Juju, mis niñas, mi niñas, bueno, que decir, solo queria desearles una muuuuuy feliz navidad.
Que todo lo malo pase y que "las buenas vibras" jejeje, vengan.
Ojala su año sea maravilloso y lleno de nuevos sueños y esperanzas.
Y bueno, hablando de años, me voy de viaje con mi a'ma jajaja, y nada, voy a estar en la plata unos dias, pero me llevo la lap asi que no voy a tardar mucho.
Juju, si me encuentro algun lobo morenazo y desnudista en la playa quedense tranquilas.... que me lo guardo para mi ajjajajjaa.
Y una ultima cosa, ya tengo la mitad del nuevo capi, solo queria saber si ustedes querian que lo publicara ahora y despues la segunda parte, que piensas?
XoXo moi
Team "Todo lo que tenga piernas!"
sábado, 25 de diciembre de 2010
miércoles, 15 de diciembre de 2010
Entre la verdad y el amor- Capítulo 24- ¿Bipolar?
Bueno, no voy a decir que lo siento-
Por que ya lo saben. Es que mis examenes no terminan nunca pero no importa
Quiero dedicar este capi a Paula que es infinitamente tierna y efusiba para escribir sus comentarios.
Aww adoroa esa chika.
Es para ti Paula, disfrutalo xD
Al llegar al pequeño claro, mi corazón se detuvo.
Allí había 3 humanos, Billy, Sue y el abuelo de Quil. Los tres miembros del consejo, y a cada lado de ellos tres imponentes lobos, más altos que un hombre, tan fuertes como para echar el pueblo abajo, y tan nobles y leales como pocas personas que conocía, entre ellas, el vampiro que me sostenía por los hombros.
Me impuse a mi misma no mirar a mi lobo cobrizo que no quitaba sus ojos azabache de mi persona.
“Vamos Anne, tu puedes”
- ¿Todos sabemos por que estamos aquí?- los humanos y los lobos asintieron, al tiempo que Jasper y yo lo hacíamos.
Billy Black, que en ese momento me pareció un completo desconocido, no el afable suegro que podía pasar horas sentado a mi lado, acariciándome la cabeza, halagando mi comida, o simplemente riéndonos por que sí .Ahí sentado, aquel hombre que tranquilamente podía llegar a ser aterrador en esa silla estaba rodeado por un aura de realeza y poder tan fuertes que el aire parecía crepitar en corrientes de estática.
Me aferre a la mano de Jasper con más fuerza antes de “empezar a declarar”.
- E venido a hablar en nombre de Jasper Cullen- dije con un aire de autoridad y poder que hasta ese momento no sabía que poseía y que me dejo sorprendida y orgullosa al mismo tiempo. Tal vez si pudiera hacerlo después de todo. Sonaba como si estuviera dirigiéndome a un ejercito de guerreros dispuestos a correr a la batalla y bañarse en la sangre y entrañas de sus enemigos…
Oh, maldición. Tal vez Jasper si tuviera razón con eso de que estaba demasiado emocionada con las novelas de Dark Hunter.
Los miembros del consejo y lobos incluidos me miraron como si fuera una candidata segura para el manicomio, sobre todo el lobo rojizo que me esforzaba con todas mis fuerzas en no mirar.
- Sabemos que el “frío”- escupió despectivamente Sue Clearwater, obviamente refiriéndose a Jasper- mato a una inocente turista en nuestro territorio.
- La mujer ya estaba muerta- me apresure a rebatir, antes de que lo declararan culpable y la idea de un juicio justo se fuera al caño- Hemos comprobado que ella fue asesinada por un oso
- ¿Y el frío solo se alimento de ella? – inquirió la ronca y desvencijada vos del abuelo de Quil, -que curiosamente nunca supe su nombre- con mas curiosidad que ganas de culpar a un inocente.
Sentí la mano de Jasper apretar ligeramente la mía. Estaba segura que por dentro, aquellas palabras que le recordaban su “Debilidad” lo estarían destruyendo. Sentí una oleada de rencor azotarme, por que, aun que el anciano no lo hiciera adrede, me corroía el daño que esas simples palabras le hacían a Jasper y por consecuencia a mi misma. Le devolví el apretón y delinee con mi pulgar el trazo rugoso de las cicatrices de su mano con ternura y luego repuse con un alto y demandante tono de voz
- Si, por lo que no se a cometido un delito.
- Eres consiente de que el tratado de nuestra tribu con los Cullen- soltó Billy como una blasfemia- Estipula que ningún frió puede morder a un humano, de lo contrario la tregua se acabaría, ¿Y tu nos dices que este frío no a quebrantado el tratado de nuestros ancestros, y que solo se alimento de una pobre desafortunada?- si no hubiera estado defendiendo la vida de mi amigo, me habría sentido alagada de que Billy me haya incluido intencional mente como parte de la tribu.
El lobo mas grande de color ladrillo soltó un bufido, mientras que uno de color chocolate le dio un suave empujón con el dorso de su cuerpo.
Me esforcé lo más que pude en no pensar en Jacob, ni Quil, o Embry.
Sobre todo en Jake. Tenia que ser fuerte. Tenía que salvar a Jasper.
- Si, eso es lo que estoy diciendo. Es toda la verdad y no creo que ustedes matarían a un inocente por un mero tecnicismo.
Ok, eso no era necesario. Jasper se tenso y mismo tiempo que yo al notar las miradas irritadas de los miembros del consejo y como los lobos nos gruñían, pues, empecé a albergar cierto temor de acabar descuartizada.
Jasper sujeto mi mano con mas fuerza, como si estuviera a punto de sacarme corriendo de allí, ante la mirada airada e indignada de Sue y el abuelo de Quil.
Las melenas de Sam, Colin, y Brandy se erizaron ligeramente mientras los músculos de sus patas de tensaban.
Tragué en seco.
En ese momento Jacob se irguió sobre sus patas sobrepasado a los lobos y los hombres. Miro a cada uno de los presentes con una mueca lobuna amenazadora.
Billy suspiro y se relajo, luego, imitándolo, todos lo hicieron.
Jake me sonrío tímidamente, y antes de poder evitarlo yo le devolví una tenue sonrisa elevando apenas las comisuras de los labios.
- Muy bien…- Billy le dedico una larga mirada cargada de significado a los otros miembros del consejo, que, parecían estar hablándole por el pensamiento. Al final, los otros dos asintieron con pesar. Billy se giro a mirarnos, con un leve, casi imperceptible dejo de alivio- Jasper Cullen, eres libre de marcharte. Pero espero que sepas que te estaremos vigilando a ti y a los tuyos.-
- No esperaría menos- Jasper hizo una pequeña reverencia a los presentes y luego volteo aun sujetándome, y por ende arrastrándome ara sacarme de allí. Por lo que supuse que los ánimos andaban un poco airados y que era mejor apelar a la retirada.
No habíamos avanzado ni siquiera un escaso metro cuando el trote pausado de varios pares de patas lobunas resonaron a nuestra espalda.
Miré a Jasper temerosa de que la manada de Sam fuera a emboscarnos, o pero aun, las dos manadas juntas.
- Jasper…
- ¡Shh! Debemos salir de la vista de los otros- susurro, luego su mano se ciño sobre la mía haciéndome ir mas a prisa.
- ¿Que rayos Jasper..?
- Shh, lo sabrás en unos segundos, solo ten paciencia- No entendía que estaba pasando. Voltee a ver quien o quienes eran los que no seguían pero Jasper me llevaba tan rápido que apenas podía seguirle el paso.
De repente nos detuvimos.
Mire a Jasper reclamándole una explicación. Pero soltó mi mano y un segundo después desapareció como una exhalación.
Mire hacia todos lados buscándolo pero no halle nada mas que la tupida vegetación boscosa y… Un enorme, gigantesco lobo de color cobrizo mirando fijamente con sus enormes ojos azabaches.
No, no, no. ¡Jasper me había abandonado a solas con Jacob! Maldito Traidor.
Hoy en día no se puede confiar en los vampiros.
Jacob me escruto de arriba abajo con una mueca de repulsión.
Sentí ganas de echarme a llorar y lo habría echo de no estar tan indignada
¿El se atrevía a sentirse repulsión? ¿Luego de lo que había echo?
- ¿Qué quieres?- le espete nerviosa. Sus ojos rápidamente volvieron a los míos y su expresión se convirtió en una mueca lobuna suplicante. Aquellos ojos negros como la noche me rogaban afecto- Oh, ni lo pienses. No voy a caer por tus ojos de cachorro Jacob.- el gimoteo y avanzó a trote hasta estar a un escaso metro frente a mí.
- No Jacob, no voy a perdonarte- avanzo un paso y continuo mirándome- No, deja de acercarte- sin embargo no me hizo caso y avanzo otro paso, por lo que ya estaba casi rozando su pelaje.- Jake- musite- no lo hagas por favor. Te mereces esto- Mi corazón no podría resistirlo. Estaba tan cerca de tocarlo, tan cerca de su calor y su consuelo, ¿Por qué no podía simplemente ceder? A si, por que el había desterrado a Seth.
Finalmente dio el paso final.
Su descomunal cabeza lobuna sobrepasaba la mía por mucho y sin embargo se agacho un poco sobre sus patas delanteras para poder acariciar mi rostro con su hocico en una tierna caricia. Su grueso pelaje me provocaba unas leves cosquillas en las mejillas y el cuello y me hacia temblar las piernas.
Solo debía estirarme y acariciar su pelaje como cuando éramos amigos.
Necesitaba tan desesperadamente su cariño, su compasión, su amistad. ¿Sería tan malo si faltara a mi promesa solo un rato?
- Oh, Jake- me sujete con fuerza de su cuello tratando de ahogan los sollozos. Mis bipolares emociones iban de la felicidad a la tristeza y al amor tan rápidamente que me dejaba mareada y confundida.
Me odiaba a mi misma por ser débil.
Adoraba sentir el suave y duro pelaje de Jake en mis manos.
Me sentía feliz de poder abrazarlo.
Me sentía triste por todo el tiempo que habíamos estado separados.
Estaba decepcionada por haberle fallado a Seth.
Una extraña corriente de estática revoloteo a nuestro alrededor. Como si en este simple abrazo hubiera una enorme carga eléctrica.
Entonces el enorme lobo empezó a encogerse de tamaño hasta adoptar la forma de un descomunalmente alto muchacho moreno cuello largo cabello me hacia cosquillas.
- Te extrañe mucho Annie- susurro contra mi oído.
- También yo te extrañe Jake- rápidamente sus manos envolvieron mi rostro y lo sujetaron férreamente. Me obligo a mirar su rostro, su hermoso rostro impregnado de alegría y felicidad.
Nada había cambiado en el.
Seguía siendo el mismo Jacob en toda su belleza y esplendor Quileute.
Sus ojos negros aun me hacían estremecer y su calor embotarme los sentidos, haciendo que no pudiera sentir nada mas que el.
El largo cabello oscuro como la noche le caía suelto hasta la barbilla en mechones desiguales adornando aquel perfecto y masculino rostro.
Al mirarlo completamente, lo supe. Mi resolucion había pasado a la historia. Por que una cosa era estar molesta con Jake sin verlo... pero de frente, en vivo y en directo. Era completamente imposible.
No podía odiarlo por mas que lo intentara y valla que lo habia intentado.
Al verlo, aquellas horribles semanas habían pasado a la historia tan rápido como despertar de un mal sueño.
- Annie- entonces, rompiendo con mi larga espera, con mi interminable soledad, sus calidos y tiernos labios se fundieron con los míos
Por que ya lo saben. Es que mis examenes no terminan nunca pero no importa
Quiero dedicar este capi a Paula que es infinitamente tierna y efusiba para escribir sus comentarios.
Aww adoroa esa chika.
Es para ti Paula, disfrutalo xD
Al llegar al pequeño claro, mi corazón se detuvo.
Allí había 3 humanos, Billy, Sue y el abuelo de Quil. Los tres miembros del consejo, y a cada lado de ellos tres imponentes lobos, más altos que un hombre, tan fuertes como para echar el pueblo abajo, y tan nobles y leales como pocas personas que conocía, entre ellas, el vampiro que me sostenía por los hombros.
Me impuse a mi misma no mirar a mi lobo cobrizo que no quitaba sus ojos azabache de mi persona.
“Vamos Anne, tu puedes”
- ¿Todos sabemos por que estamos aquí?- los humanos y los lobos asintieron, al tiempo que Jasper y yo lo hacíamos.
Billy Black, que en ese momento me pareció un completo desconocido, no el afable suegro que podía pasar horas sentado a mi lado, acariciándome la cabeza, halagando mi comida, o simplemente riéndonos por que sí .Ahí sentado, aquel hombre que tranquilamente podía llegar a ser aterrador en esa silla estaba rodeado por un aura de realeza y poder tan fuertes que el aire parecía crepitar en corrientes de estática.
Me aferre a la mano de Jasper con más fuerza antes de “empezar a declarar”.
- E venido a hablar en nombre de Jasper Cullen- dije con un aire de autoridad y poder que hasta ese momento no sabía que poseía y que me dejo sorprendida y orgullosa al mismo tiempo. Tal vez si pudiera hacerlo después de todo. Sonaba como si estuviera dirigiéndome a un ejercito de guerreros dispuestos a correr a la batalla y bañarse en la sangre y entrañas de sus enemigos…
Oh, maldición. Tal vez Jasper si tuviera razón con eso de que estaba demasiado emocionada con las novelas de Dark Hunter.
Los miembros del consejo y lobos incluidos me miraron como si fuera una candidata segura para el manicomio, sobre todo el lobo rojizo que me esforzaba con todas mis fuerzas en no mirar.
- Sabemos que el “frío”- escupió despectivamente Sue Clearwater, obviamente refiriéndose a Jasper- mato a una inocente turista en nuestro territorio.
- La mujer ya estaba muerta- me apresure a rebatir, antes de que lo declararan culpable y la idea de un juicio justo se fuera al caño- Hemos comprobado que ella fue asesinada por un oso
- ¿Y el frío solo se alimento de ella? – inquirió la ronca y desvencijada vos del abuelo de Quil, -que curiosamente nunca supe su nombre- con mas curiosidad que ganas de culpar a un inocente.
Sentí la mano de Jasper apretar ligeramente la mía. Estaba segura que por dentro, aquellas palabras que le recordaban su “Debilidad” lo estarían destruyendo. Sentí una oleada de rencor azotarme, por que, aun que el anciano no lo hiciera adrede, me corroía el daño que esas simples palabras le hacían a Jasper y por consecuencia a mi misma. Le devolví el apretón y delinee con mi pulgar el trazo rugoso de las cicatrices de su mano con ternura y luego repuse con un alto y demandante tono de voz
- Si, por lo que no se a cometido un delito.
- Eres consiente de que el tratado de nuestra tribu con los Cullen- soltó Billy como una blasfemia- Estipula que ningún frió puede morder a un humano, de lo contrario la tregua se acabaría, ¿Y tu nos dices que este frío no a quebrantado el tratado de nuestros ancestros, y que solo se alimento de una pobre desafortunada?- si no hubiera estado defendiendo la vida de mi amigo, me habría sentido alagada de que Billy me haya incluido intencional mente como parte de la tribu.
El lobo mas grande de color ladrillo soltó un bufido, mientras que uno de color chocolate le dio un suave empujón con el dorso de su cuerpo.
Me esforcé lo más que pude en no pensar en Jacob, ni Quil, o Embry.
Sobre todo en Jake. Tenia que ser fuerte. Tenía que salvar a Jasper.
- Si, eso es lo que estoy diciendo. Es toda la verdad y no creo que ustedes matarían a un inocente por un mero tecnicismo.
Ok, eso no era necesario. Jasper se tenso y mismo tiempo que yo al notar las miradas irritadas de los miembros del consejo y como los lobos nos gruñían, pues, empecé a albergar cierto temor de acabar descuartizada.
Jasper sujeto mi mano con mas fuerza, como si estuviera a punto de sacarme corriendo de allí, ante la mirada airada e indignada de Sue y el abuelo de Quil.
Las melenas de Sam, Colin, y Brandy se erizaron ligeramente mientras los músculos de sus patas de tensaban.
Tragué en seco.
En ese momento Jacob se irguió sobre sus patas sobrepasado a los lobos y los hombres. Miro a cada uno de los presentes con una mueca lobuna amenazadora.
Billy suspiro y se relajo, luego, imitándolo, todos lo hicieron.
Jake me sonrío tímidamente, y antes de poder evitarlo yo le devolví una tenue sonrisa elevando apenas las comisuras de los labios.
- Muy bien…- Billy le dedico una larga mirada cargada de significado a los otros miembros del consejo, que, parecían estar hablándole por el pensamiento. Al final, los otros dos asintieron con pesar. Billy se giro a mirarnos, con un leve, casi imperceptible dejo de alivio- Jasper Cullen, eres libre de marcharte. Pero espero que sepas que te estaremos vigilando a ti y a los tuyos.-
- No esperaría menos- Jasper hizo una pequeña reverencia a los presentes y luego volteo aun sujetándome, y por ende arrastrándome ara sacarme de allí. Por lo que supuse que los ánimos andaban un poco airados y que era mejor apelar a la retirada.
No habíamos avanzado ni siquiera un escaso metro cuando el trote pausado de varios pares de patas lobunas resonaron a nuestra espalda.
Miré a Jasper temerosa de que la manada de Sam fuera a emboscarnos, o pero aun, las dos manadas juntas.
- Jasper…
- ¡Shh! Debemos salir de la vista de los otros- susurro, luego su mano se ciño sobre la mía haciéndome ir mas a prisa.
- ¿Que rayos Jasper..?
- Shh, lo sabrás en unos segundos, solo ten paciencia- No entendía que estaba pasando. Voltee a ver quien o quienes eran los que no seguían pero Jasper me llevaba tan rápido que apenas podía seguirle el paso.
De repente nos detuvimos.
Mire a Jasper reclamándole una explicación. Pero soltó mi mano y un segundo después desapareció como una exhalación.
Mire hacia todos lados buscándolo pero no halle nada mas que la tupida vegetación boscosa y… Un enorme, gigantesco lobo de color cobrizo mirando fijamente con sus enormes ojos azabaches.
No, no, no. ¡Jasper me había abandonado a solas con Jacob! Maldito Traidor.
Hoy en día no se puede confiar en los vampiros.
Jacob me escruto de arriba abajo con una mueca de repulsión.
Sentí ganas de echarme a llorar y lo habría echo de no estar tan indignada
¿El se atrevía a sentirse repulsión? ¿Luego de lo que había echo?
- ¿Qué quieres?- le espete nerviosa. Sus ojos rápidamente volvieron a los míos y su expresión se convirtió en una mueca lobuna suplicante. Aquellos ojos negros como la noche me rogaban afecto- Oh, ni lo pienses. No voy a caer por tus ojos de cachorro Jacob.- el gimoteo y avanzó a trote hasta estar a un escaso metro frente a mí.
- No Jacob, no voy a perdonarte- avanzo un paso y continuo mirándome- No, deja de acercarte- sin embargo no me hizo caso y avanzo otro paso, por lo que ya estaba casi rozando su pelaje.- Jake- musite- no lo hagas por favor. Te mereces esto- Mi corazón no podría resistirlo. Estaba tan cerca de tocarlo, tan cerca de su calor y su consuelo, ¿Por qué no podía simplemente ceder? A si, por que el había desterrado a Seth.
Finalmente dio el paso final.
Su descomunal cabeza lobuna sobrepasaba la mía por mucho y sin embargo se agacho un poco sobre sus patas delanteras para poder acariciar mi rostro con su hocico en una tierna caricia. Su grueso pelaje me provocaba unas leves cosquillas en las mejillas y el cuello y me hacia temblar las piernas.
Solo debía estirarme y acariciar su pelaje como cuando éramos amigos.
Necesitaba tan desesperadamente su cariño, su compasión, su amistad. ¿Sería tan malo si faltara a mi promesa solo un rato?
- Oh, Jake- me sujete con fuerza de su cuello tratando de ahogan los sollozos. Mis bipolares emociones iban de la felicidad a la tristeza y al amor tan rápidamente que me dejaba mareada y confundida.
Me odiaba a mi misma por ser débil.
Adoraba sentir el suave y duro pelaje de Jake en mis manos.
Me sentía feliz de poder abrazarlo.
Me sentía triste por todo el tiempo que habíamos estado separados.
Estaba decepcionada por haberle fallado a Seth.
Una extraña corriente de estática revoloteo a nuestro alrededor. Como si en este simple abrazo hubiera una enorme carga eléctrica.
Entonces el enorme lobo empezó a encogerse de tamaño hasta adoptar la forma de un descomunalmente alto muchacho moreno cuello largo cabello me hacia cosquillas.
- Te extrañe mucho Annie- susurro contra mi oído.
- También yo te extrañe Jake- rápidamente sus manos envolvieron mi rostro y lo sujetaron férreamente. Me obligo a mirar su rostro, su hermoso rostro impregnado de alegría y felicidad.
Nada había cambiado en el.
Seguía siendo el mismo Jacob en toda su belleza y esplendor Quileute.
Sus ojos negros aun me hacían estremecer y su calor embotarme los sentidos, haciendo que no pudiera sentir nada mas que el.
El largo cabello oscuro como la noche le caía suelto hasta la barbilla en mechones desiguales adornando aquel perfecto y masculino rostro.
Al mirarlo completamente, lo supe. Mi resolucion había pasado a la historia. Por que una cosa era estar molesta con Jake sin verlo... pero de frente, en vivo y en directo. Era completamente imposible.
No podía odiarlo por mas que lo intentara y valla que lo habia intentado.
Al verlo, aquellas horribles semanas habían pasado a la historia tan rápido como despertar de un mal sueño.
- Annie- entonces, rompiendo con mi larga espera, con mi interminable soledad, sus calidos y tiernos labios se fundieron con los míos
miércoles, 17 de noviembre de 2010
Entre la verdad y el amor capitulo 23 parte 1- Vuelvo a casa
Wauuu como pasa el tiempo, en verdad que adoro que sigan leyendo y lamento ser tan lenta prometo akabar pronto, lo juro.
Es que estoy en las ultimas estapas de mi año escolar, apartir de hoy solo me queda una semana de clases y 3 dias.
Jojojo, pues solo queria decirles que va dedicado a todas ustedes, gracias por seguir leyendo
XOXO Annie
Al final de toda aquella discusión sobre mi fragilidad emocional acabo con un desenlace muy simple.
- Si vas haya y te matan, Alice pateara MI trasero toda la eternidad por no acompañarte y luego me tirare de los acantilados y me ahogare en el agua- Jasper se había quedado helado al oírlo. Y como no demostré ninguna vacilación el no dudo que no fuera a cumplir la amenaza.
¿Un golpe bajo? Si, pero era por su bien.
Ya lo superaría, tenía siglos para ello. Pero yo no. Solo viviría unas décadas más. Quien sabía si décadas. Podía morir en ese instante de muerte súbita o al cruzar la calle. Y sin mi ayuda, Jasper no conseguiría sobrevivir a la junta con el consejo.
Jacob, al ser el hijo de Billy, el hombre con mas poder en el consejo de ancianos, y ser descendiente directo de el ultimo alfa Ephraim Black el ultimo maldito alfa de “los caninos súper poderosos” todos escucharían su palabra mas que la de cualquiera.
Tampoco era tonta, sabía que Jake odiaba a Jasper por no dejarlo venir a verme y que haría todo lo posible por vengarse.
En momentos como esos me sentía enferma ¿Cómo podía amar a alguien como Jacob, si hacía todas las cosas que hacía?
Ok, estaba exagerando, solo hizo una cosa mala. ¡Pero, maldita sea! Fue tan condenadamente mala que aun tengo la navaja en el bolsillo de la chaqueta para castrarlo en cuanto lo vea… A menos que, cosa que era muy, peor muy probable, cediera y me cayera de bruces al verlo y correría a sus brazos y lo besaría hasta que los labios le explotaran.
- “Me fui tan lejos,
Buscándome.
Y no te halle.”
Había tenido esa canción dándome vueltas por la cabeza todo el día
MI corazón se aceleraba con cada metro que pasábamos. Jasper no se veía contento de conducir por esa carretera que yo conocía ran bien. Y no lo culpaba, pero secretamente, yo estaba tan ansiosa de llegar. Hasta tal punto que estaba estrujando la tapicería de cuero del Mercedes Negro de Carlisle entre mis dedos al punto de que los músculos se sentían agarrotados en cuanto al fin relaje los dedos.
La canción seguía sonando, solo que ya no le prestaba atención. Las palabras que profesaba no parecían reales.
“Me fui corriendo, buscándome, y estaba en casa lo que soñé”
“Me fui tan lejos, tras un tal ves y no te halle”
¿Dónde había quedado la sensación de pertenencia que sentía cada vez que pisaba la Push?
¿Donde estaba la euforia del retorno al hogar que inundaba mi cuerpo cada vez que observaba los viejos robles?
Tal vez todo se había acabado. Y eso, era algo que me aterraba.
Jacob Black.
“Me fui corriendo,
Tras un tal vez,
Y no te halle.”
Solo unos minutos más. Solo eso.
Los miembros del consejo: Mi papa, el abuelo de Quil, Sue Clearwater, Sam y yo, nos encontrábamos reunidos en el bosque.
Ambos, teníamos a dos miembros de nuestra manada flanqueándonos. Solo por si acaso el chupasangre se volvía agresivo. Aun que albergaba serias dudas de ello. Si Annie estaba defendiendo a ese bastardo, era por que ella creía firmemente que era inocente. Aun que no podía sacudirme a ese “Pepe grillo” que me gritaba que debía arrancarle la cabeza antes de que le hiciera daño. Solo esperaba 2 cosas:
Que Anne, no se equivocara en cuanto a la inocencia de Jasper, y que tal vez, solo tal ves, ella me perdonara.
Lo hará Jake. Me animó Quil, optimista. Solo ten fe
Eso desearía amigo. Pero…
Ya, ya, deja de llorar como una nenita. Me espetó Embry. Estaba un poco confundido por el repentino cambio de actitudes, usualmente hubiera esperado eso de Quil, el idiota impulsivo, no de Embry, el tranquilo y sensato.
¿Así nos clasificas? Oh, Jake, hieres nuestros sentimientos. Gimoteo el lobo chocolate y luego esbozo una sonrisa lobuna. Embry lo miró y puso los ojos en blanco antes de observarme fija mente
Tranquilo, hermano. Todo estará bien.
Ahora si vuelves a ser el de siempre, Em
Ya, ya. Solo tuve un pequeño momento de idiotez Quil.
Espero que no sea una epidemia, antes de eso, me pego un tiro.
¡Ja! Carga dos balas a la pistola amigo, si me vuelve a ocurrir. Dispárame primero
Dalo por hecho. Embry y yo reímos mientras Quil componía un tono mental de fingida tristeza e indignación
¿Y ustedes se hacen llamar mis mejores amigos? Bah, ¿Quién me manda a juntarme con idiotas como ustedes? Ahora ya no les hablare ¡Nunca!
Si, claro. Le espete sarcástico
Apuesto 20 a que no aguantas ni 5 minutos sin decir una palabra
Ok, prepárate a perder tu dinero. Entonces Quil cerró el pico, o al menos trato de hacerlo por esto del inconciente colectivo.
La mirada extrañada de Sam recayó en mi, y sentí su vos en mi cabeza
¿Se puede saber que hacen?
Me encogí de hombros restándole importancia.
Embry le aposto 20 pavos a Quil a que no podía mantener la boca cerrada por 5 minutos
Sam trato de no reírse, pero obviamente fracaso.
Apuesto por Embry
Si yo también
¡Oigan! Lloriqueo el interpelado mirándonos indignado. ¿Qué clase de amigos son ustedes?
¡Perdiste!
Quil tardo un minuto entero en darse cuenta de que se había saboteado a si mismo con su bocota.
¡Oh, mierda! Otra vez, estoy seguro que puedo hacerlo.
No, no. Negó Embry con la cabeza. Te jodes, amigo. Paga
No traigo la billetera encima. ¿O acaso ves que la traiga? Aun no inventan los bolsos de viaje para lobos. Aun que serían muy útiles. La única manera de poder llevar algo es con la boca o atártelo a la pata.
Oh podríamos metértelo por el culo, tal ves así no fastidiarías tanto. Los 3 reímos por el comentario. Quil, enfurruñado se sentó dándonos la espalda.
Los 3 mayores, nos miraban como si desearan poder leernos la mente.
Eso es todo, Jake. Cuando Annie aparezca le diré que me echaste para que se encabrone más contigo
Le gruñí al idiota y me agazape en mi sitio consumido por una furia asesina. Sam se paro de los cuatro traseros y nos miro a ambos ceñudo. O al menos, tanto como un lobo puede estarlo
Ya basta, niños. O los mandare al rincón.
Uhhh. Quil fingió estar asustado. Que miedo ¿Qué vas a hacerme lobo malo? Yo no tengo una canastita ni una caperuza roja, ni me espera mi abuelita. De todos modos ¿Aun soy apto para que me incluyas en tu menú?
Sam soltó un bufido exasperado en mi mente que resonó en la de Quil y Embry.
Dios, ¿Cómo logre soportarlos cuando estaban en mi manada?
No creas, son entretenidos. Solo debes tratar de no meterte o acabaras perdiendo la cabeza.
Anotado.
Hey, ¿oyen eso?
Si que lo hacía. Era el inconfundible sonido de un Mercedes Benz Clase B 200 TS 2.0 litros de Inyección indirecta turbo intercooler, una velocidad máxima de 225 km/h y acelera de 0-100 km/h en 7,6 segundos. Yendo a solo 45 km/h.
Tal ves estuviera loco pero el inconfundible ronroneo de ese motor me llenaba de alegría y de terror al mismo tiempo.
Annie estaba allí. Cada vez más cerca de mí.
Solo debía esperar unos segundos más, solo un poco mas.
Anira Vazquez
Ya no habia vuelta atrás. Incluso podía divisar los viejos robles que flanqueaban los letreros de “Bienvenido a la Push”.
- ¿Estas nerviosa?- bufé, claro que lo estaba.
- “Donde hay esperanza, Esta mi casa
Donde Hay amor, Esta mi casa
Donde estas vos, Esta mi casa.
Y al fin hoy yo, vuelvo a casa”
- ¿Puedes apagar esa maldita canción?- le espete molesta
- Seguro- el extendió su brazo y el auto quedo en silencio.
Pero ahora en mi mente reinaba una pregunta.
¿Estaba de verdad volviendo a casa?
Es que estoy en las ultimas estapas de mi año escolar, apartir de hoy solo me queda una semana de clases y 3 dias.
Jojojo, pues solo queria decirles que va dedicado a todas ustedes, gracias por seguir leyendo
XOXO Annie
Al final de toda aquella discusión sobre mi fragilidad emocional acabo con un desenlace muy simple.
- Si vas haya y te matan, Alice pateara MI trasero toda la eternidad por no acompañarte y luego me tirare de los acantilados y me ahogare en el agua- Jasper se había quedado helado al oírlo. Y como no demostré ninguna vacilación el no dudo que no fuera a cumplir la amenaza.
¿Un golpe bajo? Si, pero era por su bien.
Ya lo superaría, tenía siglos para ello. Pero yo no. Solo viviría unas décadas más. Quien sabía si décadas. Podía morir en ese instante de muerte súbita o al cruzar la calle. Y sin mi ayuda, Jasper no conseguiría sobrevivir a la junta con el consejo.
Jacob, al ser el hijo de Billy, el hombre con mas poder en el consejo de ancianos, y ser descendiente directo de el ultimo alfa Ephraim Black el ultimo maldito alfa de “los caninos súper poderosos” todos escucharían su palabra mas que la de cualquiera.
Tampoco era tonta, sabía que Jake odiaba a Jasper por no dejarlo venir a verme y que haría todo lo posible por vengarse.
En momentos como esos me sentía enferma ¿Cómo podía amar a alguien como Jacob, si hacía todas las cosas que hacía?
Ok, estaba exagerando, solo hizo una cosa mala. ¡Pero, maldita sea! Fue tan condenadamente mala que aun tengo la navaja en el bolsillo de la chaqueta para castrarlo en cuanto lo vea… A menos que, cosa que era muy, peor muy probable, cediera y me cayera de bruces al verlo y correría a sus brazos y lo besaría hasta que los labios le explotaran.
- “Me fui tan lejos,
Buscándome.
Y no te halle.”
Había tenido esa canción dándome vueltas por la cabeza todo el día
MI corazón se aceleraba con cada metro que pasábamos. Jasper no se veía contento de conducir por esa carretera que yo conocía ran bien. Y no lo culpaba, pero secretamente, yo estaba tan ansiosa de llegar. Hasta tal punto que estaba estrujando la tapicería de cuero del Mercedes Negro de Carlisle entre mis dedos al punto de que los músculos se sentían agarrotados en cuanto al fin relaje los dedos.
La canción seguía sonando, solo que ya no le prestaba atención. Las palabras que profesaba no parecían reales.
“Me fui corriendo, buscándome, y estaba en casa lo que soñé”
“Me fui tan lejos, tras un tal ves y no te halle”
¿Dónde había quedado la sensación de pertenencia que sentía cada vez que pisaba la Push?
¿Donde estaba la euforia del retorno al hogar que inundaba mi cuerpo cada vez que observaba los viejos robles?
Tal vez todo se había acabado. Y eso, era algo que me aterraba.
Jacob Black.
“Me fui corriendo,
Tras un tal vez,
Y no te halle.”
Solo unos minutos más. Solo eso.
Los miembros del consejo: Mi papa, el abuelo de Quil, Sue Clearwater, Sam y yo, nos encontrábamos reunidos en el bosque.
Ambos, teníamos a dos miembros de nuestra manada flanqueándonos. Solo por si acaso el chupasangre se volvía agresivo. Aun que albergaba serias dudas de ello. Si Annie estaba defendiendo a ese bastardo, era por que ella creía firmemente que era inocente. Aun que no podía sacudirme a ese “Pepe grillo” que me gritaba que debía arrancarle la cabeza antes de que le hiciera daño. Solo esperaba 2 cosas:
Que Anne, no se equivocara en cuanto a la inocencia de Jasper, y que tal vez, solo tal ves, ella me perdonara.
Lo hará Jake. Me animó Quil, optimista. Solo ten fe
Eso desearía amigo. Pero…
Ya, ya, deja de llorar como una nenita. Me espetó Embry. Estaba un poco confundido por el repentino cambio de actitudes, usualmente hubiera esperado eso de Quil, el idiota impulsivo, no de Embry, el tranquilo y sensato.
¿Así nos clasificas? Oh, Jake, hieres nuestros sentimientos. Gimoteo el lobo chocolate y luego esbozo una sonrisa lobuna. Embry lo miró y puso los ojos en blanco antes de observarme fija mente
Tranquilo, hermano. Todo estará bien.
Ahora si vuelves a ser el de siempre, Em
Ya, ya. Solo tuve un pequeño momento de idiotez Quil.
Espero que no sea una epidemia, antes de eso, me pego un tiro.
¡Ja! Carga dos balas a la pistola amigo, si me vuelve a ocurrir. Dispárame primero
Dalo por hecho. Embry y yo reímos mientras Quil componía un tono mental de fingida tristeza e indignación
¿Y ustedes se hacen llamar mis mejores amigos? Bah, ¿Quién me manda a juntarme con idiotas como ustedes? Ahora ya no les hablare ¡Nunca!
Si, claro. Le espete sarcástico
Apuesto 20 a que no aguantas ni 5 minutos sin decir una palabra
Ok, prepárate a perder tu dinero. Entonces Quil cerró el pico, o al menos trato de hacerlo por esto del inconciente colectivo.
La mirada extrañada de Sam recayó en mi, y sentí su vos en mi cabeza
¿Se puede saber que hacen?
Me encogí de hombros restándole importancia.
Embry le aposto 20 pavos a Quil a que no podía mantener la boca cerrada por 5 minutos
Sam trato de no reírse, pero obviamente fracaso.
Apuesto por Embry
Si yo también
¡Oigan! Lloriqueo el interpelado mirándonos indignado. ¿Qué clase de amigos son ustedes?
¡Perdiste!
Quil tardo un minuto entero en darse cuenta de que se había saboteado a si mismo con su bocota.
¡Oh, mierda! Otra vez, estoy seguro que puedo hacerlo.
No, no. Negó Embry con la cabeza. Te jodes, amigo. Paga
No traigo la billetera encima. ¿O acaso ves que la traiga? Aun no inventan los bolsos de viaje para lobos. Aun que serían muy útiles. La única manera de poder llevar algo es con la boca o atártelo a la pata.
Oh podríamos metértelo por el culo, tal ves así no fastidiarías tanto. Los 3 reímos por el comentario. Quil, enfurruñado se sentó dándonos la espalda.
Los 3 mayores, nos miraban como si desearan poder leernos la mente.
Eso es todo, Jake. Cuando Annie aparezca le diré que me echaste para que se encabrone más contigo
Le gruñí al idiota y me agazape en mi sitio consumido por una furia asesina. Sam se paro de los cuatro traseros y nos miro a ambos ceñudo. O al menos, tanto como un lobo puede estarlo
Ya basta, niños. O los mandare al rincón.
Uhhh. Quil fingió estar asustado. Que miedo ¿Qué vas a hacerme lobo malo? Yo no tengo una canastita ni una caperuza roja, ni me espera mi abuelita. De todos modos ¿Aun soy apto para que me incluyas en tu menú?
Sam soltó un bufido exasperado en mi mente que resonó en la de Quil y Embry.
Dios, ¿Cómo logre soportarlos cuando estaban en mi manada?
No creas, son entretenidos. Solo debes tratar de no meterte o acabaras perdiendo la cabeza.
Anotado.
Hey, ¿oyen eso?
Si que lo hacía. Era el inconfundible sonido de un Mercedes Benz Clase B 200 TS 2.0 litros de Inyección indirecta turbo intercooler, una velocidad máxima de 225 km/h y acelera de 0-100 km/h en 7,6 segundos. Yendo a solo 45 km/h.
Tal ves estuviera loco pero el inconfundible ronroneo de ese motor me llenaba de alegría y de terror al mismo tiempo.
Annie estaba allí. Cada vez más cerca de mí.
Solo debía esperar unos segundos más, solo un poco mas.
Anira Vazquez
Ya no habia vuelta atrás. Incluso podía divisar los viejos robles que flanqueaban los letreros de “Bienvenido a la Push”.
- ¿Estas nerviosa?- bufé, claro que lo estaba.
- “Donde hay esperanza, Esta mi casa
Donde Hay amor, Esta mi casa
Donde estas vos, Esta mi casa.
Y al fin hoy yo, vuelvo a casa”
- ¿Puedes apagar esa maldita canción?- le espete molesta
- Seguro- el extendió su brazo y el auto quedo en silencio.
Pero ahora en mi mente reinaba una pregunta.
¿Estaba de verdad volviendo a casa?
miércoles, 20 de octubre de 2010
Entre la verdad y el amor- Capitulo 22- Adoro a Jasper!!
Awww, gracias a todas. Adoro sus cometarios. Encerio Bua, voy a llorar Aww.va dedicado a Paula, y brith Byeee disfruten
- ¡Ya deja de gritarle!
- ¡Es una niña inútil! Su obligación es permanecer en casa con su verdadera familia en lugar de tontear por allí con niñatos ricos dando lastima ¡Es una irresponsable!
- ¡Eso no es cierto Alan!
Era peor que el sonido de una ametralladora, que el sonido de la explosión de una bomba, que el silbido de un látigo cortando el aire para impactar en la piel.
- ¡Eres un bastardo!
- ¡No me llames bastardo zorra mal agradecida!
Jasper tarareaba una suave nana en mi oído mientras, conteniéndome en sus brazos, me mecía como si fuera una niña.
- Ya Annie, todo va a estar bien.
Ojala pudiera creerle. Los gritos continuaban sin cesar por horas y horas.
Jasper fiel e incansable continuaba cantándome.
- “Tu eres mi estrella, mi única estrella, me haces feliz, cuando el cielo es gris”
- Cierra la boca, mujer ¡Esta es mi casa y se hace lo que yo digo!
- ¿Tú casa? ¡Esta era la casa de que mis padres me dejaron a mí! Así que, según tu lógica, tú deberías hacer lo que yo digo.
- ¡Ja! No ha llegado el día en el que un Rivera le haga caso a una mujer. ¡Y sobre todo a una muerta caminante!
- Calla, pequeño bebé, no digas más. Papá un ruiseñor te comprará. Y si ese ruiseñor no canta ya. Papa un anillo de diamantes de comprará… amm. No se me ninguna mas Annie, lo siento- me sorbí las lágrimas. Los brazos de Jasper se ciñeron a mí alrededor. Sus dedos, limpiaron con cuidado las lágrimas de mis ojos. Me estremecí por el gélido roce, aun que se lo agradecí.
Mi mundo se caía a pedazos, cada ilusión, cada sueño quedo rezagado al olvido tan rápido que no me dí cuenta.
- Vamos Annie. Voy a sacarte de aquí- Tan fácil como si fuera una almohada de plumas, se levanto del suelo junto con migo y me cargo en sus brazos hasta la ventana. Me tense en seguida en sus brazos
- ¡Jasper! Ni se te ocurra tirarme desde la ventana. No soy de granito como tu Jass, me lleno de moretones cada vez que me lanzan entre ustedes. No soy un balón de basketball.- se detuvo. Sus penetrantes ojos dorados se clavaron en mí, y un micro-segundo después sus ojos brillaron con una idea.
- Muy bien. ¿Te parece si llamo a Alice para que venga a recogernos?
- Claro, pero siempre que no me estés lanzando de un lado al otro ¿Sabes? Las puertas pueden ser realmente útiles para salir y entrar de un edificio.- el puso los ojos en blanco y me dejo con mucho cuidado en el suelo
- Con todo respeto, creo que estas dramatizando. – le fruncí el ceño. Le di la espalda y me levante la camiseta exponiendo el largo cardenal que me cubría la mitad de la espalda y que tenía la forma de su brazo. Me dí la vuelta y lo miré desafiante. El agachó la cabeza avergonzado- Lo lamento, tienes razón. En cuanto los ánimos se calmen nos iremos ¿Te parece bien?
- Si- asentí aliviada, me había salvado de los moretones… al menos por ahora
Pasaron varias horas entre las peleas y los gritos, para que Jasper y yo pudiéramos salir. Decidimos que esperaríamos hasta que no hubiera nadie en la sala, como para poder salir corriendo.
A veces olvidaba que mis padres ignoraban el que Jass pudiera entrar a mi habitación trepando las paredes de fuera.
La casa Cullen seguía igual de hermosa. Allí estaba en pie, blanca, calida, apacible, acogedora. Pero nunca lograba sentirme cómoda allí. Nunca supe precisar la razón. Tal vez fuera por que, pasar tan tiempo con personas con prejuicios hacia los no-muertos acabó por pegarme algo de eso. Sin embargo, nunca me sentía cómoda allí, entre todos aquello seres perfectos y refinados.
Jasper froto mis hombros, y me estremecí por la falta de costumbre al frío- en este tiempo que el había pasado con migo, había tratado de tocarme lo menos posible-, aun que le agradecí que tratara de reconfortarme. Sabía lo reacio que era a las muestras de cariño. Tal vez por repulsión, o simplemente por que no quería. El caso es que se lo agradecí.
La casa, aun que hermosa y acogedora como siempre, se veía extrañamente bacía sin sus ocupantes.
Según lo que me había dicho Jass, Edward y Bella habían salido de casa, curiosamente hace unos minutos. Alice fue de viaje de compras con estúpida- Roxigenada- Cullen y Emmett en Seattle, ¿haciendo que? Ni idea. Jasper no me dijo, yo no pregunte.
En fin, Esme visitaba a Carlisle en el hospital, por lo que, teníamos la casa para nosotros solos. Al principió fue un poco escalofriante.
Pasamos más de 10 minutos parados en la sala de estar mirando al piso sin hacer absolutamente nada. Pero luego, por increíble que parezca. Jasper rompió el silencio de la manera más insólita del mundo.
- Ya empiezo a sentirme poco interesante. Lamento no ser un milenario dark-hunter. Desgraciadamente para ti, soy solo un aburrido vampiro de algunas muchas décadas.
Ese día conocí un lado de Jasper que jamás me hubiera imaginado.
- ¡Oh Dios! Jasper ¡Puedes reír! Llamen a los medios, ¡La octava maravilla del mundo!- le hice un exagerado gesto de asombro mientras el continuaba riéndose, por lo bajo y escondiéndose agachando la cabeza, pero al fin y al cabo, la risa es la risa. Y Jass se veía realmente lindo cunado sonreía. No es que no fuera lindo, es solo que, verlo reír, aun que fuera así, lo hacía parecer casi humano… Si quitamos la palidez cadavérica y la temperatura refrigerante, claro esta.
- No es para tanto- afirmo calmándose, tomo, con un fluido movimiento, una cuchara de plata del cajón y la colocó sobre el elegante plato de porcelana donde descansaba lo que parecía ser un pequeño trozo de pastel ¿Qué, para que tienen unos vampiros que no precisan comida un pastel de chocolate? De eso tampoco tengo ni idea. Pero en fin, el pastel estaba rico.
Jass se había sentado frente a mí en la barra de la enorme cocina mientras sonaba una suave música de fondo en el reproductor de la sala.
Era un lindo ambiente. Reír y conversar con Jasper, que era la última persona con la que me imagine pasándola bien alguna vez.
- ¿Por qué nunca antes te había visto reírte?- le inquirí, su mirada dorada se torno divertida
- No estas mucho por aquí. Aun que tienes razón, no suelo reírme demasiado. Pero si me río mucho cuando estoy con Alice- el soltó un pequeño suspiro soñador- Alice me hace reír- la frase salió de sus labios como si cada palabra fuera invaluable. No me costo mucho captar el sentido oculto en su oración.
“Alice me hace reír”= “Alice me hace feliz”
Baje la vista hacia el precioso plato de porcelana fina. No quise agobiar a Jass luego de semejante confesión-por lo que me guarde mi descubrimiento para mi misma-, de la cual, parecía que empezaba a arrepentirse.
El era el único amigo que me quedaba o eso parecía y no quería arruinarlo todo con el. Por eso me concentré en los delicados bordes dorados del plato, que, no me cabía duda de que debían ser de oro. O, si no, también en los finos tallados de la cuchara y me sentí un poco incómoda. Sin saber la razón.
Entonces me di cuenta de algo. Aquella epifanía atravesó mi mente con aquella rapidez supersónica con la que las grandes ideas le surgen a uno casi de la nada.
No era el prejuicio hacia los vampiros lo que me ponía incomoda en aquella casa…era.
- ¡Me siento pobre!- exclamé en vos de grito. Jasper salto en su asiento asombrado, luego su mirada recayó en mí con sumo desconcierto. Juraría que en ese momento estaba cuestionando mi cordura.
- ¿Disculpa?
- Es por eso que me siento incomoda aquí- dije mas para mi misma que para el- No es nada de “ellos deberían ser cadáveres podridos”- el rió por lo bajo
- Interesante declaración
- No es eso, siempre me sentía incomoda aquí y nunca supe por que. Ahora lo se ¡Me siento pobre!- el parecía no comprender mi punto así que me esforcé lo mas que pude en calmar esa extraña excitación que uno siente cuando a descifrado una de esas incógnitas indescifrables- Es que, todo aquí es precioso, delicado, fino. En resumen, increíblemente costoso lo que es igual a, completamente inalcanzable.- Jasper enarcó una elegante ceja rubia mientras sus labios esbozaban una extraña sonrisa burlona
- Así que estar en una casa habitada por vampiros insomnes que cazan animales para poder existir civilizada mente no es lo que te incomoda ¿si no el echo de que nuestras posesiones materiales te sean económicamente lejanas?- su risa resonó por las paredes como si fuera el canto de un ángel aun que era un sonido grave y masculino.
- Mas o menos, si ¿Te parece gracioso?
- Más o menos, si- imitó mis palabras, le fruncí el ceño y le lancé un trozo de pastel juguetonamente, el cual atrapo en su mano y luego lo arrojo al lavamanos. Mi ceño fruncido se incremento. Maldita sea, tenían que ser todos tan jodida mente ágiles. Se limpio la mano con una servilleta y luego me miro- No quise ofenderte. Es solo que… creo que acabamos de vivir un “Momento Bella”
- ¿Un que?
- Así es como Edward mencionaba a aquellas ocasiones en las que Bella, siendo humana, actuaba completamente fuera de la normal.
- ¿Cómo es eso?
- Tomando como ejemplo tu sensación de incomodidad. Bella tenía unos curiosos malestares similares a los tuyos.-
- Mmm...- lo medite un segundo ¿Qué rayos podía tenía yo en común con Bella? Aun que era intrigante- ¿Cómo cual?
- Pues, y no le digas a Edward que yo te dije- nos reímos al mismo tiempo- La primera vez que Edward trajo a Bella aquí, ella temía no agradarnos. No le importaba que fuéramos vampiros.
- Oh, claro… Por eso somos anormales, no nos preocupa que sean muertos andantes. ¡Discúlpame por tratarlos como personas normales!
- Ja, en verdad te lo agradezco. – de repente guardo silencio. Su rostro ya no se venía alegre, parecía distante. Era desilusionarte ver que luego de haberla pasado tan bien hacía unos minutos, Jasper se volviera tan frío de repente. O no lo se, tal vez estuviera pensativo. El caso es que conté mentalmente hasta diez. Dieses después Jasper se aclaro la garganta. Sus ojos se clavaron fijos en los míos.- No quiero que vallas a la audiencia en la reserva- lo miré atónita un segundo. Su repentina declaración me había dejado en blanco por lo que tarde un par de minutos en organizar mis ideas ¿Eso estaba pensado?
- Si, claro- le espeté- Te despedazaran en cuanto pongas un pie dentro de su territorio.
- Lo se. Pero debo hacerlo solo- Traducción: No le tengo miedo a un montón de perros.
En sus ojos brillaba el orgullo y la resolución. Parecía muy convencido de poder arreglárselas con los lobos el solo. Desgraciadamente para su resolución, yo no pensaba ceder ni aun que me encadenara y amordazara en una mazmorra.
- No me cabe duda de que seas un culo duro de patear Jass- el arqueó una ceja mientras hacía una mueca de desagrado ante el término “vulgar” que había aprendido leyendo la saga de Kenyon. Yo me encogí de hombros. El frunció el ceño. ¡Hey! Los Dark hunter no eran tan malos- Lo que quiero decir es que, no vas a ir allí sin mi. No permitiré que te maten. Somos amigos- su mirada se ensombreció al igual que todo su rostro, en ese momento si parecía el asesino sin alma que había clamado ser durante los primeros días de nuestra nueva y extraña relación.
- ¿Prefieres defender a un asesino que a una pobre humana?
- Ella ya estaba muerta cuando llegaste Jass- le tranquilicé, pero sin embargo a el no le importaba.
- Podría haberla ayudado, si tan solo pudiera controlarme, podría haberla salvado- su vos se torno en un lamento distante. Sus ojos atormentados parecían estar revivido los sucesos de aquel día. Incapaz de soportar ver esa angustia en sus ojos me levante de mi asiento y corrí a abrazarlo. El podía sentir mi dolor. MI necesidad de reconfortarlo y lo sabía.
Jasper se creía un monstruo desalmado e indiscriminado, un asesino incapaz de lograr el autocontrol. Ese evidente menosprecio que sentía por si mismo se sentía como veneno corriendo por el cuerpo de los dos. Imparable y corrosivo.
Jasper temía tanto perderse a si mismo.
Acaricie su cabello tiernamente, en un fútil intento por reconfortarlo.
- No podías Jass, solo no podías. Era demasiado tarde para llevarla a un hospital, y tampoco podías convertirla. Estaba muerta.
- Si lo estaba, pero sin embargo me alimente de ella como si fuera un animal. Podría haberla llevado al pueblo, informar a la familia de su muerte, que tuviera un entierro cristiano. Darle a su familia un lugar donde llorarla.
- No, no- susurré como si fuera un niño al que su madre arrullaba- No Jass, solo fue un accidente. El oso la mato Jass, no tu. Tu solo…
- Solo bebí su sangre antes de que empezara a coagularse sacando partido de que por estar muerta no podía sentir sus emociones. Bebí de ella “Mientras estaba fresca” y luego destrocé el cuerpo para que el olor atrajera a los carroñeros y acabaran de comérsela- escupió con despreció.
- No te dejaré ir solo Jasper- rectifique firme. Jass suspiró frustrado por mi obstinación, aun que, creo que en el fondo me agradecía que lo acompañara. No entendía esa actitud suya de esconderse de su propia familia ¿Es que no confiaba en ellos?
Sus brazos me envolvieron gentilmente, antes de apartarme con suavidad. Siempre con los modales de un perfecto caballero sureño.
Sus ojos, ahora, parecían albergar un pequeño rastro de ternura. Tal vez me había cogido cariño. Sonreí en mi fuero interno. Jasper estaba aceptándome. Poco a poco, empezaba a confiar en mí.
- Jacob estará allí. Lo sabes- Uh, golpe bajo. El sabía que solo mencionarlo era suficiente para hacerme encoger y por lo general el nunca lo hacía.
Sentí una punzada de dolor y culpa atravesándome. Tuve que hacer un gran esfuerzo para no echarme a llorar y salir corriendo. Pero, en el fondo sabía que era una buena señal.
Estaba usando su último recurso, ya que la intimidación y las órdenes no le surtían efecto.
A fuerza de voluntad, me obligue a mi misma a erguirme ante el. Aparte todas las imágenes de Jake de mi cabeza -como pude- pero lo hice.
- No me importa, iré contigo- Jasper suspiro y cerro los ojos, seguramente maldiciendo que fuera una testaruda. Al final, los abrió lentamente y me miró ahora suplicante.
- Por favor, Annie. No quiero verte sufrir. Lo siento Annie, cada ves que solo piensas en el, siento como te destroza
- ¡Ya deja de gritarle!
- ¡Es una niña inútil! Su obligación es permanecer en casa con su verdadera familia en lugar de tontear por allí con niñatos ricos dando lastima ¡Es una irresponsable!
- ¡Eso no es cierto Alan!
Era peor que el sonido de una ametralladora, que el sonido de la explosión de una bomba, que el silbido de un látigo cortando el aire para impactar en la piel.
- ¡Eres un bastardo!
- ¡No me llames bastardo zorra mal agradecida!
Jasper tarareaba una suave nana en mi oído mientras, conteniéndome en sus brazos, me mecía como si fuera una niña.
- Ya Annie, todo va a estar bien.
Ojala pudiera creerle. Los gritos continuaban sin cesar por horas y horas.
Jasper fiel e incansable continuaba cantándome.
- “Tu eres mi estrella, mi única estrella, me haces feliz, cuando el cielo es gris”
- Cierra la boca, mujer ¡Esta es mi casa y se hace lo que yo digo!
- ¿Tú casa? ¡Esta era la casa de que mis padres me dejaron a mí! Así que, según tu lógica, tú deberías hacer lo que yo digo.
- ¡Ja! No ha llegado el día en el que un Rivera le haga caso a una mujer. ¡Y sobre todo a una muerta caminante!
- Calla, pequeño bebé, no digas más. Papá un ruiseñor te comprará. Y si ese ruiseñor no canta ya. Papa un anillo de diamantes de comprará… amm. No se me ninguna mas Annie, lo siento- me sorbí las lágrimas. Los brazos de Jasper se ciñeron a mí alrededor. Sus dedos, limpiaron con cuidado las lágrimas de mis ojos. Me estremecí por el gélido roce, aun que se lo agradecí.
Mi mundo se caía a pedazos, cada ilusión, cada sueño quedo rezagado al olvido tan rápido que no me dí cuenta.
- Vamos Annie. Voy a sacarte de aquí- Tan fácil como si fuera una almohada de plumas, se levanto del suelo junto con migo y me cargo en sus brazos hasta la ventana. Me tense en seguida en sus brazos
- ¡Jasper! Ni se te ocurra tirarme desde la ventana. No soy de granito como tu Jass, me lleno de moretones cada vez que me lanzan entre ustedes. No soy un balón de basketball.- se detuvo. Sus penetrantes ojos dorados se clavaron en mí, y un micro-segundo después sus ojos brillaron con una idea.
- Muy bien. ¿Te parece si llamo a Alice para que venga a recogernos?
- Claro, pero siempre que no me estés lanzando de un lado al otro ¿Sabes? Las puertas pueden ser realmente útiles para salir y entrar de un edificio.- el puso los ojos en blanco y me dejo con mucho cuidado en el suelo
- Con todo respeto, creo que estas dramatizando. – le fruncí el ceño. Le di la espalda y me levante la camiseta exponiendo el largo cardenal que me cubría la mitad de la espalda y que tenía la forma de su brazo. Me dí la vuelta y lo miré desafiante. El agachó la cabeza avergonzado- Lo lamento, tienes razón. En cuanto los ánimos se calmen nos iremos ¿Te parece bien?
- Si- asentí aliviada, me había salvado de los moretones… al menos por ahora
Pasaron varias horas entre las peleas y los gritos, para que Jasper y yo pudiéramos salir. Decidimos que esperaríamos hasta que no hubiera nadie en la sala, como para poder salir corriendo.
A veces olvidaba que mis padres ignoraban el que Jass pudiera entrar a mi habitación trepando las paredes de fuera.
La casa Cullen seguía igual de hermosa. Allí estaba en pie, blanca, calida, apacible, acogedora. Pero nunca lograba sentirme cómoda allí. Nunca supe precisar la razón. Tal vez fuera por que, pasar tan tiempo con personas con prejuicios hacia los no-muertos acabó por pegarme algo de eso. Sin embargo, nunca me sentía cómoda allí, entre todos aquello seres perfectos y refinados.
Jasper froto mis hombros, y me estremecí por la falta de costumbre al frío- en este tiempo que el había pasado con migo, había tratado de tocarme lo menos posible-, aun que le agradecí que tratara de reconfortarme. Sabía lo reacio que era a las muestras de cariño. Tal vez por repulsión, o simplemente por que no quería. El caso es que se lo agradecí.
La casa, aun que hermosa y acogedora como siempre, se veía extrañamente bacía sin sus ocupantes.
Según lo que me había dicho Jass, Edward y Bella habían salido de casa, curiosamente hace unos minutos. Alice fue de viaje de compras con estúpida- Roxigenada- Cullen y Emmett en Seattle, ¿haciendo que? Ni idea. Jasper no me dijo, yo no pregunte.
En fin, Esme visitaba a Carlisle en el hospital, por lo que, teníamos la casa para nosotros solos. Al principió fue un poco escalofriante.
Pasamos más de 10 minutos parados en la sala de estar mirando al piso sin hacer absolutamente nada. Pero luego, por increíble que parezca. Jasper rompió el silencio de la manera más insólita del mundo.
- Ya empiezo a sentirme poco interesante. Lamento no ser un milenario dark-hunter. Desgraciadamente para ti, soy solo un aburrido vampiro de algunas muchas décadas.
Ese día conocí un lado de Jasper que jamás me hubiera imaginado.
- ¡Oh Dios! Jasper ¡Puedes reír! Llamen a los medios, ¡La octava maravilla del mundo!- le hice un exagerado gesto de asombro mientras el continuaba riéndose, por lo bajo y escondiéndose agachando la cabeza, pero al fin y al cabo, la risa es la risa. Y Jass se veía realmente lindo cunado sonreía. No es que no fuera lindo, es solo que, verlo reír, aun que fuera así, lo hacía parecer casi humano… Si quitamos la palidez cadavérica y la temperatura refrigerante, claro esta.
- No es para tanto- afirmo calmándose, tomo, con un fluido movimiento, una cuchara de plata del cajón y la colocó sobre el elegante plato de porcelana donde descansaba lo que parecía ser un pequeño trozo de pastel ¿Qué, para que tienen unos vampiros que no precisan comida un pastel de chocolate? De eso tampoco tengo ni idea. Pero en fin, el pastel estaba rico.
Jass se había sentado frente a mí en la barra de la enorme cocina mientras sonaba una suave música de fondo en el reproductor de la sala.
Era un lindo ambiente. Reír y conversar con Jasper, que era la última persona con la que me imagine pasándola bien alguna vez.
- ¿Por qué nunca antes te había visto reírte?- le inquirí, su mirada dorada se torno divertida
- No estas mucho por aquí. Aun que tienes razón, no suelo reírme demasiado. Pero si me río mucho cuando estoy con Alice- el soltó un pequeño suspiro soñador- Alice me hace reír- la frase salió de sus labios como si cada palabra fuera invaluable. No me costo mucho captar el sentido oculto en su oración.
“Alice me hace reír”= “Alice me hace feliz”
Baje la vista hacia el precioso plato de porcelana fina. No quise agobiar a Jass luego de semejante confesión-por lo que me guarde mi descubrimiento para mi misma-, de la cual, parecía que empezaba a arrepentirse.
El era el único amigo que me quedaba o eso parecía y no quería arruinarlo todo con el. Por eso me concentré en los delicados bordes dorados del plato, que, no me cabía duda de que debían ser de oro. O, si no, también en los finos tallados de la cuchara y me sentí un poco incómoda. Sin saber la razón.
Entonces me di cuenta de algo. Aquella epifanía atravesó mi mente con aquella rapidez supersónica con la que las grandes ideas le surgen a uno casi de la nada.
No era el prejuicio hacia los vampiros lo que me ponía incomoda en aquella casa…era.
- ¡Me siento pobre!- exclamé en vos de grito. Jasper salto en su asiento asombrado, luego su mirada recayó en mí con sumo desconcierto. Juraría que en ese momento estaba cuestionando mi cordura.
- ¿Disculpa?
- Es por eso que me siento incomoda aquí- dije mas para mi misma que para el- No es nada de “ellos deberían ser cadáveres podridos”- el rió por lo bajo
- Interesante declaración
- No es eso, siempre me sentía incomoda aquí y nunca supe por que. Ahora lo se ¡Me siento pobre!- el parecía no comprender mi punto así que me esforcé lo mas que pude en calmar esa extraña excitación que uno siente cuando a descifrado una de esas incógnitas indescifrables- Es que, todo aquí es precioso, delicado, fino. En resumen, increíblemente costoso lo que es igual a, completamente inalcanzable.- Jasper enarcó una elegante ceja rubia mientras sus labios esbozaban una extraña sonrisa burlona
- Así que estar en una casa habitada por vampiros insomnes que cazan animales para poder existir civilizada mente no es lo que te incomoda ¿si no el echo de que nuestras posesiones materiales te sean económicamente lejanas?- su risa resonó por las paredes como si fuera el canto de un ángel aun que era un sonido grave y masculino.
- Mas o menos, si ¿Te parece gracioso?
- Más o menos, si- imitó mis palabras, le fruncí el ceño y le lancé un trozo de pastel juguetonamente, el cual atrapo en su mano y luego lo arrojo al lavamanos. Mi ceño fruncido se incremento. Maldita sea, tenían que ser todos tan jodida mente ágiles. Se limpio la mano con una servilleta y luego me miro- No quise ofenderte. Es solo que… creo que acabamos de vivir un “Momento Bella”
- ¿Un que?
- Así es como Edward mencionaba a aquellas ocasiones en las que Bella, siendo humana, actuaba completamente fuera de la normal.
- ¿Cómo es eso?
- Tomando como ejemplo tu sensación de incomodidad. Bella tenía unos curiosos malestares similares a los tuyos.-
- Mmm...- lo medite un segundo ¿Qué rayos podía tenía yo en común con Bella? Aun que era intrigante- ¿Cómo cual?
- Pues, y no le digas a Edward que yo te dije- nos reímos al mismo tiempo- La primera vez que Edward trajo a Bella aquí, ella temía no agradarnos. No le importaba que fuéramos vampiros.
- Oh, claro… Por eso somos anormales, no nos preocupa que sean muertos andantes. ¡Discúlpame por tratarlos como personas normales!
- Ja, en verdad te lo agradezco. – de repente guardo silencio. Su rostro ya no se venía alegre, parecía distante. Era desilusionarte ver que luego de haberla pasado tan bien hacía unos minutos, Jasper se volviera tan frío de repente. O no lo se, tal vez estuviera pensativo. El caso es que conté mentalmente hasta diez. Dieses después Jasper se aclaro la garganta. Sus ojos se clavaron fijos en los míos.- No quiero que vallas a la audiencia en la reserva- lo miré atónita un segundo. Su repentina declaración me había dejado en blanco por lo que tarde un par de minutos en organizar mis ideas ¿Eso estaba pensado?
- Si, claro- le espeté- Te despedazaran en cuanto pongas un pie dentro de su territorio.
- Lo se. Pero debo hacerlo solo- Traducción: No le tengo miedo a un montón de perros.
En sus ojos brillaba el orgullo y la resolución. Parecía muy convencido de poder arreglárselas con los lobos el solo. Desgraciadamente para su resolución, yo no pensaba ceder ni aun que me encadenara y amordazara en una mazmorra.
- No me cabe duda de que seas un culo duro de patear Jass- el arqueó una ceja mientras hacía una mueca de desagrado ante el término “vulgar” que había aprendido leyendo la saga de Kenyon. Yo me encogí de hombros. El frunció el ceño. ¡Hey! Los Dark hunter no eran tan malos- Lo que quiero decir es que, no vas a ir allí sin mi. No permitiré que te maten. Somos amigos- su mirada se ensombreció al igual que todo su rostro, en ese momento si parecía el asesino sin alma que había clamado ser durante los primeros días de nuestra nueva y extraña relación.
- ¿Prefieres defender a un asesino que a una pobre humana?
- Ella ya estaba muerta cuando llegaste Jass- le tranquilicé, pero sin embargo a el no le importaba.
- Podría haberla ayudado, si tan solo pudiera controlarme, podría haberla salvado- su vos se torno en un lamento distante. Sus ojos atormentados parecían estar revivido los sucesos de aquel día. Incapaz de soportar ver esa angustia en sus ojos me levante de mi asiento y corrí a abrazarlo. El podía sentir mi dolor. MI necesidad de reconfortarlo y lo sabía.
Jasper se creía un monstruo desalmado e indiscriminado, un asesino incapaz de lograr el autocontrol. Ese evidente menosprecio que sentía por si mismo se sentía como veneno corriendo por el cuerpo de los dos. Imparable y corrosivo.
Jasper temía tanto perderse a si mismo.
Acaricie su cabello tiernamente, en un fútil intento por reconfortarlo.
- No podías Jass, solo no podías. Era demasiado tarde para llevarla a un hospital, y tampoco podías convertirla. Estaba muerta.
- Si lo estaba, pero sin embargo me alimente de ella como si fuera un animal. Podría haberla llevado al pueblo, informar a la familia de su muerte, que tuviera un entierro cristiano. Darle a su familia un lugar donde llorarla.
- No, no- susurré como si fuera un niño al que su madre arrullaba- No Jass, solo fue un accidente. El oso la mato Jass, no tu. Tu solo…
- Solo bebí su sangre antes de que empezara a coagularse sacando partido de que por estar muerta no podía sentir sus emociones. Bebí de ella “Mientras estaba fresca” y luego destrocé el cuerpo para que el olor atrajera a los carroñeros y acabaran de comérsela- escupió con despreció.
- No te dejaré ir solo Jasper- rectifique firme. Jass suspiró frustrado por mi obstinación, aun que, creo que en el fondo me agradecía que lo acompañara. No entendía esa actitud suya de esconderse de su propia familia ¿Es que no confiaba en ellos?
Sus brazos me envolvieron gentilmente, antes de apartarme con suavidad. Siempre con los modales de un perfecto caballero sureño.
Sus ojos, ahora, parecían albergar un pequeño rastro de ternura. Tal vez me había cogido cariño. Sonreí en mi fuero interno. Jasper estaba aceptándome. Poco a poco, empezaba a confiar en mí.
- Jacob estará allí. Lo sabes- Uh, golpe bajo. El sabía que solo mencionarlo era suficiente para hacerme encoger y por lo general el nunca lo hacía.
Sentí una punzada de dolor y culpa atravesándome. Tuve que hacer un gran esfuerzo para no echarme a llorar y salir corriendo. Pero, en el fondo sabía que era una buena señal.
Estaba usando su último recurso, ya que la intimidación y las órdenes no le surtían efecto.
A fuerza de voluntad, me obligue a mi misma a erguirme ante el. Aparte todas las imágenes de Jake de mi cabeza -como pude- pero lo hice.
- No me importa, iré contigo- Jasper suspiro y cerro los ojos, seguramente maldiciendo que fuera una testaruda. Al final, los abrió lentamente y me miró ahora suplicante.
- Por favor, Annie. No quiero verte sufrir. Lo siento Annie, cada ves que solo piensas en el, siento como te destroza
lunes, 27 de septiembre de 2010
Entre la verdad y el amor- 21- Soy un idiota, pero, reconoscanlo, si estuvieran tan llenos de mierda tambien cometerían uno que otro tropiezo
Juju, no puedo creer que a pasado mas de un mas desde que publique
BUAAAAAA
LO SIENTOOOOOO
BUAAAAAAAAAAAAAAAAAA
Es que por aqui las cosas no van nada bien, igualmente quiero dedicarle este capi a Leda y a sus niños, y a Maria y un saludo especial para todas las que siguen leyendooo
Ok les dejo el capi, juju
No se preocupen, las cosas mejoraran! Lo juro xD
Byeee
Disfruten
Oh, me había puesto como un niño en la mañana de navidad.
Solo pensar que Annie vendría a verme. Considerar la posibilidad de que ella me hubiera perdonado me hacía querer ponerme a cantar el Himno de la Alegría a todo pulmón. Pero claro, me abstuve, consiente de que el presupuesto familiar no alcanzaba para reponer los cristales destruidos que mi vos de estropajo causaría.
De todas formas, una inusual sonrisa se había extendido por mi rostro sombrío.
Corrí hacia Quil y lo estreché en mis brazos.
- ¡Oh, amigo! Te amo, te amo, pero de una forma totalmente platónica, y sin embargo no sabes cuanto. Gracias, gracias, gracias.
- ¡Jacob para! Por Dios. Das miedo. Te prefería cuando estabas depresivo- sin importarme los esfuerzos de Quil por apartarse de mi, lo hice girar en el aire mientras reía como loco- ¡Ya bájame! Voy a vomitarte encima los huevos que me preparo Emily
- Quil, no sabes lo mucho que te amo, amigo. Te debo una ENORME
- Si, si, ahora bájame, Jake. Enserio. Estas exagerando
- No lo hago, Annie viene a verme. No puedo estar exagerando esto es maravilloso
- ¡Jake! ¿Eres sordo viejo? Dijo que viene a verte a ti y a Sam. – Al final, Quil logro que lo soltara. Mi animo descendió bruscamente en cuanto su cara de “lo lamento” apareció- Ella viene a hablar en defensa del chupasangres ese rubio. El tal Jasper- reprimí el impulso de soltar una maldición. El maldito de Jasper otra vez acaparando el reflector. ¿Es que no puedo tener ni siquiera 8 segundos de felicidad ininterrumpida? Oh, esperen. Hasta que Quil me dijo toda la historia pasaron 9 segundos.
Corrijo.
10 segundos de felicidad ininterrumpida.
- Lo siento amigo- gruñí. Un rasgo de inesperada inteligencia brilló en los ojos de Quil, cuando se aparto un paso. Cerré los puños con fuerza, tratando de controlar los temblores
- ¿Y por que rayos no me lo dijiste desde un principio?- espete con vos acida
- Pues, por la cara que pusiste. Parecías muy feliz. Incluso mas que cuando ves sus fotos. No quise bajarte de tu nube, pero me estabas mareando de tanto hacerme dar vueltas. Pero míralo de este modo, tendrás una oportunidad de disculparte con ella. Solo tienes que mirarla con tus ojos de cordero a medio morir y ¡Zaz! Annie estará rogándote por que vuelvan. Créeme, esto es bueno.
- ¿Y si ella no quiere escucharme?- le espete. Quil trato de esconder su expresión de tristeza.
- Créeme, ella te perdonara. NO es de las que pueda aguantar mucho tiempo enfadada.- si, pero Quil no sabe que cuando Annie esta molesta puede ser lo mas terca que hay. Y sabía que la única manera de que ella me perdonara era si…
- ¿Sabes algo nuevo de…?- los ojos de Quil reflejaron su melancolía
- No, lo siento. Hace mucho que no entra en fase, o cada ves que yo lo hago el sale.
- Creo que a llegado el momento de hablar con Seth. Lo dejare volver- sentencie. Era demasiado, no podía sin el. Annie jamás me perdonaría si el no llegaba a volver.
- Si, supongo que si. Pero trata de que no se entere de que lo haces para que Anne te perdone. Probablemente se molestara
Espere sentado sobre mis cuatro traseros, rígido, paciente. Ya llevaba un par de horas así. Y no pensaba salir de fase hasta hablar con Seth, sin importar cuanto tardara, después de todo el tenia que transformarse tarde o temprano… O eso quería creer yo.
Pasaron varias horas, pero nada todo seguía igual. Seth aun no entraba en fase como si supiera que yo lo estaba esperando para hablarle.
¿Era posible que le hubiese avisado?
Era poco probable.
Otra vez me asaltaron los recuerdos.
La fogata, la primera fogata de Annie como la segunda forastera en oir las historias.
Ella tiritaba de frío, Seth la abrazaba protectora mente como si temiera que la fresca brisa marina le fuera a hacer daño.
En el fondo esa imagen desataba una permanente lucha entre mi lado animal y el humano, entre lo tierno y los celos, el odio.
Annie y Seth eran de las personas mas importantes para mí, y en cierta forma recordarlos así me llenaba de paz. Tal ves era la idea inconciente de que si algo me pasaba Seth cuidaría de ella y que muy probablemente ella lograría ser mas feliz con que con migo. Sin engaños, sin mentiras, sin secretos.
Una mente se unió a mí que me hizo saltar de gozo.
¡Era Seth!
Mi corazón salto de la alegría, pude sentir sus pensamientos de sorpresa y un segundo alegría
Pero desgraciadamente el no se encontraba tan feliz de oírme como yo me encontraba.
Seth yo…
Jodete
Y me quede solo otra vez.
Diablos. Suspire, frustrado, decepcionado de mi mismo. ¿Cómo lograría recuperar a Seth?
Mis ojos de lobo se abrieron sorprendidos. Por primera ves conseguir el perdón de Annie había pasado a segundo plano, lo que demostraba que en verdad extrañaba a Seth.
Siempre lo había extrañado. Y hasta ahora, había tardado en notarlo
Anira Vázquez:
Mi patética vida se había vuelto un infirmo lamentable y chillón sin Jacob.
Durante las primeras semanas con mamá en casa, gracias a las inyecciones de adrenalina de Carlisle todos estábamos felices y tuve la fugaz esperanza de que, tal vez, todo mejorara. Pero el gusto me duro poco. Mamá se percato que en la casa vivíamos como chacales. Claro, y yo era el pobre caribú destripado. Ella estaba loca de cólera el día en que mi padre me dijo con ese tierno y paternal tono suyo. “Niña mueve el culo y has la cena”
En ese momento, mis padres se declararon la guerra.
Jasper se había hartado de ofrecerme, como un vendedor de condominios experto, las comodidades que la mansión Cullen podría brindarle a mi estresado pellejo. Por desgracia, la maldita responsabilidad me retenía en aquella casa como una diktyon sobre el pobre Kyrian (Con todo el estrés, había empezado a leerme los libros que tía Leda me había mandado y le agradecía infinitamente por ello).
Sumergirme el las historias de los Dark Hunter era como tener mi propio jet privado para viajar a donde deseara.
Amaba morbosamente cada matiz de aquellos hombres semi-vampiros que protegían a la humanidad de los Daimon.
Desgraciadamente, mi eterno guarda espaldas/consejero/masajista, Jasper, estaba lejos de estar conforme con mi nuevo material de lectura.
“No quiero que corrompas tu mente con literatura pornográfica” No era un comentario muy alentador que digamos. Odiaba la forma en la que Jasper se movía cerca mío como su yo le perteneciera.
Genial.
Lo único que me faltaba, no solo tenía a mi amigo desaparecido en “quien-sabe-donde” Que mi novio parecía ser un gusano egoísta que me hacía amarlo y extrañarlo con cada asqueroso segundo que pasaba lejos de el. Que mi familia se estuviera desmoronando otra ves, solo que ahora a gritos furiosos- y yo quedaba en fuego cruzado siempre, mientras que mi hermano desaparecía solo Dios sabe donde- Y para rematar, que el que parecía haberse vuelto mi mejor amigo tuviera un conflicto de “padre celoso”.
Se oponía con uñas y dientes a que leyera los libros de Dark Hunters.
Mi vida era un montón de mierda, y me odiaba por solo pensarlo, pero todo habría estado mejor – o al menos una pequeña parte- si hubiera dejado de lado mi orgullo y mi maldita testarudez y perdonado a Jacob, pero otra parte de mi misma estaba orgullosa de ello. Significaba que, a pesar de estar sufriendo miserablemente sin Jake, aun me manteca fiel a mi amigo MIA (mising in acction= desparecido en acción).
- Oh Seth, te necesito, por favor vuelve- desgraciadamente, sabía que el no me escuchaba.
Y mientras Seth estuviera halla afuera, yo seguiría sin perdonar a Jacob, me costase lo que me costase.
BUAAAAAA
LO SIENTOOOOOO
BUAAAAAAAAAAAAAAAAAA
Es que por aqui las cosas no van nada bien, igualmente quiero dedicarle este capi a Leda y a sus niños, y a Maria y un saludo especial para todas las que siguen leyendooo
Ok les dejo el capi, juju
No se preocupen, las cosas mejoraran! Lo juro xD
Byeee
Disfruten
Oh, me había puesto como un niño en la mañana de navidad.
Solo pensar que Annie vendría a verme. Considerar la posibilidad de que ella me hubiera perdonado me hacía querer ponerme a cantar el Himno de la Alegría a todo pulmón. Pero claro, me abstuve, consiente de que el presupuesto familiar no alcanzaba para reponer los cristales destruidos que mi vos de estropajo causaría.
De todas formas, una inusual sonrisa se había extendido por mi rostro sombrío.
Corrí hacia Quil y lo estreché en mis brazos.
- ¡Oh, amigo! Te amo, te amo, pero de una forma totalmente platónica, y sin embargo no sabes cuanto. Gracias, gracias, gracias.
- ¡Jacob para! Por Dios. Das miedo. Te prefería cuando estabas depresivo- sin importarme los esfuerzos de Quil por apartarse de mi, lo hice girar en el aire mientras reía como loco- ¡Ya bájame! Voy a vomitarte encima los huevos que me preparo Emily
- Quil, no sabes lo mucho que te amo, amigo. Te debo una ENORME
- Si, si, ahora bájame, Jake. Enserio. Estas exagerando
- No lo hago, Annie viene a verme. No puedo estar exagerando esto es maravilloso
- ¡Jake! ¿Eres sordo viejo? Dijo que viene a verte a ti y a Sam. – Al final, Quil logro que lo soltara. Mi animo descendió bruscamente en cuanto su cara de “lo lamento” apareció- Ella viene a hablar en defensa del chupasangres ese rubio. El tal Jasper- reprimí el impulso de soltar una maldición. El maldito de Jasper otra vez acaparando el reflector. ¿Es que no puedo tener ni siquiera 8 segundos de felicidad ininterrumpida? Oh, esperen. Hasta que Quil me dijo toda la historia pasaron 9 segundos.
Corrijo.
10 segundos de felicidad ininterrumpida.
- Lo siento amigo- gruñí. Un rasgo de inesperada inteligencia brilló en los ojos de Quil, cuando se aparto un paso. Cerré los puños con fuerza, tratando de controlar los temblores
- ¿Y por que rayos no me lo dijiste desde un principio?- espete con vos acida
- Pues, por la cara que pusiste. Parecías muy feliz. Incluso mas que cuando ves sus fotos. No quise bajarte de tu nube, pero me estabas mareando de tanto hacerme dar vueltas. Pero míralo de este modo, tendrás una oportunidad de disculparte con ella. Solo tienes que mirarla con tus ojos de cordero a medio morir y ¡Zaz! Annie estará rogándote por que vuelvan. Créeme, esto es bueno.
- ¿Y si ella no quiere escucharme?- le espete. Quil trato de esconder su expresión de tristeza.
- Créeme, ella te perdonara. NO es de las que pueda aguantar mucho tiempo enfadada.- si, pero Quil no sabe que cuando Annie esta molesta puede ser lo mas terca que hay. Y sabía que la única manera de que ella me perdonara era si…
- ¿Sabes algo nuevo de…?- los ojos de Quil reflejaron su melancolía
- No, lo siento. Hace mucho que no entra en fase, o cada ves que yo lo hago el sale.
- Creo que a llegado el momento de hablar con Seth. Lo dejare volver- sentencie. Era demasiado, no podía sin el. Annie jamás me perdonaría si el no llegaba a volver.
- Si, supongo que si. Pero trata de que no se entere de que lo haces para que Anne te perdone. Probablemente se molestara
Espere sentado sobre mis cuatro traseros, rígido, paciente. Ya llevaba un par de horas así. Y no pensaba salir de fase hasta hablar con Seth, sin importar cuanto tardara, después de todo el tenia que transformarse tarde o temprano… O eso quería creer yo.
Pasaron varias horas, pero nada todo seguía igual. Seth aun no entraba en fase como si supiera que yo lo estaba esperando para hablarle.
¿Era posible que le hubiese avisado?
Era poco probable.
Otra vez me asaltaron los recuerdos.
La fogata, la primera fogata de Annie como la segunda forastera en oir las historias.
Ella tiritaba de frío, Seth la abrazaba protectora mente como si temiera que la fresca brisa marina le fuera a hacer daño.
En el fondo esa imagen desataba una permanente lucha entre mi lado animal y el humano, entre lo tierno y los celos, el odio.
Annie y Seth eran de las personas mas importantes para mí, y en cierta forma recordarlos así me llenaba de paz. Tal ves era la idea inconciente de que si algo me pasaba Seth cuidaría de ella y que muy probablemente ella lograría ser mas feliz con que con migo. Sin engaños, sin mentiras, sin secretos.
Una mente se unió a mí que me hizo saltar de gozo.
¡Era Seth!
Mi corazón salto de la alegría, pude sentir sus pensamientos de sorpresa y un segundo alegría
Pero desgraciadamente el no se encontraba tan feliz de oírme como yo me encontraba.
Seth yo…
Jodete
Y me quede solo otra vez.
Diablos. Suspire, frustrado, decepcionado de mi mismo. ¿Cómo lograría recuperar a Seth?
Mis ojos de lobo se abrieron sorprendidos. Por primera ves conseguir el perdón de Annie había pasado a segundo plano, lo que demostraba que en verdad extrañaba a Seth.
Siempre lo había extrañado. Y hasta ahora, había tardado en notarlo
Anira Vázquez:
Mi patética vida se había vuelto un infirmo lamentable y chillón sin Jacob.
Durante las primeras semanas con mamá en casa, gracias a las inyecciones de adrenalina de Carlisle todos estábamos felices y tuve la fugaz esperanza de que, tal vez, todo mejorara. Pero el gusto me duro poco. Mamá se percato que en la casa vivíamos como chacales. Claro, y yo era el pobre caribú destripado. Ella estaba loca de cólera el día en que mi padre me dijo con ese tierno y paternal tono suyo. “Niña mueve el culo y has la cena”
En ese momento, mis padres se declararon la guerra.
Jasper se había hartado de ofrecerme, como un vendedor de condominios experto, las comodidades que la mansión Cullen podría brindarle a mi estresado pellejo. Por desgracia, la maldita responsabilidad me retenía en aquella casa como una diktyon sobre el pobre Kyrian (Con todo el estrés, había empezado a leerme los libros que tía Leda me había mandado y le agradecía infinitamente por ello).
Sumergirme el las historias de los Dark Hunter era como tener mi propio jet privado para viajar a donde deseara.
Amaba morbosamente cada matiz de aquellos hombres semi-vampiros que protegían a la humanidad de los Daimon.
Desgraciadamente, mi eterno guarda espaldas/consejero/masajista, Jasper, estaba lejos de estar conforme con mi nuevo material de lectura.
“No quiero que corrompas tu mente con literatura pornográfica” No era un comentario muy alentador que digamos. Odiaba la forma en la que Jasper se movía cerca mío como su yo le perteneciera.
Genial.
Lo único que me faltaba, no solo tenía a mi amigo desaparecido en “quien-sabe-donde” Que mi novio parecía ser un gusano egoísta que me hacía amarlo y extrañarlo con cada asqueroso segundo que pasaba lejos de el. Que mi familia se estuviera desmoronando otra ves, solo que ahora a gritos furiosos- y yo quedaba en fuego cruzado siempre, mientras que mi hermano desaparecía solo Dios sabe donde- Y para rematar, que el que parecía haberse vuelto mi mejor amigo tuviera un conflicto de “padre celoso”.
Se oponía con uñas y dientes a que leyera los libros de Dark Hunters.
Mi vida era un montón de mierda, y me odiaba por solo pensarlo, pero todo habría estado mejor – o al menos una pequeña parte- si hubiera dejado de lado mi orgullo y mi maldita testarudez y perdonado a Jacob, pero otra parte de mi misma estaba orgullosa de ello. Significaba que, a pesar de estar sufriendo miserablemente sin Jake, aun me manteca fiel a mi amigo MIA (mising in acction= desparecido en acción).
- Oh Seth, te necesito, por favor vuelve- desgraciadamente, sabía que el no me escuchaba.
Y mientras Seth estuviera halla afuera, yo seguiría sin perdonar a Jacob, me costase lo que me costase.
miércoles, 25 de agosto de 2010
Entre la verdad y el amor- Capitulo 20- Y asi, el lobo malo termino rogando por sobras ¿Asi o mas patetico?
Habían sido días difíciles en los que mi manada no paraba de asegurarse de que siguiera vivo. OK, no mi manada, más específicamente Quil y Embry. Ya que Seth, bueno, estaba en alguna parte de Alaska, y Leah estaba planeando mi muerte a la espera de que bajara la guardia para rebanarme la cabeza… o mejor dicho, las cabezas. Aun que, ahora la muerte comenzaba a sonarme como una buena alternativa. Así al menos pondría fin a mi sufrimiento.
Suspire mientras observaba fijamente las betas en la madera del techo de mi diminuto cuarto.
El colchón de doble ancho hacía solo me quedara una separación de 30 centímetros desde la pared hasta la cama. Apenas si podía pasar cuando necesitaba buscar ropa. Aun que debía admitir que, últimamente lo unico escaso no era mi animo. Estos últimos 23 días, 15 minutos y 38 segundos sin Annie había estado mas fuera de control que nunca.
Cada ves que pensaba en ella, entraba en fase y solo pensaba en correr hasta su casa, importándome una mierda los humanos y rogarle de rodillas que me perdonara.
Pero siempre que estaba cerca de cumplirlo, el chupasangre Jasper se aparecía en la divisoria.
“Ella no quiere verte aun, Jacob” El se quedaba allí esperando a que me fuera o saltara sobre el, pero nunca lo hacía. Se lo debía a Alice.
Si, ni si quiera yo podía creer que le debiera tanto a Alice como para no matar al único obstáculo que me separaba de Annie.
El segundo día desde a separación, había llamado como una docena de veces a casa de ella. Pero nunca se ponía al teléfono. Recibí desde peticiones de que secara por parte de mi querida suegra, hasta amenazas de muerte y esterilización del maldito de mi cuñado. Pero extrañamente ni una sola ves contesto Alan.
Ese día, luego de colgar el teléfono y dejar pasar otra hora para llamar, convencido de que mi perseverancia daría frutos, Alice apareció en mi casa. Incluso lo supe antes de que llegara, por el aroma a vampiro que se filtraba y la repentina sensación de frío.
“Jacob” Había dicho ella un segundo después de que abrí la puerta “Deja de llamar a casa de Annie. Ella desconecto el teléfono”
Fue ahí donde alcancé un nuevo nivel de miseria. Ella ni siquiera se había dignado a decirme ella misma que parara.
Ella había rebuscado en su caro bolso de piel negra un objeto mientras yo observaba el asombroso contraste entre su blanquecino brazo de piedra y el negro brillante. Un milisegundo mas tarde ella me había dado un celular de color rojo, apenas más pequeño que la palma de mi mano.
La había mirado con el seño fruncido por el desconcierto y la nariz arrugada por el mal olor. Ella solo había puesto los ojos en blanco.
“No me digas nada. Solo trata de no estrellarlo contra la pared” Entonces, ‘como si pudiera ver el futuro’ ella se dio la vuelta y se marcho dando saltitos como si fuera una bailarina en pleno recital.
Al principio no tenía ni idea de cómo manejar aquel aparato. Casi toda la parte frontal era de una pantalla táctil. Recuerdo que la primera vez que lo toque le deje una mancha blanca a la parte de la pantalla donde decía “menú”.
Estaba apunto de arrojarlo al cesto cuando habían golpeado.
Resulto ser Quil que había venido a visitarme con Claire. Y después de una charla psicológica sobre mi estado de ánimo Claire había reparado en el aparato que aun sostenía en mi mano.
Flash back:
- Jake, ¿desde cuando tienes un iPhone?- Miré a Claire como si acabara de hablarme en alemán. Luego miré el aparato que en efecto, tenía una manzanita plateada a escasos milímetros del borde superior
- ¿Eso es lo que es?- inquirí extrañado. Ese aparato valía incluso mas que mi auto
- ¿Tienes un iPhone? Quien lo diría- una sonrisa irónica se extendió por el rostro de Quil- Sabías que ese pequeño aparatito vale mas que tu pedazo de basura con ruedas. Si lo vendes podrías comprar un auto decente. Ja, ja- Claire fulmino con la mirada a Quil, el cual la observo atónito- ¿Qué?
- Se bueno. A Jake le costo mucho armar ese auto. No debes ser malo o le diré a la tía Emily que te grite- le espetó dedicándole una dura mirada. No supe que era mas gracioso mientras me partía de risa. Que a Quil lo regañara una niña de 9 años que apeas le llegaba a la cintura, o, mejor aun, Que el se sintiera arrepentido de haberse burlado de mi Rabbit
- Mejor hazle caso Quil, no queremos que “tía Emily” te grite ¿no es cierto?- rompí a reír mientras ahora, Claire me miraba a mi con desaprobación y Quil se encogía de hombros avergonzado
- Solo opino. Esa cosa no puede llegar a los 100 kilómetros sin pararse o que el parachoques de desplome.
- ¡Oye! Eso paso solo una ves, y por que lo estuviste pateando antes de que saliéramos.- el se encogió de hombros de nuevo pero ahora con diferencia
- No tenía nada mejor que hacer- se excusó. Claire negó con la cabeza, como si esa actitud pedante de Quil la exasperara. Le dediqué a la niña una mirada de comprensión. Oh, pobre. Tendría que soportarlo por el resto de su vida.
- ¿Quién te lo dio, Jake?
- Una- vacile, ¿Qué se suponía que éramos yo y Alice?- conocida- musite. Claire tomo la mano que envolvía el aparato. Ella lo sujeto en su manito y observo atónita la pantalla
- ¿Que le paso?- inquirió con los ojos bien abiertos señalando la marca de mi dedo en donde decía “menú” Me sonroje un poco de mi torpeza
- No lo se- ella frunció el ceño
- Que clase de tonto apretaría tan fuerte
- Tal ves ya estaba si- intente agachando la mirada. Podía oír a Quil reír por lo bajo
- Si, tal ves- Claire guardo silencio mientras tocaba la pantalla y buscaba cosas en distintas carpetas. La habilidad de Claire era asombrosa. Quil no exageraba todos estos años en los que había dicho que ella era una niña prodigio.
Un par de minutos después Claire me lo tendió y me sonrío.
- Esta usado ¿Quieres que te enseñe como usarlo?
- ¿Tu sabes usarlo?- pregunte asombrado de verdad. ¡Era solo una niña por al amor de Dios! Ella asintió
- Mi prima Sara tiene un igualito y me deja jugar con el, solo que el de ella es mucho mas lindo por que es de color rosa y tiene muchos diamantes pegados- los ojos de Claire se iluminaron ante la perspectiva. Y al caño con la niña que aparentaba mas de sus simples 9 años.
Fin Flash Back:
Con un par de días de enseñanza y varios mas de paciencia y delicadeza, al fin aprendí como recibir y hacer una llamada sin sacar una foto o llamar otro número simultanéamele. También había aprendido como enviar un mensaje de texto y responder uno.
Luego fui aprendiendo las cosas más triviales, como los juegos, entrar en Internet y sacar fotos.
Fue así como descubrí, un día en el que borraba unas carpetas con nueceros de tarjetas de crédito, direcciones, teléfonos y fotos de vestidos y diseños de Alice.
Me preguntaba por que ella guardaría esa información allí cuando los vampiros tenían una excelente memoria.
Pero mientras borraba carpetas con fotos, descubrí algo que me dejo tan asombrado como si hubiera encontrado una carpeta con fotos mías desnudo.
El titulo de ambas carpetas eran muy simples.
“Annie y Yo!!! <3”
Y el segundo.
“Annie, yo y tiendas”
El primero tenía 463 fotos. 122 de Alice con el maldito de Jasper. 300 de Annie y ella, y las restantes 41 eran de distintas tiendas y arreglos florales.
Ella se vía preciosa en todas las fotos. En cada una vestía algo diferente.
En algunas sonreía, otras hacia muecas, se ponía en pose junto con Alice. Señalaba el paseo marítimo. Sentada en la barandilla de un puente justo en un atardecer. Se veía con un ángel.
Mi ángel. Oh, cuanto la extrañaba.
La segunda carpeta, el fondo de la foto, predominaba el interior o exterior de algún centro comercial.
Sonreía. Anne no se veía muy contenta luego de algunas horas de caminata.
Varias fotos la encontraba sentada en una banca con la cabeza hacia atrás. Con los pies en alto. Colgando. En una se estaba sobando la planta del pie derecho.
Se la notaba cansada.
Pero había una que era mi favorita sobre todas las otras.
Annie estaba sentada junto a una fuente con un vestido censillo de color blanco con unas finas franjas verticales grises. Como la extrañaba.
MI niña. Mi pequeña
Me sujete la frente con fuerza tratando de no llorar de frustración ni entrar en fase. Los temblores se extendían por mi cuerpo como la pólvora encendida hacia la dinamita.
El animal en mi me llamaba a que arrasara con todo. A que fuera a por ella y la obligara a perdonarme ¿Me estaría volviendo loco?
No me extraña.
Cada mañana pasaba por lo menos 3 horas mirando las fotos de Annie, luego me iba al taller de chapa a sentarme sobre una cubierta vieja de repuesto a mirar el bosque.
Después me iba a patrullar todo el día mi zona, siempre tratando de acercarme a su casa para un avistamiento, pero no importaba lo mucho que intentara y que perseverara, los chupasangres siempre estaban protegiendo el perímetro.
Rosalie, a regañadientes. La verdad no sabía por que esta allí. Ella era demasiado frívola y egoísta para preocuparse por otros. Tal vez fuera cosa de su compañero, el grandote Emmett. Luego, la espina en mi costado, Jasper y Alice.
Al final, había pasado los últimos días, malditamente consiente de cada segundo sangrante que pasaba sin Annie.
Pero, el día 24, a las 13:10 con 54 segundos fue cuando un rayo de esperanza asomo mi vida.
Vendito fuera Quil.
Había venido corriendo para contarme
- ¡Annie viene al pueblo a hablar, contigo y Sam!
Jojo, ojala les guste
y Gracias tia y Paulaaa
las adoroooo
Suspire mientras observaba fijamente las betas en la madera del techo de mi diminuto cuarto.
El colchón de doble ancho hacía solo me quedara una separación de 30 centímetros desde la pared hasta la cama. Apenas si podía pasar cuando necesitaba buscar ropa. Aun que debía admitir que, últimamente lo unico escaso no era mi animo. Estos últimos 23 días, 15 minutos y 38 segundos sin Annie había estado mas fuera de control que nunca.
Cada ves que pensaba en ella, entraba en fase y solo pensaba en correr hasta su casa, importándome una mierda los humanos y rogarle de rodillas que me perdonara.
Pero siempre que estaba cerca de cumplirlo, el chupasangre Jasper se aparecía en la divisoria.
“Ella no quiere verte aun, Jacob” El se quedaba allí esperando a que me fuera o saltara sobre el, pero nunca lo hacía. Se lo debía a Alice.
Si, ni si quiera yo podía creer que le debiera tanto a Alice como para no matar al único obstáculo que me separaba de Annie.
El segundo día desde a separación, había llamado como una docena de veces a casa de ella. Pero nunca se ponía al teléfono. Recibí desde peticiones de que secara por parte de mi querida suegra, hasta amenazas de muerte y esterilización del maldito de mi cuñado. Pero extrañamente ni una sola ves contesto Alan.
Ese día, luego de colgar el teléfono y dejar pasar otra hora para llamar, convencido de que mi perseverancia daría frutos, Alice apareció en mi casa. Incluso lo supe antes de que llegara, por el aroma a vampiro que se filtraba y la repentina sensación de frío.
“Jacob” Había dicho ella un segundo después de que abrí la puerta “Deja de llamar a casa de Annie. Ella desconecto el teléfono”
Fue ahí donde alcancé un nuevo nivel de miseria. Ella ni siquiera se había dignado a decirme ella misma que parara.
Ella había rebuscado en su caro bolso de piel negra un objeto mientras yo observaba el asombroso contraste entre su blanquecino brazo de piedra y el negro brillante. Un milisegundo mas tarde ella me había dado un celular de color rojo, apenas más pequeño que la palma de mi mano.
La había mirado con el seño fruncido por el desconcierto y la nariz arrugada por el mal olor. Ella solo había puesto los ojos en blanco.
“No me digas nada. Solo trata de no estrellarlo contra la pared” Entonces, ‘como si pudiera ver el futuro’ ella se dio la vuelta y se marcho dando saltitos como si fuera una bailarina en pleno recital.
Al principio no tenía ni idea de cómo manejar aquel aparato. Casi toda la parte frontal era de una pantalla táctil. Recuerdo que la primera vez que lo toque le deje una mancha blanca a la parte de la pantalla donde decía “menú”.
Estaba apunto de arrojarlo al cesto cuando habían golpeado.
Resulto ser Quil que había venido a visitarme con Claire. Y después de una charla psicológica sobre mi estado de ánimo Claire había reparado en el aparato que aun sostenía en mi mano.
Flash back:
- Jake, ¿desde cuando tienes un iPhone?- Miré a Claire como si acabara de hablarme en alemán. Luego miré el aparato que en efecto, tenía una manzanita plateada a escasos milímetros del borde superior
- ¿Eso es lo que es?- inquirí extrañado. Ese aparato valía incluso mas que mi auto
- ¿Tienes un iPhone? Quien lo diría- una sonrisa irónica se extendió por el rostro de Quil- Sabías que ese pequeño aparatito vale mas que tu pedazo de basura con ruedas. Si lo vendes podrías comprar un auto decente. Ja, ja- Claire fulmino con la mirada a Quil, el cual la observo atónito- ¿Qué?
- Se bueno. A Jake le costo mucho armar ese auto. No debes ser malo o le diré a la tía Emily que te grite- le espetó dedicándole una dura mirada. No supe que era mas gracioso mientras me partía de risa. Que a Quil lo regañara una niña de 9 años que apeas le llegaba a la cintura, o, mejor aun, Que el se sintiera arrepentido de haberse burlado de mi Rabbit
- Mejor hazle caso Quil, no queremos que “tía Emily” te grite ¿no es cierto?- rompí a reír mientras ahora, Claire me miraba a mi con desaprobación y Quil se encogía de hombros avergonzado
- Solo opino. Esa cosa no puede llegar a los 100 kilómetros sin pararse o que el parachoques de desplome.
- ¡Oye! Eso paso solo una ves, y por que lo estuviste pateando antes de que saliéramos.- el se encogió de hombros de nuevo pero ahora con diferencia
- No tenía nada mejor que hacer- se excusó. Claire negó con la cabeza, como si esa actitud pedante de Quil la exasperara. Le dediqué a la niña una mirada de comprensión. Oh, pobre. Tendría que soportarlo por el resto de su vida.
- ¿Quién te lo dio, Jake?
- Una- vacile, ¿Qué se suponía que éramos yo y Alice?- conocida- musite. Claire tomo la mano que envolvía el aparato. Ella lo sujeto en su manito y observo atónita la pantalla
- ¿Que le paso?- inquirió con los ojos bien abiertos señalando la marca de mi dedo en donde decía “menú” Me sonroje un poco de mi torpeza
- No lo se- ella frunció el ceño
- Que clase de tonto apretaría tan fuerte
- Tal ves ya estaba si- intente agachando la mirada. Podía oír a Quil reír por lo bajo
- Si, tal ves- Claire guardo silencio mientras tocaba la pantalla y buscaba cosas en distintas carpetas. La habilidad de Claire era asombrosa. Quil no exageraba todos estos años en los que había dicho que ella era una niña prodigio.
Un par de minutos después Claire me lo tendió y me sonrío.
- Esta usado ¿Quieres que te enseñe como usarlo?
- ¿Tu sabes usarlo?- pregunte asombrado de verdad. ¡Era solo una niña por al amor de Dios! Ella asintió
- Mi prima Sara tiene un igualito y me deja jugar con el, solo que el de ella es mucho mas lindo por que es de color rosa y tiene muchos diamantes pegados- los ojos de Claire se iluminaron ante la perspectiva. Y al caño con la niña que aparentaba mas de sus simples 9 años.
Fin Flash Back:
Con un par de días de enseñanza y varios mas de paciencia y delicadeza, al fin aprendí como recibir y hacer una llamada sin sacar una foto o llamar otro número simultanéamele. También había aprendido como enviar un mensaje de texto y responder uno.
Luego fui aprendiendo las cosas más triviales, como los juegos, entrar en Internet y sacar fotos.
Fue así como descubrí, un día en el que borraba unas carpetas con nueceros de tarjetas de crédito, direcciones, teléfonos y fotos de vestidos y diseños de Alice.
Me preguntaba por que ella guardaría esa información allí cuando los vampiros tenían una excelente memoria.
Pero mientras borraba carpetas con fotos, descubrí algo que me dejo tan asombrado como si hubiera encontrado una carpeta con fotos mías desnudo.
El titulo de ambas carpetas eran muy simples.
“Annie y Yo!!! <3”
Y el segundo.
“Annie, yo y tiendas”
El primero tenía 463 fotos. 122 de Alice con el maldito de Jasper. 300 de Annie y ella, y las restantes 41 eran de distintas tiendas y arreglos florales.
Ella se vía preciosa en todas las fotos. En cada una vestía algo diferente.
En algunas sonreía, otras hacia muecas, se ponía en pose junto con Alice. Señalaba el paseo marítimo. Sentada en la barandilla de un puente justo en un atardecer. Se veía con un ángel.
Mi ángel. Oh, cuanto la extrañaba.
La segunda carpeta, el fondo de la foto, predominaba el interior o exterior de algún centro comercial.
Sonreía. Anne no se veía muy contenta luego de algunas horas de caminata.
Varias fotos la encontraba sentada en una banca con la cabeza hacia atrás. Con los pies en alto. Colgando. En una se estaba sobando la planta del pie derecho.
Se la notaba cansada.
Pero había una que era mi favorita sobre todas las otras.
Annie estaba sentada junto a una fuente con un vestido censillo de color blanco con unas finas franjas verticales grises. Como la extrañaba.
MI niña. Mi pequeña
Me sujete la frente con fuerza tratando de no llorar de frustración ni entrar en fase. Los temblores se extendían por mi cuerpo como la pólvora encendida hacia la dinamita.
El animal en mi me llamaba a que arrasara con todo. A que fuera a por ella y la obligara a perdonarme ¿Me estaría volviendo loco?
No me extraña.
Cada mañana pasaba por lo menos 3 horas mirando las fotos de Annie, luego me iba al taller de chapa a sentarme sobre una cubierta vieja de repuesto a mirar el bosque.
Después me iba a patrullar todo el día mi zona, siempre tratando de acercarme a su casa para un avistamiento, pero no importaba lo mucho que intentara y que perseverara, los chupasangres siempre estaban protegiendo el perímetro.
Rosalie, a regañadientes. La verdad no sabía por que esta allí. Ella era demasiado frívola y egoísta para preocuparse por otros. Tal vez fuera cosa de su compañero, el grandote Emmett. Luego, la espina en mi costado, Jasper y Alice.
Al final, había pasado los últimos días, malditamente consiente de cada segundo sangrante que pasaba sin Annie.
Pero, el día 24, a las 13:10 con 54 segundos fue cuando un rayo de esperanza asomo mi vida.
Vendito fuera Quil.
Había venido corriendo para contarme
- ¡Annie viene al pueblo a hablar, contigo y Sam!
Jojo, ojala les guste
y Gracias tia y Paulaaa
las adoroooo
jueves, 19 de agosto de 2010
Entre la verdad y el amor- Capitulo 19- ¿Que por que soy un imbseil? No lo se. ¿Por que no se lo preguntas a ella?
Jacob Black:
El teléfono se quedo mudo mientras yo seguía sujetándolo contra mi pecho. Hice todo lo que pude por contener las lágrimas, pero estas fueron más fuertes que yo ¿Cómo hace uno para mantenerse en pie cuando tu corazón esta destrozado?
Caí rendido al suelo, llorando, agradeciendo internamente mi soledad. Sentí como si todo se derrumbara a mi alrededor. Cada cosa que había considerado importante ya no era nada.
Maldita sea ¿Cuándo fue que me meé en la estatua de algún dios del odio? O tal ves cabree a algún chaman vudu sin darme cuenta, y ahora pagaba las consecuencias de ello. De cualquier manera, estaba, otra ves, sufriendo por una mujer que era tan importante para mi como respirar.
Si no fuera tan egoísta, si no fuera un pedazo de mierda egoísta le contaría la verdad. Haría que ella me odiara, que me llamara por todos los insultos que supiera hasta que se quedara sin aliento, para luego marcharse… y matarme.
Si, pero por desgracia para ella, yo seguía siendo un “bastardo egoísta” tal y como Annie había dicho con tanta elocuencia.
Mierda, ¿estaba destinado a sufrir por cada mujer que se cruzara en mi camino eso era cosa mía? Ahora, la teoría de la maldición vudu me parecía mas lógica, y menos dolorosa que afrontar el echo de lo que yo, y solo yo, había echo.
Era en estos momentos, cuando tenía ganas de tirarme de los acantilados- aun que sabía de sobra que lo único que lograría sería deformarme todo o a las rocas- cuando mas extrañaba a uno de mis mejores amigos.
Seth Clearwater. Suspire entre sollozos.
Como extrañaba los consejos de Seth, sus palmadas en el hombro. O su fastidiosa costumbre de tener la razón.
“Ósea, si tienes tantos problemas con Annie, solo dile la verdad y entenderá”
Yo había suspirado. Estaba tan cansado de siempre hondar el mismo tema con todos. Al menos Seth, era el, mas o menos amable de todos.
“Ya te lo e explicado muchísimas veces, niño. Annie jamás podría llegar a comprenderlo”
“Tal ves si le das la oportunidad…”
“No, Seth. NO me arriesgare” Luego el había suspirado
“Ok, hermano, no te presionare, solo digo lo que es mejor para ella. Después de todo ella ‘tu imprimación’”
Esas palabras, fueron las ultimas que cruce con el. Luego empezaron las peleas.
No soy perfecto. Eso es más que obvio. Pero no supe que más hacer…
“¡Me importa una mierda si eres el alfa!” había gritado Seth en forma de lobo el ultimo día en el que Seth y yo hablamos “De una u otra forma voy a decirle a Annie la verdad, Jacob. Y no podrás detenerme”
“¡Ya basta! No tienes derecho a entrometerte en mi vida”
“No, pero si tengo el derecho de ayudar a mi amiga”
“‘Amiga’ Si, claro”
“Pues si, soy su amigo y es mi deber ayudarle a abrirle los ojos”
“Tu estas enamorado de ella Seth, y la quieres solo para ti” brame
“¡No es cierto! Annie se merece a alguien que la quiera. Que no le mienta ¡bastardo! Y mañana, no se como, pero te juro que voy a decirle la verdad Jake. ¡Con o sin restricción del alfa!”
“¡No! No, no, no. Tú no vas a hacer nada. Te lo prohíbo”
“Mierda, deja de ser tan hipócrita”
“No, Seth. No te habla Jake, te habla tu alfa Jacob Black, el tátara nieto de Ephraim Black, el último alfa de la manada de nuestra tribu. Y yo te ordeno que te largues del pueblo hasta que se me antoje”
¿Cómo pude ser tan estúpido?
Era oficial, era un imbesil. Un total y competo imbesil hasta la medula.
El teléfono se quedo mudo mientras yo seguía sujetándolo contra mi pecho. Hice todo lo que pude por contener las lágrimas, pero estas fueron más fuertes que yo ¿Cómo hace uno para mantenerse en pie cuando tu corazón esta destrozado?
Caí rendido al suelo, llorando, agradeciendo internamente mi soledad. Sentí como si todo se derrumbara a mi alrededor. Cada cosa que había considerado importante ya no era nada.
Maldita sea ¿Cuándo fue que me meé en la estatua de algún dios del odio? O tal ves cabree a algún chaman vudu sin darme cuenta, y ahora pagaba las consecuencias de ello. De cualquier manera, estaba, otra ves, sufriendo por una mujer que era tan importante para mi como respirar.
Si no fuera tan egoísta, si no fuera un pedazo de mierda egoísta le contaría la verdad. Haría que ella me odiara, que me llamara por todos los insultos que supiera hasta que se quedara sin aliento, para luego marcharse… y matarme.
Si, pero por desgracia para ella, yo seguía siendo un “bastardo egoísta” tal y como Annie había dicho con tanta elocuencia.
Mierda, ¿estaba destinado a sufrir por cada mujer que se cruzara en mi camino eso era cosa mía? Ahora, la teoría de la maldición vudu me parecía mas lógica, y menos dolorosa que afrontar el echo de lo que yo, y solo yo, había echo.
Era en estos momentos, cuando tenía ganas de tirarme de los acantilados- aun que sabía de sobra que lo único que lograría sería deformarme todo o a las rocas- cuando mas extrañaba a uno de mis mejores amigos.
Seth Clearwater. Suspire entre sollozos.
Como extrañaba los consejos de Seth, sus palmadas en el hombro. O su fastidiosa costumbre de tener la razón.
“Ósea, si tienes tantos problemas con Annie, solo dile la verdad y entenderá”
Yo había suspirado. Estaba tan cansado de siempre hondar el mismo tema con todos. Al menos Seth, era el, mas o menos amable de todos.
“Ya te lo e explicado muchísimas veces, niño. Annie jamás podría llegar a comprenderlo”
“Tal ves si le das la oportunidad…”
“No, Seth. NO me arriesgare” Luego el había suspirado
“Ok, hermano, no te presionare, solo digo lo que es mejor para ella. Después de todo ella ‘tu imprimación’”
Esas palabras, fueron las ultimas que cruce con el. Luego empezaron las peleas.
No soy perfecto. Eso es más que obvio. Pero no supe que más hacer…
“¡Me importa una mierda si eres el alfa!” había gritado Seth en forma de lobo el ultimo día en el que Seth y yo hablamos “De una u otra forma voy a decirle a Annie la verdad, Jacob. Y no podrás detenerme”
“¡Ya basta! No tienes derecho a entrometerte en mi vida”
“No, pero si tengo el derecho de ayudar a mi amiga”
“‘Amiga’ Si, claro”
“Pues si, soy su amigo y es mi deber ayudarle a abrirle los ojos”
“Tu estas enamorado de ella Seth, y la quieres solo para ti” brame
“¡No es cierto! Annie se merece a alguien que la quiera. Que no le mienta ¡bastardo! Y mañana, no se como, pero te juro que voy a decirle la verdad Jake. ¡Con o sin restricción del alfa!”
“¡No! No, no, no. Tú no vas a hacer nada. Te lo prohíbo”
“Mierda, deja de ser tan hipócrita”
“No, Seth. No te habla Jake, te habla tu alfa Jacob Black, el tátara nieto de Ephraim Black, el último alfa de la manada de nuestra tribu. Y yo te ordeno que te largues del pueblo hasta que se me antoje”
¿Cómo pude ser tan estúpido?
Era oficial, era un imbesil. Un total y competo imbesil hasta la medula.
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