerard es un muy buen amigo, y un excelente pintor). Su cabello bailaba ante la brisa, trayéndome su olor a canela y chocolate. Mientras examinaba completamente su anatomía algo en mi pantalón se quejó por no poder satisfacer la necesidad de sentir el calor de otro cuerpo sobre sí. Aun que antes no la había notado, tenía el rostro crispado en alguna emoción extraña, como si estuviera tratando de reprimir algún deseo muy fuerte.

No me di cuenta si no hasta que mi manó sintió la calidez de su piel, que la había levantado del suelo hasta tocar su mejilla. Ella me miró de la forma más enloquecedora posible, con esa mirada que tantas veces había relucido en mis ojos. Me miraba con deseo. Le devolví una mirada 2 veces más lujuriosa que la suya.

Con el miedo y la duda grabada en el semblante, acercó su rostro sin dejar de mirarme con esos deslumbrantes ojos verdes, hasta el mío justó en el punto que sus labios, tibios y perfectos, se toparon con los míos.

Intenté poner las ideas en orden a fin de que mi cerebro no colapsara por el exceso de sensaciones que estaba sintiendo.

Le devolví el beso como pude, pues no recordaba como hacerlo. Estaba tan habituado a limpiar, y que me limpiaran la boca con la lengua que ya no recordaba como besar de verdad. Trasmitiendo un sentimiento.

Sus labios eran suaves y calidos. Intentando no forzar una respuesta no deseada de los míos. Yo solo me dejé llevar por los suyos, tan dulces, tan tranquilos. Hasta se podía palpar la poca experiencia que esos labios maravillosos tenían en terreno ajeno.

Ambos cambiamos de postura hasta quedar el uno frente al otro. Ella poso su mano derecha en mi mejilla, y la izquierda la aferró a mi nuca. Yo, temiendo asustarla, y que este golpe de suerte acabara por ser un simple sueño, del que despertaría aturdido y con resaca, enrosqué mis brazos en su cintura acercando su cuerpo glorioso al mió que ardía en deseo,- tendría que considerarse ilegal ser tan perfecta en todos los sentidos. Cuando me muriera planeaba demandar a Dios por favoritismo, y abuso de autoridad- su respuesta fue un jadeo frenético, seguido de el rápido movimiento de sus manos al aferrase con los puños cerrados a mi cabello.

- Frank- susurró ante la piel de mis labios

Decidí que no había peligro ya, estaba completamente despierto y sobrio. Así que aceleré las cosas un poco. Nos arrojé hacia atrás, cayendo sobre ella. Que al principió pareció sorprenderse pero luego se dejó llevar por lo que sentía. Hablar me parecía del todo innecesario pero me sentí culpable al pensar en no advertirle. Mientras besaba toda la extensión de su cuello, y besaba el lóbulo de su oreja le dije:

- Si hago algo que te parezca grosero o fuera de lugar házmelo saber- susurre contra su oído. Que suerte que traía un condón en el bolsillo trasero de los vaqueros.

3 comentarios:

  1. me gusta mucho esta histori espero que no me dejes esperando demaciado como con las otras bueno sigue asi besos y saludos

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  2. jajajaj que lindooo cuando le dice lo de grosero jajajajajja Estuvo super el cap!! Bss

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  3. Annie, me encantó el capítulo. Ya te he dicho que adoro cómo escribes, pero lo repito. Adoro
    cómo escribes pequeña.
    Besos
    T.

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