Team "Todo lo que tenga piernas!"

martes, 5 de enero de 2010

Entre la verdad y el amor- Capitulo 11- Una ocacion especial parte 2

Okk, se me izo super largo, pero al fin lo terminé!!!!!
Jajajjaa
Va dedicado para María, y para Sari!!!
Las amo
ojalales guste
A si!!! Este capi esta catalogado Como M: Lemonn!!!
Antes se me había olvidado ese detalle, pero nunca mas!!
jejeje
Respiré profundamente 3 veces, en tanto examinaba mi entorno en busca de algún objeto capas de causarle daño al intruso, pero no encontré nada que sirviera o estuviera a mi alcance.
Me hice la película de que el hombre a mi espalda era un acecino psicópata, que se había escapado de alguna institución metal y se había metido en la casa con el firme propósito de acecinar lenta y tortuosamente.
Me di la vuelta lentamente con el rostro pálido esperando a que un tipo con la pinta de Jack Nichollson en la película “El resplandor” me saltara encima con una risa maléfica mientras empuñaba un hacha oxidada
Pero cuando voltee entonces lo vi, sentado con sus descomunales piernas estiradas por el piso de mi sala- la cual se vio diminuta cuando sus enormes piernas la surcaron- el en sillón predilecto de mi padre. Una sonrisa juguetona y traviesa atravesaba su rostro, enseñando esos deslumbrantes y perfectos dientes blancos que contrastaban su preciosa piel morena (Todo un Dios de la belleza materializado en mi sala). Tenía toda la pinta de un niño al que acaban de atrapar haciendo algo que no debía y que desde luego no se sentía mal por ello. Todo lo contrario, parecía estar muy satisfecho consigo mismo.
El amablemente estiro su mano, y a pesar de que estaba a 5 centímetros podía sentir su calor abrasador. La tome sin vacilar, pero el me arrastro hasta sentarme en su regazo ardiente (literalmente hablando, claro que Jacob tenía una temperatura corporal febril, pero en el sentido sexual era el hombre mas ardiente y sexualmente atractivo, que mis ojos habían presenciado jamás).
Su sonrisa angelical se ensancho aun más a causa de mi sonrojo, y deslizo la mano con la que había atrapado mi muñeca y por mi brazo hasta mi rostro para acariciar mis mejillas con la yema de los dedos.
- No pude soportar la idea de que esa sanguijuela se la pasara bien con mi novia mientras yo me quedaba infelizmente sentado en mi sillón sobre mi trasero humano exasperado, esperando su llamada señorita- estaba tan súbitamente animado que pase por alto el sarcasmo de su voz. Entonces recordé sus calaras <> Corrección, su increíblemente bien formado, musculoso y deseable trasero humano
- Lo siento.
- ¿Por qué te estas disculpando ahora?
- Por haberte echo esperar- el sonrió despreocupadamente mientras alborotaba mi pelo
- No me aburrí demasiado. Estaba merodeando por aquí cerca cuando vi a Alice alejarse en el auto del doctor, y me dije “¿Jacob Black, hace cuanto que estas en compañía de una mujer absurdamente hermosa?”- me sonrojé y luego agregue en tono de broma.
- Claro, ya entendí. Leah estaba ocupada y decidiste pasar a darme un susto de muerte ¿No? Pues para la próxima trata de hacerlo cuando tenga algo mas que una simple toalla envolviéndome en cuerpo. Si por accidente la toalla se me hubiera caído, habrías perdido el gusto por las mujeres permanente mente- frunció el seño ante mis palabras como si no hubiera entendido lo que acaba de decirle. Pasó su brazo derecho por mis hombros y con el otro rápidamente me quito la toalla de un tirón y luego colocó su mano en mi boca para acallar el grito de sorpresa que estuve apunto del soltar.
Petrificada por la sorpresa, me quedé inmóvil. La piel desnuda de mis muslos captaba mejor el calor de su cuerpo de lo que lo había echo con ropa encima. Y su calor en mis muslos era insoportable, y me excitaba como nada en este mundo.
Con una imperturbable mirada, completamente serena, escruto mi cuerpo desnudo mientras mis mejillas se teñían de color carmesí y mis pezones se endurecían y sonrojaban. Y aun que debí haberme enfadado con el, haberle gritado que se largara y abofetearlo, decirle que era un atrevido y que lo odiaba. Solo lo deje observarme. Parecía realmente absorto en su escrutinio – sobretodo en la zona de pecho y las piernas- y desde luego me sentí arder en llamas. Nadie fuera del ámbito familiar, y los médicos, me había visto desnuda hasta ahora.
Su mano se deslizó desde mis labios hasta la base de mi cuello y trato de seguir bajando pero le corte con voz titubeante.
- Bueno ya esta bien de tanto…
- Shh- colocó su mano en mis labios, indicándome con ternura que no hablara.- No arruines este momento- me dedicó otra mirada, esta vez mas rápida que las anteriores, como si se estuviera asegurando de que todo siguiera igual y me miró con una expresión que derrochaba dulzura mientras musitaba con una sonrisa pícara en sus labios- No creo que valla a perder el gusto por las mujeres. Y mucho menos ahora…Eres mas hermosa de lo que imagine jamás- mis cuerpo se encendió completamente mientras sus palabras penetraban en mi cerebro como si me las estuviera metiendo con un taladro, y un suave calor liquido se extendía por mi sexo. ¡Oh, Dios! Me había excitado más de la cuenta y solo me estaba mirando. No quería ni soñar lo que pasaría si me tocaba.
Mi respiración se izo embarazosamente audible y muy poco regular, sin contar que mis mejillas estaban apunto de explotar por la sangre acumulada. Jacob sonrió satisfecho, pero luego recupero su expresión serena. Retiró la mano que tenía sobre mis labios y otra vez sus dedos acariciaron mi cuello, acompañados de su insistente mirada.
El brazo que colgaba en mis hombros calló súbitamente y empezó a recorrer mi espalda arriba y abajo. Un escalofrió recorrió mi cuerpo erizándome los bellos de cuerpo. Jacob volvió a sonreír.
Su mano izquierda dejo trazo calidos en mi piel, mientras bajaba por mi pecho, y se detenía donde comenzaban mis pechos.
Sus ojos oscuros ensombrecidos por una emoción a la cual me atreví a clasificar como “deseo” me estudiaron temerosos. Cosas que no entendía. Jacob estaba tratando de excitarme ¿No? ¿Por que ahora se detenía a preguntarme con la mirada si podía seguir si hasta ahora había sido de lo más imprudente?
Tome su mano izquierda y me la llevé a los labios para besarle la palma, luego hice que descendiera hasta que la palma rozaba mi pecho. El soltó el aire de golpe, como si lo hubiera estado aguantando hasta ese momento.
Hice que su mano, aun envuelta entre la mía apretara mi seno y el dio un salto al notar lo suave que se sentía y yo solté un gemido de placer cuando su calor empezó a fundirse en mi cuerpo. Su rostro se mostraba extrañamente sorprendido, y hasta confundido.
Pero luego empezó a apretarlos por si solo, alternando entre el izquierdo y el derecho, a veces con la mano y otras con la boca. Yo ahogaba mis gemidos, por temor que mi madre despertara y quisiera investigar la causa del ruido extraño.
Sin siquiera pedirle permiso, me senté a horcajadas sobre el, y comencé a dar besar fugases por su rostro. Y cuando sentían su presión aumentar reprimía el gemido contra alguna parte de su rostro presionado mis labios.
Como cuando su lengua hacia circulitos alrededor de mi pezón y luego sus dientes lo apretaban. Empezó a succionarme hasta que mi pecho quedo rojo, y luego morado.
Sus manos discurrieron por mi vientre, jugueteando con los rizos oscuros de mí entrepierna, y luego acariciando mi entrada con la punta de sus dedos. Mis gemidos se descontrolaron y tuve que aferrarme al lóbulo de su oreja con los dientes mientras reprimía los sonidos impúdicos, y a la vez se los susurraba en el oído, solo para oírlo musitar mi nombre mientras de a poco iba introduciendo sus dedos cada vez mas profundo. Hasta que solo empezó a meterlos y sacarlos, penetrándome completamente. Y tuve que reprimir un fuerte grito de placer contra su cuello.
Este era el momento más erótico, romántico y hermoso de mi vida, por que todo era perfecto.
Las manos de Jacob acariciándome con cuidado de no lastimarme, sus roncos gemidos de placer al sentir mi humedad contra su pantalón, presionando su erección. Los gemidos producidos por sus manos ardientes, como sus dedos me penetraban, proporcionadote el placer mas intenso de mi vida.
- Mmm, Jake. Mas fuerte, mas fuerte- le demandé en un susurró apenas audible mientras tiraba la cabeza hacia atrás. El me beso la base del cuello mientras cumplía con mi pedido aumentando el ritmo de penetración, y si no fuera por que mis sentidos estaban abrumados, juraría que lo sentía sonreír contra la piel de mi cuello.
- Si tan solo dejaras de morderme para que vieras lo bien que la estoy pasando al verte así de excitada por mi- sus palabras me hicieron reaccionar y tuvieron en mi un efecto que el no esperaba. Me incorporé suavemente haciendo uso de todo mi autocontrol, y entonces vi su rostro crispado por la excitación y a la vez, sus labios curvados hacia arriba, en una sonrisa pícara, en lo que hundió sus dedos aun mas profundo. Tuve que apretar los labios para no gritar su nombre a los 4 vientos.
Entonces volví a mirarlo, y aun sonreía maliciosamente, como más sabía que me gustaba. Y luego note la enorme protuberancia que se destacaba en la entrepierna de Jacob. Hasta ahora ni siquiera me había inmutado por que no estaba muy cerca de su entrepierna, pero de todos modos, no me habría percatado de un elefante con tutu de valet andando en monociclo en esos momentos. Bueno, tal vez si me di cuenta, pero el izo que me olvidara hasta de mi nombre en menos de 2 segundos.
Desenterré mis manos de su espalda y empecé a bajar mi mano por sus abdominales hasta llegar a su entrepierna y acariciar su dureza, pero el la detuvo no sin antes sisear de placer.
- Quiero hacer que sientas lo mismo que yo- musité acercando mis labios a su cuello. El había retirado sus dedos en cuanto sintió mis manos en su miembro- No es justo que tu no puedas gozar mientras yo alcanzo el orgasmo mas delicioso de mi vida.
- Yo disfrute casi tanto como tu solo con verte- murmuró mientras se incorporaba y me dejaba con suavidad en el suelo. Le hice un puchero al que sonrió y luego me beso la punta de la nariz- Verte desnuda, sentir como tu cuerpo luchaba por el mio, tus labios sobre los míos reclamándome ¿Oírte gemir? Por favor, creo que todos los hombres del planeta matarían para escuchar ese sonido- sonrió tan alegre que me izo sonreír y luego agrego con picardía- pero claro, yo los mataría antes de que siquiera se atrevieran a tocarte. Y ni siquiera permitiría que en sus sueños mas profundos pudieran oírte así.
- La próxima vez no voy a darte gusto de que me uses de esa manera- sonreí maliciosamente ante su expresión burlona- La próxima ves serás tu el que te estremezca a causa de mis caricias
- Eso lo veremos señorita- me desafió. Su mirada se torne cautelosa, y su expresión seria. Me ojeo de arriba abajo y luego se agachó para tomar algo del piso.
Su hermoso y trasero quedo tan a mi alcance que casi pude sentir su calor. Reprimí con todas mis fuerzas el impulso de tocarlo. Se incorporo lentamente y le tendió la bolsa con el vestido que Alice me había traído.
- Vístete, tu madre acaba de despertarse- me ordeno con vos monocorde mientras se dirigía hacia la puerta. me sentí una mierda mientras lo veía encaminarse hacia la puerta. Como si para el no fuera más que un cuerpo. Sin darme cuenta una lagrima surcó mi rostro
- Jake…no te vallas- le suplique. El se dio la vuelta y observo con asombro mi gesto de tristeza. Se acerco hasta mí con paso ligero y me estrecho entre sus brazos.
- Tranquila, cariño. No me iré a ninguna parte. Solo estaré fuera en lo que te cambias y tu madre desayuna. Te daré tiempo para que la prepares para la noticia y luego mágicamente apareceré para presentarme ante mi suegra- el sonrió maliciosamente- No queremos que vuestra madre se entere de que su hija estuvo gimiendo en los brazos de un desconocido ¿verdad?- no me importaba. Sentía que todo acabaría mal si lo dejaba ir ahora.
- Quédate, no quiero que te vallas. No se cuanto tiempo pasará hasta que vuelva a dejarme salir. Mañana comienzan sus vacaciones y me tendrá vigilada. Quiero pasar todo lo que me sea posible contigo, por favor- le suplique patéticamente. Que vergonzoso, solo me faltaba llorar y arrodillarme ante el. Jacob suspiró derrotado como bien sabía, la mirada de perrito nunca fallaba- Por favor.
- Mmm, que te parece esto. Me quedaré en tu habitación mientras te cambias y cuando tu madre baje las escaleras y tu bajas, le sueltas la bomba y apareceré por la puerta al cabo de un par de minutos ¿Bien?
- Bien- el tomo la toalla del suelo y me la tendió. Arquee una ceja ante la confusión, le arrebaté la toalla envolviéndomela en el cuerpo- ¿Ahora te vas a poner de santurrón? ¿Después de haberme tocado de esa manera y de haberme desnudado ahora se te ocurre ser educado?- le espeté sarcástica
- Discúlpame por no tener la costumbre de pavonearme desnudo en mi propia casa- me soltó el doble de sarcástico- ¿No se te a ocurrido que puede pasar si tu madre te ve así?
- Oh- musite avergonzada- Tienes razón.
Me encaminé hasta mi habitación y note que mi madre tenía la puerta de su cuarto cerrada, así que probablemente se abría ido a dormir otra vez.
Cerré la puerta de mi cuarto tratando de no hacer ruido y cuando voltee, el estaba sentado en mi cama con los brazos abiertos, invitándome a sentarme en su regazo. Corrí hasta el, y me tropecé con la misma cama. Caí de cara y casi me di la cara contra el barrote de la cama, pero Jacob me tomo en brazos y me apartó antes de que me hiciera daño. Me acunó en su pecho con ternura.
Nos quedamos así unos minutos hasta que se incorporó suavemente y me dio un fugaz beso en los labios.
- ¿No vas a vestirte?
- Hay, un ratito mas- le suplique con un puchero mientras me acurrucaba en su pecho
- Alice se va a enojar
- Que se muera Alice- murmuré molesta. Parecía que tenía ganas de estropearme el buen humor.
- Por favor. No quiero pelear- suplico apartándome gentil mente de su pecho para tomar el sacó que deje caer al piso. Me lo tendió con la suplica grabada en el semblante.
Acepte a regañadientes. Abrí la enorme bolsa y dentro había otro vestido de color azul profundo, de ceda. Con pequeñas mariposas bordadas en la espalda.
Tenía un escote por al espalda que dejaba la mitad de la misma descubierta. Pero eso no era todo, dentro también se hallaban unos jeans de diseñador que parecían hechos a mi medida. Varias blusas y camisetas de marcas famosas.
Estaba bastante alegre por que Alice me diera regalos tan hermosos. Pero la caja de “Vistoria´s Secrets” me alarmo. El día en el que salté del acantilado había ido con Alice a esa tienda.
Rápidamente escondí la caja bajo la cama, pero Jacob la tomo de mi manos antes de siquiera poder deslizarla.
- ¿Qué tenemos aquí?- pregunto para si mismo mientras desataba el lazo rojo de la caja negra y sacaba una nota desde dentro. La reconocí enseguida, la perfecta letra de Alice.- <> Valla- dijo asombrado mientras rebuscaba entre la lencería, y tomaba un conjunto de encaje negro.- Nunca creí decir esto, pero…Alice, eres un ángel caído del cielo.
- Jake, no es gracioso y a demás eso es mio. Devuélvemelo- pero el hizo caso omiso a mis palabras, y rebuscó entre las deplorables prendas hasta que encontró el conjunto gris del que Alice había hablado. Era un corcet de color gris transparente con unas tiras que se ajustaban en el torso, una tanga diminuta del mismo color con pequeñas lunitas bordadas. Y para rematar unas orejitas de loba a juego. Juraría que mi rostro se puso carmesí, y mis mejillas casi explotan.
Los dedos de Jacob se deslizaban por la prenda, acariciando la seda y el encaje.
- Ahora no se que me paso, pero creo que adoro a esa amiga tuya- soltó con una mueca de picardía. Luego mirándome con lujuria.- A que debes verte mas que hermosa con esto puesto.
- Sigue soñando- me levante de su regazo y me puse uno de los jeans oscuros desgastados artísticamente, que se ajustaban a mis piernas, y una blusa azul profundo echa en tono batic. Y para acabar de arruinarle la ilusión, me puse el conjunto más burdo que encontré. Un corpiño color crema y unos boxers blancos con dibujos de tréboles.
- No importa lo que te pongas, te ves preciosa.- me incliné para darle un beso pequeño, pero escuche el crujir de la puerta del cuarto de mis padres, y como mi madre bajaba las escaleras- Nos vemos luego, cariño- me dio un último beso y salió por la ventana. Suspire resignada. No podía retrasar esto mucho más.
Tome valor (y no se de donde) para bajar las escaleras. Decidí que todo sería mas fácil si me limitaba a decírselo, y que seguramente resultaría mejor decirle luego del desayuno
Encontré a mi madre en la cocina admirando todo con gesto ausente.
Mi madre ya no era la misma Ana que fue antes. Su rostro estaba chupado y la piel se le pegaba a los huesos de la cara, al igual que el resto de su cuerpo. Estaba pálida, y sus labios no tenía color. Llevaba un pañuelo blanco con flores en la cabeza para disimular su calva. Cuando empezó a hacerse la quimioterapia tuvieron que cortarle el pelo, ya que eso era mejor que verlo caérsele de a mechones. Y además parecía que se hubiera encogido varios centímetros, por que casi podía igualarle la altura
Estaba rodeada por un aura de melancolía y muerte. Y aun que ella se esforzaba horrores por fingir que estaba bien, el modo en que tosía por las noches como si fuera a escupir los pulmones, nos desgarraba el alma a todos.
Verla me rompía el alma en pedazos, por que sin su risa la casa estaba rodeada por un silencio sonoro, insoportable. Me sentía bacía, y me daba miedo el porvenir. No sabía que iba a hacer sin ella cuando…no podía pensar en eso. Tenía que ser fuerte, tenía que ser fuerte. Ella no podía ver lo mucho que me afectaba su enfermedad.
Debía guardar todo mi dolor para cuando ya no estuviera, y luego podría llorar y gritar todo lo que me apeteciera, pero por ahora tenía que mostrarme alegre.
Tome una bocanada de aire y me adentré en la cocina, arrebatándole los saquitos de te de sus dedos esqueléticos.
- Ni se te ocurra hacer eso, el medico dijo que no debías mover un dedo- su mirada se torno cálida, y llena de ternura.
- Buen día cariño. Sabes, el medico no dijo nada de no poder hacerme un te-
- El medico dijo “Usted no debe hacer ni el mas mínimo esfuerzo” y eso incluye las tazas de te.- ella me miro con una sonrisa burlona jugueteando en sus labios y agrego con un falso tono autoritario
- ¡Bueno que aquí la madre soy yo! Ja, yo puedo sola cielo. No eres la esclava de la casa. Ya bastante con que limpiaste el desastre que los hombres dejaron- le sonreí con ternura, aun quería seguir ejerciendo el rol de madre. Le di un tierno beso en la cien y le frote los hombros escuálidos.
- Ve a sentarte, no me tardo nada- ella obedeció pero no sin dejar de quejarse de que, por que estuviera enferma no significaba que fuera una inútil. Que ya antes de que yo naciera ya podía cuidarse perfectamente bien.
Acabé de untar la mantequilla en las tostadas y puse las 2 tazas de te en una bandeja junto con las tostadas y la mermelada.
Ambas nos sentamos en la mesa, y desayunamos. Y tuve que soportar la insistente mirada de mi mama escrutarme sin muestra de cansancio.
- Cielo, esa ropa es muy bonita. ¿Te la compro tu amiga Alice?-
- Amm, si mami- Oh, no. Había olvidado que mi madre esta atenta a todo.
- Y también quería saber algo cariño ¿Estuviste con alguien antes que me despertara?- la tostada se me cayo de la boca y dio un golpe seco en la mesa. Juró que el color abandono mi rostro
- Eso creí. ¿Tienes algo que quieras compartir con tu madre?
- No- solté en un gritito histérico. Ella continuo comiendo mientras yo me dejaba carcomer por la culpa ¿Y si a mi madre no le agradaba Jake? ¿Y si ella también me prohibía verlo? No, claro que no. Mama era la persona más dulce y comprensiva del mundo. Cuando ella viera lo mucho que Jake y yo nos amábamos entendería y todo marcharía mejor. Tomé aire muy despacio y luego lo solté de golpe. Ella me miró sabiendo que tenía algo importante que decir, y dejo su tasa en la mesa, y esperó pacientemente hasta que al fin logre juntar valor- En realidad si tengo algo que decirte mami…yo...estoy…enamorada, y tengo…novio- se hizo silencio. Parecía que mi madre se había atragantado con un hueso de pollo por que empezó a toser sin control. Me levanté al instante para ayudarla pero ella me indico lo contrarío, y entonces me pregunto con verdadero pánico:
- ¿No estarás saliendo con Jonh de nuevo verdad?
- ¡Oh, no! Claro que no mami. No soy tan idiota- hice una pausa para tomar aire y luego agregué- estoy saliendo con Jacob
- ¿Quién es Jacob?- pregunto dubitativa- ¿Algún amigo de tu hermano? Por favor dime que no.
- No mami. Jacob es un amigo de la reserva de los Quileutes, haya abajo en la Push ¿te acuerdas? Fuimos ahí hace un año con la tía Lili, dijiste que las playas de por allí te gustaban- lo medito un par de segundo, seguramente estaba tratando de recordar la reserva
- ¿Es acaso es apuesto muchacho que te trajo aquella ves en una moto roja?- asentí- Mmm, pues bien. Quiero conocer a mi yerno.
- Pues estas de suerte, el vendrá a conocerte en cualquier momento. Se emociono mucho cuando le dije que estabas en casa, y muere de ganas por conocerte- un golpe sordo de nudillos rectifico mis palabras- llama al diablo y el diablo aparece
- ¿Es el?
- Eso creo.
- ¡Oh niña! Como no me dijiste antes, no quiero recibir a mi nuevo yerno con estas fachas- exclamo mientras se acomodaba la ropa- ¡Pero ve a abrirle de una vez!- sonreí ante su actitud nerviosa. Todo resulto mejor de lo que esperaba.
Fui hasta la puerta y estúpidamente me acomode la ropa, aun que Jacob ya me había visto.
Le abrí la puerta y mi rostro se iluminó al instante. Se había cambiado. Se había quitado la camiseta de tiras gris y ahora traía una camisa de manga larga y unos jeans completos. Por primera vez no traía unos rotos.
- ¿Cómo me veo?- inquirió dando una vuelta para que lo viera de todo los ángulos.
- Como un todo un Dios griego recién salido de un catalogo de moda- soltó una sonora carcajada y luego me dio un beso rápido que me dejo sin aliento- gracias
- De nada cielo- me sonrió y sin mas entró en la casa, y fue directo hacía mi madre y le dio un abrazo levantándola de la silla y haciéndola girar por los aires. Hay Dios, ella era tan frágil que parecía que iba a romperle algo. Mi rostro estaba consternado por la preocupación. Por favor Jake, cuidado. No le rompas los huesos a mi madre. Tuve que callarme esa advertencia. No quería desilusionarlos a ambos. Se veían muy alegres.
- Es un placer al fin conocerla, Ana.- la dejo en el piso, y parecía que Jacob le sacaba una cabeza. Ella estaba muy sonriente. Claro, la única que se preocupa de cosas estúpidas soy yo. Tendría que haberlo imaginado. La alegría contagiosa de Jake era como una epidemia de la que nadie se salvaba. Era imposible no caer ante el encanto de su sonrisa angelical.
- El placer es todo mio Jacob. ¡Pero mírate! Eres enorme, y además muy, pero muy apuesto- ella me dedicó una miradita de soslayo llena de alegría. Sus ojos brillaban de felicidad. Luego miro a Jacob y volvió a sonreír- Al fin Annie consiguió un novio de ojos sinceros. No sabes lo feliz que eso me hace. Hay Jacob cariño, mírate. Eres todo, sonrisas y tienes una mirada tan dulce. No me cabe duda alguna de que eres perfecto para mi pequeña- la sonrisa de Jacob se ensanchó aun mas. Se lo veía tan orgulloso.
- Pues yo me alegro de que Annie me ame. Nunca creí merecer a alguien como ella- el extendió su mano hasta mi, y la acepté dejándome arrastrar hasta que sus brazos me atraparon en su costado. Se inclinó para besarme la frente con ternura, eh instantáneamente comencé a sonrosarme- ¿Ves? No había razón para tener tanto miedo. Todo salió de maravilla.
- Pues si, pero aun falta mi padre y…- inmediatamente me interrumpió poniéndome la mano en la boca.
- Nada de eso, las cosas están marchando perfectamente. No arruines la felicidad de tu madre.
- ¿Qué están cuchicheando ustedes 2?
- Annie teme que su papa no apruebe nuestra relación- mi madre puso los ojos en blanco
- Por Dios ¿Como tu padre no iba a alegrarse por ti? Y si se le llega a ocurrir decir algo negativo al respecto de Jacob, no te preocupes. Déjame que me encargue de Alan, tu preocúpate por tu precioso novio Quileute- Jacob y mi madre intercambiaron una mirada de complicidad.
- Ok ¿Quieren comer algo?- pregunté safándome de los brazos de Jacob, pero sin soltar su mano.
- Todo lo que yo quiero es que me cuenten como comenzaron a ser novios. Y luego tal vez salgamos a tomar un helado. A menos que tu si quieras algo Jacob.
- Amm, no señora. Estoy de bien, gracias
La siguientes 2 horas nos la pasamos conversando acerca de cómo Jacob y yo nos volvimos amigos, excluyendo la narración de cómo realmente nos conocimos, también lo relativo a su manada y sobre la verdadera identidad de los Cullen. NO necesitaba tantos detalles, solo los necesariamente humanos.
El le contó animadamente cada minúsculo detalle. Mi madre escuchaba atentamente a cada palabra que salía de los labios de Jake, con un brillo en los ojos que le hacía ver 10 años mas joven. Sonreí al ver lo bien que a mi madre le hacía sonreír. Por que, aun que sea por unos momentos parecía que ella no tenía cáncer, y que no iba a morir. Parecía humana de nuevo.
Puso una pequeña expresión de horror cuando Jake le contó sobre los acantilados.
- Yo le dije que no debía saltar sin mi, pero no me escuchó- el frunció el seño disgustado y le di un pequeño beso en la mejilla para que no se moleste.
- Pues si, Anira siempre fue bastante testaruda.
Cuando acabó de contarle la historia los 3 guardamos silencio por unos segundos hasta que mi mama se paró de su asiento. Fue hasta el pequeño mueble de la cocina y saco su monedero del primer cajón. Luego volvió con nosotros.
- ¿Que tal si vamos a comer a algún restaurante? Ya es la una de la tarde, apuesto a que Jacob tiene hambre- no me gustaba ser aguafiestas, pero tuve que hacer que se sentara otra vez. Y a ella no le gusto nada la expresión de mi rostro cuando le dije.
- Mami, recuerda lo que dijo el médico- ella me corto al instante con un gesto para que me calle, y luego miro a Jake con complicidad
- ¿Jacob que te parece? ¿Quieres salir?
- Lo siento señora, pero creo que Annie tiene razón. Pero me encantaría quedarme un poco mas.- ella puso los ojos en blanco y le dio un golpe de exasperación a la mesa
- Puede que este enferma pero no soy una inútil, niños.- se cruzó los brazos por encima del pecho e izo un puchero de lo más infantil. Que a ambos nos izo reír.- Ahora estoy enojada con tigo niña. No te perdonaré.
- Ya veo de quien heredaste tus expresiones.- dijo riendo entre dientes mientras escondía la cara entre los brazos.
- Ok, yo prepararé algo de comer ¿Te apetece pollo a la reina?- su rostro cambió súbitamente, y la alegría remplazó a su falsa frustración. Sabía que el pollo a la reina era su debilidad.
- Acabo de perdonarte- otra vez los 3 empezamos a reír. Me fui para la cocina mientras ellos se quedaban en la sala conversando acerca de las playas de La Push, sobre sus ventajas y desventajas. Pero al cabo de un rato mi madre se excuso diciendo que tenía que ir al baño y luego tomarse unos medicamentos cuyos nombres solo ella podía pronunciar.
Estaba cortando el pollo en cuanto sentí los brazos de Jake rodearme por la espalda, y todo su calor acariciándome el cuerpo. El cuchillo se me escapó de las manos y calló en la mesada. Sus labios se deslizaron por mi nuca hasta llegar a mi oído. Mi maldita respiración se torno irregular y embarazosamente audible, y mi corazón empezó a bombear como loco.
- Tu madre es una mujer asombrosa. Ahora veo de quien heredaste lo extrovertida.- sonreí ante aquel comentario. Mi madre era mucho mas “suelta” a expresarse que yo.
- Gracias por el sarcasmo. Si tanto te gusta mi madre ¿Por qué no te casas con ella?
- Mmm, buena idea. Se lo diré en cuanto vuelva- los dos empezamos a reír otra vez.
- ¿Sabes? Me sería mas sencillo pensar en no cortarme un dedo con el cuchillo si no estuvieras respirando en mi cuello- lo sentí sonreír contra mi piel, luego se aparto con suavidad para quedar apoyando contra la pared de la cocina. Con las manos dentro de los bolsillos- Gracias
- Claro, nadie quiere que la pequeña Annie se corte un dedo por no poder concentrarse estando yo aquí. ¿Sabes? Que tu no puedas concentrarte cuando estamos juntos no es mi culpa.
- Lo se- suspiré. Tenía razón. La que se derrite cuando esta demasiado cerca soy yo. La que debería poder concentrase en lo que esta haciendo debería ser yo.
Con otro suspiro de rendición me di la vuelta para seguir cocinando, mientras Jake me daba temas de conversación, y me hacía reír debes en cuando.
Mi madre volvió y entonces Jacob volvió a su lado inmediatamente a seguir conversando con ella. Se rieron un buen rato hasta que al fin acabe de sacar el pollo del horno y se pusieron a comer como bestias.
Mi madre comía a trozos pequeño al igual que yo, mientras que Jake, con toda confianza, se comía el pollo con la mano, como si estuviera en su propia casa comiendo con Billy.
- Te equivocas, Billy ni de lejos cocina tan bien como tu Anne.
A mi madre le hacía mucha gracia la forma de comer de Jake. Al final, el solo se acabó la fuente entera de pollo. Y las sobras de nuestros platos. Mi mama no se cansó de reprocharle su forma de comer ni de limpiarle la boca con la servilleta como si fuera si propio hijo. Mmm, con un hermano como el, el incesto me resulta muy tentador.
Terminamos de almorzar a las 3 de la tarde. Mi mama se despidió amablemente de nosotros. estaba cansada y le apetecía dormir algo. Pero más me pareció que quería darnos intimidad, y por eso nos alentó a salir de la casa. Hasta me dio dinero (a pesar de que le rogué que no) Para que nos fuéramos a pasear.
- Pero papa me prohibió salir de casa.
- No me importa Anira. Yo después hablaré con el, ahora ve a disfrutar de la vida- me palmeo la cabeza y me dio un beso en la mejilla antes de dirigirse a Jacob, para darle un beso a el en la mejilla y abrazarlo- Fue un placer conocerte Jake. Espero verte por aquí pronto, y por favor, asegúrate de que no pise esta casa hasta que sean, por lo menos las 10 u 11 de la noche- el sonrió en respuesta y la estrecho entre sus brazos
- Así será. Se lo prometo
- Y si quieres quedártela por la noche, no te preocupes por avisarme. Se que esta en buenas manos.- le fruncí el seño a mi madre que pareció no notarlo, y continuo hablando con Jacob.
- ¡Hey! Estoy aquí ¿Recuerdan?- ambos hicieron caso omiso a mis palabras.
- Adiós Ana, le prometo que no dejaré que le pase nada- Se inclinó para besarle la frente y luego se acercó hasta mi levantándome en brazos, hasta que mi rostro quedo a poco centímetros de suyo, y me planto un beso justo en los labios ante la mirada traviesa de mi madre. No pude haberme avergonzado más, pero luego me bajo y me tomo la mano para ir hasta la puerta – Vamos mi pequeña, tengo ganas de ir a la playa.
- Adiós mami- apenas tuve tiempo de despedirme de ella, por que Jacob me arrastró fuera de la casa hasta el su pequeño Volkswagen rojo, y mi madre cerró la puerta a nuestra espalda con un “te amo, cariño”. Trate de guardar en mi mente la expresión satisfecha de mi madre al verme con Jacob. O lo tiernos que se veían abrazándose y jugando entre ellos. Estos 2 eran definitivamente harina del mismo costal. Ya me esperaba que estuviera pidiéndome que invite a Jake a venir nuevamente muy pronto.
Cuando estuvimos a salvo dentro de Golf, cada uno en su asiento, salté a sus brazos y el los abrió instintivamente para acunarme en su pecho, y acariciarme el pelo con una mano, mientras que la otra repasaba el contorno de mis labios.
- Eres el mejor. Hacía tanto tiempo que no veía a mi madre tan feliz. No sabes lo mucho que te lo agradezco- me besó la cabeza y suspiró
- De nada, Anne. Me alegra haber venido…
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Dios!!! uqe largo quedo!! jejeje Ok
No jodo mas
ojala les haya gustado.
Ahora la historía se pone mas interesante
ejjejejejej
Bye I love You!!!!

1 comentario:

  1. No me creeras pero... se me hizo al final corto! cuando al fin acabe dije: NOOO quiero mas!!! =( estaba tan genial! y amo a Ana! ^^

    Te Quiero Annie!! :D

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