Team "Todo lo que tenga piernas!"

sábado, 28 de noviembre de 2009

Tentando al destino


Tentando al destino

Este es un One shot que escribi por chat con mi gran amiga Sarita a la que digo Rita, ya sabran por que!! cariño de kiero!! eres la mejor de las compañeras de escritura!!
Lo que esta escrito en rojo el el Annie´s Pov y Los que esta en amarillo es el Jocob´s Pov

Las manecillas del maldito reloj de la sala le volvieron sanguijuelas negras gordas y babosas que absorbían con fervor mi alegría relativamente escasa
En casa no había suficientes labores para mantener mi cabeza ocupada. Los libros estaban desgastados de todas las veces que lo había leído, los pisos brillaban, los platos estaban limpios y guardados y las especias ordenadas por color y lugar en el alfabeto

Mis días eran oscuros, vacíos, sin sentido. Mi gran amor se había casado y ahora vivía felizmente con su marido en alguna parte del mundo, seguramente transformada ya en vampiro. Mis manos se cerraron en puños ante ese pensamiento. Sin duda ya no sería mi Bella. Me encontraba corriendo por el bosque sin rumbo fijo, solo. ¿Quien podría curarme esta herida que Bella abrió en mi pecho? ¿Alguna voz volveré a amar?

- ¡AHHHHHHHHH!
- ¿Que pasa?- inquirió Seth
-No lo soporto más. Me voy a dar un paseo- ni siquiera me moleste en esperar a que me respondida si estaba de acuerdo. Me encaminé por los bosques de la Push, con mi siempre fiel mochila de V. K a mi espalda, ocupada por mi libro preferido "La ciudad de las bestias" Una fabula escrita por Isabel Allende que conocía de cavo a rabo. Me puse a bailotear de un lado al otro mientras leía el libro por 18ª. Me hundí profundamente en los confines de las amazonas junto con Alex Cold y Nadia Santos hasta que... unos bufidos aterradores sonaron estridentes a mi espalda

Corría y corría cuando la vi. Era hermosísima. Paseaba distraídamente por el bosque leyendo algo. Me quedé observándola. Ella seguía caminando despreocupadamente sin mirar siquiera que pisaba, lo increíble era que no tropezaba con nada. Se veía como una ninfa ahí en medio de la maleza con aquel encanto que la envolvía. Pero de pronto un olor empalagoso llamó mi atención, dos asquerosas sanguijuelas se acercaban a ella.

De repente frente a mi se aparecieron 2 vampiros de ojos negros sedientos
No quise verme como la torpe niña que llama a gritos a su amigo lobo pero si no lo hacía me matarían
-Seth!!!!-grite y salí corriendo.

Mientras tanto en casa de Seth:

-¿Cariño estas seguro de que podemos hacerlo aquí?- susurró contra mi oído
-Annie no se enfadara- subí la música de volumen y cerré las puertas para que Annie no molestara, hasta le deje un nota "Estoy con una chica por favor vete"
Mientras tanto Annie: uno de los vampiros, el rubio me tomo del cuello y me estampó contra un árbol
-         Hueles deliciosamente bien ricura- susurró contra el lóbulo de mi oreja mientras habría la boca para morder mi cuello. Podía sentir su frió aliento en mi cuello erizándome los bellos del cuerpo

Vi a aquella pequeña chiquilla percatarse de la presencia de los vampiros y llamar en auxilio a alguien. Pero nadie fue a su rescate. Uno de los chupasangres se adelanto y la agarró del cuello, empujándola contra el árbol más cercano con fuerza. No esperé más, salí disparado en su ayuda. Justo en el momento en que el segundo vampiro se disponía a acercarse para servirse de su muñeca, me lancé contra los dos y los aparté de ella. Los vampiros volaron 6 metros de la chica, cayendo sobre sus pies, como un gato. Me ponían de los nervios. Miré por un momento a la muchacha que acababa de salvar para comprobar que no había sido mordida. Estaba bien.

¿Otro lobo?
¡¡Creí que no había más lobos en la Push luego del ataque de ese clan de vampiros!! De todas formas si ese lobo me había salvado debía pertenecer a alguna manada
Pero tenía mucho miedo como para quedarme a cerciorarme si era de alguna manada sobreviviente. Corrí con todas mis fuerzas dejando a mis espaldas mi mochila y libros, pero no llegue muy lejos, a unos metros de mi había un árbol, que no vi por que voltee para ver si me seguían. Me sangraba la nariz y eso me dio mala espina, si los vampiros estaban vivos vendrían tras de mi, pero también estaba dejando al pobre chico solo.
No tenía tiempo, me subí al árbol de me corte varias veces mientras lo hacía. Me senté en una rama muy alta tratando de divisar a mi salvador y a los chupasangres pero no vi nada, ni oí nada. Solo el gorgoteo del lago a mis espaldas. Pero de pronto, en menos de un segundo, aparecieron ante mi el vampiro de pelo negro luchando contra el enorme lobo cobrizo -increíble, pero era aun mas grande que Seth-.El vampiro trato de sorprender al lobo por la espalda pero le era mas rápido que la sanguijuela, y le mordió el brazo y se lo arrancó de un tirón produciendo un estridente chirrido metálico. El vampiro salio corriendo pero el lobo no logro alcanzarlo.
No me di cuenta hasta que la rama empezó a moverse que...estaba temblando de miedo. El lobo me miró fijo y yo a el. Era muy grande, pero de pronto el vampiro de pelo negro apareció por detrás y pasaron 2 cosas: 1ª le grité muy fuerte al lobo:
-¡¡Cuidado!!- y en segunda mi miedo descontrolado acabó por vencer la resistencia de la rama que se rompió a mis pies y caí de espaldas al agua de deshielo

Rápidamente acabé con la sanguijuela de pelo rubio, no me tardó ni dos segundos. Pero el de pelo largo era otra cosa. Era endemoniadamente rápido.
Olí a sangre, temí que la chica se hubiese lastimado, había salido corriendo debido al miedo. Y no era de extrañarse, ¡había visto a dos vampiros y un enorme lobo! Me centré en el vampiro, lo primordial era salvarla del peligro completamente y luego ver cómo se encontraba. Logré alcanzar el brazo de aquella asquerosa criatura, y con gran repugnancia lo mordí y arranqué de cuajo. El chupasangre se me volvió a escapar, ¡que escurridizo! Me paré en seco al oír el crujido de una rama a mi lado. La chica estaba subida a ella temblando de miedo. Aun así se veía hermosísima. La cara de la chica pasó del miedo al terror puro y gritó: ¡cuidado!! Un segundo después la rama en la que estaba apoyada se rompió y cayó hacía las congeladas aguas. No me lo pensé dos veces, salté a por ella, llevándome un buen arañazo de la asquerosa criatura que alcanzó mi pata trasera.

El agua estaba helada. Se sentía como si me clavaran puñales en todo el cuerpo. Por instinto empecé a nadar hacia la superficie pero jamás llegaba.
Algo aun mas frío que el agua tiró de mí, hacía abajo, cuando mire era el mismo vampiro de pelo negro. Tome valor, yo era fuerte y ya había tratado con  vampiros antes, le propine a la sanguijuela una buena patada en las sienes pero no que izo fue enfurecerse mas, y tiro con mas fuerza.
Lo golpee de nuevo pero nada pasaba, el vampiro seguía sosteniéndome.
Ya empezaban a dolerme los pulmones por la falta de aire, razón más de sobra para tratar de liberarme, pero el maldito engendro se regodeaba feliz mientras me veía luchar inútilmente. De pronto en los ojos del maldito animal relució el miedo y salió disparado en dirección contraria. Pero ya no tenía fuerzas para seguir luchando. Ya poco a poco empezaba a sumirme en la inconciencia. No sabía si estaba viva o muerta, pero ya no podía distinguir nada...

La asquerosa sanguijuela fue capaz de llevarme la delantera y saltó al agua incluso antes que yo. En ese terreno tenía aun menos ventaja, eran extremadamente rápidas en ella. Nadé con todas mis fuerzas hasta que por fin logré divisar aquel asqueroso vampiro tirando de la chica hacia las profundidades. Lo golpee lejos de ella y en un rápido movimiento acabé con el maldito. Me giré inmediatamente hacia la chica y la saqué de allí. Para ello me trasformé en mi forma humana y en un ágil movimiento me puse mis Jean que llevaba atados a la pierna. Una vez a salvo la chica (ya respiraba, pero aun no abría los ojos), volví a saltar al agua y saqué los trozos del vampiro para añadirlos a una hoguera. Me acerqué a la chica preocupado, aun no abría los ojos.

¿Que pasaba? ¿No podía ver nada solo una vos varonil que me llamaba, quien era? ¿Sería el  mismo lobo que me había salvado? De todas formas estaba muy cansada como para pensar, para ver, incluso para respirar. Solo quería morir, dejar de sufrir. El frío me estaba llevando, por unas ves fui capas de controlar mi cuerpo y le ordené a mi cerebro que dejara de respirar y así lo hizo. Que lindo de su parte. Ahora si sería feliz, podría estar con todos los que ya estaban del otro lado. Leah, Paúl, Sam, Emili, Clarie. Ya podría ser feliz. Libre y feliz, vivir plenamente...

¡Dios había dejado de respirar! Estaba desesperado, no sabía que más hacer. De pronto recordé que debía de estar congelada. Quizás ese fuese el problema. La abracé con todo mi cuerpo rezando por que entrase en calor así. Le susurraba una y otra vez que no me dejase, que volviese, que abriese los ojos, que escuchara mi voz.
Ella seguía sin respirar, pero su piel comenzaba a tomar un color mejor, menos morado. Coloqué mis labios en los suyos para soplarle aire a sus pulmones.
-         ¡Respira! - le ordené furioso y volví a posar mis labios en los suyos, en un boca a boca.

¿Que demonios pasa?
No entiendo
Estoy asustada, los vampiros van a comerme
¿Por que la muerte es tan incomoda? Sentía el calor, por todo mi cuerpo, en los pulmones, y la piel. De repente la ropa mojada abandonaba mi cuerpo y el calor era mas intenso. El aire entraba por la fuerza en mis pulmones. Y pude sentir el agua acompasarse en mi boca. Y Una vos que gritaba
- ¡Respira! Por favor, respira- suplicaba, y seguía metiendo el aire a mis pulmones. Mis labios se sentía cálidos, acompañados. Hace mucho no sentía algo como eso. ¿Hace cuanto alguien no me besaba?
De pronto todo lo frío se fue, y sentí que mis ojos se abrían. Había un muchacho, un muchacho hermoso que me miraba asustado. Los ángeles no debían asustarse, no debían poner esas expresiones feas.
El ángel suspiró aliviado cuando me vio abrir los ojos. Me levantó del suelo mohoso y me acunó en su pecho desnudo exageradamente calido. Se sentía bien. Se sentía tan bien...

Daba gracias al cielo por devolverla a la vida
La abrazaba mientras frotaba con mis manos su piel desnuda. No piensen mal de mi, solo quise quitarle esa ropa húmeda para que entrase en calor rápidamente. Parecía que ya había dejado de temblar. Recostó su cabeza en mi pecho y una sonrisa cruzó por su cara.
- ¿Estas mejor? - inquirí.
- Si... - susurró. Se veía a gusto ahí en mi pecho, seguro estaba calentita, era como una estufa humana. Recordé involuntariamente aquel día en la tienda de campaña con Bella, cuando un ejército de neófitos nos amenazaba. Me estremecí ante el dolor que ese recuerdo me causó.

¿Mi ángel estaba dolido?
¿Por que?
¡No tenían que estar triste, los ángeles no tiene que estar tristes!
- No...Estés...triste- le susurré con dificultad. El me miré extrañado y un poco sorprendido. Trate de acercar mi rostro a su oído para susurrarle sin que me doliera pero no tenía fuerzas
Mi cuerpo aun seguía anhelando la muerte
- Quiero morir, no soporto el dolor- susurré, muy bajo. Seguramente no me oyó

¿Me estaba intentando consolar? ¿Y qué había dicho? ¿Sentía dolor? ¿Era eso?
- ¿Qué te duele? - pregunté con ansiedad. No entendía porqué esa chica se había convertido en algo tan importante de repente, pero sabía que no podía perderla, no podía. Me sentía inexpiablemente unido a ella.

-No estés triste ángel mio. Eres tan hermoso como una rosa- le susurré.
Mis ojos se cerraron otra vez. Pero mi angel no quería que durmiera
-¡¡No!! ¡¡Por favor no te desmayes!!- gritaste. Pero mis parpados estaban cansados. Quería dormir en los brazos de mi angel, pero el no quería que yo durmiera. Y me daba suaves golpecitos en la mejilla
Ahora si quería vivir, para cuidar a mi salvador. Para que no sufriera y hacerlo infinitamente feliz de la forma que sea

Decidí que lo mejor sería llevarla a mi casa a que descansara un poco, debía estar exhausta con todo lo que pasó. Darle algo para comer tampoco sería mala idea. Cuando llegué la recosté en mi cama, le puse una camisa mía limpia que le quedaba como un camisón (he de decir que se veía irresistiblemente sexy con ella) y la tapé con mantas para que no se enfriase. Me quedé sentado junto a ella esperando a que se despertara para preguntarle que quería para comer.

6 horas después:

Poco a poco mis ojos se fueron acostumbrando a la oscuridad del lugar en el que me encontraba.
Era un pequeño cuartito, y yo estaba en una cama muy grande. Pero no estaba sola, había alguien cerca de mí. Ese alguien estaba dormido. Me incorporé en la cama. Estaba tirado en el piso, con la cabeza apoyada en contra la cama. Se veía tan dulce. Sonreí. Me acosté de nuevo pero mas cerca de el. Con mi rostro muy cerca de suyo. Era tan hermoso. Tenía un rostro fuerte mente marcado, aun que un poco infantil en la zona de la barbilla. El pelo largo hasta la nuca. No llagaba mucha ropa que digamos, solo unos pantalones viejos. Se notaba que era un lobo. Tenía el cuerpo de uno. Pero en el, era así como único. Tan lindo y sexy.
No me había dado cuenta. El me había puesto ropa seca y me había arropado.
- Que dulce- exclamé en vos baja. Pero parece haberse despertado

Una voz cerca de mi cara me sobresaltó un poco. Abrí los ojos y allí estaba ella, con su rostro a pocos centímetros del mío. Por un momento pensé que era una ilusión, era tan perfecta, tan delicada, tan linda. Estiré mi brazo y roseé con mis dedos su cara, era suave y sin duda real. Le sonreí en la oscuridad mientras acariciaba su rostro. Me alegraba verla bien por fin. Ella cogió mi mano y apoyó su cara en mi palma suspirando. Mi corazón dio un vuelco. ¿Hace cuando no me sentía así?

- Lamento haberte despertado- susurré
p.m.):
- No importa, lo importante es que estas bien. - dije con una sonrisa estúpida en mi cara. - Por cierto, ¿tienes hambre?

- Si, un poco- admití feliz de verlo sonreír. Se incorporó de un salto y se dispuso a irse hacia la puerta

- Bien, porque yo también estoy muerto de hambre. - Admití. - ¿qué te apetece?- Me recordé a un matrimonio en ese momento y me reí silenciosamente.

-Amm...No se. Lo que te apetezca a ti-

- Bien, pues espero que seas carnívora porque me apetece un buen muletón ahora mismo.- Me dispuse a sacar los ingredientes de la nevera. Ella me seguía a unos pasos. En ese momento caí en que aún no sabía su nombre. - Por cierto, ¿Cómo te llamas?

-Annie- me reí como una de esas tontas de las películas de adolescentes que el idiota de Seth veía para poder salir con chicas.
- ¿Y Tu?

- Jacob, Jacob Black. Así que Annie... Annie siento haberte secuestrado aquí, pero no tenía ni idea de donde vivías... espero que no te haya importado

- Claro que no...- guarde silencio unos segundos a la espera...

- Bien. -sonreí.- pues siéntete como en casa. - Dije sirviéndole un filete a la mesa y señalándole la silla con una medio reverencia, muy teatral.

Reí nuevamente. Lo mire de arriba abajo mientras esperaba a que me sentara y sin pensarlo me lancé a sus brazos
-Gracias por salvarme...Jacob

Vale, eso me había pillado por sorpresa. Tardé un segundo en reaccionar, pero la abracé estrechándola fuertemente.
- Ni falta hace agradecer eso.
En mi estomago sentí como miles de mariposas comenzaban a revolotear. Me sorprendí al sentir aquello ¿Era posible que me estuviera sucediendo tan rápidamente? La acababa de conocer. Pero sin duda era una chica especial, al menos así era para mí.

Sus brazos me sostenían con fuerza, como si no quisiera que escapara.
- No me iré a ningún lado- le aseguré. Podría ser un violador o un asesino, no me importaba. Quería que me reteniera para siempre.
Me acerque a su cara para poder besar su mejilla pero el volteó para mirarme y mi beso termino en otra parte de su rostro

Me besó. ¿Me besó? Sus cálidos y suaves labios estaban sobre los míos. Me quedé petrificado mirándola a los ojos sin saber cómo reaccionar. Pero de pronto supe la respuesta, quería besarla de verdad. Así que puse una mano en su pequeña cintura para atraerla más a mí y otra en su nuca para sujetar su rostro cerca del mío mientras le plantaba un violento beso en los labios. Hacía tanto que no besaba a una chica, que estaba casi desesperado por sus labios.

Mis ojos se abrieron de la supresa, no quise... me aparte de el bruscamente y lo miré avergonzada.
-Lo siento- susurré con la mirada fija en el suelo

Me quedé en shock. ¿Me habían rechazado? Bueno, era de esperar, había sido muy brusco.
-         No, que va. Lo siento yo, he sido muy brusco y... - no sabía que decir, me había puesto nervioso y estaba avergonzado.

Me había besado, no fue mi culpa...Ese desconocido...Jacob Black....me había besado.
Hace tanto que no me besaban, desde que Seth y yo nos quedamos solo dejamos de ser novios. Yo pase a ocupar el lugar de Leah...nos volvimos hermanos...pero este muchacho de labios ardientes...
No pude evitarlo. Solo me entregue a el. Me lancé de nuevo a sus brazos y lo bese apasionada. Como nunca antes pude estarlo. Yo quería que mi salvador fuera feliz, y si mi Jacob quería que lo besara lo haría hasta el fin de los tiempos...
...Tome su rostro con fuerza, y lo agarre del cuello para atraerlo mas a mi, para poder sentir su calor como mio, de igual manera lo había sentido a orillas del lago aun que no me había dado cuenta
Quería que fuera mio, que cada segundo de su existencia me perteneciera para poder darle toda la felicidad del mundo

Inexplicablemente, volvió a saltar a mis brazos, y para mi sorpresa me volvió a besar, pero esta vez con pasión. Fui más delicado que la vez anterior, no quería volver a asustarla, y la abrace con todo mi cuerpo, reclinándome sobre ella. Besándole con delicadeza, pero determinación. Lentamente separé mis labios de los suyos para recorrer su cuello, llegar hasta su hombro, y volver a recorrer el camino hasta su boca. No podía entenderlo, pero sentía que no podía vivir sin ella. ¿Me estaba volviendo loco?

Sus labios se movían tan tiernos y dulces, ¿pero que pasaba con el?
No era que me gustara que me violentaran ni nada por el estilo pero...
Lo hombres apasionados eran mi debilidad
Trate de acelerar las cosas, empecé a besarlo con mas intensidad que antes, traté de mostrarle lo que quería sin usar las palabras...pero me fue muy difícil. Cada ves que hacia ese recorrido por mi cuello me derretía

Empezaba a notar un punto de histeria en sus besos... ¿Intentaba decirme algo? La miré a los ojos y vi sus ojos llamear en deseo. Sin pensarlo dos voces me lancé a su boca con más pasión atrayéndola aun mas a mí. La recosté contra el suelo quedando sobre ella, mientras seguía besándola. Todo era una locura, sin duda todo este tiempo de soledad me estaba pasando factura. ¡Pero es que Annie era tan endemoniadamente atractiva! todo de ella me llamaba. ¡La deseaba! ¿Qué carajo pasaba conmigo?

- ¿Soy tan linda? O ¿Será que has pasado mucho tiempo solo?- le pregunte divertida mientras me devoraba mi cuello

- Las dos cosas, las dos cosas. - conseguí decir con una sonrisa amarga. - eres mi perdición.
Mis manos recorrieron lentamente el camino asta sus muslos, para luego masajearlos con delicadeza. La miré esperando un rechazo o una señal para que continuase.

El contacto de su piel ardiente era estremecedor. Me estaba dejando en muy mala posición. Cuando sentí sus manos en mis muslos no pude evitar un pronunciado gruñido:
-Ah, Jacob
Este chico quería matarme, y probablemente lo lograría pero primero quería disfrutar a pleno mis últimos momentos
Sus manos permanecieron estáticas en mis muslos hasta que empecé a moverme debajo de ellas. Creo que allí cayó en la cuenta de que quería más. Pero mis manos no se quedaron esperando no poder gozar de ese cuerpo tan exquisito, comenzaron un baile por la espalda de Jacob trazando cada músculo una figura con delicadeza, que casi parecía que le hacía cosquillas...

Annie comenzó a moverse bajo mis manazas pidiendo en gritos silenciosos que continuase. Sus pequeñas y finas manos comenzaron a acariciar mi espalda haciéndome estremecer con el contacto. Frenético por la excitación que todo aquello comenzaba a causarme subí las manos impacientes por debajo de la camisa acariciando las ingles suavemente y continuando por su abdomen. Mis manos llegaron a sus pechos y comencé a masajearlos. Annie arqueó la espalda arrimándolos más y gimiendo levemente.

La temperatura en la habitación alcanzó niveles insospechados de calor mutuo, que, aun que un poco asfixiante era exquisito sentir el éxtasis de alguien amándome. Oh lo que sea que fuere eso.
Jacob era tan bueno en esto. Me costaba creer que viviera solo.
Sus manos en mi cuerpo producían cosas en mí...que
... Jamás había sentido nada igual con Seth ni con nadie. Era algo inigualable .Sus manos apretaban mis pechos alternando entre uno y otro, y para corresponder a semejante tacto lo único que se me ocurrió fue quitar mis manos de su inmensa espalda y colocarlas en los botones de mi camisa para dejarle vía libre

Dios el cuerpo de Annie era tan perfecto. Cada curva de el me tentaba a seguir, me volvían loco. ¿Cómo era posible que una desconocida pudiera causar tales cosas en mí? La miré con el deseo en mis ojos.
- No tienes por qué hacer nada que no quieras.- Ella simplemente asintió y enroscó sus piernas en mi cintura acercando su pelvis a la mía. ¿Es que me quería matar? Mis manos acariciaron sus piernas una y otra vez para luego dirigirse a su espalda y atraerla más a mí. Hundí mi cara en su cabello corto y alborotado, olía a flores silvestres. Lentamente fui bajando por su cuello inhalando el exquisito olor de su piel. Me detuve en el lóbulo de su oreja y lo mordisqueé suavemente para luego besarlo.


- No creo que hayan manicomios cerca de aquí ¿Verdad?

- Lo dudo.- solté una risotada cerca de su oreja. Mi aliento recorrió su cuello y ella se estremeció.

Tranquila Annie...Respira...
¡¡Dios!!  Jacob Black es mi perdición sin lugar a dudas.

Podía percibir como su cuerpo ardiente se amoldaba a mi pequeña eh imperfecta figura...
...Yo era tan fea y el tan hermoso...Un dios caído del cielo...

No quise detenerme ante mi lógica pesimista...Con las piernas aun engarzadas contra su pelvis empecé a tratar de bajarle los pantalones tratando de no usar las manos.
Mis labios se habían empecinado en morder su cuello, lamerlo, degustarlo
Cuando tomo mi ropa interior y la arrancó con un gruñido salvaje me quede muy sorprendida...No sabía que yo le producía algo como eso.
Mí recorrido oral por su cuerpo empezaba a ser cada vez mas delicioso...Pero mientras yo le mordía el hombro con demasiado entusiasmo el dijo:

- Annie no puedo esperar más a acerté mía.

-                     ¿Y a que esperas? - pregunte lamiendo el la parte de atrás del lóbulo de su oreja

En ese momento me volví como loco. La empujé contra el suelo agarrándola por las muñecas fuertemente, besando su cuerpo, su oreja, su boca con desesperación. Ella soltó un pequeño quejido y la miré. ¿Le había echo daño? Pero ella solo me miraba con deseo, entonces comprendí, no podía esperar más. Sin hacerla sufrir mucho más por la espera, me abrí paso en aquel lugar sagrado, cálido y suave.

- ¡¡¡¡Ahhhh!!!! JACOB- propiné un grito tan fuerte cuando lo sentí dentro de mí que si hubiera habido alguien a kilómetros a la redonda se habría asustado. Su mirada se volvió cautelosa y su cuerpo se quedo estático dentro del mio. ¿Por qué se detenía?
Traté de moverme, para poder profundizar la sensación de placer pero el... ¿No me dejaba? Que rayos estaba pasando - Por favor-le suplique- no me niegues las puertas del cielo

Pensaba que le había hecho daño, casi me muero. Pero ella suplicó que continuase y así lo hice. La desesperación y la impaciencia nos devoraban. Cada vez estaba más frenético, quería cada vez más de ella, estar totalmente dentro de ella, llenarla por completo. Pegué mi cuerpo lo más posible al suyo sin hacerle daño (no quería romperle los huesos con mi peso) y comencé a embestirla fuerte y profundamente.

¡¡¡Ahhhh!!! Por todos los santos. Que bueno que era Jacob en esto. Pero aun así no podía creer que eso...haya cupido completamente en mi. ¿Como podía ser?
Mis gemidos y los de el, fueron subiendo de nivel a medida que sentía avecinarse un delicioso orgasmo...
Todo a mi alrededor se nublo, las paredes de la casa parecían derretirse a nuestro alrededor. Pasamos a ser solo el y yo. Jacob y Annie, salvador y salvada, licántropo y humana, amándose de manera escandalosa...
Y podía sentirlo, sentía como el placer iba en aumento, y mis gemidos se volvieron gritos, que inútilmente trate de ahogar contra su hombro
- Ah...Ja-cob...Yo...AH...Ja-cob- las palabras se amontonaban en mi garganta.

Sus gritos me excitaban de una manera impensable para mí. No sabía cómo, ni porqué Annie se había vuelto el centro de mi universo. Y no sólo por el exquisito momento que estábamos compartiendo. Sentía que era algo más, sentía que quería todo de ella, que la quería a ella. ¡Dios! ¿Y como podía amarla tanto? acababa de conócela, pero así era. Annie eres mi perdición, mi amor, te amo- te amo.- De repente te quedaste Inmóvil y me miraste con ojos como platos. ¿Lo dije en voz alta? Me mordí el labio preguntando por qué demonios sería tan bocazas a veces.

¿Acaso era posible? Ese muchacho indudable quileute podía amarme .Ya era oficial. Yo era, sin lugar a discusión la chica con más suerte en todo el planeta. Sonreí completamente, y lo besé con una más pasión que antes.
Amarlo. Ese era el precio que mi Jacob había puesto por rescatarme de los vampiros. Amarlo hasta quedarme sin aliento. Hasta que mi cuerpo se carbonizara de tanto deseo.
Yo haría eso y mucho mas por el, por mi Jacob.

El estaba quieto otra vez. Sin moverse de esa manera tan deliciosa pero yo no iba a aceptar que lo mejor de mi vida, de toda mi vida se terminara ahí.
- Te amo-Jacob- las palabras se agruparon unas con otras devido al cansancio y a la rapidez con que las pronuncie. Su rostro se vió iluminado por la alegría  otra vez. -Ven- lo agarré del cuello y ambos nos paramos para poder sentarme en la mesa. Mientras el trazaba pequeños caminitos húmedos por mi cuello.

Lo acerqué mas a mi labios deseosa de continuar, pero el se me adelantó. Sujetó mi rostro con fuerza y comenzó a besarme como si jamás lo hubiera echo
Mis respiración poco a poco volvió a serenarse, pero aun podía sentir el latido desbocado de mi corazón contra su pecho.

-                     Te amo- le susurré al oído- siempre voy a hacerlo
-                      
¿Era posible? Ella me amaba igual que yo a ella. En unas pocas horas había pasado de ser un solitario lobo con el corazón roto a un hombre completo y feliz. La abracé fuertemente y eché una mirada a través de su cabello a la mesa.
- Creo que se te ha enfriado la comida señorita.- reí entre dientes


- Señor usted tiene la culpa por ser tan bueno en algo que yo no conocía-reí

- Bueno, tengo toda la eternidad para enseñarte- ella tan hermosa se sonrojó al instante. Le di un pequeño y fugaz beso en los labios

-         Te amo- le dije entre suspiros

-         Yo también- Ella tomo mi rostro, y volvió a besarme. Y otra vez, y otra ves. Hasta que volvimos a recostarnos en la mesa pero de pronto ella se levanto de golpe- ¿Qué pasa?- inquirí sorprendido. Ella me miro divertida y se dio la vuelta. Tenía toda la espalda manchada con aderezo del filete. Me reí con todas mis ganas y suavemente empecé a acercar mi boca a su espalda para limpiarle el aderezo. El aderezo estaba rico pero probarlo de su piel lo hacía aun mas delicioso. Ella solamente empezó a suspirar y luego se dio la vuelta y tomo y rostro para besarme apasionadamente otra vez…

-         Se me antoja otra lección- musite contra su boca mientras atrapaba su cadera con mis piernas…

Parece que esta va a ser una larga noche…
Y probablemente la mejor de mi vida

1 comentario:

  1. hay Annie
    u eres la nueva master lemmon
    xD qedO padriiziimO
    ya qiierO terminar el nuestro xD

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