Team "Todo lo que tenga piernas!"

viernes, 25 de junio de 2010

Seducíendo al enemigo- Capitulo 3

Capitulo 3
Los días pasaron demasiado rápido y mi relación con la profesora Mallory no había progresado...

¿Cómo iba a vivir tranquilo si mi imprimación no me quería ni a 10 kilómetros de distancia?

Ahora no solo me veía como un mocoso estúpido, si no que también como un acosador sexual en potencia, y se había encargado personalmente de que todos los profesores lo supieran. Aunque claro, no todos compartían su opinión. Nunca fui un chico antipático, y la mayoría de los profesores me consideraban una persona simpática y agradable. Por lo que veían a Lauren como una mentirosa sin vida sexual. Y solo por eso quería matar a los profesores. ¿Cómo se atrevían a hablar de ella así?

Lastima que no pudiera golpearlos.

- Seth, date prisa. Llegaremos tarde a la clase de español. - Jacob me tomó por la manga de mi chaqueta y me sacó a rastras del lugar.

- ¡Ah, Jacob! - suspiré teatralmente desplomándome en la silla del pupitre. - ¿Por qué no podré tener tu físico? ¡Yo también quiero aparentar ser un vejestorio de veintiséis años para que la profesora Mallory no me vea como un mocoso! Aunque de todos modos estoy seguro que no hay manera que me vea como un mocoso realmente.

- La próxima vez imprímate de una persona menos cortante, chico. - le dediqué una mirada envenenada y me enfurruñé en el pupitre, mientras la profesora ingresaba en el salón con una ruborizada chica.

Ella era de tez morena, pelo castaño, y tenía la mirada fija en el piso avergonzada.

- Bien chicos, os presento a la señorita Mandy Carter.

La muchacha no quería mirar a nadie y parecía que el piso de baldosas estaba muy interesante. Sonreí a mis anchas y amablemente le indiqué que se sentara junto a mí.

No me atraía en lo más mínimo, solo quería ser amable con la pobre chica, de lo contrario acabaría convirtiéndose en el blanco de todas las burlas.

Apenas me miró mientras se sentaba en el pupitre contiguo al mío y depositaba su mochila sobre este.

- ¡Hola! - anuncié animadamente. - Soy Seth Clearwater, pero puedes llamarme Seth. - ella apenas volteó para mirarme y su rostro ya no era moreno si no del más intenso color carmesí. - No temas, solo quiero ser amable. Si lo prefieres, mantendré mi bocaza cerrada.

Fijé la vista en la pizarra, ya que la profesora había llamado a salir a Jacob otra vez. ¡Maldito afortunado! La profesora no paraba de observarlo con lujuria. Lo que pagaría yo para que Lauren me mirara de esa manera. Juro que por ella me estudiaría todo un atlas de Geografía y saldría voluntario a la pizarra todas las clases siguientes que nos quedaran.

Entonces pude oír como Mandy arrancaba un papel de su cuaderno, y con una pluma escribía algo para luego tendérmelo. Fingí estar súper concentrado en la traducción, sorprendiéndome cuando me paso el papel escrito con una letra pequeñísima y temblorosa.

<< Hola, soy Mandy Carter, pero eso tal vez ya lo sabías >>

Tomé el papel y rápidamente le respondí.

<< Es un placer Mandy, yo soy Seth >> 

Y se lo tendí antes de que la profesora se volteara hacia la clase de mala gana, pues Jacob ya había terminado de traducir. Pude ver en los ojos de ella lo mucho que deseaba encadenarlo al escritorio y cumplir las fantasías sexuales que seguramente estaría surcando su mente.

¡Oh, Dios! ¿Cuánto costará hacer que Lauren me mirara así?

La hora finalizó dando comienzo a la hora del almuerzo. Al fin, un respiro. Me senté en una mesa con los chicos y Nessie, como hacíamos todos los días.

Al alzar la mirada con la esperanza de ver pasar a la profesora Mallory, vi a Mandy parada con la bandeja de la comida en las manos, mirando indecisa las mesas.

Le silbé para captar su atención y le señalé con el dedo nuestra mesa. Seguro que Nessie y ella se hacían grandes amigas, o esa era mi intención. Ambas eran ahora las recluidas sociales del instituto, si no fuera por nosotros claro.

- ¡Hey! Mandy- le hice un gesto con la mano para que se sentara y luego miré a los chicos que me observaban confundidos, excepto Nessie que me sonreía – Chicos dejad que se siente con nosotros.

Como bien lo había intuido, las chicas comenzaron a hablar y no pararon hasta el final de la hora del almuerzo.

A Jacob no le hizo mucha gracia, ya que Nessie en lugar de estar babeándole la boca estaba conversando felizmente con Mandy. Pero que se joda, por baboso.

La siguiente hora era una de mis dos asignaturas preferidas, Geografía.

Mandy me siguió como uno de esos perritos golpeados de la calle a los que les dan una patada y tu vas y le haces una caricia, y luego te siguen a todos lados:

- Entonces tienes… ¿Cuántos? ¿Dieciséis? ¿Diecisiete?

- Diecisiete - respondió con la cabeza gacha, yo suspiré y seguí tratando de sacarle más de dos palabras.

- ¿Vienes de Seattle? Genial.

- Si.

- ¿No hablas mucho, verdad?

Entramos a clase. Sexy Lauren estaba borrando la pizarra para poner sobre ella un mapamundi. Los chicos se sentaron rápidamente en los asientos más alejados, pero yo quería estar cerca de Lauren. Así que me senté en el pupitre que estaba justo frente a su mesa. Mandy no tardó en sentarse junto a mí.

Ese día íbamos a estudiar los montes, tema que se me daba bien. Pensé que quizás podría impresionarla saliendo a la pizarra hoy y a lo mejor así dejaría de verme como un niño tonto e insufrible que la acosa.

- ¿Ok? Bien, ¿quién quiere pasar y señalarme las principales montañas del estado de Washington?

"Yo le señalaría lo que quiera" pensé. Reprimí una sonrisa y levanté la mano:

- Yo quiero pasar profesora.

Desde la parte de atrás escuche a Jacob y a Quil bromear entre ellos en voz baja para que los otros chicos del salón no los oyeran "Uh!! Se le va a echar encima y se la va a tirar enfrente de todo el salón" "Hey Seth!! Señálale donde tiene los senos jajajaja" Hice caso omiso a sus estupideces y me incorporé pasando frente al pizarrón, mientras Lauren me observaba con una sonrisita burlona. Seguramente pensaba que yo no sabía absolutamente nada sobre el tema.

En unos pocos de segundo le señalé con tiza los principales montes, ni siquiera tuve que pensármelo mucho. Había correteado por todos ellos cientos de veces, desde que a Jacob y a Sam se les ocurrió la genial idea de expandir nuestra zona de vigilancia.

Lauren me miró incrédula, carraspeó la garganta y se acercó a mí quitándome la tiza de las manos.

- Perfecto, gracias srto. Clearwater, puede volver a su asiento.

- Puedes llamarme Seth. Lo de srto. Clearwater me suena extraño. El resto de profesores no se andan con tanta formalidad, en serio.

Le sonreí y volví a mi asiento. Una vez allí me golpeé mentalmente. La había impresionado sí, pero solo estuve a su lado unos segundos. Al menos podría haberme demorado unos minutos.

Mientras me sentaba ella soltó entre diente un "Sí, claro."

Tras la explicación me soltó una sarta de preguntas sobre el relieve de la zona, a las cuales respondí todas de forma impecable. Un gesto que le agrado a Lauren.

Al final de la clase se puso a repartir unas fotocopias acerca del relieve y la hidrografía de Washington, pero cuando me entregó mi hoja me dijo en un tono perfectamente audible para todos en el salón:

- Por favor Srto. Clearwater, necesito que se quede después de que termine la clase. Tengo que tratar un par de asuntos con usted.

Yo asentí tomándole la hoja, mientras me perdía en sus profundos ojos verdes.

Los chicos no paraban de soltar risitas y frases como "Oh, sí. Ahora pasaran de la Geografía a la anatomía humana con una clase práctica." Qué más quisiera yo.

Finalmente la clase acabó y muy nervio me quedé sentado en mi pupitre mientras todos salían, estaba seguro que no había hecho nada "indecente" esta vez. Ni un roce, ni una mala mirada, nada.

Mandy me dirigió una mirada triste y preocupada. Pero le iría bien en la siguiente clase, tenía Biología con Nessie.

Lauren salió del aula, pero volvió a los pocos minutos con una taza de té en una mano y en la otra un mophin de chocolate.

- ¿Le molesta que coma aquí? No tuve tiempo de desayunar.

- N... no, claro. - balbuceé torpemente.

Mientras la observaba absorto morder el pequeño panque, apretándolo con sus labios carnosos y rojizos, ella se sentó en su escritorio y me izo un gesto con la mano para que me sentara en la silla frente a ella. Con el paso vacilante hice lo que me pedía, y ella me tendió el panqué con gesto amable mientras unas migajas color oscuro jugueteaban en sus labios. Reprimí mi deseo por limpiárselas con la lengua.

- ¿Le apetece un poco?

- ¿Cómo dice? - pregunté incrédulo, ¿me estaba preguntando realmente q si quería probar de su desayuno? ¿A q se debía este repentino cambio de humor?

- ¿Quiere un poco de mi mophin? Es de mala educación comer en frente de alguien y no convidarle.

- No... no, coma tranquila. No hay problema. - le aseguré amablemente. - Esto… ¿Qué sucede profesora? ¿Para qué me necesita aquí? - pregunté nervioso, no sabía qué pasaba.

- Mire Srto. Clearwater - anunció recuperando su tono formal, digno de una profesora - Esta actitud que usted tiene conmigo, sea cual sea el motivo, debe parar. No quiero que lo expulsen. Usted es un chico muy inteligente y no quiero más problemas con usted, ¿le queda claro?

- Sí, claro. Pero no entiendo a qué actitud se refiere. Yo solo la observo, le sonrió y a veces me tomo la libertad de acariciarle las manos. Pero es que las tienes muy savitas y solo pretendo agradarle. - dije seriamente.

No quería joderla ahora con mi imprimación. Tenía que conseguir ganarme su confianza.

- ¡Esa actitud! No puede tratar a sus profesores de esa manera. No soy ni su amiga ni mucho menos su novia, así que le ruego que desista. - me ordenó recuperando su tono severo.

- Mire profesora, yo entiendo que solo sea un alumno más en este instituto para usted. ¿Pero podría intentar ver más allá de mi edad y mi condición como estudiante y ver el hombre y la persona que hay en mí? Yo tan solo pido una oportunidad para acercarme a ti. - comencé a tutearle sin darme cuenta siquiera, aunque a ella no pareció darle importancia o al menos no se dio cuenta de ello.

- ¿Com...como dices? - preguntó dubitativa.

Bajé la mirada avergonzado, probablemente se había ofendido. Pero entonces ella posó su mano sobre la mía y levante la vista, esperanzado.

Pareció debatirse interiormente, mirándome con aquellos preciosos ojos verdes.

- Está bien, te daré la oportunidad. Intentaré no ser tan dura contigo, pero no te pases ni un pelo conmigo. No soy tonta, Seth. - creí que el corazón se me iba a salir del pecho al escucharla llamándome por mi nombre. ¡Y me había concedido la oportunidad de acercarme a ella! - Ahora si no te importa, tengo mejores cosas que hacer que estar aquí perdiendo el tiempo contigo.

Y ahí estaba otra vez los latigazos del mal humor de sexy Lauren. Bueno al menos había hecho un progreso en nuestra relación, había conseguido que nos tuteáramos.

Tras decir aquello ella recogió sus cosas y se marchó dejándome a solas.

2 comentarios:

  1. jajajajja pobre sehh la tien dura pero Laurenttt!!! a dios eres loca besos

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  2. Annie nena!!! ya lo había leído y no sé por qué no te comenté entonces, ains, cómo me gusta! Es divertidísimo!! Sth rules y sexy Lauren, dios!!! me encanta!
    Besos pequeña
    T.

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