Team "Todo lo que tenga piernas!"

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Entre la verdad y el amor- Capitulo 11- Una ocacion especial parte 1


Un día perfecto sin lugar a dudas.
Día perfecto, novio perfecto, amigos perfectos. Y por desgracia esas 3 cosas fueron las únicas cosas perfectas que pasaron. Por que un seguía teniendo una familia desecha, no tenía mas amigos que los Cullen y la manada de Jake, incluso Leah. A la cual le agradaría mucho más si no fuera amiga de vampiros.
Pero sin importar nada, todo estaba saliéndome bien, o eso me parecía. Por que ahora casi no estaba en mi casa, ya que Edward, Alice o Jasper siempre insistían en llevarme por que ellos podían analizar el clima emocional que había en mi casa. Debido a que cuando volví a casa de la Push mi padre me grito miles de cosas como que era una irresponsable y una desconsiderada que teniendo una madre con cáncer no me quedaba cuidándola y me iba sin mas a hacer otra cosa como si no me importara. Mi madre, pero claro que me importaba. Pero en casa a falta de mi madre yo era la nueva esclava. Tenía que cocinar, planchar, limpiar, hacer mi tarea, comprar comida, cocer la ropa, bañar al perro, alimentarlo, y nadie me daba las gracias ni me preguntaba si necesitaba ayuda como si ellos fueran inválidos.

Estaba mas que harta. Hacía todo lo que podía para que la casa luciera decente y solo para que mi padre y mi hermano me gritaran cada ves que me quejaba de estar cansada (Cosa que rara ves sucedía por que trataba de no hacerlo y por que nunca estaban en casa), y cuando no hacía de cenar me reclamaban: “¿Quien piensas que soy? El santo doctor Carlisle Cullen, que te invita a comer a su casa su comida fina, pero ¡Nosotros no somos ricos como ellos! Aca hay que trabajar por las cosas señorita ¡Trabajar! Tu madre esta enferma y hay que hacer sacrificios. Anda a hacer de comer antes de que te abofetee” Mi padre el dulce, o eso era antes de la enfermedad que arruino a mi familia.
Por supuesto que mi hermano no se quedaba atrás, y seguía firme su estela “Vos te haces la muy, muy con tus amiguitos esos con dinero, y vienes aquí para seguir fingiendo que eres una reina. Pues eres fea, nadie jamás te querrá y agradece que papa y yo te tratamos bien por que si no estaría pudriéndote en la calle” Y claro que no le faltaba abofetearme para dejar claro su punto de “A la mierda los derechos de la mujer. Las mujeres útiles y lindas se merecen que las traten bien, y tú eres una completa inútil. No te mereces que nadie te quiera, y Jonh fue un idiota al estar contigo”

Un tema espinoso para mi, Jonathan. Definitivamente ya no lo odiaba tanto pero si le guardada cierto rencor por haberme echo sufrir de esa manera. Y Jacob, bueno, el era otra cosa. El no odiaba a Jonh en lo absoluto. Definitivamente lo suyo era algo que sobrepasaba al odio. Era más grande que su odio contra los vampiros. Y eso era decir mucho.

La tarde de ese día transcurrió tranquila, y sin complicaciones, ni interrupciones por parte de ningún miembro masculino de mi familia, que estuviera en la casa excepto mi madre que estaba durmiendo.
Pero por desgracia tenía terminantemente prohibido salir de casa, ya que alguien tenía que cuidar a mi madre, y todos se borraron de la escena, pero lo que si se encargaron de dejarme bien claro que no podía salir bajo ninguna circunstancia, ni aun que entraran ladrones o la casa se prendiera fuego. Ni si quiera aun que viniera el mismísimo Dios y me lo pidiera.

Tuve que sacrificar una salida de compras con Alice que habría cancelado de todos modos y una “fiesta” en la playa con la manada (en realidad no era una fiesta propiamente dicha, era solo una reunión con los chicos, en la que comían chatarra y bebían coca cola hasta que tenían que ir a la tienda y comprar 10 toneladas mas de gaseosa y salchichas), algo que lamentaba de verdad.
Me desperté temprano. A eso de las 8 de la mañana y no había nadie en casa. Me Labé los dientes de forma mecánica y suspiré en cuanto admiré la maraña que era mi pelo, por lo que solo metí la cabeza en la ducha y deje correr el agua. Luego me sacudí para evitar manchar el piso con agua y mi cabello quedo revuelto como si acabara de pasar un tifón por mi cabeza. Sonreí a medias ante la evidente ventaja de tener el pelo corto. Me cambie con pesadez, eligiendo mi ropa con demasiada sensatez. Y acabé por ponerme otro de lis infinitos vestidos patrocinados por Alice, era muy bonito, azul a tiras.
Baje las escaleras haciendo un examen demasiado riguroso sobre el acabado de los barrotes de la escalera, para no mirara el resto de la casa. Pero cuando acabe de bajar no pude evitarlo, pasa que mi instinto sadomasoquista es más fuerte que yo.

La casa estaba echa un chiquero, con botellas y latas de cerveza bacías tiradas por todas partes, y colillas de cigarrillos por doquier. La alfombra estaba teñida de distintas tonalidades y la mesa estaba más que rayada y toda pegajosa. La cocina estaba aun peor. La puerta refrigerador abierto, los pisos asquerosos y los platos mas sucios de lo que habían quedado la noche anterior
Hizo un esfuerzo sobre humano por contener las lágrimas recordando como me había esforzado el día anterior para que todo quedara reluciente y las horas que había invertido en hacer una cena deliciosa para mi padre, mi hermano y mi madre. Que por primera ves en muchos meses comió con nosotros.

Suspiré resignada y comencé limpiar sin esperar que al final del día vinieran y vieran la casa deslumbrante como planeaba que quedara y que ni siquiera me dieran las gracias.
Empecé por juntar las botellas y latas en una bolsa de basura, y luego tirarla en el bote de afuera.
Luego llené un balde agua y metí un trapo y empecé a fregar la alfombra y los muebles hasta que el piso olía a lavandina y jabón. Estaba en pleno proceso de incorporarme, tratando de no hacer mis huesos crujir demasiado, en lo que los estridentes bocinazos me obligaron a levantarme con rapidez.
Corrí hasta el teléfono y lo descolgué al tercer timbrazo.

-         ¿Hola?- pregunte sin aliento.
-                     ¿Annie, Estas bien? Te oyes agitada- declaró una vos suave como el terciopelo, que reconocí al instante- Alice vio que no irías de compras con ella pero que tampoco estabas con Jacob. Parece que otra ves tu padre te castigo ¿Me equivoco?- sonreí de forma automática, y de inmediato me alegre. Parecía que Jasper podía manipular mis emociones incluso por teléfono.
-                     No me castigo, solo me prohibió salir de casa Jass. Han dejado un desorden espantoso que casi me hace llorar- reí amargamente.
-                     Oh, es una lastima- detrás de la línea se escuchaban voces que lo llamaban y que ordenaban que le entregara el teléfono a alguien del otro lado-Espera, Alice quiere hablar con tigo- enseguida Alice le quito el teléfono y con vos entusiasta comenzó a parlotear- ¡Hola! Que lastima que no podamos ir de compras pero bueno, en menos de 10 minutos estaré en tu casa para dejarte lo que tienes que ponerte
-                     ¿Qué? Claro que no Alice, no soy una muñeca de vestir- le espeté con sequedad
-                     Tal vez, pero hoy no serás mi muñeca. Hoy vas a tener cosas mas importantes que hacer- musito con desgana, como si le desagradara la idea, y entonces susurró tan bajo que casi ni la oí, parecía que estaba hablando con alguien- va a ser el perro que el disfrute de su conjunto-
-                     ¿Qué dijiste Alice? No te oí bien-
-                     No importa. Estate lista, llegaré a tu casa en menos de 10 minutos-
-                     Pero Alice estoy limpian…- y entonces la línea se corto- mierda. Bueno, no voy a dejarla que me controle, tengo mucho que hacer- admití sonríete mientras admiraba el desorden.
Fui por la escoba y empecé a barrer las colillas del piso y la tierra de debajo de la mesa y el sofá. Estaba en eso cuando el teléfono sonó otra vez. Suspiré abatida, pues no quería atender. Seguramente Alice planeaba seguir dándome ordenes y no me apetecía en esos momentos, pero al final tuve que contestar, por que mi madre con ese oído agudo suyo podría despertarse y bajar para que le de un paro cardiaco por el desorden.
Atendí resignada sin quedarme mas remedio, al menos Alice me haría compañía y me haría reír con sus ocurrencias.

-                     Hola Alice- salude mecánicamente
-                     ¡Ah no!- bramó alguien por el teléfono- Primero me dejas plantado en la playa, por lo que Seth no a parado de molestarme, segundo me dejas con la duda que si te a pasado algo y por que no llamas, y ahora ¿¡Confundirme con la sanguijuela psíquica!? ¿Es que tengo la vos tan aguda?- rezongó en tono burlón. Mi rostro se iluminó por la alegría de escuchar su vos varonil bromeando- mas te vale que tengas una buena excusa para haberme dejado plantado. No se, que te secuestraran extraterrestres o que estés siendo jurado en un juicio por triple homicidio
-                     Mi madre esta en casa y no me permiten salir. Alguien debía cuidarla, y a demás parece que por mi casa pasó el Catrina. No sabes el desorden que han dejado. Lo siento Jake- gemí patéticamente- no quiero hacer esto sola, por la noche estaré mas que muerta-
-                     ¿Quieres que valla para ayudarte? Ya veras que con migo terminaras en menos de lo que te imaginas
-                     Te agradezco el entusiasmo pero, a decir verdad con tigo aquí lo último que voy a hacer será limpiar, y no quiero tener más problemas con mi padre. Pero te prometo que cuando termine te llamaré y haré lo que tu quieras- del otro lado se escuchó como sofocaba una risita- ¿Qué pasa?
-                     Nada. Pero igualmente no aceptare un no como respuesta, vas a necesitar ayuda y para eso estamos los novios licántropos con nuestros reflejos y sentidos superdesarrollazos. Para limpiar y ordenar con rapidez y salir pitando antes de que los suegros con mal carácter nos echen a escopetazos en el culo- me reí con verdaderas ganas, tal vez no fuera mala idea tenerlo por aquí, por que a pesar de mi miedo irracional el tenía razón. Con su ayuda acabaría en menos tiempo del que lo haría limpiando yo sola, y en cuanto mi padre estuviera por llegar se iría con tiempo de sobra, y no me vendría nada mal  un poco de compañía, sobre todo si El, era la compañía.- además me encantaría conocer a mi suegra, apuesto a que ella es mucho mas divertida que tu padre y eso pondría puntos a tu favor a la hora de los castigos irracionales. Seguro que tú mama lo convence de que se tome las cosas con más calma.
-                     Claro que no, mi madre tiene ya muchas cosas como para estar preocupándose por los problemas de una adolescente problemática y su novio licántropo. Le daría un ataqué si llegará a verte. Por si no te diste cuenta no aparentas 16 años-rectifiqué autoritariamente, como si fuera una madre que le esta soltando una reprimenda a su hijo por molestar a los vecinos a la hora de la siesta
-                     Eso no puedes saberlo, no puedes decidir por ella. Igual no voy a discutir con tigo, estaré allí en 20 minutos- entonces caí en la cuenta de que Alice también vendría y no me apetecía una pelear con ellos por que se comportaran. Afortunadamente lo interrumpí antes de que colgará
-                     ¡Espera! Se me olvidaba, Alice vendrá a “vestirme”- solté con antipatía- y no se cuanto tiempo planea quedarse- del otro lado pude escuchar como gruñía y refunfuñaba algo como “mierda”-
-                     Entonces en cuanto se valla me llamas y apareceré. Trata de que no se quede mucho tiempo- dijo con vos serena imitando el tono de Sam, al mismo tiempo que lo decía tratando de sonar tierno.
-                     Bien, a mi tampoco me agrada la idea.
-                     Ok, nos vemos mas tarde…A por cierto ¿Annie?- pregunto indeciso
-                     ¿Si? aquí sigo-
-                     Te amo, cielo- sonreía avergonzada y en vos de susurró le dije.
-                     Yo también Jake, te amo. Adiós
Suspiré complacida, repitiendo en mi cabeza las palabras de Jacob “Te amo, cielo”
Me incorporé para ir hasta mi habitación para buscar mi reproductor MP3, colocándome los auriculares poniendo el volumen al máximo de su capacidad. Y Empecé a escuchar

Use Somebody de Kings of Leon, cantando alegremente mientras acomodaba los sillones y bailoteaba de un lado al otro. Vacié un balde de agua con jabón, lavandina, detergente y otros productos de limpieza sobre la alfombra mientras cantaba el estribillo de la canción y pasaba el cepillo por la misma tratando de quitarles las manchas.
No me tomo mas de 15 minutos acabar de fregar, y me felicité a mi misma por el trabajo realizado. Otra vez me incorporé mientras los huesos de mi espalda crujían encajando en su lugar. La música aun seguían encendida tuve que pagar el reproductor si no quería que se quedara sin batería, la que de por si ya era bastante escasa.
Le dediqué una mirada a la sala-comedor un poco esperanzada. Ya todo se veía un poco mas limpio que antes, y solo faltaba que limpiara los muebles y acabara de barrer. Entonces miré hacia la cocina para hacer recuento de los daños, pero para mi sorpresa todo estaba más que reluciente. Los platos lavados y guardados, los pisos relucientes y todo en su lugar.
-         Me tomé la libertad de hacerlo yo misma, tú estabas muy ocupada con la alfombra- susurró alguien a mi espalda, erizándome todos los bellos del cuerpo. Me di la vuelta con mi corazón martilleando como loco por la sorpresa de hallar a Alice sentada en el apoya brazos del sofá que estaba a la izquierda de la puerta principal y a la derecha de la ventana.
-         No te oí llegar- repuse con un hilo de vos, ella sonrió sarcásticamente y se paró para envolverme en uno de sus abrazos, entonces noté la bolsa alargada de color gris oscuro como esas en las que vienen los esmóquines que había dejado sobre la cabecera del sillón. Ella se alejo un poco de mi escrutándome mientras sonreía otra vez
-                     Te eh traído un regalo, hoy parece que será un día muy especial para ti. Mas te vale que te apresures, por que con Jacob rondando por aquí no puedo estar segura de la visión- ¿Jacob estaba aquí?
-                     ¿Qué dices?- le espeté incrédula- Jacob no esta aquí
-                     Que tu sepas- ella dio un respingó como si algo oliera mal, y clavo la mirada en la ventana junto al sillón. Luego me miro con una perfecta cara de poker y dijo- Adiós, nos vemos mas tarde. Salúdame a tu madre de mi parte, y ya ve a bañarte, no te puedes poner esto con esas fachas- y luego se evaporó en menos de un segundo. Admiré la casa por un segundo, todo ya estaba limpio. No hacía falta barrer, y podía limpiar los muebles mas tarde.
Suspiré resignada y me dirigí hasta el baño, y me duché en menos de 2 segundos luego me envolví el cuerpo con una toalla, pero cuando iba a mi cuarto para vestirme recordé el paquete que Alice había dejado en la sala.
No me detuve a considerar nada, y solo bajé las escaleras y me dirigí hasta el sillón, pero me detuve en seco en cuanto noté que no estaba sola…
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OK!!! ojala le hayas gustado, y subiré la conti pronto
las amo chikillas!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!11

martes, 29 de diciembre de 2009

Sorry

Chikasss!!!!!!!!!!! Parece que en mi compu se cago en MSN y por eso no he podido conectarrme!!!
Sorry, pero re que te sorry!!!!!!!!!!!!!!!!!
Encerio una disculpa para:
Sara, Vii, Kathe, Kokoro y Jeny. Pero mañana trataré de usurparle la compu a mi mami para poder ponerme al día!!!!!!!!!!!!!!
lAS AMOO, NOS VEMOS...
PD: Perdon denuevo si me han enviado mensajes y no he respondido
:( En verdad lo siento
jaja
nos vemos

viernes, 25 de diciembre de 2009

Entre la verdad y el amor- Capitulo 10- No one will make you damage, not while I this here

Holass pues por las navidades estuve atrasada, y no pude subir!!!
Ok!! Un Besote para Leda que me mando el libro "Un amante de ensueño" que esta increíble!!!
Ojala les guste!!!! Y si alguien quiere regalarme un One Shot por las navidades yo encantada!!!
hahahaa, ok bye bye!
Un beso de post navidad!!!! Las amo, y a Ale que no le gusta que me tarde con las publicaciones, te lo dedico a ti!!!
Las amo! Bye Bye...
Enrecio comenten que es aburrido sino!!! y se que son varias las que leen, y solo dejan 2 comentario, 3 como máximo!!!!

-                     ¿A dónde crees que vas?- inquirió mientras su mano súper desarrollada me envolvía con su calor-
-                     Pues…que quiero ir a la playa ¿Qué acaso no puedo?
-                     No, no puedes- me respondió con sencillez
-                     Y ¿Por qué no?- pregunté sarcástica
-                     Primero por que es de noche, segundo hace frió y tercero no me de la gana- Como me hubiera gustado que fuera cualquiera. Pero cualquiera que no fuera Jacob. Por que si no hubiera sido el lo habría mandado a la mismísima mierda. El simplemente sonrió al ver que había ganado la contienda.
-                     Ven conmigo- le animé, pero el negó con la cabeza
-                     Tenemos que recoger la mesa- entonces tiró de mi brazo en lo que se ponía de pie y comenzaba a apilar los platos. Billy que aun estaba sentado en su silla de ruedas a pocos centímetros de mí, observo a Jacob con gesto severo.
-                     ¿Tú no tienes que irte a dormir o algo parecido?- mascullo entre dientes mientras blandía un cuchillo con gesto amenazador. Billy solo se limitó a asentirle a Jacob con gesto serio y luego me dio las buenas noches para salir impulsando su silla de ruedas por el diminuto pasillo hasta encerrarse en su habitación. Jacob no dijo nada por unos momentos en lo que acabo de recoger los platos y acomodarlos en fila en el fregadero. Me apresure a lavarlos antes de que en lo hiciera. Estaba demasiado nerviosa por la actitud de mi “suegro” con respecto a mi relación con su hijo. Durante todo el tiempo anterior estuve estrangulando la camiseta que Jake me había prestado para que no tuviera que andar por la casa en mi bikini blanca con lunares rojos. Estaba tan nerviosa.
Hasta donde alcanzaban mis conocimientos acerca de la familia Black, yo le agradaba a la mayoría de sus miembros- pues aun Rachel no me conocía, por lo menos en persona-.
Y me extraño el comportamiento de Billy, parecía que para el estuviera mal que fuera su novia. Pero yo era la imprimación de Jacob ¿no? Tarde o temprano tenía que pasar. Pero si su padre no me aceptaba… ¿¡Que tal si la manada no me aceptaba!? Hay que miedo

-                     ¿Todo bien por aquí?- pregunto mientras sus brazos me envolvían por la espalda y los platos se deslizaban por mis dedos jabonosos hasta caer en el fregadero. Me estremecí a causa de la sorpresa. Me quede quieta un instante en lo que mi respiración volvía a normalizarse.
-                     Eso creo- expresé con algo incomoda de sentir su calor tan cerca. Nunca me había disgustado el calor de Jake, pero ahora, en la cocina con la estufa encendida era un poco abrasador. El tomo mi mano y me llevo a rastras hasta el comedor donde me sentó en la mesa y con un trapo me limpiaba las manos de jabón con una sonrisa
-                     Tienes unas manos tan pequeñas- hablo para si mismo- pareciera que fueras una niñita- levanto la vista hasta quedar con su rostro a la misma altura que el mio- deberían enjuiciarme por querer besar a una niña tan hermosa- sus ojos apasionados estaban a pocos centímetros de los míos, y notaba su tibio aliento en mi boca entre abierta. Tenía que poner las ideas en orden antes de que me besara y olvidara todo.
-                     Jake- comencé, e inmediatamente el supo que no venía nada bueno. Ese era como mi tono de ultimátum- ¿Qué le pasa a Billy? Parece que ya no le agrado
-                     Esta loco- contesto con un tono de vos huraño
-                     ¿Y?- sabía que no era suficiente. Jake, rodó los ojos y se forzó a continuar-
-                     Bien. Pasa que el viejo esta nervioso por que los forasteros que me vieron contigo estuvieron lanzando chismes sobre que hacía un tipo de 25 años con una niñita que aparentaba 14- me dedicó una sonrisa que nada tenía de alegre. Su seño estaba fruncido, y sus cejas casi se tocaban. Pasé mis dedos por su frente tratando de borrar esas líneas, y el inclino su cabeza para que mis dedos se enredaran en su cabello. No me parecía que ese fuera realmente el problema, aun que si era bastante malo que la gente creyera que el andaba de pedófilo con una chica que realmente aparentaba 14 años. Y aun que yo había cumplido 16, nadie me creía. Lo miré con desconfianza en lo que acariciaba sus pómulos con mis dedos, aun tratando de descifrar “el secreto de sus ojos”
-                     ¿Estas seguro que eso es lo que preocupa a Billy? – el puso los ojos en blanco y continuo con tono relajado
-                     Pero claro. Esta loco, solo teme que venga algún poli a meterme en la cárcel por estar ejerciendo la pedofilia con la niña mas hermosa de este mundo y todos los que le siguen- trate de sonreírle pero aun sentía que me estaba escondiendo algo. Cada día me estaba volviendo más paranoica, hasta deformar el mejor día de mi vida en alguna pantomima montada para ocultar algún secreto que Billy podría tener, y que Jake respaldara. Pero aun así, terca como siempre no pude resistir la tentación de preguntarle mientras me mordía el labio con vergüenza
-                     ¿Estas seguro de que ese es el problema?
-                     Annie- suspiró-  ¿Puede calmarte? No quiero enfadarme con tigo, por favor deja de preocuparte- suspire derrotada, si había un secreto el no iba a decirme, y ahora mismo no tenía muchas ganas de indagar, solo quería saber lo que se traía entre manos por puro capricho- ¿Entonces que quieres hacer ahora?- lo que sea que tenga que ver con tigo me apetece. Pensé con malicia…Me baje de la mesa solo para colgarme de su cuello y comencé a devorarlo. Eso era mucho mejor que estar albergando sospechas.
-                     ¿Te apetece desordenar el sillón?- repuse contra sus labios ardientes, y el gimió de placer mientras ideas impúdicas de nosotros 2 juntos atravesaban mi mente a velocidad relámpago. Mientras las expertas manos de Jacob se habrían sujetaban mis glúteos para quedar estampada contra su cuerpo enorme. Traté de enredar mis piernas en sus caderas pero yo era muy pequeña y el era muy ancho. Dio un par de pasos inseguros hasta que mi trasero se topo con algo duro y estrecho. La mesa, y en parte delantera también había algo duro presionando contra mi sexo, sonreí a mis anchas pues este día no hacia más que mejorar. Mis dedos como mantequilla se deslizaron por los bolsillos de sus vaqueros y tamborileaban inquietos en sus firmes glúteos. - ¿o mejor me muestras lo ordenada que esta tu habitación?- pregunté con malicia, mientras sus manos-aun sosteniéndome con fiereza-hacían nudos la tela de la camiseta, subiendo y bajando. Pero Jacob de pronto, como si estuviera reaccionando me apartó con dulzura, y deseé de darme de paradas al haberme ofrecido de esa manera ante el, me sentía aturdida excitada y humillada, y lo peor era que el se daba cuenta. Debe pensar que soy patética- Lo siento, fue un impulso- agaché la cabeza en lo que el se alejaba 2 pasos de mi hasta quedar recostado contra la pared
-                     No es nada, también me deje llevar un poco- explicó mientras se metía las manos dentro de los bolsillos tratando de acomodar ese bulto sobresaliente para que no fuera tan obvio que estaba sufriendo una erección- solo no vuelvas a hacerme eso Anne- dijo con firmeza- estuve apunto de perder el control de mi cuerpo y eso no te hubiera gustado nada- ¿Tu que sabes? Se quejó mi fuero interno.
-                     Prometo no volver a hacer eso- hice un gesto en forma de cruz sobre el corazón. El soltó el aire de golpe como si lo hubiera estado aguantando. Aun que no me fije bien, estaba muy avergonzada como para mirarlo a la cara. ¡Y no era para menos! No llevábamos ni 12 horas de novios y ya lo estaba acosando sexualmente. Realmente soy más patética de lo que suponía.
-                     Bueno, al menos puedo decir con certeza que fue la mejor erección de mi vida- levanté la cara solo para toparme con un sonriente Jacob que me miraba divertido. – O sea, todo esa sensualidad le tenías bien escondida o tal vez soy un estúpido ciego- soltó entre carcajadas, y yo sentí mis mejillas arder, como si el me hubiera tocado.
-                     Mejor me voy a acostar- murmuré en lo que salía de su vista con la mirada gacha.
-                     ¿En el sofá? Pero claro que no- negando con la cabeza- no vas a dormir en el sofá, yo voy a dormir en el sofá- repuso con énfasis- Tu te vas a dormir a mi cuarto
-                     No quiero- contradije- no te voy a quitar tu cama- dicho, esto pase directamente al sofá y me tumbé boca arriba cruzando los brazos por encima del pecho. Un plan macabro azoto mi cabeza como un látigo que cortaba el hilo de mis pensamientos. No quería estar sola ahora que tenía un novio que me amaba, y al que correspondía, y solo quería disfrutar de su compañía y sabía que ser testaruda era la clave para conseguirlo .El se acerco hasta quedar en la espalda del sofá mirándome arqueando una ceja.
-                     ¿Crees que voy a ceder tan fácilmente?- yo solo cerré los ojos como respuesta, mientras deshacía los nudos de mi pecho para agarrarme del sofá, aparentando que no había fuerza en el mundo capas de sepárame de allí- Qué ingenua eres- rápidamente estaba en el aire, y apenas había notado lo rápido que había pasado sus manos por debajo de mi cuerpo mientras me llevaba hasta su habitación. Abrió la puerta con suavidad tratando de no hacerla rechinar y me dejo caer en la cama- Ahora te quedas aquí-
-                     En cuento te duermas me iré a dormir al piso de la sala- murmuré disimulando un tono que pretendía ser autosuficiente.
Aun que no lo pareciera tenía un plan en ciernes. Sabía que Jacob era un caballero de lo más testarudo, y que no aceptaría jamás que durmiera en el sillón y mucho menos en el piso. Y como en el comedor las cosas no habían resultado como esperaba, ahora solo quería que me envolviera con su calor protector mientras dormía, y que resguardara mis sueños y alejara a las pesadillas.
Jacob frunció el ceño claramente ante molesto, por que ambos sabíamos que el en un sillón solo no haría otra cosa que no fuera quedarse dormido. Y también sabía que el no sería capas de aguantar el fracaso cuando durante la mañana siguiente me viera acurrucada en el piso de madera abrasando una almohada.

-                     ¿Qué es lo que quieres?- pregunte extenuado, como si acabara de correr 150 por el desierto (claro, algo que mataría a un humano)
-                     Eres mi novio ¿O no?- su rostro se convirtió en algo muy parecido a la confusión mientras sopesaba la palabra “novio” y se sentaba en la cama en lo que yo me incorporaba para recargarme en su costado y el me pasaba el brazo por la cintura con mucha ternura
-                     Claro ¿Por qué? Ya quieres romper conmigo- exclamo con tono angustioso, que era de lo más patético, por que se notaba que estaba fingiendo. Me estrechó contra su cuerpo, envolviéndome con su calor.
-                     ¡No! No te me vas a escapar tan fácilmente- sonreí- solo que me gustaría que te quedaras conmigo esta noche. No te estoy pidiendo que me bajes la luna ni que tiñas el mar de púrpura, solo te estoy pidiendo que me cuides, como lo has hecho siempre. Quédate con migo esta noche Jake. Solo quiero que duermas a mi lado ¿Tan malo es eso?-
-                     Pues no, pero-
-                     Solo te pido que te quedes aquí, nada mas- sus ojos estaban reflejando la duda que su boca torcida gritaba en silencio. Pero al final suspiro y accedió, tumbándonos en la cama, para dormir. Me quede mirándolo satisfecha, para luego acurrucarme en su pecho mientras sus brazos me cobijaban.
-                     Buenas noches, cielo- murmuró con sus labios presionando con ternura mi cabeza- descansa. No me moveré de aquí, y nadie te hará daño. Ahora yo seré quien cuide de ti y no al revés, por que nadie más te lastimara. Te amo Annie, eres mi única razón para seguir vivo…aun que mi vida ya no sea la misma- su vos fue haciéndose mas silenciosa hasta que casi no escuche el final, pero luego murmuró con un tono perfectamente audible un “te amo”, pero estaba muy cansada como para escucharlo - nadie te hará daño, no mientras yo este aquí. Descansa Anira, dulces sueño mi amor-
-                     Te amo Jake, buenas noches- murmuré sonriente contra su pecho, mas inconciente que consiente-
-                     Y yo a ti, descansa-

lunes, 21 de diciembre de 2009

Entre la verdad y el amor- Capitulo 9- Secretos incomodos

Holaaaaaaa
bueno, me parti la cecera para poder escribir este capi pero al final me broto la imaginacion!!!!! Me vino la musa! jejeje
bueno, este capi va dedicado para Sara y para Noel!!!! sin mencionar a Maria que es toda dulzura, me imagino la factura del dentista ajaja

-                     ¿Qué estas diciendo, Jacob? No necesitas decirme estas cosas, sola para que no vuelva a asustarte. Te prometo que nunca mas volveré a saltar a menos que tú estés conmigo- ¿Me estaba oyendo? ¿¡Se estaba oyendo!? Le estaba confesando mi amor, mi necesidad, pero ella simplemente lo tomaba como una excusa para que no salte más por los acantilados. Ya era oficial. Anira Vázquez estaba total, y completamente loca.
-                     ¿No pensaras que te estoy mintiendo, verdad? Por favor dime que en verdad no crees que te estoy mintiendo- musite mientras me apretaba el puente de la nariz con los dedos. Esta chica iba a sacarme de mis casillas definitivamente… Cerré los ojos con mucha fuerza mientras el corazón de Annie se aceleraba a mas de mil latidos por segundo- Cálmate, ni que fuera para tanto- exclamé molesto. Pude oír su corazón aun mas cerca
-                     ¿Puedo preguntar algo, Jake?- musitó muy cerca de mi rostro.  Levanté la vista, solo para toparme con unos ojos rojos y lagrimosos. Mi alma se partió en mil pedazos. La estaba haciendo llorar…Tomé su rostro entre mis manos y su mirada triste se clavó en la mía…- ¿Por qué no me habías dicho antes que me querías?
-                     Amaba- corregí
-                     Ok ¿Por qué no me lo habías dicho antes?- Pero no me dejó responder, por que en menos de una fracción de segundo, sus dulces labios estaban masajeando los míos cuidadosamente, amorosamente. En lo que sus ojos se inundaba de un líquido salado que cuando me tocaba me quemaba como el acido. No sabía si lloraba de dolor, o de alegría. Pero mi pequeña estaba llorando, y eso es era algo que no podía permitir.
Pero por mucho que quisiera apartar mi rostro de suyo, algo en mi no me lo permitía.

Sus labios eran como una droga para mí.
No eran la cura para mi dolor, pero si un excelente anestésico.
Pero ella no tenía suficiente. Se lanzó sobre mi regazo haciendo nudos en mi cabello corto, estrellando sus labios con los míos para violentarme con dulzura, rozando con su lengua mi labio inferior, sonriendo ante el sabor de mi piel.
Solo por curiosidad abrí mis ojos para escrutar su rostro, y solo vi a una extraña que sonreía, con los ojos fuertemente apretados para contener lágrimas de felicidad.
-         Es de mala educación abrir los ojos cuando te besan- musitó en lo que mi sangre se congelaba y mi corazón se detenía. Su voz sonaba tan alegre, con una chispita de ilusión. Su rostro, lo aparto con cuidado del mio. Sus ojos los abrió con cuidado, brillaban, parecían más vivos que nunca. Y eso me hizo feliz, por que yo la hice feliz.
-         Lo siento- realmente me sorprendí a mi mismo de que recordara como producir sonido con los labios. Annie estaba alegre, mas viva que nunca. Su rostro estaba lleno de vida otra vez, emanado felicidad para donde sea que mirara. Tal y como Edward había visto en los recuerdos de su madre. La Annie del pasado volvía a florecer ante mis ojos, y solo con pronunciar las palabras más simples, y a la vez, mas duras de todas- Te amo, Anira. Te amo más que a nada y siempre voy a hacerlo- solo con eso conseguí hacer sus ojos brillar. Logre hacerla volver a la vida. Y solo pude sonreír satisfecho.
-                     Te amo Jacob. Con toda el alma
Nuestro primer beso, tal vez no halla sido como me lo esperaba, pero al fin y al cabo no me pude quejar.
Annie se quedo a cenar (la cena que ella misma preparó, mientras la veía cocinar), y a dormir.

La cara que puso cuando le dije a Billy que éramos oficialmente novios no tubo precio.
Cena en casa de los Black:
-         Annie, tendrías que quedarte a vivir aquí. Te juro que no había comido tan bien desde que Rebeca vivía con nosotros- exclamo mi padre mientras engullía apresuradamente su ración de pollo frito. Comía tan rápido que parecía que quería terminárselo todo antes de que viniera otro y se sirviera de su plato. Me carcajee en mi fuera interno. Juraría que si alguien se atreviera a acercarse a su plato acabaría por gruñirle o morderle la mano.
-         No diga eso Billy, no fue nada. gracias por dejarme quedarme a dormir- en lo que Billy siguió alabando su comida yo tiré mi tenedor al piso apropósito junto a sus pies, para levantarlo y poder rozar sus muslos con los dedos. Y pude apreciar como se le ponía la piel chinita. Trate de sofocar una risita mientras le daba un beso fugaz en la pierna para volver a sentar en mi sitio. La cara de Annie, apenas se estaba recuperando de la sorpresa. Mientras la mirada inquisidora de mi padre variaba entre ella y yo (seguramente mi mueca pícara debía haberlo alertado)
-                     Bien ¿Que pasa aquí?- pronunció exasperado. Llevábamos así toda la tarde. Mientras ella cocinaba no me aparte ni un segundo de su lado. Le besaba el cuello, el pelo, la nuca, los labios, las mejillas. Y cuando Rebeca y Billy llegaron yo estaba besándole la nuca y frotando su vientre en lo que ella cortaba el pollo. Cosa que a ambos les llamó la atención. En realidad más a mi padre que a mi hermana, pues ella no conocía nuestra relación como Billy.
El sabía que ella y yo jamás pasamos de los besos en la mejilla y los abrazos de milésimas de segundo. A demás Rebeca se fue a la cama ni bien llegó.

-                     ¿Qué dices, viejo?- pregunté haciéndome el inocente
-                     Ustedes 2 se traen algo entre manos. No soy idiota, saben. Tu andas muy animado- señalándome con el tenedor aun con comida en el, y luego a ella con una mirada acusadora- y usted señorita esta más sonrojada de lo normal. ¿Qué ocurre? ¿No será que la embarazaste verdad?- Obviamente lo había dicho en broma, pero la piel de Annie se puso blanca como la cal y luego se puso granate, y creo que fue eso lo que lo hizo sospechar de que tal vez podría ser cierto. Yo me reía a mis anchas pues todo esto era de lo mas gracioso. La pobre estaba más que avergonzada y yo, que era su novio, estaba ahí riéndome de todo ese circo. Los ojos de Billy se achicaron a causa de la sospecha, y Anne me miró suplicante, como pidiendo auxilio- Jacob ¿Annie esta embarazada?- pregunto completamente serio.
-                     No papa. Pero tiene razón en cuanto a lo de que estoy más animado. Pasa que esta preciosa señorita es ahora, oficialmente mi novia- solte simple y llanamente. Anira, que estaba sujeta de los bordes de la mesa acabó por irse de espaldas con plato y todo para atrás, pero la atrapé justo antes de que cayera al suelo. Estaba completamente pálida, y eso era difícil considerando que su piel era de color avellana. No tuve que mirarlo para darme cuenta de que mi padre no podía creer lo que le estaba diciendo. El se tomaba las leyendas de nuestra tribu muy enserio…
Anira
¿Cómo pudo? Dios. Que vergüenza. Además Billy no paraba de mirarme con esa cara de “No puede ser cierto”. El muy descarado no había parado de reírse hasta ese momento, que fulminó a su padre, ahora mi suegro, son la mirada.
Que situación más extraña. Me sentía que acababa de casarme.
No era tan malo. Pues me sentía mejor que nunca. Jacob me había alegrado la vida entera en el momento en el que me dijo “Annie ¿Quieres ser mi novia?”. Y luego cuando me beso, cuando me dijo “te amo”. Nada en este mundo podría haberme alegrado mas en ese momento que escucharlo decirme “te amo”.
Pero esas palabras: novios-novia-novio, suegro, suegra, yerno, yerna, cuñada, cuñado. Eran muchas palabras que había tachado de mi repertorio en el momento en el que Jonh terminó con migo. Y ahora me sonaban como si me estuvieran hablando en chino o algo así.
-         Suegro- solté en un suspiro, pero luego me tapé la boca con ambas manos mientras me volvía a poner colorada. Billy me escrutó asombrado en lo que Jake me sonreía con complicidad, y luego le dedicaba una mirada sombría a su padre. Y luego Billy me dedicó una sonrisa fingida, en lo que decía mecánicamente:
-         Pues si, supongo que ahora soy tu suegro- Me paré de la mesa sumamente avergonzada por ser tan idiota mientras me excusaba de ambos.
-                     ¿A dónde crees que vas?- inquirió mientras su mano súper desarrollada envolvía con su calor-
-                     Pues…que quiero ir a la playa
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Pues ojala les haya gustado y solo quiero decir que me encantan todos los blogs que leo
todas son increibles y las amo
como siempre, por favor comenten!!
Ok no vemos


sábado, 19 de diciembre de 2009

Acuerdo de alfas...Parte 4

BUENO, AUN NO CREO QUE LO HAYA LOGRADO PERO TERMINEEEEEE
QUE FELICIDAD, TERMINE!!!!!
OK, esto es para mi dulce Kokoro (ejej) te kiero lobita alfa
Se lo dedico a Kathe!!!! gracias chika!! sin ti no lo hubiera logrado!!!
Sara te quiero!!! eres la mejor.



-                      Y yo a ti Jake.- respondí sin pensar ¿Que debía pensar? En verdad amaba a Jacob. Pero…si el estaba imprimado…entonces teníamos el mismo problema que Seth y Annie…Lo miré a los ojos. Al fin había logrado comprender el motivo de su angustia. El no podía abandonar la Push. Pero estaríamos separados. No importaba que fueran solo 60 kilómetros. Eran los más terribles 60 kilómetros. Por que a diferencia de la Push, nosotros teníamos ataques de vampiros constantemente. Y estábamos fuera del pueblo incluso hasta semanas enteras. Sentí en el pecho un enorme agujero que se abría paso sin piedad quemándome con ácido. Empecé a hiperventilar.
-                      Tranquila Roo, respira a mi ritmo- musitó contra mi pelo. Su vos sonaba tan angustiosa.
-                      No puedes alejarte de mi- musité mientras las lágrimas escapaban copiosas, resbalando por mis ojos- ¡No puedes dejarme!
-                      Lo se. A mi tampoco me gusta la idea. Pero no veo que haya otro camino para solucionar esto…- Levanté la cabeza de su pecho y tome su rostro entre mis manos
-                      No voy a dejarte ir, Jacob- musité al tiempo que sus dulces labios limpiaban las lágrimas de mi rostro. Reposé mi frente contra la suya.
-                      No quiero que lo hagas
-                      Pues…te juró que esta vez no habrán Annie´s o Quil´s o Embry´s que me detengan. Por que hoy vas a ser mío. Voy a imprimarte hasta la última célula del cuerpo.- el sonrió de la manera mas amarga del mundo-
-                      No creas que serás la única- Sus manos se afianzaron en mi cadera atrayendo mi cuerpo al suyo. Besándome con desesperación. Como si le fuera la vida en ello. Y yo le correspondí casi igual de apasionada, solo que estaba haciendo unos esfuerzos insoportables para no arrancarle la piel con mis uñas. Estaba completamente enloquecida por la impotencia. Terminé por tirarlo al piso y arrancarle, literalmente los pantalones. Mi irritación me estaba haciendo temblar. Todo mi cuerpo empezó a convulsionarse, y solo sus dulces besos de mariposa podía solo atisbar a calmarme…Una ves mas me sujeto de la cadera para que me diera la vuelta
-                      Tranquila, Roo. Todo va a ir bien-  susurró contra mis labios, al mismo tiempo que sus manos jugaban con los botones de mi blusa. Jacob estaba tratando de ser tierno conmigo…Pero yo no quería ternura. Quería fuego, pasión. Quería que estuviera completamente descontrolado, tanto o más que yo…Aparté sus manos bruscamente mientras arrancaba mi blusa de un tirón, haciendo que los botones volaran por todo el bosque.  Sus ojos curiosos escrutaron mis senos con una morbosa curiosidad, y sus manos lejos de quedarse sin probar comenzaron a masajearlos con mucha fuerza, mientras gemía desesperada arqueando mi espalda hacia el para que tuviera mas acceso a ellos. Sus labios empezaron a dejar caminitos por todo mi rostro, deslizándose por mi cuello mordiéndolo, y lamiendo en el mismo sitio. Continúo su camino descendente por mi torso, lamiendo todo lo que alcanzaba su boca. Mordiendo absorbiendo cara poro, erizándome hasta el último de los bellos del cuerpo. Lamió con exagerada devoción mis pechos, al punto que parecía querer arrancármelos. Sus labios variaban de pezón en pezón. Mordiendo y lamiendo. Jugueteando con mi cuerpo preso de sus encantos. Bajé mi mano hasta donde palpitaba su erección y comencé a acariciarlo mientras el se tensaba nervioso.
-                      Espero que no trates de aprovecharte de mi virginal inocencia Roo. Recuerda que soy menor de edad- rió contra mi pezón izquierdo. Bah, como si me importara que me estuviera tocando un menor.
-                      ¿Eres virgen?- pregunte extrañada. Eso si que no podía creerlo. No podía serlo, este chico sabía muy bien lo que hacía…
-                      ¿Tocarse en la ducha, pensando en un alfa cuenta como sexo?- musitó sarcásticamente
-                      Lo dudo- sonreí tontamente. Entonces Quil no mentía.- ¿Era verdad que te masturbaste en la ducha pensando en mi?- el se quedó helado y levantó la mirada avergonzado. Sus mejillas estaban ardiendo.- ¿Qué? No era ningún secreto Jake
-                      Lo se, pero me apenas que me oyeras-
-                      No te oí, Quil me lo dijo- admití sonriendo
-                       Ah ¿Con qué te divierto no es cierto?- Quito una de sus manos de mis senos y luego la deslizó por entre nuestros lupinos cuerpos ardientes, justo en mi zona de peligro. Y de improvisito metió 2 de sus fuertes dedos en mi intimidad a lo que solté un grito que probablemente lo habría dejado sordo- ¿Quién se ríe ahora?- murmuró mientras mordía mi pezón, aumentando la deliciosa sensación.
-                      Jake…Te amo, cielo- pero las palabras se deformaron a causa de que sus deliciosos dedos aumentaron su ritmo. Primero haciendo círculos en mi interior y luego entrando y saliendo de mi centro. Tomé sus cabellos y arrastré su boca hasta la mía, no podía soportar un segundo más sin sus besos, sin sus labios.
-                      Yo también te amo, Kokoro
-                      Entonces ámame ahora, Jake. Te necesito ya- por su rostro se extendió una sonrisa macabra, al tiempo que suavemente retiraba sus dedos de mi intimidad, y se los relamió justo frente a mi-
-                      Que rica lobita- murmuró contra mis labios. le sonreí con malicia y tome sus dedos y empecé a lamerlos enfrente de sus ojos llameantes. Podía sentirlo, su dureza cerca de mi entrada, tenía una textura tan deliciosa, tan suave- Que mala lobita. No deberías provocarme de esa manera
-                      Oh, tal ves si debería- no alcancé a terminar la frase que ya lo había sujetado por el trasero y había echo colisionar su cadera con la mía, sin poder reprimir el gemido exagerado que se escapo de los labios de Jacob. Sonreí con tanta alegría que casi partí mis mejillas al medio. Jacob se veía como si hubiera descubierto América o algo por el estilo. Algo inseguro empezó a moverse despacio, examinándome mientras lo hacía. Parecía tan asustado, como si tuviera miedo de lastimarme o de decepcionarme. Pero en sus ojos relucía el fuego. Se estaba conteniendo. Y aun que no podía negar que ese movimiento lento era la más deliciosa tortura, sabía que Jacob no lo estaba disfrutando. Estaba tan preocupado cuidando no hacer algo que no fuera de mi agrado que ni siquiera podía gemir tranquilo:
-                      ¿Te gusta esto?- inquirió entre excitado y asustado. De hecho me encantaba, pero quizás podía hacer más de lo que podía decir. -Un hecho vale más que mil palabras ¿No?-susurre cerca de su oreja. Atraje su rostro mas hasta el mio y mientras le daba un beso mortalmente pasional-rogando así despertar su instinto animal-al que él correspondió felizmente, poniéndole cada vez mas y mas intensidad al beso
Pero el seguía tratando de controlarse, incluso sujetaba mis caderas para evitar que me envistiera contra mas fuerte
-                      ¿Y si te lastimo?- inquirió aterrado
-                       Jake, eso no podrás hacerlo. Vamos, déjate llevar por lo que sientes- Basto decirle eso para que él sujetara mis caderas levantándome en vilo mientras avanzara hasta que mi espalda choco contra el tronco del árbol, así que subí mi pierna derecha a su cadera. En lo que sentía su instinto animal florecer. Tomo mi rostro entre sus manos y empezó a morder el lóbulo de mi oreja murmurando cosas como:
-                      ¿Así estoy bien señorita? ¿O aun estoy conteniéndome?- En ese momento lo sentí completamente dentro de mi. Sentí mi alma abrirse, pude apreciar hasta el ultimo rincón de mi cuerpo el efecto de la impronta. Como mi alma se fundía con la suya. Ese sentimiento de pertenencia mutuo, como las palabras se volvían inútiles. ¿Para que hablar? ¿Qué podría decirle que el no supiera ya?
No imaginaba estar tan cerca, tan vez por que estaba demasiado preocupada por tenerlo para mí. Pero en cuanto percibí que todo a mí alrededor se desdibujaba, y que mi calor se fundía con el suyo. Tal vez ahí empecé a sospechar de tener un orgasmo. El más delicioso de la historia.
El también se percato de eso. Empezó a penetrarme aun más fuerte, haciéndome llegar a la gloria en sus brazos. Pero el tampoco se quedaba atrás, al ser primerizo pues. Solo dejémoslo en que le faltaba práctica. Pero aun así, Jacob se estaba esforzando por hacerlo bien, mejor que nadie. Y estaba lográndolo.

Mi cuerpo empezó a tensarse a su alrededor, en cuerpo y alma me aferre a el. Tal vez así se quedaría con migo.
En cuanto Jacob me arremetió por última vez (en lo que ambos soltamos el nombre del otro en un grito desgarrador)  juraría que rompió el árbol. Pero probablemente ni lo noté. Jacob estaba jadeando, aun mientras me sostenía podía sentir su acelerado ritmo cardiaco. O su reparación dificultosa.
-          Eres increíble, Jake- susurré dejando caer mi cabeza en su hombro. El se recostó con cuidado en el suelo mientras desasía el agarre de mis piernas en sus caderas. Y el suavemente trazaba caminitos por mi espalda con sus dedos.
-                      Creo que podría haber durado un poco mas- musitó para si mismo.
-                      Para ser tu primera ves, estuviste muy bien, amor- entonces mi corazón se achicharró como si le hubieran echado gasolina y luego lo hubieran encendido. Esta era nuestra primera vez juntos, y sería así por mucho tiempo. Me acurruqué contra su cuerpo tratando de apaciguar el agujero de mi pecho. Pero su mirada perceptiva noto mi expresión de dolor.
-                      Todo saldrá bien- murmuró contra mi pelo- Confía en mi-
-                      ¿Chicos?- llamó una nerviosa y femenina, acompañada de otro corazón frenético- Somos nosotros.- las voces provenían de detrás de uno de los árboles cercanos a nosotros. Me carcajeé en mi fuero interno. Los chicos seguramente nos habían oído u quería darnos espacio.
-                      ¿Jake?- llamó Seth ¿molesto? Miré a Jacob contrariada, el también lo noto- Annie necesita hablar con ustedes- ambos intercambiamos una mirada cómplice. Estábamos desnudos y cansados
-                      ¿No pueden esperar?- pregunto Jacob mientras se sentaba y yo procedía a imitarlo
-                      Pero es muy importante- soltó la pequeña en un gemido angustioso- Por favor, solo tengo que hablar con Jake y luego me voy.- Le dediqué una mueca al árbol ¿Qué tenía que hablar ella con MI Jacob?
-                      Amm, bien ¿pero espero que no te moleste verme desnudo Anne?
-                      A ella no, pero a mi si- le solté secamente. Jake me sonrió inspirándome confianza. Lo deje ir de mala gana. Mientras Seth aparecía con la cabeza gacha
-                      Hola Koko- murmuró molesto
-                      Seth ¿Qué te ocurre? desde que llegaste que estas sonriendo
-                      Ya lo veras- musitó secamente. Entre tanto oía la conversación de Annie, pero me perdí la mayor parte y solo alcancé a oír un “Es la única solución”. Solo entonces oí el grito de Jacob-
-                      ¡DE NINGUNA MANERA! ¡Estas loca, niña! ¡Loca!
-                      Pues, tal vez Kokoro no piense igual que tu.- exclamo tranquilamente
-                      ¡NI se te ocurra proponerle algo tan estupido!- le gritó exasperado. De la nada Seth se puso alerta. Pero antes que nada, Annie pareció corriendo hasta nosotros. Jacob la siguió con gesto amenazador y se paró frente a ella completamente encolerizado. Seth escondió a Annie en su espalda:
-                      No le toques un pelo Black. Te matare. Tócala y te juro que te mataré- le espetó mientras empezaba a temblar, en lo que Annie le besaba la nuca.
-                      Tranquilízate Seth. Jacob sabe que tengo razón. Solo esta asustado.- Entonces Annie se giró hacia mí. Sus ojos se veían tan…raros. Ahora se veía más grande. Como si le hubieran caído 20 años encima de golpe y sopetón. Todas las miradas recayeron en mi, que aun estaba sentada en el piso- Koko, creo que hay una posibilidad. Podemos quedarnos con ellos, pero debemos hacer algo poco- guardo silencio unos momentos. Como si estuviera buscando las palabras adecuadas. Hasta que por fin dijo- ortodoxo.
-                      No es poco ortodoxo, es estúpido- exclamó Jacob con desprecio.
-                      Si- concordó Seth. Los miré sorprendida, hace unos minutos el chico estaba dispuesto a matarlo y ahora estaban de acuerdo en algo que me tenía mareada
-                      Anne ¿quieres ir al grano?- pregunte confusa. Ella asintió y sin mas dijo
-                      Para que ninguno de nosotros tenga que abandonar al otro. Tenemos que abandonar nuestros espíritus de lobo- le chasque la lengua. Eso no resolvía nada, refutaba el punto de Jacob. Quil y Embry no podrían proteger a la Push solos.
-                      Anne, no es ninguna novedad. Nosotros ya habíamos pensado en eso, y además- entonces todos se me quedaron mirando con el rostro contrariado por la sorpresa.- ¿Qué?- pero en menos de un segundo lo sopese- Anne, cuando decías que “tenemos” te referías a…
-                      A nosotras, Koko. Ellos no pueden abandonar La Push, pero aquí nos sobran lobas. Ya hable con las chicas. Al principio no les gustaba la idea, pero luego las convencí. Natt, ella si que fue dura de convencer. Pero entiende que estas imprimada. Así que ella será la nueva alfa. Todas dicen que te quieren y que te van a extrañar. Kathe hasta se puso a llorar, pero Embry la consoló. Aun que un con un poco mas de devoción de la requerida. Luego se fueron y no los veo desde entonces.- admitió sonriendo, en algo a lo que a los chicos no le hacia gracia. Annie y Seth, yo y Jacob ¿y ahora Kathe y Embry?
-                      ¿Ellos también están…?
-                      No, solo están excitados. No se si lo notaste pero desde que estos chicos están aquí la tensión sexual ah ido en aumento- exclamo mientras le daba una palmada a su lobo en el trasero y se relamía los labios. Seth se puso como un tomate y luego se volvió para abrasar a su impronta. Pero Jacob seguía con su rostro molesto. Realmente ¿Qué era lo que le desagradaba de que yo dejara de ser loba? Igual, no iba a preguntarle. Por que si quería estar con el, no tenía opción. Me incorporé de un salto y le di un beso en los labios a mi dulce lobo. Pero el sujetó mis manos y me miro suplicante, pero yo sabia lo que tenía que hacer. me separé de el con cuidado y miré a Annie con la mas grande de las gratitudes.
-                      Annie, eres un genio. De aquí hasta el último día de tu vida te lo voy a recordar- Seth frunció el seño disgustado, y no era difícil de comprender el por que. Annie no iba a vivir tanto como humana que como loba. Al igual que yo, pero no importaba. No iba a renunciar a Jacob, y aun que a el no le agradara la idea sabía que era una buena solución. Tome la mano de Annie, era hora. Anne me sonrió mientras estrechaba mis dedos- Te quiero perra- musito con la vos entrecortada por la emoción
-                      Y yo a ti, eres el mejor dolor de cabeza que podré pedir jamás- dije mirando a Jacob con una sonrisa traviesa, en lo que el hacía esfuerzos por sonreírme sin armar una escena.
Ambas nos dimos la vuelta y nos pusimos a caminar unos cuantos metros lejos de los chicos. Jacob no me detuvo, estaba demasiado molesto, y eso me preocupaba. No quería que estuviera enojado con migo por hacer lo mas lógico.
El bosque estaba en calma, oscuro y misterioso. Como los ojos de mi impronta.
Pero este bosque, por primera ves en mi vida, me daba miedo. Por que representaba un camino sin retorno. Por que a donde sea que mirara no veía nada que no fuera la oscuridad envolviendo todo, y lo único que me guiaba era la firme y segura mano de la pequeña Marshall, que ahora no parecía tan pequeña.
Caminamos un par de kilómetros hasta que el caminó se bifurcó en 2 direcciones destintas. Trate de no pensar en la ironía que representaba aquel camino. Nos miramos con los nervios grabados en el rostro, sabíamos perfectamente que no había vuelta atrás, y no me importaba, pero aun así tenía miedo.
Miedo de que Jake no pudiera amarme siendo humana
Miedo a no ser suficiente para el
Miedo a no poder protegerlo de los vampiros
Miedo a perderlo y no poder hacer nada.
En ese momento le dediqué una mirada de puro a terror a mi hermana de manada. Ella estaba tranquila, a diferencia de hace un minuto. Su rostro estaba sereno, en completa paz. Me dio envidia y una extraña añoranza al mismo tiempo. Ella había crecido tan rápido en 1 día. Esto de la impronta hacía maravillas con las lobitas rebeldes.

-          Todo saldrá bien. No temas- se puso de puntillas para tomar mi barbilla y me planto un beso en la nariz, y luego choco su frente con la mía- Te quiero mucho Kokoro, cuídate- y luego salió a velocidad lupina corriendo mientras yo me quedaba sola en medio del bosque. Entonces me senté en el piso y pensé en Jacob, en su sonrisa, los momentos vividos y los que nos quedaban por vivir.
Todas las noches a su lado, adornando un futuro lleno de esperanza.
Y entonces, solo cerré los ojos y con una enorme sonrisa esperanzada en mi rostro, y lo deje ir.


Quien sabe cuantos años y cuantos meses después.
Jacob POV:
Los rayos de sol que se filtraban por la ventana del cuarto en una mañana inusualmente soleada en el estado de Washington, resaltaron destellos en la piel de la ninfa más hermosa que vio el mundo.
Estaba tan tranquila así dormida, que hasta me sentí un criminal por despertarla, pero el desayuno se enfriaba.
Me tome otro par de segundo para admirarla, era tan hermosa, mas que cualquier fantasía de algunos de esos poetas que le gustaban tanto. Ni si quiera esos tipos podrían describir a un ente mas hermoso que mi dulce Kokoro.
Me acerque con sigilo hasta poder sentarme en la cama junto a ella.

-          Arriba señora Black, no es momento de hacer esperar a su marido que por primera vez preparó el desayuno sin quemar la casa o la comida- su respiración cambio la cadencia de inconciente a conciente. Ella levanto su rostro con cuidado mientras se estiraba, y me besaba la mejilla esbozando una sonrisa que derrochaba alegría- buenos días amor
-          Buenos día, Jake- y otra vez esa sonrisa de plenitud y felicidad que me quitaba el aliento. Kokoro era tan infinitamente hermosa. Jamás sería otra que la misma loba que conocí en el bosque. Alegre, inteligente e incansablemente apasionada y dulce. Suspiré satisfecho en lo que mis labios recorrían su cuerpo.
Mi humana, mi impronta, mi amor eterno.
Mi dulce Kokoro Black, mi Kokoro.
Tu Jacob, tuyo hasta la última célula del cuerpo.

Fin!!!