Chika Chikas!!!! ojla les guste este capi!!!
las cosas se estan poniendo peliagudas, se supone que tengo que estudiar asiq ue probablemente me asuente un par de días y no haya publicaciones!!
jeje lo siento pero el ocio es el ocio, y el deber es el deber!!!
las cosas se estan poniendo peliagudas, se supone que tengo que estudiar asiq ue probablemente me asuente un par de días y no haya publicaciones!!
jeje lo siento pero el ocio es el ocio, y el deber es el deber!!!
ya quisiera que el osio fuera mi deber y el deber unas menudencia
ajjaja
OK me largo!!!
Bye BYE!!!
Jacob Black.
¡Maldita sanguijuela! Juro que cuando la atrape le arrancaré miembro por miembro de manera lenta y dolorosa.
- Tranquilo, Jacob. Ella esta bien y eso es lo único que importa- la vos de Edward se perdió con el viento tras su carera, pero a pesar de que pude escucharlo perfectamente no le di importancia. Iba a matar a ese mal nacido.
Si, claro. Bufe sarcásticamente. Un vampiro desconocido entró en el cuarto de mi novia con el propósito incumplido de matarla y, de paso, dejarle una nota amenazante. Nada de que preocuparse. ¿Por qué no mejor dejas de hablar estupideces y te concentras en buscar al chupasangre?
- No puedo encontrarlo. Su efluvio es muy débil por esta parte. Como si hubiera borrado el rastro. Pero si te…
No. Le corté secamente. Ya sabía que quería. Que me fuera a casa por que la psíquica no podía ver nada si habían licántropos de por medio. Pero no me iba a dejar convencer tan fácil. Quería tener el placer de hacer trisas al tipejo, pero sin quemarlo, dejaría que su cuerpo se armara otra vez para poder asesinarlo de nuevo, y así una y otra vez hasta que me aburriera y le prendiera fuego a los pedazos.
- Enternecedores tus pensamientos, Jacob- admitió sarcásticamente. No le di importancia y aumente la velocidad.
El y yo corríamos a varios metros de distancia, el olor de los vampiros me quemaba la nariz con más intensidad en mi forma lobuna que cuando era un hombre, lo que no quitaba el hecho de que, de las 2 maneras me resultara asqueroso.
El y yo corríamos a varios metros de distancia, el olor de los vampiros me quemaba la nariz con más intensidad en mi forma lobuna que cuando era un hombre, lo que no quitaba el hecho de que, de las 2 maneras me resultara asqueroso.
Corrimos por varias horas. Quil y Embry estaban a mis flancos y Seth Cleawater estaba detrás de nosotros. Los 3 lobos estaban concentrados en rastrear y no me dedicaron la palabra por que sabía que mi estado de animo, en ese preciso momento no era justamente un delicia. Leah estaba en la Push acompañando a Annie en casa con Billy y Sue.
Edward corría a 20 metros en paralelo de nosotros con sus 2 hermanos, Jasper y Emmett.
Edward corría a 20 metros en paralelo de nosotros con sus 2 hermanos, Jasper y Emmett.
Jasper no había parado de objetar acerca de la presencia de nosotros. Decía que sería mucho más fácil encontrar al tipo si no interviniéramos. Pero no pensaba quedarme atrás en ese asunto. Edward bufo y puso los ojos en blanco.
- Serás terco, Jacob- le gruñí y acabamos la conversación. Todos nos pusimos a rastrear al maldito, pero no encontramos nada. Había empezado a llover y el rastro, de por si escaso, se izo aun mas débil. Solté una sarta de blasfemias, pero sin embargo no me rendí. Tenía que encontrarlo, o si no… No podía ni siquiera pensar en la posibilidad. Annie era todo lo que me quedaba, y no podía perderla. Ella merecía una familia, alguien que la amara, y que cuidara de ella. No podía negarle eso. Yo quería darle todo eso y mas, mucho mas. Y ninguna sanguijuela me la arrebataría de las manos.
- No vamos a encontrarlo, Jacob ¿Por qué mejor no vuelves a casa? Te mantendremos informado si algo pasa.
Bufe a causa de la frustración. No me gustaba nada la idea de que aquel tipejo andará suelto Bien, pero más te vale que me mantengas informado, chupasangre.
- Creía que ya habíamos pasado la etapa de los insultos, chucho
Bah.
Corrí con Embry y Quil a mis flancos. Nos metimos por el bosque cercano a mi casa y entramos por el patio trasero. Le había ordenado a Seth que volviera a su casa a descansar. Ese chico era demasiado joven para convertirse en un noctámbulo obligado.
Corrí con Embry y Quil a mis flancos. Nos metimos por el bosque cercano a mi casa y entramos por el patio trasero. Le había ordenado a Seth que volviera a su casa a descansar. Ese chico era demasiado joven para convertirse en un noctámbulo obligado.
Desde fuera de la pequeña casa color mate podía escuchar los latidos de 2 corazones humanos, uno más tranquilo que el otro. La ausencia de un tercer corazón, que técnicamente debía ser el de Leah, no llego siquiera a molestarme. Que ignorara una orden era el problema número 81 en mi lista.
Adiós, Jake. Estamos para apoyarte hermano. Pensaron Quil y Embry al unísono.
Yo también. Pensó Seth, que ya estaba por salir de fase para entrar en su casa.
Gracias hermanos. Si pasa algo les avisaré.
Bien, pero no cometas una estupidez de las tuyas, Jake. No olvides que las actuaciones en solitario no se te dan bien. Seth empezó a recordar la vez que quería ir a por los Cullen, luego de que Bella se casó con Edward y la preocupación que sintió por mi seguridad.
Ahórratelo, chico. Annie me repite el sermón de la seguridad todo el tiempo. No se preocupen, si surge algo les avisaré. Nos vemos. Me adentré por el jardín trasero de nuestra pequeña casa y salí de fase. Me puse los roídos pantalones y entré por la puerta trasera con una con muy mala cara. Billy se acercó hasta mí para saludarme y seguramente preguntarme si habíamos atrapado al tipo, pero algo en mi seño fruncido le advirtió que no era una buena idea, y solo se limitó a hacerme un gesto con la mano.
Tipo listo.
- Hola, Jake- me saludo desde su posición junto al refrigerador. Tenía 2 latas de coca cola en el regazo. Intuí que la segunda sería para Anne. Asentí a modo de saludo mientras me limpiaba los pies enlodados. En ese momento la lluvia empezó a repiquetear en el tejado.
- ¿Y Leah?- inquirí con sequedad
- Sue llamó, quería que fuera a encargarse de algo. No me dijo que, pero me aseguró de que no era nada serio- me aseguró con esa cara suya, toda arrugada que demostraba serenidad.
- ¿Y Annie?
- Esta recostada en el sofá, viendo televisión- dijo sonriente.
- Son mas de las 3 a.m.- le espeté en tono de reproche
- Ella quería esperarte para reprocharte que eres un exagerado- la sonrisa de Billy se ensanchó aun mas.
- ¿Y tú que le dijiste?
- Que no estabas exagerando y que todo esto era un asunto serio- asentí levemente y el a mi. Me fui para el diminuto salón donde la TV yacía encendida y alguien respiraba tranquilamente en el sofá aun más diminuto. Me acerqué por el respaldo con suavidad y me encontré con una pequeña criatura dormida en posición fetal, que se abrazaba las piernas y escondía su carita serena entre las rodillas.
La imagen me enterneció, y me provocó una sonrisa. Pero al mismo tiempo me trajo malos recuerdos, recuerdos de rostros angelicales placidamente dormidos.
Sacudí la cabeza con brusquedad, tratando de eliminar esas dañinas imágenes de mi cerebro.
Me recliné sobre el sofá y tome el delicado cuerpo de mi pequeña en brazos, y la lleve hasta mi habitación. Abría la puerta con una mano e ingresé procurando no producir el menor sonido, depositándola en la cama con delicadeza. Cerré la puerta casi por completo evitando hacer cualquier cosa que la despertara, pero parecía que no había sido suficiente por que ella se removió entre mis brazos en cuanto la deje en la cama.
Abrió los ojos despacio, parpadeando un par de veces para acostumbrarse a la oscuridad, y en cuanto reconoció mi figura sonrió.
La imagen me enterneció, y me provocó una sonrisa. Pero al mismo tiempo me trajo malos recuerdos, recuerdos de rostros angelicales placidamente dormidos.
Sacudí la cabeza con brusquedad, tratando de eliminar esas dañinas imágenes de mi cerebro.
Me recliné sobre el sofá y tome el delicado cuerpo de mi pequeña en brazos, y la lleve hasta mi habitación. Abría la puerta con una mano e ingresé procurando no producir el menor sonido, depositándola en la cama con delicadeza. Cerré la puerta casi por completo evitando hacer cualquier cosa que la despertara, pero parecía que no había sido suficiente por que ella se removió entre mis brazos en cuanto la deje en la cama.
Abrió los ojos despacio, parpadeando un par de veces para acostumbrarse a la oscuridad, y en cuanto reconoció mi figura sonrió.
- Hola, exagerado- me saludo estirándose entre las sabanas desordenadas de mi cama.
- Hola, inconciente- musité tratando de sonar un poco mas dulce, y ella se dio cuenta de que estaba fingiendo. Dio unas palmaditas junto a ella. Cerré la puerta completamente con el pie y me recosté a su lado. Ella sonrió otra vez y pude ver un dejo de alivio en sus ojos - ¿Esta preocupada?
- Me preocupaba por ti, tontito- su voz sonaba delicada como el repiqueteo de una campanilla. Me dio un suave beso en la nariz y suspiro. Se la veía tan alegre, y no pude evitar contagiarme su alegría. Mis brazos envolvieron su cuerpo, tenía la intención de fundirla en mi pecho, y así poder llevármela a todos lados y así asegurarme de que nadie podría lastimarla. Descarte esas ideas estúpidas y me concentré en el olor de su pelo. Un olor como de flores silvestres, era tan relajante. Ya ni siquiera olía al desinfectante o a vampiro ni a ponzoña. Solo un dulce olor humano, de una dulce humana.- Te amo, Jacob.
- Yo también, Anne.
- Entonces… ¿Atraparon al tipo?- Tranquilo, Jake. Ella no tiene la culpa ¡No le gruñas maldición! Respiré hondo y tarde un poco en responder, pero ella me corto cambiando de tema. Hablaba rápido y se la oía nerviosa, y fue fácil adivinar el por que.
¿Que pasaría si un vampiro psicópata te persiguiera?
Claro, no es lo mismo por que yo me pondría loco de la alegría. Nada mejor para curar el mal humor que acecinar a una sangujuela. Mejor que un antidepresivo o cualquier fármaco para el ánimo. Ahora si uno es humano la cosa cambia.
No es lo mismo ser un humano frágil, que un lobo pasado en esteroides adicto a matar monstruos mal olientes.
¿Que pasaría si un vampiro psicópata te persiguiera?
Claro, no es lo mismo por que yo me pondría loco de la alegría. Nada mejor para curar el mal humor que acecinar a una sangujuela. Mejor que un antidepresivo o cualquier fármaco para el ánimo. Ahora si uno es humano la cosa cambia.
No es lo mismo ser un humano frágil, que un lobo pasado en esteroides adicto a matar monstruos mal olientes.
- Pues Leah, no ha parado de preguntarme por mis padres y sobre el imbesil de Jackson y si ya me había cansado de “mis amigos las apestosas sanguijuelas Cullen”- soltó una risilla nerviosa y continuo hablando a esa velocidad supersónica suya- Y no se, me a dado su ropa aun que e insistido que podría estar en pijamas, pero no me dio tregua. Le pidió a Billy que cerrase los ojos y me arranco mi lindo pijama. Y me puso esto que vez aquí- señalando unos pantalones de chándal grises gastados y una camiseta de tiras blanca- el pantalón es de Seth, me queda enorme. Durante la tarde no he parado de darme tropezones. También Leah ha llamado a mis padres y les ha dicho que dormiré en su casa por unos días. A mi padre no le gusto anda la idea por que sabes que esta de vacaciones y, según el “quiere pasar tiempo con sus hijos” Traducción: No quiere tener que cocinarse y limpiarse el mismo. Estuvo a punto de soltarle una sarta de tonterías a Leah pero ella le cortó y dijo un “No se preocupe, esta en buenas manos”. Por una parte me alegro.
>> ¡Vacaciones de mi esclavitud! Pero por otro, no se, creo que debería estar en casa para cuidar de mi madre y de que los hombres no incendien la casa tratando de freírse un huevo, o salvarlos de morir ahogados por que una aceituna del delívery se les atore en la garganta.
>>Al fin y al cavo es mi obligación.
>> Y hablando de obligaciones, Leah también me ha contado que hace 3 días que no duermes. No esta bien, deberías descansar. No por que descanses un poco se empezará a caer el cielo. Y otra cosa- le corté con un pequeño beso.
>>Al fin y al cavo es mi obligación.
>> Y hablando de obligaciones, Leah también me ha contado que hace 3 días que no duermes. No esta bien, deberías descansar. No por que descanses un poco se empezará a caer el cielo. Y otra cosa- le corté con un pequeño beso.
- Luego de eso de “mis amigos las apestosas sanguijuelas Cullen” lo único que oí fue un zumbido y puro blablabla- parecía que su discurso planeaba seguir por mucho más. Ella me miró con gesto de reproche pero luego se suavizo y sonrió. Se acurrucó en mi pecho y suspiró. Ambos nos acomodamos mejor sobre las almohadas.
- ¿Hoy si puedes quedarte a dormir? Si no, por favor miénteme- solté una sirilla entre dientes
- Si, me quedaré. Y no te preocupes, no es mentira- la conversación finalizó en cuanto Annie acabó por relajarse y susurrarme lo mucho que me quería suponiendo que no la escucharía.
Yo tarde más en conciliar el sueño. Estaba atrapado en una encrucijada pero no sabía en que me estaba metiendo.
Me sentía igual que un nadador que se aventura en el océano de tinta espesa en medio de una tormenta, y que todo estaba infestado de tiburones, pero a pesar del miedo, el nadador continúa adentrándose en la tormenta y en el peligro, por que tiene una corazonada. Por que supone que tal ves en la otra orilla todo este mejor.
Pero con la diferencia que yo sabía que no existía la otra orilla ni tampoco una posibilidad de volver atrás. Que solo había tinta y más tinta. Más y más dolor.
Tener a Annie entre mis brazos me daba fuerzas para seguir, por que su presencia mitigaba mi dolor, pero ¿Podría alguna vez llegar a desaparecerlo? Este océano se extendía ante mí, y no sabía como encararlo. Por que todo era negro y confuso. Y además de todo era espeso y baboso como pegamento.
Mi pequeña se movió entre mis brazos y suspiró.
Yo tarde más en conciliar el sueño. Estaba atrapado en una encrucijada pero no sabía en que me estaba metiendo.
Me sentía igual que un nadador que se aventura en el océano de tinta espesa en medio de una tormenta, y que todo estaba infestado de tiburones, pero a pesar del miedo, el nadador continúa adentrándose en la tormenta y en el peligro, por que tiene una corazonada. Por que supone que tal ves en la otra orilla todo este mejor.
Pero con la diferencia que yo sabía que no existía la otra orilla ni tampoco una posibilidad de volver atrás. Que solo había tinta y más tinta. Más y más dolor.
Tener a Annie entre mis brazos me daba fuerzas para seguir, por que su presencia mitigaba mi dolor, pero ¿Podría alguna vez llegar a desaparecerlo? Este océano se extendía ante mí, y no sabía como encararlo. Por que todo era negro y confuso. Y además de todo era espeso y baboso como pegamento.
Mi pequeña se movió entre mis brazos y suspiró.
- Jake- suspiró entre sueños.
- Aquí estoy Annie. Siempre estaré aquí para ti- ella volvió a suspirar y repitió mi nombre. Se acurrucó contra mi y siguió durmiendo placidamente, feliz y en paz como debía ser.
Cerré los ojos, no sin mirarla por última vez. Se la veía dulce y alegre con una expresión suavizada.
En su rostro se amontonaban unos cuantos mechones de cabellos. Le había crecido bastante y ahora le llegaba hasta la barbilla. Me gustaría que se lo dejara crecer para ver como le quedaría.
Acabé frito en menos de un instante, con ella entre mis brazos.
Por un momento, solo uno muy pequeño, pude aspirar un poco de paz. En vez de luchar por avanzar en el océano, solo me deje flotar, y que mis problemas se los llevará la corriente. Aun que sabía que me los traería de vuelta en un parpadeo.
Solo flote, y disfruté de la paz que me transmitía tener a mi pequeño remanso de alegría seguro entre mis brazos.
Cerré los ojos, no sin mirarla por última vez. Se la veía dulce y alegre con una expresión suavizada.
En su rostro se amontonaban unos cuantos mechones de cabellos. Le había crecido bastante y ahora le llegaba hasta la barbilla. Me gustaría que se lo dejara crecer para ver como le quedaría.
Acabé frito en menos de un instante, con ella entre mis brazos.
Por un momento, solo uno muy pequeño, pude aspirar un poco de paz. En vez de luchar por avanzar en el océano, solo me deje flotar, y que mis problemas se los llevará la corriente. Aun que sabía que me los traería de vuelta en un parpadeo.
Solo flote, y disfruté de la paz que me transmitía tener a mi pequeño remanso de alegría seguro entre mis brazos.
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