Team "Todo lo que tenga piernas!"

jueves, 29 de julio de 2010

Shot para el concurso de Vii por el aniversario de Vithes

El Asesino de la luna

Los personajes son de Stephanie Meyer, excepto Selene, pero la historia es miaaaaaa.
Otra cosa mia es el nombre del asesino juju

Sentado en su butaca negra, en medio de una de las playas que mas hermosas que jamás existieron, rodeado de belleza, de el suave murmullo de las olas rompiendo en la orilla, la brisa marina acariciándole el rostro, la arena prístina entre sus pies descalzos, y la calidez del sol abrazando su rostro, Jakcobrius, mejor conocido como Jakob o Jake. Hoy, 27 de julio, era uno de los días en los que solía estar más feliz que nunca, pero ahora, habiendo pasado más de 3.000 años desde su último cumpleaños, Jakob, no estaba nada animado.

Podía sentir el peso de la ausencia de su hermosa Isabela. La única mujer que había logrado tocar su corazón entumecido. Extrañaba verla sonreír de sus chistes malos, el destello de lucidez en sus ojos cuando descubría sus intenciones, sus calidas caricias cuando peleaba con su familia. Ella siempre fue su consuelo, su puerto seguro.
Oh Isabela, la única mujer que lo había conocido de verdad, la única amiga verdadera que había tenido jamás. Cuanto la echaba en falta.
Atascado en un punto inexistente del cosmos, en el que el tiempo no avanzaba jamás, se sentía tan solo. Era el último de su clase. Por su estupidez había matado a todo lo que le importaba y ahora, estaba condenado a la eternidad en soledad.
¿Por qué había deseado aquella tontería?
¿Cómo pudo ser tan estúpido?
Solo quiero escapar de este mundo. Ser libre, sin nadie molestándome.
¿Por que?
Miro a su alrededor. Los caprichos del destino. El había luchado toda su vida para ser alguien que no debiera agachar la cabeza ante nadie.
Había cambiado su alma, su vida, toda su existencia por poder para destruir a aquellos que lo habían lastimado.
Aun podía escuchar claramente en su cabeza la conversación que había tenido con aquella preciosa mujer.

Era la criatura más bella que había visto nunca.
Desentonaba completamente contra el crudo ambiente urbano de aquel callejón de mala muerte, sucio, y mal oliente.
El se hallaba en la acera recogiendo la poca dignidad que le había quedado luego de pelear brutalmente contra su hermano mayor Sam.
“Eres una bestia inmunda, asquerosa y despreciable. Maldigo el día en que mama te concibió, patético remedo de hombre. Siempre fuiste un bueno para nada y un perdedor, y ahora todos pagaremos el precio de tus errores. Juro que si no fueras mi hermano yo mismo te mataría, pero no quiero volver a verte jamás. Para mi estas muerto Jacob” Si, Sam era todo un poeta del odio.
Mal herido, humillado, y devastado. Jacob había visto como su hermano se marchaba dando pisotones, cuando, luego que el se perdió de su vista, un hermoso ángel se apareció frente a el.
Una mujer joven, en la flor de su juventud. Su rostro ovalado en forma de corazón, encerraba unos carnosos y rojizos labios, se veían tan salves como el algodón. Sus facciones eran finas y delicadas, con unos ojos mas azules que el mar, salpicados de motitas blancas, y el cabello negro como la noche cayéndole en cascada por sus hombros, hasta su pequeña cintura. Ella no seria mas alta que el, como mucho, no pasaría del metro 70. A pesar de estar en pleno invierno, bestia, tan solo un diáfano vestido blanco de tiras, que parecía ser mas suave que la seda. La tela danzaba con la brisa por el cuerpo de aquella aparición como si fuera mantequilla.
La mujer le sonrío con ternura, inclinándose sobre el con una mano extendida para que el la tomara. Lo hizo sin dudarlo ni un instante. Su tacto era calido y conciliador, y le envío cientos de descargas eléctricas por todo el cuerpo.
“Dime lo que deseas, Jacob” Le había dicho. Su vos era como el canto de un ave, mezclado con el sonido del viento entre las montañas. Era dulce y musical. La cosa mas hermosa que había oído.
No supo que responder. Todos sus sentidos estaban concentrados en no babear.
Luego de unos segundos de silencio, ella volvió a preguntar sin perder su sonrisa
“Dime, Jacob ¿Qué es lo que deseas?”
Pensó en su miseria. En como había deshonrado a su familia. La crueldad de Edward había sido desmedida. Y el no tuvo piedad. Por su culpa su padre estaba muerto y su madre y su hermano menor en el hospital.
Un fuego creció dentro de el, uno que clamaba por venganza, por la sangre de su enemigo. Quería la cabeza de todos los Cullen en una bandeja, quería arrancarles sus fríos corazones y comérselos frente a sus ojos. Deseaba que ellos experimentaran el dolor de la perdida, tal y como el lo experimentaba ahora.
Sin dudarlo, el se planto frente a aquel ángel de negros cabellos, ignorando el dolor lacerante en sus costillas o en sus piernas. Entonces hablo firmemente.
“Deseo ser el ser mas poderoso de todos. Quiero tener el poder de acabar con todos lo que me hicieron daño”
La mujer le sonrío satisfecha.
“Así será” Sentencio. Se inclino hacia delante como si fuera a besarlo. Jacob cerró los ojos y espero…
Sacudió la cabeza con rudeza, tratando de librarse de esas dolorosas imágenes. Selene no lo había besado. Lo había apuñalado con la misma daga dorada que ahora el guardaba en su cinturón de cuero.
La diosa de la luna lo había asesinado, solo para traerlo de nuevo a la vida. Pero ya no era Jacob Black, el chico alegre que todos conocían. No. Cuando abrió los ojos el era algo completamente distinto. Ya no era humano. Era el nuevo Jakcobrius de Selene. La diosa de la luna. Un asesino a sangre fría sin sentimientos o emociones.
El había matado a sus enemigos… y a sus amigos. Su odio y su sed de venganza lo segaron a tal punto, que no pudo distinguir cual era el corazón que atravesaba su espada plateada.
Para cuando recupero el control de su mismo, ya era tarde. Todos estaban muertos.
Recordó con total nitidez el cuerpo destrozado de la que una vez fue su mejor amiga.
Su Bella, muerta por su propia espada. Por su propio odio.
Cerró sus ojos tratando de hacer que el dolor se fuera. Pero, una ves más, no tuvo esa suerte.
Miro el sol, perdido en el horizonte. El crepúsculo.
Deseaba con todas sus fuerzas que el sol siguiera allí, pero no podía evitarlo. Sin importar cuan grande fuera su poder, no podía controlar el tiempo del sol. En cuanto anocheciera, el volvería a la oscuridad. Volvería al abrigo de la diosa, a ser su asesino personal. Como un perro de ataque sin cerebro.
- Primero muerto- tomo de su cinturón la navaja dorada con el símbolo de la luna en la crus, adornada de diamantes. Miro el sol apunto de ponerse y cerro los ojos. Conjuro una vez más la imagen del rostro de su dulce Bella.
Sujeto la navaja con ambas manos y la sitúo justo encima de su vientre y punzo- Adiós, Bella. Lo siento mucho-
Jacob se despertó gritando, desesperado, con las sabanas azules enroscadas en su cuello.
Sara entro en su habitación corriendo, encendiendo la luz mientras lo hacia.
- Bebe, ¿estas bien?- ¿Todo había sido un sueño? ¿Cómo era posible? Jacob miro el bello rostro de su madre, la forma en la que sus labios se curvan cuando estaba preocupada.
El no estaba ya en la playa, estaba en su habitación. En su cama junto a la ventana. Fuera se oían los murmullos de voces que conocía bien. Sus hermanas platicaban con su padre.
- Todo fue solo un sueño- afirmo asombrado. Su madre le sonrío con ternura, mientras su mano flotaba como una mariposa a su mejilla, dándole la tibia caricia que tanto necesitaba. Suspiro de gozo.
- Si, amor. Todo fue un sueño. No te preocupes- ella se inclino hacia el para envolverlo con sus brazos. Jacob hizo lo mismo, cerrando sus ojos. Todo había sido un sueño. No podía estar más feliz ni aliviado por ello. No había matado a su familia ni a…
- Mama, ¿Dónde esta Bella?
- ¡Oh! Ahora lo recuerdo, Jackie. Ella te trajo algo hoy- una sonrisa abierta surco el rostro de Sara Black- Lo que me recuerda, feliz cumpleaños cariño- ella le dio un pequeño beso en la frente y luego se levanto de la cama y le hizo un ademán para que esperara.
Jacob estaba tan feliz, tan aliviado. No era un monstruo, un asesino a sangre fría.
Otra vez estaba rodeado del amor de su familia, de sus amigos, de su Bella. El sonrío con todas sus fuerzas conteniendo las ganas de gritar que lo inundaron
Su madre ingreso por la puerta de su cuarto, tenia dos paquetes envueltos en papel para regalo en cada mano. Le tendió el primero.
- Bella te trajo este- le dio el de color rojo con un moño blanco- Dijo que te vería en la escuela- La vos de su hermana mayor Rachel irrumpió el ambiente
- ¡Mama! Rebeca me robo mi blusa- chillo entre llanto. Sara puso los ojos en blanco.
- Iré a encargarme de tus hermanas, te veo para el desayuno- Ella le beso la frente una ves mas y salio de la habitación- ¡Rebeca! Dale su blusa a tu hermana
Jacob miro por la puerta entre abierta pensando en lo feliz que lo hacia oír esa cotidiana pelea. Era música para sus oídos.
Miro la caja junto a el y miro la pequeña nota que descansaba escondida en el moño. La letra estaba toda temblorosa como si la persona la hubieran escrito apresuradamente.
“ Lamento no poder dártelo en persona, pero me quede sin tiempo luego de envolverlo y tuve que correr a la escuela. Te quiero, y te veo en la escuela. Bella
PD: El verdadero Será para cuando cumplas los 21”
Miro la nota con ternura. La dejo sobre el escritorio y abrió la tapa.
Dentro había un pequeño llavero con un Rolls Royce rojo de 1925. Sus dedos temblaron ante la pequeña pieza de metal. Era algo que deseaba desde que tenía uso de razón.
Oh, Bella lo conocía tan bien.
Dejando el llavero en la mesa de noche, tomo el otro paquete. Era más grande que el de Bella y estaba mal envuelto en papel periódico.
También había una nota al lado de un moño improvisado.
La letra era tosca y estaba escrita con una pluma rota. La reconoció enseguida. Sam. Tenia una leyenda corta que le helo la sangre
“Por si aun quieres atizarle a Cullen. Espero que sepas lo que tienes que hacer con ella”
Miro la nota extrañado, recordaba el problema que había tenido con el tipo. El lo había llamado pobretón y perdedor y se había burlado de su hermana. La ira lo recorrió pensando que ¿quien rayos se creía para hablar así de su hermana?
Idiota.
Abrió la caja. Dios, no podía ser, no, no podía ser.
Dentro había una navaja retráctil con una media luna bordeando el botón accionador.
No podía respirar, era igual que e su sueño…
“Espero que sepas lo que tienes que hacer con ella”
- No soy un asesino
Tomo la navaja entre sus manos con cuidado de no presionar el botón.
Y, metiéndola de nuevo dentro de la caja la tiro al cubo de basura junto a el.
Se levanto de la cama, estirando sus brazos y piernas.
- ¡Jake!- lo llamo su padre desde la cocina- A desayunar chico- Se incorporo de un salto pensando
- Hoy va a ser un gran día

Ok, perdonene que no haya publicado nadaaa buaaaaa
es que toy seca y esta historia vino asi como un flash, ojala me tengan pasiencia. Adios!!!!
la amo
gracias por esperar

sábado, 10 de julio de 2010

Seduciendo al enemigo- Capitulo 4

3 días después:


Empecé a sentirme más ligero. Como si nada en el mundo me importara aparte de la clase de Geografía.

La profesora Mallory ya no era la profesora Mallory. Ahora me permitía llamarla Lauren, pero cuando nadie nos escuchara. Y ella me llamaba Seth todo el tiempo.

Era su alumno predilecto a la hora de pedir ayuda para traer muchos libros, o buscar tizas, o mapas.



Una vez estaba en el estacionamiento esperando a que Jacob terminara su sexcapada con Nessie en las regaderas, para ir a la Push cuando Lauren paso junto a mi distraída buscando algo en su bolso. Las llaves se le cayeron al piso y tubo que agacharse.



Tuve que apretar los labios para no gritar lo mucho que me atraía. Ella se dio la vuelta mirándome con gesto malévolo y me dijo:



- Disfrutando de la vista srto Cleawater- tragué en seco



- Seth- le corregí titubeante- y...si, a decir verdad, es una vista preciosa...



...Y por ese motivo cuando entre en clase de Geografía iba mas que animado. Si Lauren había notado como le miraba el trasero y no se había enojado con migo, definitivamente ella sentía algo por mi.



Como ya era costumbre para mí, me senté en la mesa más próxima a la de ella junto a Mandy. Ella aun no había entablado amistad con nadie más q yo y Nessie, incluso se negaba a hablar mas de dos palabras con los chicos... Lauren me lanzó una mirada que juraría era de picardía, pero debieron ser mis hormonas las que me habían engañado. Lauren me detestaba... aunque antes en el aparcamiento... sacudí mi cabeza despejándola, Lauren estaba hablando y yo SIEMPRE atendía a sus palabras.



No sé como ocurrió realmente, no era mi intención aunque…Wow estuvo genial... El casi es que se le escurrió la tiza de los dedos mientas estaba junto a mí explicando a la clase el tema... raídamente me agaché a recogerla para devolvérsela al tiempo que ella también se agachaba. Casi, casi... nos damos un coscorrón con las cabezas, divertidos ambos alzamos la cabeza para reírnos del casi tonto accidente con la mala fortuna de rozaros los labios....



Me frunció el seño, como si me estuviera reprochando el mal comportamiento:



- No es mi culpa que estés amenazando mis hormonas- le susurré mientras se incorporaba y me fulminaba con la mirada- Lo siento, me calló.



- Si, mejor- ella se dio la vuelta rápidamente y empezó a escribir las preguntas para un trabajo practico que debíamos entregar dentro de un semana.



Mandy me paso un papel. No era su costumbre mandarme papelitos entre clases, pero la veía muchos mas libre cuando me escribía que cuando tenía que decir algo. Iba a tener que sacarle provecho a ese detalle.



<< ¿Te gusta la profesora, Seth?>>



Dios, ¿tan obvio era? pero no podía decir nada de esto a un simple humano, no lo comprendería. Así que cogí el papel y le puse una de las más grandes mentiras:



<< No, ¿que dices? Casi me muero del asco cuando nos hemos rozados los labios. Urghhh>>



Miré a Lauren que se encontraba aun de espaldas, pero con la cabeza ligeramente girada hacia mí. ¿Estaba ruborizada? pestañeé un par de veces y volví a mirar. Sí, lo estaba. Sonreí internamente



<< ¿En serio? >> No pude evitar poner una sonrisa de idiota al tenderle la nota pero al verle su ceño fruncido se la volví a quitar y añadí: << que asco ¿no?>>



<> No era raro, Mandy siempre esperaba a que la sala quedase bacía para que los chicos no la empujaran, aun que sabía que nadie lo haría por que yo y mis amigos les dábamos miedo.



Del mismo modo que los chicos de la escuela dejaron de insinuársele a Nessie desde que Jacob y todos nosotros nos cambiamos aquí.



Ella me quito el papel de las manos, borró lo que había escrito y luego agrego <>



Me reprendí a mi mismo por ser tan obvió. Tendría que cambiar mi cara de "Si pudiera te vertería miel por le cuerpo y le limpiaría con la lengua" por una expresión un poco mas común



Para mi alivio no tuve que responderle a aquello, realmente no sabía que responder, pues la sirena sonó y rápidamente recogí mis cosas para salir. Pero Lauren me llamó.



- Seth, puedes venir por favor- me llamo desde su escritorio. Vacile en el umbral de la puerta y me adentre en el salón mientras los chicos se iban y Mandy me dedicaba una mirada de preocupación.



- No te preocupes por mí, nos vemos mas tarde- le asegure. Ella asintió y se fue cerrando la puerta tras ella. Me di la vuelta para encarar a Lauren que se sentó en su escritorio con las piernas cruzadas, y arrojo los brazos hacia atrás para sostener su cuerpo- ¿Que pasa ahora Lauren? No hice nada malo hasta donde se



Ella se mordió el labio, tensándome en el sitio. Ese gesto me excitaba demasiado.



- No, no has hecho nada malo, solo me has besado. - dijo alzando una ceja y mirándome con enojo.



- ¡Yo! Se equivoca Lauren, yo no la bese- ella se ruborizó, inmediatamente se bajo de escritorio y se paro junto a mi. Solo tenía que acercarme un poquito para besarla. Pero ella acercó su rostro hasta mi oído.



- Es una pena, me habría gustado que fuera así. - ronroneó dejándome estupefacto.



No sabía bien que hacer. Tenía su cuerpo muy cerca del mio. Ella apartó su rostro del mio hasta que quedamos a la misma altura.



No quise ser grosero, pero ella me estaba provocando.



- Lauren no llames al lobo si no vas a dejarlo jugar contigo- susurré tratando de sonar sexy



Y entonces hizo algo que me congeló, llevándome al cielo. Me besó. Instintivamente le correspondí sin párame si quiera a pensar si era algún truco, una trampa o qué, mi cuerpo solo era capaz de responder a aquel beso suyo. Sabía tan bien, tan dulce y suave...



Se me ocurrió tentar mi suerte. La sujete de las caderas e hice que quedara contra el escritorio. Para que sintiera mi cuerpo aplastarse contra el suyo.



Ella abrió su boca invitándome a robarme su lengua, y me sentí morir cuando sus manos se afianzaron con más fuerza en mi pelo, atrayendo mi cara aun más cerca de la suya, si es que eso era posible. Entonces ella cruzó las piernas por detrás de mi espalda, arrimándome aun más cerca de su cuerpo de fantasía.



Mi pobre cuerpo, sometido por sus encantos, respondió al beso con una maldita erección que no pude controlar. Ella sonrió contra mi boca, pero rápidamente volví a besarla y a apretarla aun más contra mi.



Si no podía poseerla al menos me limitaría a poder ceñirme lo mas cerca que me fuera posible.



- Eres tan hermosa Lauren- susurré sobre sus labios



- Lo sé. - rió Lauren mordiéndome el lóbulo de mi oreja. ¡Dios esta mujer me volvía loco! en ese momento pegaron a la puerta. Rápidamente me separé de ella y nos pusimos de pie, arreglándonos la ropa.



- ¿Quien es?- pregunto mientras se sentaba tras el escritorio fingiendo que solo estaba hablando con otro estudiante. Y realmente lo hacía muy bien. Yo tome mis cosas y disimulada mente me acomode el pantalón para disimular el bulto en mis pantalones.



- Soy yo Lauren, tengo las evaluaciones de los alumnos. ¿Te apetece reírte un rato?- pregunto el profesor de literatura., que ingreso sin pedir permiso. Me observó a mi y a ella, paseándose de hito en hito hasta que, de manera arrogante asumió que yo no suponía gran amenaza para el. Toda la escuela sabía que el estaba tras ella. Era un hombre pequeño, calvo, con la espalda encorvada, usaba anteojos y si Alice viera como bestia le daría un infarto del horror.



- ¿Interrumpo algo?



- No Jerry, pero de echo el señor Cleawater y yo, ya nos estábamos retirando- el hombre observo a Lauren desilusionado mientras se colocaba el abrigo y nos hacía señas para que saliéramos del salón mientras ella cerraba el curso con llave- Bien, ya me voy. Nos vemos Jerry. Otro día con gusto te acompaño a ver las evaluaciones de los alumnos.



El tipo este se fue refunfuñando, y cuando se perdió de vista acaricie la mano de Lauren y le sonreí.



- ¿Así que el señor Cleawater se tiene que ir? Y ¿A donde si se puede saber profesora Mallory?



- El señor Cleawater a su casa, y la profesora a la suya. Tengo cosas que hacer- me soltó secamente mientras se marchaba



Me quede allí parado mirando atónito, ¿me había corrido como a un perro pulgoso?



Ni hablar, no la dejaría irse sin más. Corrí hacia ella y la detuve por el brazo.



- ¿Qué crees que estas haciendo Lauren? - le pregunté indignado.



- Irme a casa, ¿que piensas? Nos hemos divertido pero ya esta. - Dijo soltándose y sacudiendo su larga y bella melena con aire de orgullo.



- No.



- Como dices? - pregunto volviendo intimidatoriamente.



- Que no te vas a ir. - le aseguré agarrándola por los hombro y empujándola a la clase más cercana cerrando tras mi la puerta. La arrinconé contra la pared y le planté un beso en los labios.



- ¡Suéltame!- murmuró contra mis labios. Me separé un poco para ver que sus ojos me decían lo contrario, entonces su vos se calmó- Llamaré a la policía



- ¿Enserio?- inquirí desafiante



Ella me miró dubitativa.



- Vamos Lauren, no voy a decir nada de esto si es lo que temes. - Le susurré al oído acariciándole el hombro con un dedo y escurriéndole la tira de la camisa por el brazo. Luego le besé el hombro y la mire a los ojos. Ella no dijo nada más, solo me agarró de la cara y la atrajo a la suya para besarme desesperadamente. Con un gruñido la levante, enroscando sus piernas en mi cintura y la tumbé sobre las mesas. La verdad estaba siendo demasiado imprudente, podrían entrar en cualquier momento y pillarnos y ese sería nuestro fin. Así que siendo por primera vez prudente me retiré de ella.



- Creo q la limpiadora apsara por aquí en cuestión de minutos para limpiar el aula...



- Cuando eres sensato pierdes tu encanto- musito mientras le incorporaba para cerrar con seguro la puerta- una de las ventajas de esta escuela mugrosa es que la gente se va temprano para dejar que los limpiadores nocturnos se encarguen de esto- entonces me tiró encima del escritorio y se sentó a horcajadas sobre mi. Curvó los labios en una sonrisa maliciosa en cuanto sintió mi erección presionarla - Mmm, se siente bien.



- Dentro de poco lo sentirás aun mejor- ella sonrió maliciosamente, se recostó sobre mi y empezamos a besarnos otra vez. Solo que ahora me tome unas cuantas libertades con ella. Como por ejemplo meter mis manos por debajo de su blusa y acariciar sus pechos por encima del sostén. Se me izo agua la boca, y me cuerpo ardió en llamas cuando ella gimió de placer, mientras con una mano envolvía la mía para que la apretara mas fuerte, y la otra la deslizaba dentro de mi pantalón, acariciando mi miembro por encima del bóxer.



No pude evitar soltar un gruñido de mi garganta al sentir sus suaves manos acariciarlo. Concentrándome en no rasgarla, le quite la blusa dejándome una genial visión de sus pechos atrapados en ese estorboso sostén de encaje negro. Ella hizo lo suyo con mi camisa entre risas y quedó muda al ver mi torso. Je, estaba claro q no se esperaba que estuviera tan tonificado. "Es lo que tiene ser lobo preciosa”, pensé para mi mismo.



- Guau- exclamo sorprendía, pasando sus manos por mi pecho. Ambas.



Sonreí muy pagado de mi mismo.



- ¡Estas que ardes!



- Gracias, tu también- pero su expresión no era la misma, estaba así como preocupada.



- Ósea, que estas ardiendo. Parece que tienes fiebre- sonreí tratando de disimular, aun no era tiempo de explicarle mi secreto. Y se me ocurrió un chiste para bajar la tensión.



- Es que cierta mujer me esta subiendo la temperatura con sus caricias.



Volví a besarla procurando acallar toda queja que pudiera salir de ellos, y entonces le deshice el sostén y me maraville ante sus perfectos pechos. Sus pezones estaban sonrosados y muy duros. No necesite otra cosa que me indicara que moría por mis caricias.



Los degusté con una devoción casi religiosa.



Pasé mi lengua por uno de ellos y luego lo mordí.



- Hay si- gemía ella, lo que me ponía aun mas frenético de lo que ya estaba.



Comencé a subir mis labios hasta su cuello dejando un camino de mordidas suaves que le hacían reír y gemir al mismo tiempo. Ella comenzó a desabrochar con manos nerviosas mi pantalón a lo que yo respondí con un gruñido y una sonrisa picara deslizando mis manos hasta su minifalda para quitársela por la cabeza, ya que estando sentada a horcajadas era difícil pasársela por las piernas. Nos reímos mucho cuando la falda se atascó en los hombros y yo tiraba de ella sin éxito hasta que al fin se deslizó dejando a Lauren solo con unas finas bragas negras. Ella hizo un sensual puchero y acercó su cara hasta mi oído para susurrar:



- creo que aquí sobra una prenda. - tiró de mis pantalones hasta se deslizó. Con los pies me quité las deportivas y me libre del pantalón.



La agarré de la cintura y la empuje de espaldas contra el escritorio para poder ponerme sobre ella. Se la veía preciosa con el pelo extendido por la superficie del escritorio y su pecho subiendo y bajando rápidamente por la excitación.



Ya la tenía a mi merced, solo tenía que quitarle las bragas y podría hacerla mía...pero...No sabía muy bien como hacerlo. Ósea, si que lo sabía. Había visto la peli porno en la cabeza de Jake más de una vez.



Pero yo no era como ellos, no era un ninfomano sexopata. Yo era un patético niño tratando de darle placer a una mujer sombrosa.



Deje que mis labios llegarán solos hasta su oído y le susurré con vos temblorosa.



- Si te lastimo, por favor, por favor golpéame. No podría soportar la idea de hacerte daño.



- Tu puedes hacerlo Seth, confió en ti pequeño- soltó entre suspiros.



Mas nervioso que confiado, sujete las diminutas bragas y las deslicé por sus cremosas piernas pálidas. Se las separé solo un poco para quedar entre sus piernas. Su calor me llamaba, su humedad me estaba volviendo loco por el deseo.



Solo deje que mi cadera fuera hacia su entrada y entonces...juro que sentí las puertas del cielo abrirse para mí:



- Mmm, que bien se siente- gimió contra mi cuello. Ella me sujeto del trasero (cosa que me divirtió bastante) y me obligo a entrar en su cuerpo con más rapidez. Haciendo que mí miembro entraba y saliera de ella, cada vez más rápido.



Mis brazos se hicieron gelatina, los había expandido a cada lado de su cuerpo para que dejar caer mi peso sobre su cuerpo. Pero entonces, mi resistencia se quebrantó, y ahora solo me sostenían con los codos apoyados, y roge que eso fuera suficiente



Nuestros cuerpos estaban totalmente pegados, notando el pecho de Lauren en el mio, bajando y subiendo frenéticamente. Su boca estaba a la altura de mi oído, haciéndome estremecer con sus suspiros y gemidos. Ella enrolló sus largas piernas al rededor de mi cintura y comenzó a moverse para obtener mas placer, llevándome al cielo con aquel movimiento de caderas. Lauren comenzó a respirar dificultosamente y se quedó quieta. Asustado la mire.



- ¿Ocurre algo?



- Es... solo que... esta tan caliente... que quemas de verdad. Y no te ofendas... pero pesas.- dijo entre jadeos.



No me había dado cuenta que deje caer todo mi peso sobre ella. Rápidamente la volteé para colocarla encima mio, así no la aplastaría y no se abrasaría con mi calor.



- Mejor. - suspiró.



Trate con todas mis fuerzas de sonreír, pero solo pude poner una expresión de placer en cuanto ella comenzó a moverse, alrededor de mi miembro, que la llenaba por completo.



Pero había algo que no entendía. ¿Por que todo se sentía tan apretado? Lauren estaba apretando mi miembro y todo cada vez se ponía mas húmedo y apretado.



Entonces, cuando reprimió un grito de placer comprendí que ella estaba teniendo un orgasmo.



Recordé lo que Jacob hacía cuando Nessie tenía uno. Empecé a arremeterla mas fuerte, a sabiendas de que me correría en cualquier momento, y cuando eso pasó, Lauren tuvo que taparme la boca para que no gritara del placer que estaba experimentando.



Ella se bajó de mí, y se sentó en la silla del escritorio mientras yo seguía tirado sobre este.



- Guau- solté asombrado con la mirada en el pecho- esto es...Ósea...fue como... ¿Que fue?- Lauren se inclino en la silla para besarme y susurró felizmente:



- ¿Primerizo eh? Pues felicidades, acabas de tener tu primer orgasmo- sonrió y empezó a buscar su ropa y la mía.



Me vistió con cuidado, y luego me permitió que yo la vistiera. Aun que lo hice con mucha tristeza.



Pero ella noto mi mirada y me tranquilizo diciendo:



- Tranquilo mi niño, tienes todo el tiempo del mundo para continuar perfeccionándote. Te prometo que esta no será la última vez...









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Ok, luego de muchas idas y vueltas pude publicar



jaja



un besote



We love you!!!

lunes, 5 de julio de 2010

Entre la verdad y el amor- Capitulo 17- Por que...

Okas jeje, espero que les guste este mini capi
juju
byeee
no se olviden de comentar
PD: Va dedicado a sara, a ale y a beu
jejeje
Claro como no mencionar a mi hermana Ada y a Mi madre ausente que disfruta de una merecidas vacaciones jejje. Te amo Leda y a ti tamb Tia Teles

Capitulo 17
Por que...
No podía respirar, no podía moverme de mi sitio. Jacob… había echo… ¿Qué cosa?


Sentí mis manos temblar de la ira y mis mejillas llenarse de sangre, es que no podía simplemente creerlo.

Corrí por el bosque, tratando de escapar, de la realidad. De del dolor. De las mentiras.

Pero las palabras de Quil seguían repitiéndose en mi cabeza

- ¿Quién rayos se cree que es como para echar a Seth de su propio hogar?- chillé

- Nadie, Anne. Jake solo estaba cabreado, pero créeme que lo siente. En cuanto se calmó, el trato de hablar con Seth para pedirle que volviera. Pero el no quiere hablar con nadie. Solo con migo, y muy de vez en cuando…- Claire se había removido inquieta en sus brazos, desperezándose. Miró a Quil con curiosidad

- ¿Qué pasa? ¿Aun no llegamos?- con su manito se había frotado el ojo derecho, y luego descansó su cabeza en su hombro- Ya quiero llegar

- Estamos aquí princesa- le murmuro con dulzura. La sujeto con mucho cuidado de la cintura y el dejo en el suelo. Se inclino junto a Claire, acomodando su abrigo antes de depositar un pequeño beso en su frente. ¿¡Como podía actuar tan tranquilo, mientras conversábamos de algo tan serio!? ¿Qué? ¿Seth ya no le importaba o que? Para colmo la maldita migraña me estaba destrozando la cabeza como si me metieran un viejo taladro oxidado por las sienes.

No pude soportarlo, solamente salí corriendo de allí. Quil no me siguió, no me importo el por que. Solo corrí y corrí por el camino sinuoso, con mi corazón doliendo, y mi cabeza martilleando.

¿Por qué? Me repetía

El bosque denso estaba todo negro, no sabía si estaba oscureciendo, o si las nubes en el cielo se habían vuelto más gruesas. No me importo.

Nada me importaba. Es que aun no podía… o no quería creerlo…

Jake, mi Jake. Dios. ¿Por qué? ¿Por qué no podía ser feliz pero al 100 por cien? Solo por una vez.

Mi cabella martilleaba sin piedad. Los músculos de mis piernas estaban tensos. Mis huesos temblaron, y acabe cayendo al suelo mohoso…

Los sollozos se escaparon de mí, como un sonido tan poco humano.

Mire el bosque, todo se veía negro. Mis piernas no me respondían. Mi cabeza me estaba matando del dolor, y para colmo había comenzado a sangrar. Estaba tan cansada…

De pronto apareció frente a mí de la nada, como el ángel de la muerte todo cubierto de sangre. Pálido como la nieve, con facciones hermosas y perfectas. Con un rostro perfecto y rectilíneo adornado de rizos dorados, con unos amenazadores ojos rojos, brillantes, hambrientos, mortales.

¿Jasper?