Team "Todo lo que tenga piernas!"

jueves, 25 de marzo de 2010

Entre la verdad y el amor- 15- la duda

Anira Vázquez:




Desperté por la mañana sintiendo un calor caldeante contra mi espalda que me hizo sonreír.

Suspiré a cauda de la satisfacción que me producía oír su tierna respiración.

Otra vez, sonreí.

Su brazo me envolvía la cintura, y su rodilla estaba entre mis piernas.

Me sorprendía que los dos cupiéramos en aquella pequeña cama (aun que fuera para dos personas). Tal vez fuese por que Jake era enorme, y ocupaba casi todo el espacio de la cama.

Me di la vuelta con cuidado y su brazo se deslizó por mi vientre hasta quedar acurrucado entre su pecho y el mío.

Le di un tierno beso en la punta de la nariz, pero el no izo amago de moverse. Dormía como un tronco. Le dí un beso más, y otro más.

Dos mas…Nada

Cuatro

Siete…Izo amago de rascarse la nariz y frunció el seño como espantando a un mosquito molesto. Me reí entre dientes y me deslice con cuidado a pesar de que parecía que nada era capas de despertarlo.

Le eche una última mirada antes de salir, y sentí mi pecho explotar de la alegría y el amor. Como amaba aquel hombre. Me hubiera interpuesto entre una bala y el, aun que era mas probable que Jake no necesitara que yo lo protegiera, mas bien era lo contrario.

Si hubiera alguna forma de expresarlo con exactitud…

Me escabullí hasta la sala-comedor-cocina de puntillas allí estaba mi adorado suegro sentado en la mesa devorando un cuenco de cereales.

Billy me observó un segundo y luego me sonrió con esa cara suya tan arrugada.

Me acerqué hasta el dando saltitos y le bese la mejilla. El me acaricio la mejilla con gesto dulce.

Otro hombre importante en mi vida era el. Billy Black. Era la persona más sabia, confiable, e inteligente que jamás había conocido. Además de ser un hombre cariñoso y paternal. En cierta forma me recordaba a Carlisle y a su capacidad de amar a cualquiera sin importar nada. Aun que sabía que a Billy no le haría gracia tal comparación a pesar de que no sentía ese desprecio irracional hacia los Cullen como antes. Pero según el, estaba demasiado viejo para cambar sus hábitos. Esto a los Cullen no se molestaba y se mostraban sumamente respetuosos con aquel hombre.

- Buen día- me agaché para darle un abraso. Los fuertes brazos de Billy Black me rodearon con ternura

- No tendrías que dormir abrazando a Jake. Una mañana despertaras con un golpe de calor y no es algo agradable-dijo señalando mis mejillas sonrosadas. Puse los ojos en blanco como para restarle algo de importancia. La idea de que alguien sugiriera que estar lejos de Jacob era mejor para mi salud era una tontería de tomo a lomo.

- Como si la única culpable fuera yo

- Puedo hablar con el- sugirió esbozando una sonrisa que le restaba credibilidad a su afirmación. El realmente no creía que hablar con Jake lo haría cambiar de parecer.

- ¡Oh si! Eso solucionaría todo. Con lo obediente que es tu hijo

- ¡Ja! Te sorprendería lo sumiso que se pone cuando le proporcionas el incentivo adecuado

- ¿Sobornas a tu hijo?- pregunté enarcando una ceja. El respondió con sencillez, Como si aquello fuera algo completamente legal

- Yo lo llamaría un acuerdo mutuo por conveniencia.

Nos pusimos a reírnos de nuestra propia conversación y luego mire los cereales que ahora sostenía en el regazo.

- ¿No preferirías que te hiciera unos wafles o hotcakes?

- No gracias, ya terminé de desayunar. A demás no eres nuestra empleada. Disfruta tu estancia en la posaba Black. El sitio más exclusivo de la Push- otra vez nos pusimos a reír hasta que nos dolieron las comisuras de la boca. Le dediqué una última sonrisa y me fui para la cocina a prepararme el desayuno. En realidad cuando le ofrecí prepararle un desayuno mejor no lo hice por que realmente tuviera ánimos de hacerlo, si no, más bien por ser educada con mi anfitrión.

Me serví cereal con leche y me fui a comer a la sala mientras Billy miraba las noticias locales.

- Hoy aparecieron muertos una pareja de excursionistas en las afueras de Goat Rocks, junto al camino donde comienzan los asensos por la montaña. Sus restos, cruelmente mutilados fueron hallados por los guardias forestales.

La policía descartó la teoría de un posible homicidio dadas las condiciones en las que se encontraban los cuerpos. Y apuestan a que podrían haber estado escalando y caerse desde los riscos, y que el olor de la comida atrajo a los osos que acabaron con sus restos.- Se me frunció el seño, y un temblor me recorrió la columna. Le rogué a Dios que la policía tuviera razón y que no se tratara de un homicidio o peor…

Billy noto mi tensión y rápidamente cambió de canal. Se dedicó a hacer zapping durante un rato hasta que nos cansamos de que no hubiera nada bueno en la tele, y la pagó depositando en control junto a mi.

Nos quedamos en silencio mientras el se encontraba sentado inmutable como si es yo ya no existiera, abstraído con sus pensamientos, mientras pensaba en lo que acaba de ver en las noticias.

Por mucho que lo evitara, sabía que esas trágicas muertes no eran puras casualidades.

El hombre de mi habitación. Muy en el fondo, sabía que el era el que los había matado. A dos personas inocentes que tenían una vida y planes. No era mi culpa, y lo sabía. Eran simplemente dos personas que habían estado en el lugar equivocado a la hora equivocada.

Pero sin embargo, en mi interior me abrumaba un sentimiento de culpa muy intenso. Por que, aun que yo no hubiera sido la que los envió allí a morir, el hombre que los acecinó venía tras de mi.

Si tan solo se hubiera limitado a matarme, ahora estas pobres almas estarían disfrutando de su excursión por los bosques.

De cualquier forma, me sentía tan culpable, como el mismo acecino.

El estridente repiqueteo del teléfono me sacó de mis cavilaciones. Billy fue hasta el y contestó al segundo timbrazo.

- ¿Diga?- alguien del otro lado le contesto y comenzó a hablar con rapidez. Le dio una especie, de resumen que no alcancé a escuchar pero de todos modos trate de descifrar lo que la persona le decía. Luego de un rato Billy hablo. Casi me sentí una vieja chismosa por estar espiando en las conversaciones ajenas. Solo casi- ¿Seguro que no quieres que le avise? Ellos podrían echarles una mano en caso de que…- la vos le dio una larga explicación y final el asintió con el rostro de piedra como si no fuese conciente de que la persona con la que hablaba no pudiera verlo. Estaba casi segura de que se trataba de Sam- Bien, me encargaré. Nos vemos- Billy colgó y miro la puerta con detenimiento. Por un instante sentí la abrumadora necesidad de preguntarle quien era, pero me calle por que presentía que el mismo me lo diría.

- Iré a casa de los Cleawater a ver a Sue y a Charlie- se encaminó hacia la puerta y entonces se dio la vuelta y me observó un instante dubitativo y luego sonrío maliciosamente como si se le acabará de ocurrir una travesura- ¿Sabes? Jacob esta demasiado holgazán últimamente. Y no sería educado de nuestra parte dejarte sola.

- Pero el necesita descansar- refuté con los ojos entornados por la desconfianza.

- Si, pero también es tu novio y como tal, tiene responsabilidades- su sonrisa maliciosa se ensanchó aun mas. Tomó aire por la boca y grito con voz ronca- ¡JAKE! ¡LA CASA SE QUEMA! ¡SALVANOS!- mis ojos se dilataron tanto que casi se me salieron de las cuencas. ¿Acaso mi suegro estaba mal de la cabeza?

- ¿¡Que rayos haces!?- le inquirí estupefacta.

En el corredor se oyó una sonora puteada seguida de un golpe sordo, similar al que se produce cuando algo grande y pesado cae al piso estrepitosamente.

Una puerta se abrió de golpe estrellándose contra la pared. Esto no le va a hacer ninguna gracia. Pensé en cuanto lo vi aparecer por el corredor en boxers con esa cara de espanto, que rápidamente se convirtió en una mueca confusa. Oh si, va a ponerse furioso con esto.

Billy aprovecho a escabullirse por la puerta mientras Jacob examinaba todo con cara de “¿Y donde rayos esta el fuego?”

Una vez se hubo convencido a si mismo de que no todo estaba perfectamente y que nadie estaba en peligro, su rostro se puso rojo. Pero rojo enserio. Los ojos negros parecían bullir como alquitrán hirviente. Deje el cuenco a un lado y me pare con las manos en alto.

- No te enojes- le supliqué, pero no sirio de nada. Se puso a temblar sin control y me apresure a acercarme para abrazarlo. Pero cuando estuve demasiado cerca el me apartó con brusquedad, y yo caí de espaldas en el sofá.

En cierta forma era tan chistoso como aterrador verlo así…en boxers, con esa expresión acecina de sorpresa en medio de la sala. Se le habían dilatado las aletas de la nariz, y buscaba por todos lados a Billy.

- Voy…a…matar…a Billy- murmuró entre dientes

- Oh, vamos. No fue para tanto, gruñón- le espeté. Me miró con el ceño fruncido y luego se dejo caer en el piso como una pesada bolsa de papas sobre el sofá.

Cerró los ojos como si se fuera a dormir otra vez, pero estiró uno de sus enormes brazos y me acunó en su pecho. Sus labios se deslizaron por mi rostro cariñosamente, arrancándome un suspiro y uno que otro beso que no llego a destino.

Nos quedamos en silencio, cosa que parecía volverse una costumbre entre nosotros, hasta que…- ¿Ves que no era para tanto?- me lanzó un gruñido molesto, tomo mi rostro entre sus manos para que lo mirara a los ojos. Aun que trataba de estar serio, el estaba conteniendo la sonrisa en sus labios.

- ¿Tenías que arruinar el momento?- otra cosa que se había convertido en una costumbre, pensé- Solo 5 minutos de paz. Eso es todo lo que te pido

- Ok, solo te pido que reconozcas que tengo razón- El puso cara de estar exasperado… pero sonrió son malicia

- Te daré 5 segundos de ventaja- murmuro mirándome a los ojos. La comprensión chispeó y salí corriendo en dirección al baño para encerrarme, pero el ya estaba ahí, arrinconándome contra la pared, con sus enormes brazos a cada lado de mi cuerpo cerrándome el paso. Su mirada estaba oscurecida, y sus dientes estaban desnudos, remarcados por sus carnosos labios, que se curvaban hacia arriba en una sonrisa.- 5- sus labios se estrellaron sobre los míos, y empezaron a acariciarlos.

Su beso era pasional, cargado de deseo. No supe definir la causa de que ahora estuviera tan, no se, entregado a besarme. Era otra de las cualidades de Jacob. Nunca sabías que esperar de el…

- Recuérdame que no debo confiar en los licántropos- soltó una carcajada ronca contra mis labios

- Sin problemas-



Ya pasaron 3 meses desde lo del intruso en mi cuarto. Jacob se calmó sobre eso de la sobreprotección, aun que las primeras semanas estuvo bastante denso.

No me dejaba volver a mi casa, ya que Port Angels no entraba la zona de protección de los licántropos, y estuve atrincherada en la Push.

Pero la cosa no acabó en cuanto volví a mi casa. Jacob había hablado con los Cullen para que alguien me vigilara durante la noche y lo pero es que yo no lo sabía. Todas las madrugadas, Alice acudía a mi habitación, escabulléndose por la ventana. Yo solo fui conciente de esto en cuanto una madrugada me desperté adormilada por una pesadilla y cuando me levante para ir al baño, me tropecé con mis propios pies, y Alice me atrapó antes de matarme contra el piso.

- ¿¡Qué rayos haces aquí!?- le espeté furiosa en un hilo de vos

- Pues, Jacob quería que te cuidara. Vino a hablar con nosotros diciendo que necesitaba de una niñera y me he ofrecido- respondió llanamente, sin inmutarse, incluso se encogió de hombros- No tienes que agradecerme, aun que parece que no es lo que planeas hacer.

- ¿Pero que…?- mi vos se elevó una octava y ella me tapo la boca antes de que siguiera hablando.

- Pero nada. A la cama señorita.

Me fue imposible discutir con ella. Alice era endemoniadamente persuasiva y siempre se salía con la suya sin importar lo que se propusiera.

Pues, estuve bajo su cuidado un par de días. En esos, ella no esperaba a escabullirse en cuanto me quedaba dormida como antes. Pero, saber que ella estaba allí me incomodaba. Era como que todo era mas frío, y estaba acostumbrada al calor. Uno que usualmente sobrepasaba los 47º y que tenía brazos morenos, musculosos, y labios carnosos y deliciosos.

Al final, tuve que hablar con Jake y no puso su brazo a torcer en lo que concernía a mi seguridad, pero le dije que era mayor y podía cuidarme “Si, claro. Puedes cuidarte de todo lo “humano”. Pero en lo que respecte a criaturas sobrenaturales, ese será mi problema”

Pero luego de mucha negociación acabamos por decidir que la manada me cuidaría por turnos. Quil los lunes, Embry los martes, Leah miércoles y Seth los jueves. Jake se había reservado los viernes y fines de semana para pasarlos en mi compañía.

No puedo negar que este trato tampoco me agradaba. Bueno solo la parte de que los otros gastaran noches de sueño cuidándome, si era Jake el que lo hacía no me molestaba tanto.

Los chicos tenían cosas más importantes que hacer que ser mis “niñeros”. En la Push tenían obligaciones y responsabilidades que iban más allá de cuidarme por las noches.

“La manada oficial de la Push, es la de Sam. Nosotros somos como la de reemplazo y la que tiene mayor tolerancia para con las sanguijuelas a la hora de tratar con los de su especie. Aparte de eso, no tenemos nada mas que hacer, y ya que soy alfa y toda la cosa, no me venía nada mal mandarles algo que hacer”

Luego de un tiempo, acabé por acostumbrarme a que me cuidaran, me gustaba mucho pasar las noches de los fines de semana con Jacob. En realidad me gustaba pasar las noches con todos ellos. En especial las que pasaba con Seth. Ese chico era tan divertido y cuando quería conseguir información sobre algo, Seth era como un libro abierto para mí. A demás se le daba pésimo mentir.

El último jueves que pase con Seth, vimos películas de terror y le cocine pasta. Mi padre se puso un poco receloso en cuanto vio que Seth iba de aquí para allá con unos pantalones cortos y nada en el pecho, pero poco le dure el gusto de quejarse, por que mi madre le pidió que al llevara a dar un paseo y Seth, Jackson y yo nos quedamos en la casa.

Mi hermano miraba con muy mala cara a mi amigo Quileute, pero se alegro en cuanto se sentó a mi lado y paso su brazo por el respaldo del sillón sobre mí. No le di importancia.

- ¿Oye, que vamos a ver?- pregunto desde el sofá mientras ponía al película en el reproductor

- El orfanato- Jackson bufó desde su posición despatarrada en el piso, con un cigarrillo jugueteando entre la comisura de sus labios. Vestía con su clásico atuendo de pandillero, con pantalones amplios que bailaban en sus piernitas escuálidas, una camiseta blanca de mangas cortas y sobre esta la camiseta agujereada de los Lakers. Tenía el pelo largo hasta la barbilla y además todo sucio. Seth izo caso omiso a sus acotaciones y me miro con interés.

- No conozco esa

- Ya la vi como 15 veces, esta subtitulada por que esta echa en España, así que esta en español.- le expliqué acomodándome contra su costado. Jackson bufó otra vez y salió hacia la puerta. Suspire aliviada de un momento de paz. Seth envolvió su brazo en torno a mi cintura y se concentró en la película.

- Así que no le agrado a tu hermano- no era una pregunta. Su rostro repentinamente se volvió serio y sus ojos negros. Algo le molestaba pero no iba a decírmelo.

- No te preocupes por el. Es un imbesil que cree que las mujeres no deberíamos tener derechos.

- Tampoco les agrada Jake- eso tampoco era una pregunta, y estaba utilizando el plural para referirse a padre e hijo. Su vos era tranquila, pero extraña. No supe identificar que era eso que parecía estar rozándole.

- Pues no importa. Yo los quiero a ambos, y nada de lo que ellos digan o hagan me hará cambiar de opinión al respecto- estreche el torso de mi descomunal amigo lobuno mientras escrutaba su rostro que parecía volver a la normalidad y comenzaba a sonreírme otra vez.

- Ash, apuesto a que le dices eso a todos lo que pasan por aquí- me espeto con tono de burla. Otra vez era mi Seth. Sonreí a la par de el.

- No precisamente. A mi hermano le gusta Leah y es de lo mas amable con ella- Seth puso los ojos en blanco y chasqueo la lengua.

- Si lo se. No me agrada nada la idea. Que bueno que Leah lo ve como un gusano insignificante. Pero ya enserio ¿De verdad le dices lo mismo a todos?- aprecié la oportunidad de hacerle una broma, y no la deje pasar.

- Si, pero solo a ustedes, a Jake se lo digo con tono lascivo mientras le acaricio al entre pierna- Seth puso los ojos como platos y luego una exagerada cara de asco y se alejo de mi sentándose en el extrema mas alejado del sofá

- ¡Que asco! Ahora no podré mirar a Jacob a la cara y menos desnudarme frente a el.

- No sabia que era gay Seth- me burle dándole un codazo en las costillas, el me miró furibundo.

- No soy gay, ni tampoco homo fóbico, antes de que lo digas-puse cara “¡Yo decir algo como eso! Estas loco”- Mira niña chistosa, lo único que quiero es ver la película con mi queridísima y molesta Anira, en total calma ¿Se puede?

- Claro que si- le solté entre risas. Aun no se recuperaba del mal trago. Tome el control del cojín y atrase la película hasta el comienzo. Seth se acomodo más cerca de mí, pasando su brazo por mis hombros, apretándome con demasiada fuerza contra su costado.

No quise ser descortés, por que a lo mejor solo quería ser cariñoso. Pero el modo protector en el que me abrazaba me recordaba a la forma en que Jacob me abrazaba y eso me incomodaba.

Era como si Seth quisiera fundirme en su cuerpo, o protegerme de algo. No lo se, pero era raro.

Lo mire un poco contrariada, pero sus ojos estaban fijos en mi destartalada TV. Lo seguí mirando por unos 10 minutos hasta que soltó un bufido, tomo el control, paró la película y me miro irritado.

- ¿Te gusto, tengo monos en la cara o que?- inquirió, aun que su vos se oía extraña. Y sus ojos se veían algo como ¿Ilusión? ¿Esperanza? No quería pensar en que tal vez Seth pudiera…No eso era imposible, no podía ser…Aun que, Leah estuvo enamorada de Sam incluso después de su imprimación, y no había ninguna ley o leyenda que prohibiera enamorarse de la imprimación de otro lobo, o, al menos eso era lo que yo creía.

- No se si monos, pero…Creo que algo te pasa ¿Me equivoco?-frunció el seño y desvió la mirada hacia la imagen detenida de la mujer española abrazando a su pequeño hijo.

Seth…estaba…Hay Dios, por favor dime que es una broma, por favor que no sea yo, cualquiera menos yo.

Seth agachó la vista y casi pude jurar que estaba avergonzado. Suspiro resignado y comenzó a hablar con la mirada fija en el piso

- Tengo un problema…-murmuró abatido. Dejo caer su brazo de mis hombros y se cubrió la cara con ambas manos. Gimió como si le doliera algo y continuo- Creo que eh cometido una estupidez a lo grande…

No le respondí, me quede sentada muy quieta mientras el se obligaba a continuar. Su vos cada vez se oía mas lastimosa y a veces se le escapaba un gemidito de dolor que no podía reprimir.

- Tengo un amigo que esta haciendo algo malo, y eso que esta haciendo mal…Esta perjudicando a una chica que quiero…

>>…No es justo, por que no se lo merece. Ella es muy buena, es dulce, es lista y es tan hermosa. Si tuviera que describirte todas las cosas buenas de esta chica, no me alcanzaría mi vida lobuna, ni siquiera una vida vampírica. Es que es realmente tan…increíble-soltó en un gemido- No quiero verla sufrir. Cuando todo estalle...ella…

>> Solo quiero que sea feliz…- guardo silencio y se quedo con su rostro escondido entre las manos, con el cuerpo reclinado hacia delante apunto de caerse. Nunca había visto a Seth deprimido y verlo así, ahora, me mataba. Literalmente. Hasta ese momento me había quedado inmóvil escuchando su relato, pero no pude resistir el impulse de consolarlo... Me pare del sillón y me puse en cuclillas frente a el. Abrasé su cuerpo febril tratando de consolarlo y el respondió a mi abrazo con mas devoción de la necesaria, recostó su cabeza en mi hombro mientras aspiraba el olor de mi pelo. De una manera que era casi imperceptible, casi logré distinguir sollozos. Sus sollozos. El corazón se me achicó, y me sentí miserable. Yo hacía sufrir a uno de los ángeles más dulces que Dios podría haber mandado a la tierra.

>> Annie…yo- sollozó- yo quiero que seas feliz.

- Yo soy feliz, Seth. Soy muy feliz, tengo mis amigos, mi familia vampiro, mi madre, a ustedes…

- Pero…eso es solo una…mentira- bruscamente levanto la cabeza de mi hombro y empezó a temblar. Instintivamente me aparte de el. Ahora estaba molesto, muy molesto. Esto era realmente aterrador.

- Seth, cálmate.

- Anira, tu…- el cuerpo de Seth empezó a sacudirse con brusquedad, parecía que quisiera entrar en fase, pero luego se llevo las manos al cuello. Se estaba ahogando- Jacob…Yo.

- ¡Seth! Cálmate ¿si?-le suplique, pero el seguía temblando y con esa expresión de que se estuviera ahogando. Acercarse no solo sería imprudente y peligroso, si no también estupido, pero Seth estaba sufriendo y no podía dejarlo así- Seth, cálmate. Por favor, cálmate. Respira-le supliqué avanzando un paso vacilante en su dirección y el retrocedió el mismo tramo que yo avance. Estaba respirando con más tranquilidad y sus convulsiones habían disminuido hasta el punto en el que solo sus manos temblaban.

Le tomo unos 5 minutos calmarse, mas una cuenta mental hasta 10.

Pero una vez que se había calmado seguía con la mirada fija en el piso. No estaba enojado, pero si bastante alterado.

- Tengo que irme- soltó con voz severa. Realmente me alarme y mis ojos se abrieron desmesuradamente. Seth jamás me había hablado así. Ni a mi ni a nadie, de eso estaba segura. ¿Por que mi “pequeño” Seth se comportaba así? ¿Por qué? La duda me estaba comiendo viva.

- No- alcance a murmurar pero me detuvo alzando la mano. Aun parecía reacio a mirarme a la cara

- Si me quedo acabaré por enfadarme con tigo y, de verdad, que no quiero hacerlo. Nos vemos- avanzó con el paso firme, sin siquiera un solo momento de vacilación. Eso era todo lo que hubiera necesitado. Un momento de vacilación para recobrar la compostura e ir tras el. Tenía que exigirle que volviera y que se calmara, que se quedara con migo, y por ultimo, y esto era un deseo puramente egoísta, era que me explicara eso que me ocultaban. Casi estaba deseando correr y pedirle que me lo contara. Pero, desgraciada mente cuando reaccione, ya era tarde. El ya se había ido.



Pasaron varias horas. Seth no volvió a aparecer. Nadie vino a casa después de eso. Estuve sola toda la noche. Realmente me sorprendió el hecho de que ni siquiera Alice apareciese con alguna loca idea que implicara una escapada a Las Vegas y regresar antes del amanecer.

- Supongo que estoy sola- suspire. Observé el reloj de la sala. Marcaba las 12 en punto- Hora de dormir- solté con resignación…

Aparecí en medio de un bosque negro como boca de lobo. El silencio persistente resultaba atronador. Por un momento considere taparme los oídos, pero deserte en cuanto vi aquel lobo enorme de pelaje color arena parado frente a mí, gruñéndome, mientras sobresalía de su enorme hocico unos enormes dientes, relucientes y afilados como navajas. Su gruñido era amenazador y sus ojos oscuros reflejaban odio. Un odio desmedido que me izo preguntarme que había echo yo para enfundarle aquello.

Por extraño que sonora, a pesar de que era consiente de que corría un peligro de muerte, no tenía miedo. Solo curiosidad, y esa curiosidad fue la que me impulso a dar un paso hacia delante. El lobo me gruño otra vez, pero ahora estaba agazapado. Preparándose para atacarme. Salto por los aires en un solo latido de corazón, paralizándome de la sorpresa. Voló sobre mi cabeza como un halcón que se lanza sobre su presa pero no fue a mi a quien atacó. Su objetivo era algo detrás de mi, algo que le gruño en respuesta de manera lastimosa. El enorme lobo impacto sobre otra enorme criatura, tarde un par de minutos entre el miedo y la sorpresa en darme cuenta con lo que estaba luchando Seth era otro lobo.

Un enorme lobo, aun más grande que Seth. Su pelaje era de color cobrizo y sus ojos eran de un negro intenso.

La sangre que fluía en mis venas se congeló en su sitio. El lobo más grande no hacía nada par defenderse. Solo gimoteaba lastimosamente mientras Seth seguía arremetiendo contra su garganta, sin dejar de gruñirle.

No sabía por que quería detener Seth, por que quería proteger al otro lobo de su ataque. ¿Que tal si ese lobo quería matarme y Seth me estaba protegiendo? Y si era así ¿Por qué estaba yendo hacia ellos con una mano extendida tratando de que pararan?

¿Quién era ese lobo?

¿Por qué Seth lo atacaba?

¿Por qué sentía esa sensación de urgencia por proteger a ese lobo?

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1 comentario:

  1. me gusto como escribiste!!!! no tiene nada k ver con twilight pero estan los mismos personajes!!!!!
    jejejej
    pero segui escribiendo!!!!!!!!!!!!!!!!1 jajajajjaja
    k paso jake le metia los cuernos??????????? jajajajajajjajajajajajajja
    besos!!! te dejo mi correo
    car_et@hotmail.com
    besos!!!1 espero la sigas!!!!1 ahh

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