Team "Todo lo que tenga piernas!"

sábado, 25 de diciembre de 2010

Feliz Navidad y BUEN VIAJEEEE

Juju, mis niñas, mi niñas, bueno, que decir, solo queria desearles una muuuuuy feliz navidad.
Que todo lo malo pase y que "las buenas vibras" jejeje, vengan.
Ojala su año sea maravilloso y lleno de nuevos sueños y esperanzas.
Y bueno, hablando de años, me voy de viaje con mi a'ma jajaja, y nada, voy a estar en la plata unos dias, pero me llevo la lap asi que no voy a tardar mucho.
Juju, si me encuentro algun lobo morenazo y desnudista en la playa quedense tranquilas.... que me lo guardo para mi ajjajajjaa.
Y una ultima cosa, ya tengo la mitad del nuevo capi, solo queria saber si ustedes querian que lo publicara ahora y despues la segunda parte, que piensas?
XoXo moi

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Entre la verdad y el amor- Capítulo 24- ¿Bipolar?

Bueno, no voy a decir que lo siento-
Por que ya lo saben. Es que mis examenes no terminan nunca pero no importa
Quiero dedicar este capi a Paula que es infinitamente tierna y efusiba para escribir sus comentarios.
Aww adoroa  esa chika.
Es para ti Paula, disfrutalo xD
Al llegar al pequeño claro, mi corazón se detuvo.


Allí había 3 humanos, Billy, Sue y el abuelo de Quil. Los tres miembros del consejo, y a cada lado de ellos tres imponentes lobos, más altos que un hombre, tan fuertes como para echar el pueblo abajo, y tan nobles y leales como pocas personas que conocía, entre ellas, el vampiro que me sostenía por los hombros.

Me impuse a mi misma no mirar a mi lobo cobrizo que no quitaba sus ojos azabache de mi persona.

“Vamos Anne, tu puedes”



- ¿Todos sabemos por que estamos aquí?- los humanos y los lobos asintieron, al tiempo que Jasper y yo lo hacíamos.

Billy Black, que en ese momento me pareció un completo desconocido, no el afable suegro que podía pasar horas sentado a mi lado, acariciándome la cabeza, halagando mi comida, o simplemente riéndonos por que sí .Ahí sentado, aquel hombre que tranquilamente podía llegar a ser aterrador en esa silla estaba rodeado por un aura de realeza y poder tan fuertes que el aire parecía crepitar en corrientes de estática.

Me aferre a la mano de Jasper con más fuerza antes de “empezar a declarar”.

- E venido a hablar en nombre de Jasper Cullen- dije con un aire de autoridad y poder que hasta ese momento no sabía que poseía y que me dejo sorprendida y orgullosa al mismo tiempo. Tal vez si pudiera hacerlo después de todo. Sonaba como si estuviera dirigiéndome a un ejercito de guerreros dispuestos a correr a la batalla y bañarse en la sangre y entrañas de sus enemigos…

Oh, maldición. Tal vez Jasper si tuviera razón con eso de que estaba demasiado emocionada con las novelas de Dark Hunter.

Los miembros del consejo y lobos incluidos me miraron como si fuera una candidata segura para el manicomio, sobre todo el lobo rojizo que me esforzaba con todas mis fuerzas en no mirar.

- Sabemos que el “frío”- escupió despectivamente Sue Clearwater, obviamente refiriéndose a Jasper- mato a una inocente turista en nuestro territorio.

- La mujer ya estaba muerta- me apresure a rebatir, antes de que lo declararan culpable y la idea de un juicio justo se fuera al caño- Hemos comprobado que ella fue asesinada por un oso

- ¿Y el frío solo se alimento de ella? – inquirió la ronca y desvencijada vos del abuelo de Quil, -que curiosamente nunca supe su nombre- con mas curiosidad que ganas de culpar a un inocente.

Sentí la mano de Jasper apretar ligeramente la mía. Estaba segura que por dentro, aquellas palabras que le recordaban su “Debilidad” lo estarían destruyendo. Sentí una oleada de rencor azotarme, por que, aun que el anciano no lo hiciera adrede, me corroía el daño que esas simples palabras le hacían a Jasper y por consecuencia a mi misma. Le devolví el apretón y delinee con mi pulgar el trazo rugoso de las cicatrices de su mano con ternura y luego repuse con un alto y demandante tono de voz

- Si, por lo que no se a cometido un delito.

- Eres consiente de que el tratado de nuestra tribu con los Cullen- soltó Billy como una blasfemia- Estipula que ningún frió puede morder a un humano, de lo contrario la tregua se acabaría, ¿Y tu nos dices que este frío no a quebrantado el tratado de nuestros ancestros, y que solo se alimento de una pobre desafortunada?- si no hubiera estado defendiendo la vida de mi amigo, me habría sentido alagada de que Billy me haya incluido intencional mente como parte de la tribu.

El lobo mas grande de color ladrillo soltó un bufido, mientras que uno de color chocolate le dio un suave empujón con el dorso de su cuerpo.

Me esforcé lo más que pude en no pensar en Jacob, ni Quil, o Embry.

Sobre todo en Jake. Tenia que ser fuerte. Tenía que salvar a Jasper.

- Si, eso es lo que estoy diciendo. Es toda la verdad y no creo que ustedes matarían a un inocente por un mero tecnicismo.

Ok, eso no era necesario. Jasper se tenso y mismo tiempo que yo al notar las miradas irritadas de los miembros del consejo y como los lobos nos gruñían, pues, empecé a albergar cierto temor de acabar descuartizada.

Jasper sujeto mi mano con mas fuerza, como si estuviera a punto de sacarme corriendo de allí, ante la mirada airada e indignada de Sue y el abuelo de Quil.

Las melenas de Sam, Colin, y Brandy se erizaron ligeramente mientras los músculos de sus patas de tensaban.

Tragué en seco.

En ese momento Jacob se irguió sobre sus patas sobrepasado a los lobos y los hombres. Miro a cada uno de los presentes con una mueca lobuna amenazadora.

Billy suspiro y se relajo, luego, imitándolo, todos lo hicieron.

Jake me sonrío tímidamente, y antes de poder evitarlo yo le devolví una tenue sonrisa elevando apenas las comisuras de los labios.

- Muy bien…- Billy le dedico una larga mirada cargada de significado a los otros miembros del consejo, que, parecían estar hablándole por el pensamiento. Al final, los otros dos asintieron con pesar. Billy se giro a mirarnos, con un leve, casi imperceptible dejo de alivio- Jasper Cullen, eres libre de marcharte. Pero espero que sepas que te estaremos vigilando a ti y a los tuyos.-

- No esperaría menos- Jasper hizo una pequeña reverencia a los presentes y luego volteo aun sujetándome, y por ende arrastrándome ara sacarme de allí. Por lo que supuse que los ánimos andaban un poco airados y que era mejor apelar a la retirada.

No habíamos avanzado ni siquiera un escaso metro cuando el trote pausado de varios pares de patas lobunas resonaron a nuestra espalda.

Miré a Jasper temerosa de que la manada de Sam fuera a emboscarnos, o pero aun, las dos manadas juntas.

- Jasper…

- ¡Shh! Debemos salir de la vista de los otros- susurro, luego su mano se ciño sobre la mía haciéndome ir mas a prisa.

- ¿Que rayos Jasper..?

- Shh, lo sabrás en unos segundos, solo ten paciencia- No entendía que estaba pasando. Voltee a ver quien o quienes eran los que no seguían pero Jasper me llevaba tan rápido que apenas podía seguirle el paso.

De repente nos detuvimos.

Mire a Jasper reclamándole una explicación. Pero soltó mi mano y un segundo después desapareció como una exhalación.

Mire hacia todos lados buscándolo pero no halle nada mas que la tupida vegetación boscosa y… Un enorme, gigantesco lobo de color cobrizo mirando fijamente con sus enormes ojos azabaches.

No, no, no. ¡Jasper me había abandonado a solas con Jacob! Maldito Traidor.

Hoy en día no se puede confiar en los vampiros.

Jacob me escruto de arriba abajo con una mueca de repulsión.

Sentí ganas de echarme a llorar y lo habría echo de no estar tan indignada

¿El se atrevía a sentirse repulsión? ¿Luego de lo que había echo?

- ¿Qué quieres?- le espete nerviosa. Sus ojos rápidamente volvieron a los míos y su expresión se convirtió en una mueca lobuna suplicante. Aquellos ojos negros como la noche me rogaban afecto- Oh, ni lo pienses. No voy a caer por tus ojos de cachorro Jacob.- el gimoteo y avanzó a trote hasta estar a un escaso metro frente a mí.

- No Jacob, no voy a perdonarte- avanzo un paso y continuo mirándome- No, deja de acercarte- sin embargo no me hizo caso y avanzo otro paso, por lo que ya estaba casi rozando su pelaje.- Jake- musite- no lo hagas por favor. Te mereces esto- Mi corazón no podría resistirlo. Estaba tan cerca de tocarlo, tan cerca de su calor y su consuelo, ¿Por qué no podía simplemente ceder? A si, por que el había desterrado a Seth.

Finalmente dio el paso final.

Su descomunal cabeza lobuna sobrepasaba la mía por mucho y sin embargo se agacho un poco sobre sus patas delanteras para poder acariciar mi rostro con su hocico en una tierna caricia. Su grueso pelaje me provocaba unas leves cosquillas en las mejillas y el cuello y me hacia temblar las piernas.

Solo debía estirarme y acariciar su pelaje como cuando éramos amigos.

Necesitaba tan desesperadamente su cariño, su compasión, su amistad. ¿Sería tan malo si faltara a mi promesa solo un rato?

- Oh, Jake- me sujete con fuerza de su cuello tratando de ahogan los sollozos. Mis bipolares emociones iban de la felicidad a la tristeza y al amor tan rápidamente que me dejaba mareada y confundida.

Me odiaba a mi misma por ser débil.

Adoraba sentir el suave y duro pelaje de Jake en mis manos.

Me sentía feliz de poder abrazarlo.

Me sentía triste por todo el tiempo que habíamos estado separados.

Estaba decepcionada por haberle fallado a Seth.

Una extraña corriente de estática revoloteo a nuestro alrededor. Como si en este simple abrazo hubiera una enorme carga eléctrica.

Entonces el enorme lobo empezó a encogerse de tamaño hasta adoptar la forma de un descomunalmente alto muchacho moreno cuello largo cabello me hacia cosquillas.

- Te extrañe mucho Annie- susurro contra mi oído.

- También yo te extrañe Jake- rápidamente sus manos envolvieron mi rostro y lo sujetaron férreamente. Me obligo a mirar su rostro, su hermoso rostro impregnado de alegría y felicidad.

Nada había cambiado en el.

Seguía siendo el mismo Jacob en toda su belleza y esplendor Quileute.

Sus ojos negros aun me hacían estremecer y su calor embotarme los sentidos, haciendo que no pudiera sentir nada mas que el.
El largo cabello oscuro como la noche le caía suelto hasta la barbilla en mechones desiguales adornando aquel perfecto y masculino rostro.
Al mirarlo completamente, lo supe. Mi resolucion había pasado a la historia. Por que una cosa era estar molesta con Jake sin verlo... pero de frente, en vivo y en directo. Era completamente imposible.
No podía odiarlo por mas que lo intentara y valla que lo habia intentado.
Al verlo, aquellas horribles semanas habían pasado a la historia tan rápido como despertar de un mal sueño.
- Annie- entonces, rompiendo con mi larga espera, con mi interminable soledad, sus calidos y tiernos labios se fundieron con los míos

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Entre la verdad y el amor capitulo 23 parte 1- Vuelvo a casa

Wauuu como pasa el tiempo, en verdad que adoro que sigan leyendo y lamento ser tan lenta prometo akabar pronto, lo juro.
Es que estoy en las ultimas estapas de mi año escolar, apartir de hoy solo me queda una semana de clases y 3 dias.
Jojojo, pues solo queria decirles que va dedicado a todas ustedes, gracias por seguir leyendo
XOXO Annie

Al final de toda aquella discusión sobre mi fragilidad emocional acabo con un desenlace muy simple.
- Si vas haya y te matan, Alice pateara MI trasero toda la eternidad por no acompañarte y luego me tirare de los acantilados y me ahogare en el agua- Jasper se había quedado helado al oírlo. Y como no demostré ninguna vacilación el no dudo que no fuera a cumplir la amenaza.

¿Un golpe bajo? Si, pero era por su bien.

Ya lo superaría, tenía siglos para ello. Pero yo no. Solo viviría unas décadas más. Quien sabía si décadas. Podía morir en ese instante de muerte súbita o al cruzar la calle. Y sin mi ayuda, Jasper no conseguiría sobrevivir a la junta con el consejo.

Jacob, al ser el hijo de Billy, el hombre con mas poder en el consejo de ancianos, y ser descendiente directo de el ultimo alfa Ephraim Black el ultimo maldito alfa de “los caninos súper poderosos” todos escucharían su palabra mas que la de cualquiera.

Tampoco era tonta, sabía que Jake odiaba a Jasper por no dejarlo venir a verme y que haría todo lo posible por vengarse.

En momentos como esos me sentía enferma ¿Cómo podía amar a alguien como Jacob, si hacía todas las cosas que hacía?

Ok, estaba exagerando, solo hizo una cosa mala. ¡Pero, maldita sea! Fue tan condenadamente mala que aun tengo la navaja en el bolsillo de la chaqueta para castrarlo en cuanto lo vea… A menos que, cosa que era muy, peor muy probable, cediera y me cayera de bruces al verlo y correría a sus brazos y lo besaría hasta que los labios le explotaran.

- “Me fui tan lejos,

Buscándome.

Y no te halle.”

Había tenido esa canción dándome vueltas por la cabeza todo el día

MI corazón se aceleraba con cada metro que pasábamos. Jasper no se veía contento de conducir por esa carretera que yo conocía ran bien. Y no lo culpaba, pero secretamente, yo estaba tan ansiosa de llegar. Hasta tal punto que estaba estrujando la tapicería de cuero del Mercedes Negro de Carlisle entre mis dedos al punto de que los músculos se sentían agarrotados en cuanto al fin relaje los dedos.

La canción seguía sonando, solo que ya no le prestaba atención. Las palabras que profesaba no parecían reales.

“Me fui corriendo, buscándome, y estaba en casa lo que soñé”

“Me fui tan lejos, tras un tal ves y no te halle”

¿Dónde había quedado la sensación de pertenencia que sentía cada vez que pisaba la Push?

¿Donde estaba la euforia del retorno al hogar que inundaba mi cuerpo cada vez que observaba los viejos robles?

Tal vez todo se había acabado. Y eso, era algo que me aterraba.



Jacob Black.

“Me fui corriendo,

Tras un tal vez,

Y no te halle.”

Solo unos minutos más. Solo eso.

Los miembros del consejo: Mi papa, el abuelo de Quil, Sue Clearwater, Sam y yo, nos encontrábamos reunidos en el bosque.

Ambos, teníamos a dos miembros de nuestra manada flanqueándonos. Solo por si acaso el chupasangre se volvía agresivo. Aun que albergaba serias dudas de ello. Si Annie estaba defendiendo a ese bastardo, era por que ella creía firmemente que era inocente. Aun que no podía sacudirme a ese “Pepe grillo” que me gritaba que debía arrancarle la cabeza antes de que le hiciera daño. Solo esperaba 2 cosas:

Que Anne, no se equivocara en cuanto a la inocencia de Jasper, y que tal vez, solo tal ves, ella me perdonara.

Lo hará Jake. Me animó Quil, optimista. Solo ten fe


Eso desearía amigo. Pero…


Ya, ya, deja de llorar como una nenita. Me espetó Embry. Estaba un poco confundido por el repentino cambio de actitudes, usualmente hubiera esperado eso de Quil, el idiota impulsivo, no de Embry, el tranquilo y sensato.

¿Así nos clasificas? Oh, Jake, hieres nuestros sentimientos. Gimoteo el lobo chocolate y luego esbozo una sonrisa lobuna. Embry lo miró y puso los ojos en blanco antes de observarme fija mente

Tranquilo, hermano. Todo estará bien.


Ahora si vuelves a ser el de siempre, Em


Ya, ya. Solo tuve un pequeño momento de idiotez Quil.


Espero que no sea una epidemia, antes de eso, me pego un tiro.


¡Ja! Carga dos balas a la pistola amigo, si me vuelve a ocurrir. Dispárame primero


Dalo por hecho. Embry y yo reímos mientras Quil componía un tono mental de fingida tristeza e indignación

¿Y ustedes se hacen llamar mis mejores amigos? Bah, ¿Quién me manda a juntarme con idiotas como ustedes? Ahora ya no les hablare ¡Nunca!


Si, claro. Le espete sarcástico

Apuesto 20 a que no aguantas ni 5 minutos sin decir una palabra


Ok, prepárate a perder tu dinero. Entonces Quil cerró el pico, o al menos trato de hacerlo por esto del inconciente colectivo.

La mirada extrañada de Sam recayó en mi, y sentí su vos en mi cabeza

¿Se puede saber que hacen?

Me encogí de hombros restándole importancia.

Embry le aposto 20 pavos a Quil a que no podía mantener la boca cerrada por 5 minutos

Sam trato de no reírse, pero obviamente fracaso.

Apuesto por Embry


Si yo también


¡Oigan! Lloriqueo el interpelado mirándonos indignado. ¿Qué clase de amigos son ustedes?

¡Perdiste!

Quil tardo un minuto entero en darse cuenta de que se había saboteado a si mismo con su bocota.

¡Oh, mierda! Otra vez, estoy seguro que puedo hacerlo.


No, no. Negó Embry con la cabeza. Te jodes, amigo. Paga


No traigo la billetera encima. ¿O acaso ves que la traiga? Aun no inventan los bolsos de viaje para lobos. Aun que serían muy útiles. La única manera de poder llevar algo es con la boca o atártelo a la pata.


Oh podríamos metértelo por el culo, tal ves así no fastidiarías tanto. Los 3 reímos por el comentario. Quil, enfurruñado se sentó dándonos la espalda.

Los 3 mayores, nos miraban como si desearan poder leernos la mente.

Eso es todo, Jake. Cuando Annie aparezca le diré que me echaste para que se encabrone más contigo

Le gruñí al idiota y me agazape en mi sitio consumido por una furia asesina. Sam se paro de los cuatro traseros y nos miro a ambos ceñudo. O al menos, tanto como un lobo puede estarlo

Ya basta, niños. O los mandare al rincón.


Uhhh. Quil fingió estar asustado. Que miedo ¿Qué vas a hacerme lobo malo? Yo no tengo una canastita ni una caperuza roja, ni me espera mi abuelita. De todos modos ¿Aun soy apto para que me incluyas en tu menú?

Sam soltó un bufido exasperado en mi mente que resonó en la de Quil y Embry.

Dios, ¿Cómo logre soportarlos cuando estaban en mi manada?


No creas, son entretenidos. Solo debes tratar de no meterte o acabaras perdiendo la cabeza.


Anotado.


Hey, ¿oyen eso?

Si que lo hacía. Era el inconfundible sonido de un Mercedes Benz Clase B 200 TS 2.0 litros de Inyección indirecta turbo intercooler, una velocidad máxima de 225 km/h y acelera de 0-100 km/h en 7,6 segundos. Yendo a solo 45 km/h.

Tal ves estuviera loco pero el inconfundible ronroneo de ese motor me llenaba de alegría y de terror al mismo tiempo.

Annie estaba allí. Cada vez más cerca de mí.

Solo debía esperar unos segundos más, solo un poco mas.

Anira Vazquez

Ya no habia vuelta atrás. Incluso podía divisar los viejos robles que flanqueaban los letreros de “Bienvenido a la Push”.

- ¿Estas nerviosa?- bufé, claro que lo estaba.

- “Donde hay esperanza, Esta mi casa

Donde Hay amor, Esta mi casa

Donde estas vos, Esta mi casa.

Y al fin hoy yo, vuelvo a casa”

- ¿Puedes apagar esa maldita canción?- le espete molesta

- Seguro- el extendió su brazo y el auto quedo en silencio.

Pero ahora en mi mente reinaba una pregunta.

¿Estaba de verdad volviendo a casa?

miércoles, 20 de octubre de 2010

Entre la verdad y el amor- Capitulo 22- Adoro a Jasper!!

Awww, gracias a todas. Adoro sus cometarios. Encerio Bua, voy a llorar Aww.va dedicado a Paula, y brith Byeee disfruten

- ¡Ya deja de gritarle!

- ¡Es una niña inútil! Su obligación es permanecer en casa con su verdadera familia en lugar de tontear por allí con niñatos ricos dando lastima ¡Es una irresponsable!
- ¡Eso no es cierto Alan!
Era peor que el sonido de una ametralladora, que el sonido de la explosión de una bomba, que el silbido de un látigo cortando el aire para impactar en la piel.
- ¡Eres un bastardo!
- ¡No me llames bastardo zorra mal agradecida!
Jasper tarareaba una suave nana en mi oído mientras, conteniéndome en sus brazos, me mecía como si fuera una niña.

- Ya Annie, todo va a estar bien.
Ojala pudiera creerle. Los gritos continuaban sin cesar por horas y horas.
Jasper fiel e incansable continuaba cantándome.
- “Tu eres mi estrella, mi única estrella, me haces feliz, cuando el cielo es gris”

- Cierra la boca, mujer ¡Esta es mi casa y se hace lo que yo digo!
- ¿Tú casa? ¡Esta era la casa de que mis padres me dejaron a mí! Así que, según tu lógica, tú deberías hacer lo que yo digo.
- ¡Ja! No ha llegado el día en el que un Rivera le haga caso a una mujer. ¡Y sobre todo a una muerta caminante!

- Calla, pequeño bebé, no digas más. Papá un ruiseñor te comprará. Y si ese ruiseñor no canta ya. Papa un anillo de diamantes de comprará… amm. No se me ninguna mas Annie, lo siento- me sorbí las lágrimas. Los brazos de Jasper se ciñeron a mí alrededor. Sus dedos, limpiaron con cuidado las lágrimas de mis ojos. Me estremecí por el gélido roce, aun que se lo agradecí.
Mi mundo se caía a pedazos, cada ilusión, cada sueño quedo rezagado al olvido tan rápido que no me dí cuenta.
- Vamos Annie. Voy a sacarte de aquí- Tan fácil como si fuera una almohada de plumas, se levanto del suelo junto con migo y me cargo en sus brazos hasta la ventana. Me tense en seguida en sus brazos
- ¡Jasper! Ni se te ocurra tirarme desde la ventana. No soy de granito como tu Jass, me lleno de moretones cada vez que me lanzan entre ustedes. No soy un balón de basketball.- se detuvo. Sus penetrantes ojos dorados se clavaron en mí, y un micro-segundo después sus ojos brillaron con una idea.
- Muy bien. ¿Te parece si llamo a Alice para que venga a recogernos?
- Claro, pero siempre que no me estés lanzando de un lado al otro ¿Sabes? Las puertas pueden ser realmente útiles para salir y entrar de un edificio.- el puso los ojos en blanco y me dejo con mucho cuidado en el suelo
- Con todo respeto, creo que estas dramatizando. – le fruncí el ceño. Le di la espalda y me levante la camiseta exponiendo el largo cardenal que me cubría la mitad de la espalda y que tenía la forma de su brazo. Me dí la vuelta y lo miré desafiante. El agachó la cabeza avergonzado- Lo lamento, tienes razón. En cuanto los ánimos se calmen nos iremos ¿Te parece bien?
- Si- asentí aliviada, me había salvado de los moretones… al menos por ahora

Pasaron varias horas entre las peleas y los gritos, para que Jasper y yo pudiéramos salir. Decidimos que esperaríamos hasta que no hubiera nadie en la sala, como para poder salir corriendo.
A veces olvidaba que mis padres ignoraban el que Jass pudiera entrar a mi habitación trepando las paredes de fuera.
La casa Cullen seguía igual de hermosa. Allí estaba en pie, blanca, calida, apacible, acogedora. Pero nunca lograba sentirme cómoda allí. Nunca supe precisar la razón. Tal vez fuera por que, pasar tan tiempo con personas con prejuicios hacia los no-muertos acabó por pegarme algo de eso. Sin embargo, nunca me sentía cómoda allí, entre todos aquello seres perfectos y refinados.
Jasper froto mis hombros, y me estremecí por la falta de costumbre al frío- en este tiempo que el había pasado con migo, había tratado de tocarme lo menos posible-, aun que le agradecí que tratara de reconfortarme. Sabía lo reacio que era a las muestras de cariño. Tal vez por repulsión, o simplemente por que no quería. El caso es que se lo agradecí.
La casa, aun que hermosa y acogedora como siempre, se veía extrañamente bacía sin sus ocupantes.
Según lo que me había dicho Jass, Edward y Bella habían salido de casa, curiosamente hace unos minutos. Alice fue de viaje de compras con estúpida- Roxigenada- Cullen y Emmett en Seattle, ¿haciendo que? Ni idea. Jasper no me dijo, yo no pregunte.
En fin, Esme visitaba a Carlisle en el hospital, por lo que, teníamos la casa para nosotros solos. Al principió fue un poco escalofriante.
Pasamos más de 10 minutos parados en la sala de estar mirando al piso sin hacer absolutamente nada. Pero luego, por increíble que parezca. Jasper rompió el silencio de la manera más insólita del mundo.
- Ya empiezo a sentirme poco interesante. Lamento no ser un milenario dark-hunter. Desgraciadamente para ti, soy solo un aburrido vampiro de algunas muchas décadas.

Ese día conocí un lado de Jasper que jamás me hubiera imaginado.
- ¡Oh Dios! Jasper ¡Puedes reír! Llamen a los medios, ¡La octava maravilla del mundo!- le hice un exagerado gesto de asombro mientras el continuaba riéndose, por lo bajo y escondiéndose agachando la cabeza, pero al fin y al cabo, la risa es la risa. Y Jass se veía realmente lindo cunado sonreía. No es que no fuera lindo, es solo que, verlo reír, aun que fuera así, lo hacía parecer casi humano… Si quitamos la palidez cadavérica y la temperatura refrigerante, claro esta.
- No es para tanto- afirmo calmándose, tomo, con un fluido movimiento, una cuchara de plata del cajón y la colocó sobre el elegante plato de porcelana donde descansaba lo que parecía ser un pequeño trozo de pastel ¿Qué, para que tienen unos vampiros que no precisan comida un pastel de chocolate? De eso tampoco tengo ni idea. Pero en fin, el pastel estaba rico.
Jass se había sentado frente a mí en la barra de la enorme cocina mientras sonaba una suave música de fondo en el reproductor de la sala.
Era un lindo ambiente. Reír y conversar con Jasper, que era la última persona con la que me imagine pasándola bien alguna vez.
- ¿Por qué nunca antes te había visto reírte?- le inquirí, su mirada dorada se torno divertida
- No estas mucho por aquí. Aun que tienes razón, no suelo reírme demasiado. Pero si me río mucho cuando estoy con Alice- el soltó un pequeño suspiro soñador- Alice me hace reír- la frase salió de sus labios como si cada palabra fuera invaluable. No me costo mucho captar el sentido oculto en su oración.
“Alice me hace reír”= “Alice me hace feliz”
Baje la vista hacia el precioso plato de porcelana fina. No quise agobiar a Jass luego de semejante confesión-por lo que me guarde mi descubrimiento para mi misma-, de la cual, parecía que empezaba a arrepentirse.
El era el único amigo que me quedaba o eso parecía y no quería arruinarlo todo con el. Por eso me concentré en los delicados bordes dorados del plato, que, no me cabía duda de que debían ser de oro. O, si no, también en los finos tallados de la cuchara y me sentí un poco incómoda. Sin saber la razón.
Entonces me di cuenta de algo. Aquella epifanía atravesó mi mente con aquella rapidez supersónica con la que las grandes ideas le surgen a uno casi de la nada.
No era el prejuicio hacia los vampiros lo que me ponía incomoda en aquella casa…era.
- ¡Me siento pobre!- exclamé en vos de grito. Jasper salto en su asiento asombrado, luego su mirada recayó en mí con sumo desconcierto. Juraría que en ese momento estaba cuestionando mi cordura.
- ¿Disculpa?
- Es por eso que me siento incomoda aquí- dije mas para mi misma que para el- No es nada de “ellos deberían ser cadáveres podridos”- el rió por lo bajo
- Interesante declaración
- No es eso, siempre me sentía incomoda aquí y nunca supe por que. Ahora lo se ¡Me siento pobre!- el parecía no comprender mi punto así que me esforcé lo mas que pude en calmar esa extraña excitación que uno siente cuando a descifrado una de esas incógnitas indescifrables- Es que, todo aquí es precioso, delicado, fino. En resumen, increíblemente costoso lo que es igual a, completamente inalcanzable.- Jasper enarcó una elegante ceja rubia mientras sus labios esbozaban una extraña sonrisa burlona
- Así que estar en una casa habitada por vampiros insomnes que cazan animales para poder existir civilizada mente no es lo que te incomoda ¿si no el echo de que nuestras posesiones materiales te sean económicamente lejanas?- su risa resonó por las paredes como si fuera el canto de un ángel aun que era un sonido grave y masculino.
- Mas o menos, si ¿Te parece gracioso?
- Más o menos, si- imitó mis palabras, le fruncí el ceño y le lancé un trozo de pastel juguetonamente, el cual atrapo en su mano y luego lo arrojo al lavamanos. Mi ceño fruncido se incremento. Maldita sea, tenían que ser todos tan jodida mente ágiles. Se limpio la mano con una servilleta y luego me miro- No quise ofenderte. Es solo que… creo que acabamos de vivir un “Momento Bella”
- ¿Un que?
- Así es como Edward mencionaba a aquellas ocasiones en las que Bella, siendo humana, actuaba completamente fuera de la normal.
- ¿Cómo es eso?
- Tomando como ejemplo tu sensación de incomodidad. Bella tenía unos curiosos malestares similares a los tuyos.-
- Mmm...- lo medite un segundo ¿Qué rayos podía tenía yo en común con Bella? Aun que era intrigante- ¿Cómo cual?
- Pues, y no le digas a Edward que yo te dije- nos reímos al mismo tiempo- La primera vez que Edward trajo a Bella aquí, ella temía no agradarnos. No le importaba que fuéramos vampiros.
- Oh, claro… Por eso somos anormales, no nos preocupa que sean muertos andantes. ¡Discúlpame por tratarlos como personas normales!
- Ja, en verdad te lo agradezco. – de repente guardo silencio. Su rostro ya no se venía alegre, parecía distante. Era desilusionarte ver que luego de haberla pasado tan bien hacía unos minutos, Jasper se volviera tan frío de repente. O no lo se, tal vez estuviera pensativo. El caso es que conté mentalmente hasta diez. Dieses después Jasper se aclaro la garganta. Sus ojos se clavaron fijos en los míos.- No quiero que vallas a la audiencia en la reserva- lo miré atónita un segundo. Su repentina declaración me había dejado en blanco por lo que tarde un par de minutos en organizar mis ideas ¿Eso estaba pensado?
- Si, claro- le espeté- Te despedazaran en cuanto pongas un pie dentro de su territorio.
- Lo se. Pero debo hacerlo solo- Traducción: No le tengo miedo a un montón de perros.
En sus ojos brillaba el orgullo y la resolución. Parecía muy convencido de poder arreglárselas con los lobos el solo. Desgraciadamente para su resolución, yo no pensaba ceder ni aun que me encadenara y amordazara en una mazmorra.
- No me cabe duda de que seas un culo duro de patear Jass- el arqueó una ceja mientras hacía una mueca de desagrado ante el término “vulgar” que había aprendido leyendo la saga de Kenyon. Yo me encogí de hombros. El frunció el ceño. ¡Hey! Los Dark hunter no eran tan malos- Lo que quiero decir es que, no vas a ir allí sin mi. No permitiré que te maten. Somos amigos- su mirada se ensombreció al igual que todo su rostro, en ese momento si parecía el asesino sin alma que había clamado ser durante los primeros días de nuestra nueva y extraña relación.
- ¿Prefieres defender a un asesino que a una pobre humana?
- Ella ya estaba muerta cuando llegaste Jass- le tranquilicé, pero sin embargo a el no le importaba.
- Podría haberla ayudado, si tan solo pudiera controlarme, podría haberla salvado- su vos se torno en un lamento distante. Sus ojos atormentados parecían estar revivido los sucesos de aquel día. Incapaz de soportar ver esa angustia en sus ojos me levante de mi asiento y corrí a abrazarlo. El podía sentir mi dolor. MI necesidad de reconfortarlo y lo sabía.
Jasper se creía un monstruo desalmado e indiscriminado, un asesino incapaz de lograr el autocontrol. Ese evidente menosprecio que sentía por si mismo se sentía como veneno corriendo por el cuerpo de los dos. Imparable y corrosivo.
Jasper temía tanto perderse a si mismo.
Acaricie su cabello tiernamente, en un fútil intento por reconfortarlo.
- No podías Jass, solo no podías. Era demasiado tarde para llevarla a un hospital, y tampoco podías convertirla. Estaba muerta.
- Si lo estaba, pero sin embargo me alimente de ella como si fuera un animal. Podría haberla llevado al pueblo, informar a la familia de su muerte, que tuviera un entierro cristiano. Darle a su familia un lugar donde llorarla.
- No, no- susurré como si fuera un niño al que su madre arrullaba- No Jass, solo fue un accidente. El oso la mato Jass, no tu. Tu solo…
- Solo bebí su sangre antes de que empezara a coagularse sacando partido de que por estar muerta no podía sentir sus emociones. Bebí de ella “Mientras estaba fresca” y luego destrocé el cuerpo para que el olor atrajera a los carroñeros y acabaran de comérsela- escupió con despreció.
- No te dejaré ir solo Jasper- rectifique firme. Jass suspiró frustrado por mi obstinación, aun que, creo que en el fondo me agradecía que lo acompañara. No entendía esa actitud suya de esconderse de su propia familia ¿Es que no confiaba en ellos?
Sus brazos me envolvieron gentilmente, antes de apartarme con suavidad. Siempre con los modales de un perfecto caballero sureño.
Sus ojos, ahora, parecían albergar un pequeño rastro de ternura. Tal vez me había cogido cariño. Sonreí en mi fuero interno. Jasper estaba aceptándome. Poco a poco, empezaba a confiar en mí.
- Jacob estará allí. Lo sabes- Uh, golpe bajo. El sabía que solo mencionarlo era suficiente para hacerme encoger y por lo general el nunca lo hacía.
Sentí una punzada de dolor y culpa atravesándome. Tuve que hacer un gran esfuerzo para no echarme a llorar y salir corriendo. Pero, en el fondo sabía que era una buena señal.
Estaba usando su último recurso, ya que la intimidación y las órdenes no le surtían efecto.
A fuerza de voluntad, me obligue a mi misma a erguirme ante el. Aparte todas las imágenes de Jake de mi cabeza -como pude- pero lo hice.
- No me importa, iré contigo- Jasper suspiro y cerro los ojos, seguramente maldiciendo que fuera una testaruda. Al final, los abrió lentamente y me miró ahora suplicante.
- Por favor, Annie. No quiero verte sufrir. Lo siento Annie, cada ves que solo piensas en el, siento como te destroza

lunes, 27 de septiembre de 2010

Entre la verdad y el amor- 21- Soy un idiota, pero, reconoscanlo, si estuvieran tan llenos de mierda tambien cometerían uno que otro tropiezo

Juju, no puedo creer que a pasado mas de un mas desde que publique
BUAAAAAA
LO SIENTOOOOOO
BUAAAAAAAAAAAAAAAAAA
Es que por aqui las cosas no van nada bien, igualmente quiero dedicarle este capi a Leda y a sus niños, y a Maria y un saludo especial para todas las que siguen leyendooo
Ok les dejo el capi, juju
No se preocupen, las cosas mejoraran! Lo juro xD
Byeee
Disfruten

Oh, me había puesto como un niño en la mañana de navidad.


Solo pensar que Annie vendría a verme. Considerar la posibilidad de que ella me hubiera perdonado me hacía querer ponerme a cantar el Himno de la Alegría a todo pulmón. Pero claro, me abstuve, consiente de que el presupuesto familiar no alcanzaba para reponer los cristales destruidos que mi vos de estropajo causaría.

De todas formas, una inusual sonrisa se había extendido por mi rostro sombrío.

Corrí hacia Quil y lo estreché en mis brazos.

- ¡Oh, amigo! Te amo, te amo, pero de una forma totalmente platónica, y sin embargo no sabes cuanto. Gracias, gracias, gracias.

- ¡Jacob para! Por Dios. Das miedo. Te prefería cuando estabas depresivo- sin importarme los esfuerzos de Quil por apartarse de mi, lo hice girar en el aire mientras reía como loco- ¡Ya bájame! Voy a vomitarte encima los huevos que me preparo Emily

- Quil, no sabes lo mucho que te amo, amigo. Te debo una ENORME

- Si, si, ahora bájame, Jake. Enserio. Estas exagerando

- No lo hago, Annie viene a verme. No puedo estar exagerando esto es maravilloso

- ¡Jake! ¿Eres sordo viejo? Dijo que viene a verte a ti y a Sam. – Al final, Quil logro que lo soltara. Mi animo descendió bruscamente en cuanto su cara de “lo lamento” apareció- Ella viene a hablar en defensa del chupasangres ese rubio. El tal Jasper- reprimí el impulso de soltar una maldición. El maldito de Jasper otra vez acaparando el reflector. ¿Es que no puedo tener ni siquiera 8 segundos de felicidad ininterrumpida? Oh, esperen. Hasta que Quil me dijo toda la historia pasaron 9 segundos.

Corrijo.

10 segundos de felicidad ininterrumpida.

- Lo siento amigo- gruñí. Un rasgo de inesperada inteligencia brilló en los ojos de Quil, cuando se aparto un paso. Cerré los puños con fuerza, tratando de controlar los temblores

- ¿Y por que rayos no me lo dijiste desde un principio?- espete con vos acida

- Pues, por la cara que pusiste. Parecías muy feliz. Incluso mas que cuando ves sus fotos. No quise bajarte de tu nube, pero me estabas mareando de tanto hacerme dar vueltas. Pero míralo de este modo, tendrás una oportunidad de disculparte con ella. Solo tienes que mirarla con tus ojos de cordero a medio morir y ¡Zaz! Annie estará rogándote por que vuelvan. Créeme, esto es bueno.

- ¿Y si ella no quiere escucharme?- le espete. Quil trato de esconder su expresión de tristeza.

- Créeme, ella te perdonara. NO es de las que pueda aguantar mucho tiempo enfadada.- si, pero Quil no sabe que cuando Annie esta molesta puede ser lo mas terca que hay. Y sabía que la única manera de que ella me perdonara era si…

- ¿Sabes algo nuevo de…?- los ojos de Quil reflejaron su melancolía

- No, lo siento. Hace mucho que no entra en fase, o cada ves que yo lo hago el sale.

- Creo que a llegado el momento de hablar con Seth. Lo dejare volver- sentencie. Era demasiado, no podía sin el. Annie jamás me perdonaría si el no llegaba a volver.

- Si, supongo que si. Pero trata de que no se entere de que lo haces para que Anne te perdone. Probablemente se molestara



Espere sentado sobre mis cuatro traseros, rígido, paciente. Ya llevaba un par de horas así. Y no pensaba salir de fase hasta hablar con Seth, sin importar cuanto tardara, después de todo el tenia que transformarse tarde o temprano… O eso quería creer yo.

Pasaron varias horas, pero nada todo seguía igual. Seth aun no entraba en fase como si supiera que yo lo estaba esperando para hablarle.

¿Era posible que le hubiese avisado?

Era poco probable.

Otra vez me asaltaron los recuerdos.

La fogata, la primera fogata de Annie como la segunda forastera en oir las historias.

Ella tiritaba de frío, Seth la abrazaba protectora mente como si temiera que la fresca brisa marina le fuera a hacer daño.

En el fondo esa imagen desataba una permanente lucha entre mi lado animal y el humano, entre lo tierno y los celos, el odio.

Annie y Seth eran de las personas mas importantes para mí, y en cierta forma recordarlos así me llenaba de paz. Tal ves era la idea inconciente de que si algo me pasaba Seth cuidaría de ella y que muy probablemente ella lograría ser mas feliz con que con migo. Sin engaños, sin mentiras, sin secretos.

Una mente se unió a mí que me hizo saltar de gozo.

¡Era Seth!

Mi corazón salto de la alegría, pude sentir sus pensamientos de sorpresa y un segundo alegría

Pero desgraciadamente el no se encontraba tan feliz de oírme como yo me encontraba.

Seth yo…


Jodete

Y me quede solo otra vez.

Diablos. Suspire, frustrado, decepcionado de mi mismo. ¿Cómo lograría recuperar a Seth?

Mis ojos de lobo se abrieron sorprendidos. Por primera ves conseguir el perdón de Annie había pasado a segundo plano, lo que demostraba que en verdad extrañaba a Seth.

Siempre lo había extrañado. Y hasta ahora, había tardado en notarlo

Anira Vázquez:

Mi patética vida se había vuelto un infirmo lamentable y chillón sin Jacob.

Durante las primeras semanas con mamá en casa, gracias a las inyecciones de adrenalina de Carlisle todos estábamos felices y tuve la fugaz esperanza de que, tal vez, todo mejorara. Pero el gusto me duro poco. Mamá se percato que en la casa vivíamos como chacales. Claro, y yo era el pobre caribú destripado. Ella estaba loca de cólera el día en que mi padre me dijo con ese tierno y paternal tono suyo. “Niña mueve el culo y has la cena”

En ese momento, mis padres se declararon la guerra.

Jasper se había hartado de ofrecerme, como un vendedor de condominios experto, las comodidades que la mansión Cullen podría brindarle a mi estresado pellejo. Por desgracia, la maldita responsabilidad me retenía en aquella casa como una diktyon sobre el pobre Kyrian (Con todo el estrés, había empezado a leerme los libros que tía Leda me había mandado y le agradecía infinitamente por ello).

Sumergirme el las historias de los Dark Hunter era como tener mi propio jet privado para viajar a donde deseara.

Amaba morbosamente cada matiz de aquellos hombres semi-vampiros que protegían a la humanidad de los Daimon.

Desgraciadamente, mi eterno guarda espaldas/consejero/masajista, Jasper, estaba lejos de estar conforme con mi nuevo material de lectura.

“No quiero que corrompas tu mente con literatura pornográfica” No era un comentario muy alentador que digamos. Odiaba la forma en la que Jasper se movía cerca mío como su yo le perteneciera.

Genial.

Lo único que me faltaba, no solo tenía a mi amigo desaparecido en “quien-sabe-donde” Que mi novio parecía ser un gusano egoísta que me hacía amarlo y extrañarlo con cada asqueroso segundo que pasaba lejos de el. Que mi familia se estuviera desmoronando otra ves, solo que ahora a gritos furiosos- y yo quedaba en fuego cruzado siempre, mientras que mi hermano desaparecía solo Dios sabe donde- Y para rematar, que el que parecía haberse vuelto mi mejor amigo tuviera un conflicto de “padre celoso”.

Se oponía con uñas y dientes a que leyera los libros de Dark Hunters.

Mi vida era un montón de mierda, y me odiaba por solo pensarlo, pero todo habría estado mejor – o al menos una pequeña parte- si hubiera dejado de lado mi orgullo y mi maldita testarudez y perdonado a Jacob, pero otra parte de mi misma estaba orgullosa de ello. Significaba que, a pesar de estar sufriendo miserablemente sin Jake, aun me manteca fiel a mi amigo MIA (mising in acction= desparecido en acción).

- Oh Seth, te necesito, por favor vuelve- desgraciadamente, sabía que el no me escuchaba.

Y mientras Seth estuviera halla afuera, yo seguiría sin perdonar a Jacob, me costase lo que me costase.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Entre la verdad y el amor- Capitulo 20- Y asi, el lobo malo termino rogando por sobras ¿Asi o mas patetico?

Habían sido días difíciles en los que mi manada no paraba de asegurarse de que siguiera vivo. OK, no mi manada, más específicamente Quil y Embry. Ya que Seth, bueno, estaba en alguna parte de Alaska, y Leah estaba planeando mi muerte a la espera de que bajara la guardia para rebanarme la cabeza… o mejor dicho, las cabezas. Aun que, ahora la muerte comenzaba a sonarme como una buena alternativa. Así al menos pondría fin a mi sufrimiento.


Suspire mientras observaba fijamente las betas en la madera del techo de mi diminuto cuarto.

El colchón de doble ancho hacía solo me quedara una separación de 30 centímetros desde la pared hasta la cama. Apenas si podía pasar cuando necesitaba buscar ropa. Aun que debía admitir que, últimamente lo unico escaso no era mi animo. Estos últimos 23 días, 15 minutos y 38 segundos sin Annie había estado mas fuera de control que nunca.

Cada ves que pensaba en ella, entraba en fase y solo pensaba en correr hasta su casa, importándome una mierda los humanos y rogarle de rodillas que me perdonara.

Pero siempre que estaba cerca de cumplirlo, el chupasangre Jasper se aparecía en la divisoria.

“Ella no quiere verte aun, Jacob” El se quedaba allí esperando a que me fuera o saltara sobre el, pero nunca lo hacía. Se lo debía a Alice.

Si, ni si quiera yo podía creer que le debiera tanto a Alice como para no matar al único obstáculo que me separaba de Annie.

El segundo día desde a separación, había llamado como una docena de veces a casa de ella. Pero nunca se ponía al teléfono. Recibí desde peticiones de que secara por parte de mi querida suegra, hasta amenazas de muerte y esterilización del maldito de mi cuñado. Pero extrañamente ni una sola ves contesto Alan.

Ese día, luego de colgar el teléfono y dejar pasar otra hora para llamar, convencido de que mi perseverancia daría frutos, Alice apareció en mi casa. Incluso lo supe antes de que llegara, por el aroma a vampiro que se filtraba y la repentina sensación de frío.

“Jacob” Había dicho ella un segundo después de que abrí la puerta “Deja de llamar a casa de Annie. Ella desconecto el teléfono”

Fue ahí donde alcancé un nuevo nivel de miseria. Ella ni siquiera se había dignado a decirme ella misma que parara.

Ella había rebuscado en su caro bolso de piel negra un objeto mientras yo observaba el asombroso contraste entre su blanquecino brazo de piedra y el negro brillante. Un milisegundo mas tarde ella me había dado un celular de color rojo, apenas más pequeño que la palma de mi mano.

La había mirado con el seño fruncido por el desconcierto y la nariz arrugada por el mal olor. Ella solo había puesto los ojos en blanco.

“No me digas nada. Solo trata de no estrellarlo contra la pared” Entonces, ‘como si pudiera ver el futuro’ ella se dio la vuelta y se marcho dando saltitos como si fuera una bailarina en pleno recital.

Al principio no tenía ni idea de cómo manejar aquel aparato. Casi toda la parte frontal era de una pantalla táctil. Recuerdo que la primera vez que lo toque le deje una mancha blanca a la parte de la pantalla donde decía “menú”.

Estaba apunto de arrojarlo al cesto cuando habían golpeado.

Resulto ser Quil que había venido a visitarme con Claire. Y después de una charla psicológica sobre mi estado de ánimo Claire había reparado en el aparato que aun sostenía en mi mano.

Flash back:

- Jake, ¿desde cuando tienes un iPhone?- Miré a Claire como si acabara de hablarme en alemán. Luego miré el aparato que en efecto, tenía una manzanita plateada a escasos milímetros del borde superior

- ¿Eso es lo que es?- inquirí extrañado. Ese aparato valía incluso mas que mi auto

- ¿Tienes un iPhone? Quien lo diría- una sonrisa irónica se extendió por el rostro de Quil- Sabías que ese pequeño aparatito vale mas que tu pedazo de basura con ruedas. Si lo vendes podrías comprar un auto decente. Ja, ja- Claire fulmino con la mirada a Quil, el cual la observo atónito- ¿Qué?

- Se bueno. A Jake le costo mucho armar ese auto. No debes ser malo o le diré a la tía Emily que te grite- le espetó dedicándole una dura mirada. No supe que era mas gracioso mientras me partía de risa. Que a Quil lo regañara una niña de 9 años que apeas le llegaba a la cintura, o, mejor aun, Que el se sintiera arrepentido de haberse burlado de mi Rabbit

- Mejor hazle caso Quil, no queremos que “tía Emily” te grite ¿no es cierto?- rompí a reír mientras ahora, Claire me miraba a mi con desaprobación y Quil se encogía de hombros avergonzado

- Solo opino. Esa cosa no puede llegar a los 100 kilómetros sin pararse o que el parachoques de desplome.

- ¡Oye! Eso paso solo una ves, y por que lo estuviste pateando antes de que saliéramos.- el se encogió de hombros de nuevo pero ahora con diferencia

- No tenía nada mejor que hacer- se excusó. Claire negó con la cabeza, como si esa actitud pedante de Quil la exasperara. Le dediqué a la niña una mirada de comprensión. Oh, pobre. Tendría que soportarlo por el resto de su vida.

- ¿Quién te lo dio, Jake?

- Una- vacile, ¿Qué se suponía que éramos yo y Alice?- conocida- musite. Claire tomo la mano que envolvía el aparato. Ella lo sujeto en su manito y observo atónita la pantalla

- ¿Que le paso?- inquirió con los ojos bien abiertos señalando la marca de mi dedo en donde decía “menú” Me sonroje un poco de mi torpeza

- No lo se- ella frunció el ceño

- Que clase de tonto apretaría tan fuerte

- Tal ves ya estaba si- intente agachando la mirada. Podía oír a Quil reír por lo bajo

- Si, tal ves- Claire guardo silencio mientras tocaba la pantalla y buscaba cosas en distintas carpetas. La habilidad de Claire era asombrosa. Quil no exageraba todos estos años en los que había dicho que ella era una niña prodigio.

Un par de minutos después Claire me lo tendió y me sonrío.

- Esta usado ¿Quieres que te enseñe como usarlo?

- ¿Tu sabes usarlo?- pregunte asombrado de verdad. ¡Era solo una niña por al amor de Dios! Ella asintió

- Mi prima Sara tiene un igualito y me deja jugar con el, solo que el de ella es mucho mas lindo por que es de color rosa y tiene muchos diamantes pegados- los ojos de Claire se iluminaron ante la perspectiva. Y al caño con la niña que aparentaba mas de sus simples 9 años.

Fin Flash Back:

Con un par de días de enseñanza y varios mas de paciencia y delicadeza, al fin aprendí como recibir y hacer una llamada sin sacar una foto o llamar otro número simultanéamele. También había aprendido como enviar un mensaje de texto y responder uno.

Luego fui aprendiendo las cosas más triviales, como los juegos, entrar en Internet y sacar fotos.

Fue así como descubrí, un día en el que borraba unas carpetas con nueceros de tarjetas de crédito, direcciones, teléfonos y fotos de vestidos y diseños de Alice.

Me preguntaba por que ella guardaría esa información allí cuando los vampiros tenían una excelente memoria.

Pero mientras borraba carpetas con fotos, descubrí algo que me dejo tan asombrado como si hubiera encontrado una carpeta con fotos mías desnudo.

El titulo de ambas carpetas eran muy simples.

“Annie y Yo!!! <3”

Y el segundo.

“Annie, yo y tiendas”

El primero tenía 463 fotos. 122 de Alice con el maldito de Jasper. 300 de Annie y ella, y las restantes 41 eran de distintas tiendas y arreglos florales.

Ella se vía preciosa en todas las fotos. En cada una vestía algo diferente.

En algunas sonreía, otras hacia muecas, se ponía en pose junto con Alice. Señalaba el paseo marítimo. Sentada en la barandilla de un puente justo en un atardecer. Se veía con un ángel.

Mi ángel. Oh, cuanto la extrañaba.

La segunda carpeta, el fondo de la foto, predominaba el interior o exterior de algún centro comercial.

Sonreía. Anne no se veía muy contenta luego de algunas horas de caminata.

Varias fotos la encontraba sentada en una banca con la cabeza hacia atrás. Con los pies en alto. Colgando. En una se estaba sobando la planta del pie derecho.

Se la notaba cansada.

Pero había una que era mi favorita sobre todas las otras.

Annie estaba sentada junto a una fuente con un vestido censillo de color blanco con unas finas franjas verticales grises. Como la extrañaba.

MI niña. Mi pequeña

Me sujete la frente con fuerza tratando de no llorar de frustración ni entrar en fase. Los temblores se extendían por mi cuerpo como la pólvora encendida hacia la dinamita.

El animal en mi me llamaba a que arrasara con todo. A que fuera a por ella y la obligara a perdonarme ¿Me estaría volviendo loco?

No me extraña.

Cada mañana pasaba por lo menos 3 horas mirando las fotos de Annie, luego me iba al taller de chapa a sentarme sobre una cubierta vieja de repuesto a mirar el bosque.

Después me iba a patrullar todo el día mi zona, siempre tratando de acercarme a su casa para un avistamiento, pero no importaba lo mucho que intentara y que perseverara, los chupasangres siempre estaban protegiendo el perímetro.

Rosalie, a regañadientes. La verdad no sabía por que esta allí. Ella era demasiado frívola y egoísta para preocuparse por otros. Tal vez fuera cosa de su compañero, el grandote Emmett. Luego, la espina en mi costado, Jasper y Alice.

Al final, había pasado los últimos días, malditamente consiente de cada segundo sangrante que pasaba sin Annie.

Pero, el día 24, a las 13:10 con 54 segundos fue cuando un rayo de esperanza asomo mi vida.

Vendito fuera Quil.

Había venido corriendo para contarme

- ¡Annie viene al pueblo a hablar, contigo y Sam!

Jojo, ojala les guste
y Gracias tia y Paulaaa
las adoroooo

jueves, 19 de agosto de 2010

Entre la verdad y el amor- Capitulo 19- ¿Que por que soy un imbseil? No lo se. ¿Por que no se lo preguntas a ella?

Jacob Black:


El teléfono se quedo mudo mientras yo seguía sujetándolo contra mi pecho. Hice todo lo que pude por contener las lágrimas, pero estas fueron más fuertes que yo ¿Cómo hace uno para mantenerse en pie cuando tu corazón esta destrozado?

Caí rendido al suelo, llorando, agradeciendo internamente mi soledad. Sentí como si todo se derrumbara a mi alrededor. Cada cosa que había considerado importante ya no era nada.

Maldita sea ¿Cuándo fue que me meé en la estatua de algún dios del odio? O tal ves cabree a algún chaman vudu sin darme cuenta, y ahora pagaba las consecuencias de ello. De cualquier manera, estaba, otra ves, sufriendo por una mujer que era tan importante para mi como respirar.

Si no fuera tan egoísta, si no fuera un pedazo de mierda egoísta le contaría la verdad. Haría que ella me odiara, que me llamara por todos los insultos que supiera hasta que se quedara sin aliento, para luego marcharse… y matarme.

Si, pero por desgracia para ella, yo seguía siendo un “bastardo egoísta” tal y como Annie había dicho con tanta elocuencia.

Mierda, ¿estaba destinado a sufrir por cada mujer que se cruzara en mi camino eso era cosa mía? Ahora, la teoría de la maldición vudu me parecía mas lógica, y menos dolorosa que afrontar el echo de lo que yo, y solo yo, había echo.

Era en estos momentos, cuando tenía ganas de tirarme de los acantilados- aun que sabía de sobra que lo único que lograría sería deformarme todo o a las rocas- cuando mas extrañaba a uno de mis mejores amigos.

Seth Clearwater. Suspire entre sollozos.

Como extrañaba los consejos de Seth, sus palmadas en el hombro. O su fastidiosa costumbre de tener la razón.

“Ósea, si tienes tantos problemas con Annie, solo dile la verdad y entenderá”

Yo había suspirado. Estaba tan cansado de siempre hondar el mismo tema con todos. Al menos Seth, era el, mas o menos amable de todos.

“Ya te lo e explicado muchísimas veces, niño. Annie jamás podría llegar a comprenderlo”

“Tal ves si le das la oportunidad…”

“No, Seth. NO me arriesgare” Luego el había suspirado

“Ok, hermano, no te presionare, solo digo lo que es mejor para ella. Después de todo ella ‘tu imprimación’”

Esas palabras, fueron las ultimas que cruce con el. Luego empezaron las peleas.

No soy perfecto. Eso es más que obvio. Pero no supe que más hacer…

“¡Me importa una mierda si eres el alfa!” había gritado Seth en forma de lobo el ultimo día en el que Seth y yo hablamos “De una u otra forma voy a decirle a Annie la verdad, Jacob. Y no podrás detenerme”

“¡Ya basta! No tienes derecho a entrometerte en mi vida”

“No, pero si tengo el derecho de ayudar a mi amiga”

“‘Amiga’ Si, claro”

“Pues si, soy su amigo y es mi deber ayudarle a abrirle los ojos”

“Tu estas enamorado de ella Seth, y la quieres solo para ti” brame

“¡No es cierto! Annie se merece a alguien que la quiera. Que no le mienta ¡bastardo! Y mañana, no se como, pero te juro que voy a decirle la verdad Jake. ¡Con o sin restricción del alfa!”

“¡No! No, no, no. Tú no vas a hacer nada. Te lo prohíbo”

“Mierda, deja de ser tan hipócrita”

“No, Seth. No te habla Jake, te habla tu alfa Jacob Black, el tátara nieto de Ephraim Black, el último alfa de la manada de nuestra tribu. Y yo te ordeno que te largues del pueblo hasta que se me antoje”

¿Cómo pude ser tan estúpido?

Era oficial, era un imbesil. Un total y competo imbesil hasta la medula.

jueves, 12 de agosto de 2010

Entre la verdad y el amor- capitulo 18 parte 2- Adios

Hey! Paulaaa, que lindo leer tu comentario, me conmueve muchisimo lo que dices. En serio.
Graciaaaaas
Encerioo
Quiero agradecerle a tofdas las que siguen la historia
Son divinas
juju
Y Pues, nada, gracias y una cosilla mas.
Las que hayan visto que en el primer capi decía "Nessie" Fue un pequeño error de imprenta sorry
Ok aki ta el nuevo capi...
Y por cierto, va dedicado para Paula.
-          Además, molestar a un vampiro mil veces más fuerte, ágil y rápido que yo, sería la cumbre del comportamiento estúpido e irracional.
Salí de la habitación con pasos ligeros. Me urgía salir de allí. Ya que, si no veía a Jasper, no me pondría nerviosa. Y podría pensar con mas claridad.
En la sala de estar, sentada en el suelo mirando una repetición de American Idol, estaba mi madre. Fruncí el seño confundida. ¿Qué hacía mama en casa?
-          ¿Mami?- ella volteo a verme y enseguida sonrío
-          ¡Cielo! Buenos días. ¿Quieres que te prepare el desayuno?
La observe detalladamente un segundo, se veía animada. Sobre sus hombros escuálidos descansaba una fina manta de lana. Y vestía una bata de dormir color azul marino y en su cabeza tenía un pañuelo con estampado de leopardo anudado alrededor de su cráneo.
-          Mami- aun no podía creerme que mi mama estuviera allí, sentada viendo televisión como si nada pasara- ¿Qué haces aquí?- su sonrisa se ensancho.
-          Hoy me e mareado un poco- ella se enocogio de hombros para restarle importancia antes de mi ataque de paranoia- Y tu padre me a llevado al hospital. Pero el doctor Stevens renunció. Y conocí al doctor Carlisle Cullen ¡Oh, Cariño! Que hombre mas maravilloso. Es un verdadero encanto, y es muy apuesto- un brillo de picardia destello en los ojos de mi mama, haciendome sonreír. Si supiera- En fin, de todos los doctores que e tenido, el a sido el primero que me a hablado en cristiano y que se a ocupado de hacerme sentir mejor en ves de tratarme como a un semi cadáver. Estoy tan cansada de la lastima, que este conocer a este hombre a sido todo un respiro de aire puro
-          Si, Carlisle es una excelente persona- sonreí. Era todo un santo. Juré que antes de morirme, le haría un monumento a Carlisle “Al vampiro mas decente y bondadoso de todos”
-          Me a dado adrenalina o algo similar. El caso es que estoy llena de energia, como nunca- exclamo estirando los brazos- Y hoy me a suspendido la quimioterapia. Asi que me quedare en casa contigo. Podríamos pintar tu abitacion, o arreglar el jardin- mama suspiro- Le dije a tu padre que las hortensias necesitan sen regadas todos los dias, excepto en invierno por que se congelan. Dios, es que tu padre siempre esta en la inopía
-          Tomatelo con calma, mami. ¿Que tal si solo vemos televisión? No estas como para bailar la macarena mama, lo sabes- le recorde. Ella puso los ojos en blanco.
-          Annie, mi amor. Me siento bien, mejor que nunca. Y quiero aprobecharlo. Por favor, por favor. Solo guardate tus nuevos instintos de responsavilidad por un rato ¿Qué le paso a mi pequeña impulsiva? ¿La que me causaba un dolor de cabeza tras otro?- Murio en cuanto enfermaste, me dije en mi fuero interno. Trate de controlar mi expresión. No quería arruinar el buen humor de mama. En verdad que se veñia muchisimo mejor.- Estaba pensado, cielo. ¿Qué tal si vamos a la Push?
Un nudo se formo en mi garganta y le corazon se me hizo añicos. Mama me obserbo preocupada, por lo que deduje que mi cara debía verse patéticamente triste- ¿Qué pasó, Annie?
Hice un sobre humano esfuerzo por contener las lagrimas, y mantenerme firme, No arruinare el buen humor de mama con mis tonterias.
-          Nada, ayer… pues, solo e peleado con Jake, seguro las cosas se arreglaran- le dedique una falsa sonrisa y me acerque para acariciar su hombro- ¿Quieres que te prepare algo?- cambié rápidamente de tema. Ella lo acept a duras penas.
-          No, gracias. Que tal si yo, que soy la madre- me recordó- ¿Te preparo el desayuno?- negué con al cabeza amablemente. No era que no confiara en Carlisle, o en sus superiores habilidades de doctor. Es que, preferia hacerlo yo misma.
-          No es necesario. No me tardo nada mami.
Estaba de camino a la cocina cuando mama me llamo, en tono bajo. Me di vuelta y la vi dudar, como hubiera algo que no quisiera decirme pero no tuviera mas opción. Suspirando, la incite a hablar
-          ¿Qué ocurre?
-          Pues… mira, si se han peleado…No quiero entrometerme, pero- ella se mordio el labio y medito si debía o no decirme lo que tuviera que decirme. Aun que mas o menos me daba una idea- Jacob ha llamado anoche- lo sabía, pensé con tristura- Tu hermano a atendido. Mira que si no lo obligo no me entero- refunfuño- Y lo ha vuelto a hacer durante toda la mañana, cada una o dos horas. No e cortado la línea solo por lastima. Es que se lo oía realmente preocupado. Le dije que viniera pero el me dijo que no…- guardo silencio unos segundos. Mientras mi corazón se partía en miles de pedazos solo de pensar en Jacob preocupado por mi. Pero no podía olvidar lo que había echo así nada mas. No señor. Un minuto después, ella continuo- Me dije que si era necesario que te suplicara por que lo llamaras ni bien despertaras. Juro que estuve apunto de ir yo misma y obligarte a llamarlo- no tuve tiempo de dijerir lo que me había dicho que el telefono de la sala comenzó a repiquetear- Justo a tiempo
-          Si- me quede esperando dos timbrazos que mama fingió no oír. Meditando si constatar o no. Al final, decidí si hacerlo. Después de todo Jacob era muy terco y seguiría llamando hasta que la compañía de teléfono le cortara el servicio. Camine pesadamente hasta el estridente aparato y los descolgué sin ánimos. En cuanto me lo puse cerca del oído, pude escuchar como Jacob hablaba sin parar.
-          ¡Por Dios! Anne, al fin contestas el maldito teléfono. Me tenías muerto de preocupación. ¿Es que tanto te cuesta devolver una llamada? Estuve toda la mañana llamándote sin parar. No me e despegado del teléfono en toda la noche. Incluso fui a verte pero Sam me dijo que… No importa. Por Dios, Annie. ¿Estas bien? ¿El chupasangre te hizo algún daño? Solo di que respiro cerca de ti sin tu permiso y entones iremos a despedazar al bastardo- su tono ronco y serio dejaba implícito que no era una simple amenaza- ¡Annie! Por el amor de Dios, ¡Di algo! Me siento como un idiota gastando saliva. Aquí esta Billy mirándome como si estuviera loco. Y creo que estoy empezando a enloquecer. ¿Sabes? Enserio, Annie. No tienes excusa para haber salido corriendo por el bosque con un vampiro psicópata rondando. No podemos encontrarlo, ¿Lo sabias? No podemos encontrar a ese bastardo por que siempre hace un maldito truquito que dejaría a David Copperfield como un princípiate.
>> ¡Annie! Por al amor de Dios, di algo. Me siento tan estúpido hablándote y tú sin decir nada. Es como conversar con una pared. ¡Annie..!
-          ¡Jacob! Ya cállate- chillé- Cálmate, estas histérico. Y lo que yo hice…- guarde silencio un segundo, observe como mama fingía no estar escuchando así que comencé a susurrar- Quil me contó lo de Seth bastardo egoísta, así que quiero que sepas que en la vida voy a perdonarte por lo que hiciste. Eres un mentiroso y una mierda. No quiero verte- podría haberle dicho “nunca mas” pero era obvio hasta para el mas idiota que yo amaba demasiado a Jacob, y sin importar lo mucho que quisiera a Seth. Jacob era mi novio después de todo y lo amaba, con su idiotez, su egoísmo, etc.- por aquí hasta que Jasper aleje todos los objetos con los que pueda matarte
-          Amor, lo siento. Pero Seth-
-          Pero Seth, nada. Nada, Jacob Black. Te juro que iría a la Push a matarte pero- “pero te amo demasiado. Y siempre que te veo se me olvida como respirar” Nop, esa no era una buena respuesta- Estoy segura que Billy te echaría de menos, aun que ahora lo dudo, por que se que eres un bastardo egoísta. Y para terminar con esta charlita te informo que estoy bien. No vuelvas a llamar- del otro lado de la línea reino el silencio. Un silencio tan profundo que incluso era capas de oír el sonido de su entrecortada respiración. Entonces, luego de un par de minutos de tratar de controlarse. Un hombre hablo por el teléfono. Su vos era un sonido lastimero y entrecortado. Similar al de una persona que esta apunto de estallar en llanto, pero que trata de hablar disimuladamente. Oírlo así fue como si me clavaran un puñal en el corazón, y este estuviera impregnado de veneno. Un veneno que me corroía y hacía que quisiese pegar alaridos de dolor. Por que de una u otra forma la pena de Jacob me dolía.
-          Esta bien. Solo quería asegurarme que estas bien- intento pronunciar con vos monocorde, pero al final se le quebró. Guardo silencio un segundo tratando de recobrar la compostura y luego hablo- Adiós, cuídate. Y si tiene el menor problema con el chupasangre llámame- soltó anhelante
-          Gracias pero prefiero a Alice. Y ahora, adiós Jacob Black
-          Adiós, Annie. Te amo cielo
-          Si, claro- con un nudo en la garganta estampe el teléfono contra el aparato. Eso había sido tan doloroso, que solo quería gritar y patalear. Correr a la Push y suplicarle que me perdonara era cada vez más tentador. Y por mucho que intentara negarlo, yo no era de las personas capaces de guardar rencor por mucho tiempo.
Suspire y me di la vuelta solo para encontrar la sala vacía. Entonces oí el suave murmullo de una nana en el porche. Era obvio que mama se había esfumado para darme algo de espacio. En verdad aprecie el gesto.
Sin más que dolor y cansancio fui hasta la cocina a prepararme mi desayuno.
Hoy iba a ser un larguísimo día. Y solo estaba empezando
Gracias por leer!!!!
Encerio, este es para ti Paula. Eres grandiosa.
Tankiuuuu
Y comentennn, juju,me saca canas verdes que no comenten

viernes, 6 de agosto de 2010

Entre la verdad y el amor- Capitulo 18- Algo nuevo Parte 1

Todo lo que recuerdo fue la sombra de un ángel espectral desvanecerse, antes de desmayarme.


Desperté en un lugar desconocido. La migraña me había ocasionado pesadillas. Una horribles en las que Jake en forma de lobo luchaba contra uno color arena. Como Jacob gimoteaba de dolor. Su pelaje cobrizo todo manchado de sangre.

Sacudí la cabeza con brusquedad para tratar de despejarme. Gran error. Fue como un maldito martillazo en las sienes.

Abrí un ojo despacio, y observe mi entorno. Todo en mi mente era borroso y confuso. Parecía que alguien hubiera tomado lo sucedido en mi memoria, como si te una hoja impresa se tratase, y la hubiera recordado en tiras desiguales y luego la hubiera vuelto a acomodar desordenadamente.

Muy lentamente, me fui adaptando a la intensa luminosidad.

Me encontraba sobre una cama individual de sabanas azules, y cobertor blanco. Junto a la cama había una ventana abierta, donde alguien había levantado las persianas para dejar entrar la luz del sol

Bajo la ventana había un escritorio de madera, con una caja de cartón rebosarte de libros.

Contra la pared opuesta se encontraba un armario de madera viejo y bastante grande y sobre este un póster de Kings of the Lyon manchado de humedad.

No podía estar en Forks o en la Push. Esa era mi habitación. Pero, ¿Cómo había llegado ahí? Lo último que recordaba era el bosque oscuro a mí alrededor. El miedo, el dolor...

La luz era demasiado intensa. Me lastimaba los ojos.

En la esquina derecha, la luz se reflejaba contra lo que parecía ser algún tipo de espejo de cuerpo entero. Que extraño, ¿Desde cuando yo tenía un espejo ahí? Que recordara, jamás había tenido un espejo.

Me levante de la cama con los ojos entrecerrados, di un par de pasos a ciegas hasta toparme con el escritorio. Hice a un lado la caja, me incline y baje las cortinas.

Toda la luz se esfumo, y la habitación se hundió en las tinieblas.

Me recline sobre el escritorio y suspire aliviada, mientras cerraba los ojos unos minutos, tratando de recordar…

- Ejem- contuve un grito ahogado. No estaba sola. Abrí los ojos de golpe pero aun no me acostumbraba a la oscuridad. Por lo que no pude identificar al emisor de la vos- No te asustes- me aconsejo una vos ronca y grave, aun que también sonaba dulce y melodiosa. De pronto me sentí Mass tranquila, no sabia como, pero los músculos que se contrajeron del susto se relajaron de pronto.

Pestañeé 4 veces tratando de aclarar mi visión. La habitación no estaba tan oscura como yo creía, solo fue un efecto visual, causado por la ausencia de una intensa fuente de luz, de donde se suponía debía estar ese espejo de cuerpo entero. En lugar de eso. En la esquina derecha, sobre un una silla de madera, había un precioso hombre de cabellos dorados y tez nieva sentado. Era el… Jasper.

- Ah- musite asombrada. De todas las personas, o mejor dicho, seres sobre naturales que podría conocer o tener motivos para entrar en mi habitación. Jasper era definitivamente la ultima persona que yo esperaba que estuviera aquí.

Toda la tranquilidad se fue al caño, cuando comprendí la gravedad de la situación. Jasper, estaba en mi habitación. NO estaba soñando.

Y aunque debería temerle, ya que era uno de los vampiros de la familia Cullen, más sensibles a la sangre, y para el que la sed era más dura que para cualquier otro, no puedo hacerlo. Algo en mi interior me decía que no debía temerle. Una desconocida confianza

- Espero que te sientas bien. Aun que ahora te siento mas tranquila- En efecto, era Jasper. No se trataba de una cruel broma de mi subconsciente.

Jasper se mantenía completamente estático en la oscuridad. Como si no quisiera que lo viera claramente.

- ¿Qué haces aquí?

- No lo recuerdas- no era una pregunta- Pues, te encontré en el bosque llorando. Luego te desmayaste y te traje a casa. No te veías bien, axial que me quede contigo- su perfecto y estoico rostro me decía que ocultaba mucho más de lo que en realidad me contaba. Sabía que Jasper no era una persona, o mejor dicho, vampiro muy sociable. Pero incluso ahí su respuesta me pareció un poco baga. Le fruncí el seño al piso de vinilo. Pero de todos modos me quede muy “en el molde” como diría mi mama.

- Pues eso suena bien- Oh, genial. ¿Así o más falso, Anira? Mierda, tengo que ser mas convincente.

Jasper se incorporo. Como un felino al acecho. La imagen me causo escalofríos, haciéndome dar un pequeño paso hacia atrás.

- Lo lamento. Se que no estas acostumbrada a mi presencia. Tratare de ser lo mas cauteloso que me sea posible.

- ¿Cauteloso?

- Tu aroma esta impregnado por todo el lugar. El olor de tu sangre no es tan atractivo como otros, pero de todas formas. Aun es sangre- trague en seco. Estaba atrapada con un vampiro sediento… Genial.- No temas. Te doy mi palabra de caballero, que no te haré daño.

- Esta bien… ¿Qué haces aquí?

- Pues, ayer te veías muy enfadada. Jacob llamó para asegurarse de que estabas bien

- Bien- admití desanimada. La verdad el nombre de Jacob era como una punzada contante en el corazón. Un cuchillo enterrado profundamente en mi espalda.

- Lo siento, no pretendía incomodarte

- No, esta bien, Jasper. Estoy bien- musite. Me incorpore con dificultad, aun sin mirarlo y me encamine hacia la puerta- vuelvo en un segundo

Jasper asintió, y entonces salí de allí. Necesitaba aclarar mi cabeza. Tenía tantas imágenes confusas. No sabía si eran ciertas, si las había soñado, si era un recuerdo.

Estaba asustada, confundida, y más triste de lo que jamás había estado.

Me mire al espejo dubitativa. La mujer que me observaba le era completamente ajena.

- No se que hacer.- me incline sobre le lavabo, esperando que el agua fría aclarara mis ideas.

El frescor alivio ligeramente el dolor palpitante en mis sienes, lo suficiente como para pensar un segundo con claridad.

No podía seguirlo negando.

Jacob había echado a Seth, su mejor amigo, su hermano. De su propio hogar, solo por faltarle el respeto.

¿Que clase de tontería era esa?

¿Que podría haberle dicho Seth que hiciera a Jacob molestarse tanto?

Me quede parada en mi sitio cunado una imagen paso velozmente por mi cerebro.

La imagen de un ángel de tez nívea que me observaba, sentado en un sillón color gris y rojo. Mirándome, con expresión estoica, y con unos ojos rojos como la sangre, cargados de tristeza.

Jasper...

¿Que hacia Jasper en el sillón de mi sala?

Más imágenes aparecieron.

Vi una mano muy parecida a la mía, sosteniendo un trapo blanco manchado de sangre, cerca de rostro de Jasper...

Todo el estaba cubierto de sangre.

Cada ves que lo tocaba que el paño me dedicaba una mirada de tristeza y decepción que se escabullía sobre su mascara inexpresiva.

- Dios- exclame sin aire. ¿Que rayos había pasado ayer?

Entonces, todo vino a mí

Fue rápido, como un relámpago atravesando el cielo tormentoso.

Jasper me confesaba haber bebido la sangre de un humano. El me había llevado a casa, me había cuidado.

Cuando desperté, el estaba sentado frente a mi, mirándome estoicamente.

Se veía espeluznante, todo cubierto de sangre con ese brillo escarlata en sus ojos habitualmente dorados.

El no quiso ir a su casa. No me dijo por que. Solo repetía que quería asegurarse de que estaba bien

Recordé como limpie cuidadosamente la sangre de su cuerpo. Le había prestado una de las camisas de mi padre mientras lavaba su ropa...

Todo lo demás... me costaba recordarlo, pero sabía que había más. Todo se veía como si fuera una película con mala recepción.

Corrí hasta mi cuarto, importándome más bien poco si había alguien dormido.

Ahí estaba el, parado exactamente en la misma posición en la que lo deje. Bestia la ropa que yo recordaba, solo que ahora estaba limpia.

Se mantenía en la oscuridad, para que no viera su rostro.

- Jasper- me acerque un paso a el- ¿que paso ayer?

Se alejó la misma distancia que yo me acerqué, y su cuerpo entero se tensó en la oscuridad.

- No creo que sea algo que quieras saber -murmuró con la voz taciturna y un tono sombrío.

- Pruébame- lo desafíe, acercándome otro paso. Creí que se alejaría de nuevo, pero en lugar de eso se quedo quieto, dudando.

Suspiró profundamente y me miró por un segundo largo.

Finalmente bufó frustrado y dio un paso adelante, adentrándose en la tenue luz de la lámpara.

- Esto fue lo que sucedió -susurró mirándome fijamente a los ojos.

El aire se escapo de mis pulmones en un jadeo. Era cierto. Jasper si había bebido de un humano...

Entonces recordé donde lo vi ayer. En terreno Quileute. Significaba que...

- Jasper, -susurre entre cortadamente- ¿Tu mataste... a algún... Quileute?- No podía dejarlo morir. No sabía por que. Simplemente no podía. El rostro de Jasper se volvió sombrío

- ¿Acaso hay alguna diferencia?

- Si que la hay. Si mataste a un Quileute en su territorio. ¡Ellos te mataran, Jasper! ¡No podré detenerlos, Jasper! Debes decirme exactamente que paso- mi vos sonó una octava mas alta. Un remanso de paz me atravesó. Haciendo que me calmara solo superficialmente

- ¿Eso es lo que te preocupa? Acabas de notar que maté a un humano, y no sientes... ¿miedo?

- ¡Por ti! ¡El o ella ya esta muerto! Pero tu no, y no quiero que nada te pase- le asegure. Contra toda lógica me acerque un paso, y estire mi mano para rosar su brazo, gélido. El se encogió ante mi tacto, pero no se aparto. Le hice una pequeña caricia antes de mirarlo a los ojos de nuevo- Jasper, no quiero que nada te suceda. Eres una buena persona, además piensa en Alice, ¿Que hará ella sin ti?

- ¿Una buena persona? -escupió entre dientes con la mirada clavada en la mía, como si intentara asegurarse de que percibiera con claridad el antinatural carmesí- ¿Por qué crees que me estoy escondiendo? ¿Tienes alguna idea de lo que le haría a Alice verme de esta forma?

- ¡Alice te ama! ella jamás te juzgaría. Créeme -soltó una mueca de dolor tan intensa que pensé que se derrumbaría en pedazos ante mí.

Dio un paso atrás y volvió a la oscuridad

A donde parecía que pertenecía con esos ojos tan brillantes y acongojados.

No podía forzarlo, ya de por si, que me hubiera dejado acercarme a el, era un enorme progreso en una relación de dos personas… o mejor dicho, vampiro/humano que nunca se trataron formalmente.

Debía darle espacio a Jasper.

Me aparte otro paso de el. Me esforcé todo lo que pude por no sentir miedo, solo confianza. Eso parecía ponerlo entre cómodo y nervioso. Como si nadie nunca hubiera confiado en el. Que extraño.

- Pues, iré abajo. Llamare a Alice…

- No es necesario.

- Pero, Alice debe estar preocupada por ti- exclame, sin embargo, Jasper continuo firme

- No te preocupes, Alice sabe que estoy bien.

- Ok- suspiré- Pues- el estomago me gruño, observe a Jasper apenada

- Ve a desayunar- asentí. Cualquier escusa para escaparme me venia bien. No por que tuviera en verdad mucha hambre. Sino por que Jasper se veía de tipo que prefiere pegarse un tiro en el hombro antes que tener una larga y profunda conversación sobre sus sentimientos.

Ya luego hablaría con Alice, para informarle de todo… y, aun que estuviera mortalmente molesta, también llamaría… a Jacob. Además, de esa manera lo mantendría lejos de la casa y de cualquier objeto punzante que pueda arrojarle y mas tarde arrepentirme.

Ok, lamento la tardanzaaaa buaaa
espero sepan tenerme pasiencia.
Un enorme gracia a Naty que me ayudo a terminar e interpreto brevemente a Jasper. Dios Natt! te amoooo
Ojala les haya gustado, y va dedicado a Mika! que parece que es la unica que sigue leyendo por que nadie dice nada ni comenta ¬¬ jajaja. No, es broma. Pues, Mika es para ti. Gracias por leer.
Byeee

lunes, 2 de agosto de 2010

Algo...

Pues, no se me ocurrio un nombre para esto asi que solo es algo... Ojala les guste
Pasamos en la vida, acumulando cosas. A veces sin darnos cuenta, otras tantas, si.

No solemos detenernos a observar una estrella, a oler una rosa, o a beber agua de un poso. Solo seguimos en el mismo sitio vegetando, creciendo, acumulando y existiendo. Limitándonos a estar y luego desaparecer. A volvernos mayores, poniendo cifras y apariencias como lo mas importante.
Y de repente y sin darnos cuenta, nos topamos con un hombrecito de cabellos dorados que viene de un planeta no más grande una casa. Con tres volcanes, uno de ellos inactivo, un montón de flores que nacen en la mañana y mueren durante la noche. Y una rosa. No dejes de prestarle importancia a ese hombrecito. Déjense domesticar.
Es en ese momento en el que debemos darnos cuenta que todo lo que uno toca, todo lo que uno conoce y en las personas en la que dejamos una huella, son todos los que domesticamos, y sin darnos cuenta, nuevamente, nos dejamos domesticar.
Que sepan que no tiene nada de malo, aun que ello conlleve unas cuantas lagrimas.
Que todo aquello que nos llegue al alma, a lo mas recóndito del corazón, es enteramente nuestro y nada nos lo puede arrebatan.
Por que en el momento en el que nos dejamos domesticar, pasamos a ser una rosa, una estrella única en el universo.

jueves, 29 de julio de 2010

Shot para el concurso de Vii por el aniversario de Vithes

El Asesino de la luna

Los personajes son de Stephanie Meyer, excepto Selene, pero la historia es miaaaaaa.
Otra cosa mia es el nombre del asesino juju

Sentado en su butaca negra, en medio de una de las playas que mas hermosas que jamás existieron, rodeado de belleza, de el suave murmullo de las olas rompiendo en la orilla, la brisa marina acariciándole el rostro, la arena prístina entre sus pies descalzos, y la calidez del sol abrazando su rostro, Jakcobrius, mejor conocido como Jakob o Jake. Hoy, 27 de julio, era uno de los días en los que solía estar más feliz que nunca, pero ahora, habiendo pasado más de 3.000 años desde su último cumpleaños, Jakob, no estaba nada animado.

Podía sentir el peso de la ausencia de su hermosa Isabela. La única mujer que había logrado tocar su corazón entumecido. Extrañaba verla sonreír de sus chistes malos, el destello de lucidez en sus ojos cuando descubría sus intenciones, sus calidas caricias cuando peleaba con su familia. Ella siempre fue su consuelo, su puerto seguro.
Oh Isabela, la única mujer que lo había conocido de verdad, la única amiga verdadera que había tenido jamás. Cuanto la echaba en falta.
Atascado en un punto inexistente del cosmos, en el que el tiempo no avanzaba jamás, se sentía tan solo. Era el último de su clase. Por su estupidez había matado a todo lo que le importaba y ahora, estaba condenado a la eternidad en soledad.
¿Por qué había deseado aquella tontería?
¿Cómo pudo ser tan estúpido?
Solo quiero escapar de este mundo. Ser libre, sin nadie molestándome.
¿Por que?
Miro a su alrededor. Los caprichos del destino. El había luchado toda su vida para ser alguien que no debiera agachar la cabeza ante nadie.
Había cambiado su alma, su vida, toda su existencia por poder para destruir a aquellos que lo habían lastimado.
Aun podía escuchar claramente en su cabeza la conversación que había tenido con aquella preciosa mujer.

Era la criatura más bella que había visto nunca.
Desentonaba completamente contra el crudo ambiente urbano de aquel callejón de mala muerte, sucio, y mal oliente.
El se hallaba en la acera recogiendo la poca dignidad que le había quedado luego de pelear brutalmente contra su hermano mayor Sam.
“Eres una bestia inmunda, asquerosa y despreciable. Maldigo el día en que mama te concibió, patético remedo de hombre. Siempre fuiste un bueno para nada y un perdedor, y ahora todos pagaremos el precio de tus errores. Juro que si no fueras mi hermano yo mismo te mataría, pero no quiero volver a verte jamás. Para mi estas muerto Jacob” Si, Sam era todo un poeta del odio.
Mal herido, humillado, y devastado. Jacob había visto como su hermano se marchaba dando pisotones, cuando, luego que el se perdió de su vista, un hermoso ángel se apareció frente a el.
Una mujer joven, en la flor de su juventud. Su rostro ovalado en forma de corazón, encerraba unos carnosos y rojizos labios, se veían tan salves como el algodón. Sus facciones eran finas y delicadas, con unos ojos mas azules que el mar, salpicados de motitas blancas, y el cabello negro como la noche cayéndole en cascada por sus hombros, hasta su pequeña cintura. Ella no seria mas alta que el, como mucho, no pasaría del metro 70. A pesar de estar en pleno invierno, bestia, tan solo un diáfano vestido blanco de tiras, que parecía ser mas suave que la seda. La tela danzaba con la brisa por el cuerpo de aquella aparición como si fuera mantequilla.
La mujer le sonrío con ternura, inclinándose sobre el con una mano extendida para que el la tomara. Lo hizo sin dudarlo ni un instante. Su tacto era calido y conciliador, y le envío cientos de descargas eléctricas por todo el cuerpo.
“Dime lo que deseas, Jacob” Le había dicho. Su vos era como el canto de un ave, mezclado con el sonido del viento entre las montañas. Era dulce y musical. La cosa mas hermosa que había oído.
No supo que responder. Todos sus sentidos estaban concentrados en no babear.
Luego de unos segundos de silencio, ella volvió a preguntar sin perder su sonrisa
“Dime, Jacob ¿Qué es lo que deseas?”
Pensó en su miseria. En como había deshonrado a su familia. La crueldad de Edward había sido desmedida. Y el no tuvo piedad. Por su culpa su padre estaba muerto y su madre y su hermano menor en el hospital.
Un fuego creció dentro de el, uno que clamaba por venganza, por la sangre de su enemigo. Quería la cabeza de todos los Cullen en una bandeja, quería arrancarles sus fríos corazones y comérselos frente a sus ojos. Deseaba que ellos experimentaran el dolor de la perdida, tal y como el lo experimentaba ahora.
Sin dudarlo, el se planto frente a aquel ángel de negros cabellos, ignorando el dolor lacerante en sus costillas o en sus piernas. Entonces hablo firmemente.
“Deseo ser el ser mas poderoso de todos. Quiero tener el poder de acabar con todos lo que me hicieron daño”
La mujer le sonrío satisfecha.
“Así será” Sentencio. Se inclino hacia delante como si fuera a besarlo. Jacob cerró los ojos y espero…
Sacudió la cabeza con rudeza, tratando de librarse de esas dolorosas imágenes. Selene no lo había besado. Lo había apuñalado con la misma daga dorada que ahora el guardaba en su cinturón de cuero.
La diosa de la luna lo había asesinado, solo para traerlo de nuevo a la vida. Pero ya no era Jacob Black, el chico alegre que todos conocían. No. Cuando abrió los ojos el era algo completamente distinto. Ya no era humano. Era el nuevo Jakcobrius de Selene. La diosa de la luna. Un asesino a sangre fría sin sentimientos o emociones.
El había matado a sus enemigos… y a sus amigos. Su odio y su sed de venganza lo segaron a tal punto, que no pudo distinguir cual era el corazón que atravesaba su espada plateada.
Para cuando recupero el control de su mismo, ya era tarde. Todos estaban muertos.
Recordó con total nitidez el cuerpo destrozado de la que una vez fue su mejor amiga.
Su Bella, muerta por su propia espada. Por su propio odio.
Cerró sus ojos tratando de hacer que el dolor se fuera. Pero, una ves más, no tuvo esa suerte.
Miro el sol, perdido en el horizonte. El crepúsculo.
Deseaba con todas sus fuerzas que el sol siguiera allí, pero no podía evitarlo. Sin importar cuan grande fuera su poder, no podía controlar el tiempo del sol. En cuanto anocheciera, el volvería a la oscuridad. Volvería al abrigo de la diosa, a ser su asesino personal. Como un perro de ataque sin cerebro.
- Primero muerto- tomo de su cinturón la navaja dorada con el símbolo de la luna en la crus, adornada de diamantes. Miro el sol apunto de ponerse y cerro los ojos. Conjuro una vez más la imagen del rostro de su dulce Bella.
Sujeto la navaja con ambas manos y la sitúo justo encima de su vientre y punzo- Adiós, Bella. Lo siento mucho-
Jacob se despertó gritando, desesperado, con las sabanas azules enroscadas en su cuello.
Sara entro en su habitación corriendo, encendiendo la luz mientras lo hacia.
- Bebe, ¿estas bien?- ¿Todo había sido un sueño? ¿Cómo era posible? Jacob miro el bello rostro de su madre, la forma en la que sus labios se curvan cuando estaba preocupada.
El no estaba ya en la playa, estaba en su habitación. En su cama junto a la ventana. Fuera se oían los murmullos de voces que conocía bien. Sus hermanas platicaban con su padre.
- Todo fue solo un sueño- afirmo asombrado. Su madre le sonrío con ternura, mientras su mano flotaba como una mariposa a su mejilla, dándole la tibia caricia que tanto necesitaba. Suspiro de gozo.
- Si, amor. Todo fue un sueño. No te preocupes- ella se inclino hacia el para envolverlo con sus brazos. Jacob hizo lo mismo, cerrando sus ojos. Todo había sido un sueño. No podía estar más feliz ni aliviado por ello. No había matado a su familia ni a…
- Mama, ¿Dónde esta Bella?
- ¡Oh! Ahora lo recuerdo, Jackie. Ella te trajo algo hoy- una sonrisa abierta surco el rostro de Sara Black- Lo que me recuerda, feliz cumpleaños cariño- ella le dio un pequeño beso en la frente y luego se levanto de la cama y le hizo un ademán para que esperara.
Jacob estaba tan feliz, tan aliviado. No era un monstruo, un asesino a sangre fría.
Otra vez estaba rodeado del amor de su familia, de sus amigos, de su Bella. El sonrío con todas sus fuerzas conteniendo las ganas de gritar que lo inundaron
Su madre ingreso por la puerta de su cuarto, tenia dos paquetes envueltos en papel para regalo en cada mano. Le tendió el primero.
- Bella te trajo este- le dio el de color rojo con un moño blanco- Dijo que te vería en la escuela- La vos de su hermana mayor Rachel irrumpió el ambiente
- ¡Mama! Rebeca me robo mi blusa- chillo entre llanto. Sara puso los ojos en blanco.
- Iré a encargarme de tus hermanas, te veo para el desayuno- Ella le beso la frente una ves mas y salio de la habitación- ¡Rebeca! Dale su blusa a tu hermana
Jacob miro por la puerta entre abierta pensando en lo feliz que lo hacia oír esa cotidiana pelea. Era música para sus oídos.
Miro la caja junto a el y miro la pequeña nota que descansaba escondida en el moño. La letra estaba toda temblorosa como si la persona la hubieran escrito apresuradamente.
“ Lamento no poder dártelo en persona, pero me quede sin tiempo luego de envolverlo y tuve que correr a la escuela. Te quiero, y te veo en la escuela. Bella
PD: El verdadero Será para cuando cumplas los 21”
Miro la nota con ternura. La dejo sobre el escritorio y abrió la tapa.
Dentro había un pequeño llavero con un Rolls Royce rojo de 1925. Sus dedos temblaron ante la pequeña pieza de metal. Era algo que deseaba desde que tenía uso de razón.
Oh, Bella lo conocía tan bien.
Dejando el llavero en la mesa de noche, tomo el otro paquete. Era más grande que el de Bella y estaba mal envuelto en papel periódico.
También había una nota al lado de un moño improvisado.
La letra era tosca y estaba escrita con una pluma rota. La reconoció enseguida. Sam. Tenia una leyenda corta que le helo la sangre
“Por si aun quieres atizarle a Cullen. Espero que sepas lo que tienes que hacer con ella”
Miro la nota extrañado, recordaba el problema que había tenido con el tipo. El lo había llamado pobretón y perdedor y se había burlado de su hermana. La ira lo recorrió pensando que ¿quien rayos se creía para hablar así de su hermana?
Idiota.
Abrió la caja. Dios, no podía ser, no, no podía ser.
Dentro había una navaja retráctil con una media luna bordeando el botón accionador.
No podía respirar, era igual que e su sueño…
“Espero que sepas lo que tienes que hacer con ella”
- No soy un asesino
Tomo la navaja entre sus manos con cuidado de no presionar el botón.
Y, metiéndola de nuevo dentro de la caja la tiro al cubo de basura junto a el.
Se levanto de la cama, estirando sus brazos y piernas.
- ¡Jake!- lo llamo su padre desde la cocina- A desayunar chico- Se incorporo de un salto pensando
- Hoy va a ser un gran día

Ok, perdonene que no haya publicado nadaaa buaaaaa
es que toy seca y esta historia vino asi como un flash, ojala me tengan pasiencia. Adios!!!!
la amo
gracias por esperar