Team "Todo lo que tenga piernas!"

miércoles, 30 de junio de 2010

O.S- Mi Salvación by Moi and Naty!!!

Mi salvación
Jelow!!!, este shot lo escribi con la genial, increible, asombrosa, frabullosa Naty como auto regalo-auto, de cumpleaños, y es genial. La verdad se me paso publicarlo aki...
Y adivinen quien es la prota?? juju ¬¬ ok, lo se, pero no hay nada mas bello que el amor propio verdad?
Si no te amas a ti mismo, nunca podras amar a nadie mas
jajaja
Ok, aki las dejo, disfruten y comenten!!!!!
Natt, eres genial!!!!! Eres Frabullosa!!!!!!
te quierooooooooooooooo


Jake POV

Ni siquiera pude ver el carro alejarse después de rogarle que se quedara. Sabía que no me haría caso, que era una causa perdida, pero debía hacer algo. Era la única opción que tenía para intentar evitar que se marchara a salvar la vida de alguien que no la amaba, enfrentándose a un montón de monstruos que se la almorzarían. Mi cuerpo entero tembló y entré en fase sin desearlo por primera vez desde que me había hecho parte de esta doble vida.
Pero no fue lo relajante que pensé que sería. Las voces en mi cabeza me aturdieron y me taladraron los sentidos los sentimientos de pena de los demás. Estaba arto de que sintieran pena por mí. Y estaba arto de ser el maldito melodramático de toda la manada. Deseé poder alejarme de todo y de todos por unos minutos. Aunque no fuera real, aunque no fuera permanente, sólo quería que las cosas fueran lo que eran antes de todo esto
Quisiera admitirlo o no, mi vida había cambiado cuando Bella se había mudado a Forks. Todo había ido cuesta a abajo desde entonces. Un golpe tras otro, sin tiempo para recuperarme.
Y entonces lo pensé: La única persona que no tenía nada que ver con todo esto. La única que me escucharía simplemente por apoyarme y no por formar parte de una ridícula realidad alterna de sanguijuelas y perros. Al fin y al cabo, y aunque pareciera ridículo, la persona más normal que conocía
Salí de fase antes de pensar en ella claramente, para no alertar a los demás de donde estaría. Ya estaba bastante cerca de casa, y necesitaría ropa si planeaba ir a visitarla. Corrí un par de minutos más y luego entré a casa sin prestarle atención a Billy cuando se sobresaltó por mi portazo. Fui directo a mi cuarto, ignorando sus preguntas y apretando los dientes para no responderle algo que sabía luego me traería consecuencias.
Tomé un par de pantalones y una playera oscura del armario. Realmente no tenía mucho de donde elegir. El que llevaba era mi último par de tenis, así que no me molesté en tomar zapatos. Sólo me quedé descalzo. Al fin y al cabo, me importaba un carajo seguir las reglas de etiqueta. Salí por la ventana para evitar a Billy y corrí por el camino que tanto conocía de hacía un par de años, y de toda mi vida.

Annie POV

La casa se veía fría, vacía, estéril. Como si fuera de otras personas. Tal vez, yo también estuviera volviéndome otra persona, al fin y al cabo.
Luego de pintar todo, de sacar los muebles y demás... no me sentía mejor. No, definitivamente, remodelar para que mis padres se enfadaran como el demonio no había sido una buena idea. En especial ahora que pensaba con mas claridad.
Y aun que todo se viera genial para mi gusto... No era mi casa. Sin nadie allí mas que yo, no parecía que fuera nada. Solo ladrillos y cemento.
Pero basta ya, no era momento de deprimirse. Las medidas extremas en situaciones extremas nunca fueron mi fuerte. Mis dedos rozaron las cicatrices de mis muñecas ante ese pensamiento. Definitivamente, las medidas extremas no eran cosa mía.
Me levante del sofá, tratando de aclarar las ideas. No debía ser negativa, o terminaría en otro psiquiatra. Tome uno de los discos sobre la nueva mesilla de café frente al sofá y lo coloque en el equipo de música.
La sala se lleno de armonía, con la voz ronca y desvencijada de Joaquín Sabina completando el ambiente. Sin perder tiempo tome el mando y puse una de mis canciones favoritas. "La Magdalena". Oh si, Joaquín era, para mi, ese tío bohemio que todos deseamos alguna ves. La cura para mi inminente soledad...
Sentí como si la casa se estremeciera, o por lo menos mi puerta de entrada, cuando alguien la aporreo con violencia y rapidez. Se me erizaron los bellos del cuerpo ante la posibilidad de tener a algún asesino serial o maníaco religioso dispuesto a encaminarme por el camino de la fe. Considere seriamente llamar a la policía, pero, solo por si acaso pregunte antes.
- ¿Quien es?
- ¿Annie?
- Jake? eres tu?
- Annie ¿en serio eres tu? Te oigo diferente... -se quedó callado un segundo- Si, soy yo -agregó luego cuando entendió que no había contestado mi pregunta
- Pues yo si estoy segura de ser yo, y el que se oye raro eres tu. Como se que no eres Jack the Riper o algo así uh? -Jake soltó una carcajada, pero tampoco sonó correcta. Era él, lo reconocería donde fuera, pero había algo mal.
- Creo que me siento más como una de sus víctimas -respondió intentando que sonara como una broma.
Otra vez mi corazón dio un vuelco. Corrí hacia la puerta y la abrí de golpe. El hombre que vi allí parado... No era mi Jacob. Físicamente lo era, o al menos parte de el. Tenía semanas sin ir a la escuela y Billy no me dejaba verlo. decía que estaba muy, muy enfermo. Además siempre estaba con la chica Swan, que aun que no tuviera nada contra ella, me parecía un poco demasiado fatalista. Tu novio te dejo amiga, acéptalo. NO uses a MI Jacob, por eso.
En fin, Jake se veía muy mal. Su rostro estaba completamente descompuesto. Habían enormes surcos en su frente, y sus labios estaban tensos. Donde debía haber alegría, solo veía un intenso dolor. Aun que tratara de disimularlo... No podía o no lo hacia con empeño.
Me lancé a sus brazos, básicamente saltando para alcanzarlo y tratar de brindarle consuelo. Ignorando sin éxito la mariposas en mi estomago. No era momento para pensar en mi absurda fantasía sobre una vida larga y feliz a su lado. Ahora la realidad me demandaba mi atención... Además, sabia que eso jamás ocurriría...
- Jakie, que te ocurre, pequeño?- utilice su sobre nombre, ese que repudiaba con cada fibra de su ser, para tratar de animarlo. Hizo una mueca con la boca, pero bajo ningún concepto eso se podría considerar una sonrisa. De verdad me preocupé cuando ni siquiera se quejó. Fruncí el ceño y tiré de su mano para hacerlo pasar. Cerré la puerta tras nosotros y lo empujé hasta el sofá. De verdad había crecido mucho en las últimas semanas. No parecía posible que hubiera cambiado tanto, pero no pregunté por el tema. No parecía ser el momento adecuado.
- ¿Que sucedió? -insistí. No respondió, en vez de eso, tomó mi mano, y Dios! Estaba ardiendo!! Como si tuviera fiebre. Pero antes de poder siquiera preocuparme, tiro de mi mano y me sentó con brusquedad junto a el. Casi me arranca el brazo pero no pudo importarme menos... Dios, parecía que Jake quisiera echarse a llorar con todas su fuerzas. Me partía el alma, literalmente. Jake era mi mundo entero, y lo que a el le afectaba, a mi me mataba. así de enamorada estaba de el. De un modo irracional y estúpido, y para rematar, Jake no me correspondía.
He aquí, súbditos del reino de "Estupidilandia" A su Reina Annyra Marshall! Tomé el rostro de Jacob con mi mano libre y acaricie su piel, suave y hermosa con cuidado.
- Que paso, Jacob?

Jake POV

- ¿Tú que crees? -le pregunté entre mis dientes algo irritado. Siempre era lo mismo. Siempre era la misma historia. Una y otra vez.
- Pues, no lo se, en lo físico diría que te atropello un camión, pero en lo emocional, me atrevería a mencionar a la señorita depresión- intenté sonreír por el comentario, pero sólo logré una carcajada muda e irónica.
Annie frunció el ceño y me miró a los ojos por un segundo.
- Jake, no puedes seguir así, no es sano sufrir por alguien que- guardó silencio un segundo, y juraría que oí su corazón latir mas a prisa. Tal vez estuviera eligiendo mejor sus palabras, ella tendía a hablar sin pensar- No siente lo mismo- dijo sombríamente. Me temblaron las manos y hablé entre mis dientes.
- No es algo que haya elegido, Annie -me hice hacia atrás para evitar el contacto de su mano. No quería que sintiera la tensión de mi mandíbula, o el temblor de mi cuerpo- ¿Crees que me gusta rogarle como cachorro? No sabes lo que es enamorarse de alguien que no te corresponde.
- Así que ahora tienes todas las respuesta?- me espetó con sarcasmo, la mire perplejo mientras ella me fulminaba con la mirada- Deja de sufrir por ella, eres mas fuerte que eso, Jacob- parecía que se hablara a si misma. Le sostuve la mirada por un largo rato, y luego suspiré profundamente varias veces para calmarme. Mis problemas no tenían nada que ver con ella. Sólo estaba intentando ser mi amiga. De todas formas, no parecía... correcto lo que decía. El problema era que yo NO era fuerte. Por mas que lo intentaba, no lograba olvidar a Bella. Todo lo que hacía era por ella y para ella. Solté un gemido involuntario al pensar sin proponérmelo en dónde estaba Bella ahora. Seguro el enamoramiento se me quitaría cuando muriera a manos de los chupasangres. O peor. Cuando volviera de Italia con él.
- Lo siento- murmuró. Se estiro sobre el sofá y me envolvió en sus brazos. Su contacto era tan suave, tan conciliador...- Se lo mucho, que la amas, no debería decir eso. Pero no significa que no sea verdad. Debes ser fuerte, y no permitir que te mate. créeme, no puedes vivir con el dolor, tarde o temprano te alcanza y te destruye...- su voz fue perdiendo cadencia hasta que se volvió un susurró apenas audible... para un humano claro. Sus palabras eran tan extrañas. Anne no solía auto compadecerse, ni hablar de sus sentimientos con nadie. Siempre estaba muy metida en su coraza protectora, escondiéndose del mundo, evitando salir herida manteniéndose al margen de todo. Y ahora me hablaba como si nos estuviera aconsejando a ambos... Dios, ella debía estar casi tan mal como yo.
- ¿Y a ti qué te sucede? -pregunté en el mismo tono que ella había usado. Su abrazo aún se sentía como una bocanada de aire, pero había algo raro en ella. Por mucho que quisiera matar a Ed-iota, también descuartizaría a quien quiera que le hiciera daño. Ella siempre había sido mi amiga, mi cómplice, mi apoyo. Se merecía un asesinato o dos en recompensa.
- Nada, y si lo hubiera, sabes que no te lo diría fortachón- su tono burlón y su falsa sonrisa no lograron convencerme. Podía ver, en sus profundos ojos verdes un dolor tan intenso, que no sabía como podía soportarlo
- Claro que no me lo dirías -solté entre dientes. Siempre había detestado su autosuficiencia. Aunque muchas veces había deseado poder ser de esa forma. Ella siempre lo soportaba todo. Caída tras caída, volvía a levantarse fingiendo una sonrisa para el mundo-. Nunca lo dices ¿o si?
- Nop, el mundo ya esta bastante cagado como para sumarle mis conflictos emocionales- dijo sonriendo de una manera tan amarga que se me erizaron los bellos de la nuca- pero al menos, puedo escuchar a otros y decirles que hacer.
Solté un bufido y la miré casi gruñéndole. De verdad me volvía loco que fuera así.
- Claro, por qué lo harías, ¿cierto? -repliqué alejándome de nuevo-. No te vayas a arriesgar a que alguien te apoye a ti por una vez en la vida ¿no? - ahora sólo echaba humo. Sabía que no estaba del todo en mis cabales, pero no quería quedarme callado. Estaba arto de quedarme callado. De acumular las cosas en mi pecho. No podía entender cómo lo hacía ella todo el tiempo-. O quizás sólo no quieres que sea yo el que te apoye -agregué casi gritándole.
Hizo una mueca. Y me quedé callado de repente. Nos miramos desafiantes por un segundo y cuando volví a hablar mi voz casi no se escuchaba.
- Sólo dímelo ¿quieres?
- Jake, cálmate, no estas en tus cabales y...- la interrumpí con un grito ahogado, es que no se cansaba de tanta mierda??? Las manos me temblaron de nuevo y sus ojos se volvieron curiosos mirándome. Me puse de pie y podría jurar que se estremeció al oír mi voz con tanto volumen.
- ¿Yo no estoy en mis cabales? Tú, de todas las personas me dices eso? Por favor... Sólo mírate. Ni siquiera tienes las agallas para admitir que algo te sucede. Por lo menos yo estoy siendo sincero contigo. Siempre lo he sido. Pero tu, ¡Claro! Siempre tienes que ser fuerte ¿cierto? No se vaya a derrumbar el mundo porque tú demuestres que algo te molesta ¿no?
Intentó replicar algo, pero seguí gritando a pesar de ver su boca moverse. Se puso de pie para hacerme frente, y yo sólo levanté más la voz, gritándole a la cara.
- "Mis cabales". Sabes qué? las personas se salen de sus cabales de vez en cuando.- Por lo menos las que no temen demostrar lo que les sucede.
- Basta!!!!!!- chilló- SABES QUE???? SI! SIENTO, PIENSO, RESPIRO, AMO! Pero todo eso no sirve de nada si no hay nadie para escucharte!! Mis padres, dios! puedo ponerme frente a un tren y a ellos no les importaría!!!! Y a ti tampoco!!! Por que seguirías lamentándote por que la reina de drama Swan no te ama. Pues sabes que?? Eres un idiota por enamorarte de alguien que no te quiere mas que como un amigo para olvidarse de su ex que esta en algún lado!! Yo por lo menos me lo guardo para mi, en lugar de armar un circo de ello. Por que, a quien rayos le importa lo que siento? uh? Te diré a quien. A NADIE!!!!! Ni a ti, ni a mis padres, a mi familia, NI A TODA LA GENTE DE ESTE MALDITO PUEBLO!!!! sabes? Mira esto- ella extendió sus muñecas marcadas frente a mi cara mientras seguía gritando y comenzaba a llorar- Esto!! Esto es la prueba tangible de lo que pasa cuando me salgo de mis cabales!!! Quise suicidarme Jacob!, lo intente!!! pero me acobarde por alguna estúpida razón, luego vinieron mis padres a mandarme a un psicólogo y ellos se fueron otra vez!! Tu ni siquiera fuiste al hospital a verme por que estabas muy ocupado con Isabella- escupió el nombre entre dientes como si de veneno se tratara- A nadie le importa lo que tengo que decir Jake- murmuro con la voz rota- Por eso, ya no tengo nada mas que decir. Si te dijera ahora mismo lo mucho que te amo, como seria capas de dar mi vida por ti... No te importaría, por que seguirías pensando en ella, y como desearías que fuese ella quien te lo dijera, así que, por que perder el tiempo en algo que será completamente inútil? No hará que la ames menos, ni que me quieras mas. Solo hará que te sientas culpable y que yo me sienta una idiota. así que, es por eso, señor sabiondo, que es mejor quedarse callado, si después de todo, a nadie le importa lo que dirás, y si les importa, eso no cambiara nada- finalmente se dejo caer sobre el sofá mientras trataba de normalizar su respiración. Yo me quede completamente en blanco...
Tardé un par de segundos en procesar todo lo que había dicho. La frustración, la soledad, la desesperación, el despecho... pero sobre todo. ¿El amor? Annie... ¿Me amaba? Tragué en seco y la miré. Mantenía los ojos pegados en un punto fijo delante de sí misma. ¿Era yo? Yo era el idiota que le hacía pasar por todo esto? Apoyé mi rodilla a su lado y bajé hasta quedar a su altura. Quería verla a los ojos, y sabia que no lo haría si se lo pedía. Tomé su barbilla con mi mano y prácticamente la obligué a mirarme volteando su cabeza hacia mi rostro. Sus ojos continuaron en un punto fijo a mi lado.
- Mírame -ordené, y cerró los ojos.
- Déjame
- ¿Era cierto? -demandé.
- No -mintió.
- Entonces mírame -repetí, manteniéndo su rostro en la misma posición cuando intentó quitarlo.
- Para que?? que caso tiene Jacob?
Era cierto. Jamás creí que fuera posible... jamás se me cruzó la idea por la cabeza. Es decir, era Annie... mi amiga. Jamás la había visto de otra forma, pero ahora todo dba vueltas a mi alrededor como si cada hecho tuviera una explicación. Su amistad, su apoyo, su odio hacia Bella... Le presté atención a la chica que tenía frente a mí por un segundo. No podía negar que era hermosa. Aunque su rostro continuaba contraído por el mal trago que le había hecho pasar.
- Annie... -susurré en un hilo de voz.
- Mira Jake- su voz se torno ácida, y se paro de golpe- Tu no me quieres, y yo si, pero eso es todo. asi que hagámonos un favor, en nombre de nuestra amistad y olvidemos todo esto. Solo veamos una pelicula o algo asi, por que- su voz se quebró- ni aun que me desnudara aki, frente a ti... nada pasaria jake, como mucho apartarias la mirada avergonzado y ya. Solo olvidemoslo Jakie, si?
Me quedé callado mirándola. Por un segudo me vino a la mente la idea de ella desnuda. Evité gruñir por la extraña forma en la que mi cuerpo reaccionó. Era nuevo pensar ese tipo de cosas acerca de ella. Sacudí la cabeza e intenté concentrarme en lo que había dicho luego. "Solo olvidémoslo"... sonaba tan fácil. Aclaré mi garganta y asentí levemente en su dirección sin levantar la vista hasta sus ojos.
- Lo vez? -suspiró. Tomó mi mano y la llevo al último lugar donde pense que la llevaría. La mire sorprendido, sus mejillas se veían como dos pequeñas fresas y sus labios trataban de disimular una sonrisa. Mire mi mano encima de su pecho sin podermelo creer- Sientes... algo? - pregunto con la voz un poco ronca.
Tragué en seco y moví mi mano ligeramente, haciendo que se estremeciera. Aún estaba sentado en el sofá, con ella frente a mí, así que moví mi otra mano hasta su cintura y la deslicé lentamente hasta su espalda. Sus ojos reflejaron algo del fuego que comenzaba a invadirme a mí también. En un movimiento repentino, la empujé contra mí sentándola a horcajadas de mis piernas, sin quitar mis manos de donde las tenía.
Se sobresaltó por el movimiento y estampé mis labios sobre los suyos antes de que pudiera replicar algo. En un primer momento se quedó completamente congelada. Deslicé mi mano por su pecho y lo presioné ligeramente. No quería dejar de tocarla. Soltó un pequeño suspiro contra mis labios y luego comenzó a devolverme el beso.
Presioné mi mano en su espalda y la atraje más a mí, pegándola a mi cuerpo mientras la seguía besando. Hablé contra su boca, incluso sabiendo que lo que diría no se entendería a la perfección:
- Tú sientes eso? -le pregunté
- Dios, sí que lo siento- jadeó. quitando sus manos de las mias tomo mi cabello en sus puños, peganzo su rostro al mio. Un estremeciomiento me recorio cuando ella empezó a lamer mis labios. Con gusto, abri mi boca para ella. Lu lengua era humeda y suave, y acariciaba a la mia con fervor. Parecia que le gustaba la situacion. Y a mi tambien, aun que no pudiera creerlo.
Cuando mi mano se separó de su pecho izquierdo, ella lloriqueo como una niña pequeña. Sonrei ante la perspectiva y ella se aparto de mi. Por un momenot pense que estaba molesta, hasta que ella me solto y se quito la blusa frente a mi. No trai ropa interior, al menos no traía corpiño.
Me quede muy quieto mientras observaba sus pechos desnudo, allí, perfectos y cremosos. Llamándome a que los probara. Quería tan fervientemente tocarlos de nuevo. pero estaba a la ves tan nervioso. Me sentía un imbesil. Como el golipollas de la clase que quiere pedirle salir a la chica mas sexy de la escuela. Annie suspiró, y luego me sonrió con ternura.
- Tócame, Jake. Por favor- me rogó con voz sexy- Hazlo, tócame de nuevo
Gruñí y deslicé una de mis manos por su pecho mientras me incorporaba para volver a su boca. La besé casi desesperado mientras mi mano se movía ansiosa por su pecho de nuevo y jugaba de vez en cuando con su pezón, pellizcándolo entre los dedos y haciendo que gimiera contra mis labios. Mi lengua pidió permiso en su boca y a penas tocó la suya se estremeció sobre mí. La presioné de nuevo contra mi cuerpo para que me sintiera. Para que supiera en cuántas formas la sentía, para que supiera lo mucho que me provocaba haciendo lo que hacía.
Jugó con el borde de mi playera y tiró de él hasta que fui capaz de alejarme lo suficiente como para que la quitara de en medio. Quería sentir su piel contra la mía, y absolutamente todo me estorbaba entre nosotros. A penas me quitó la molesta prenda, bajó sus labios hasta mi pecho y comenzó a besarme ahí hasta que gruñí por la frustración.
- Jake, sabes tan bien- su lengua recorrió mi pezón, besándolo e incluso dejándole una pequeña marca por un mordisco que me izo gruñir. Entonces ella me miro un segundo avergonzada, una de sus manos desapareció entre nosotros. Trague saliva cuando ella se inclino para susurrarme - Puedo tocarte?
Gruñí de nuevo y acerqué mi boca a su oído también.
- Donde quieras -murmuré con la voz ronca justo antes de morder ligeramente el lóbulo de su oído.
Soltó una risilla maliciosa, y entonces abrió el botón de mi pantalón, y me tocó justo ahí. En el centro de mi cuerpo, donde deseaba sentir sus caricias.
Movió su mano lentamente, mientras debes en cuando me miraba como si comprobara que lo hacia bien, y cuando gemía, ella sonreía y lo hacia con mas fuerza. Nunca había experimentado nada como eso. Nadie me había tocado así nunca. Era sublime, maravilloso, increíble. Me tocaba con tanto cuidado como si me fuera a romper, y a la ves lo hacia tan bien que le gruñía. Me excitaba tanto tenerla allí...
- Annie... -gemí y sus ojos revolotearon hasta los míos. Ya no lo soportaba. Me incorporé bruscamente y la empujé hasta dejarla en de espaldas sobre el sofá, debajo de mí... a mi merced. Soltó un pequeño grito ahogado y jadeo por el cambio de posición. Presioné mi entrepierna contra la suya, la prueba de lo mucho que me excitaba, y gimió sin poder evitarlo. Paseé mis manos por los costados de su cuerpo rozándola solo con las puntas de mis dedos y apoyé mis labios en el centro de su pecho, para luego ir bajando lentamente, trazando mi camino hasta su ombligo.
Arqueó la espalda al sentirme tan cerca y me encargué de desabrochar su pantalón y bajarlo lentamente, tocando toda la piel que me fuera posible mientras lo hacía. Me incorporé a penas un poco para quitarlo completamente, y luego me quedé mirándola completamente desnuda, esperándome.
Sus ojos verdes, estaban nublados de deseo. Podía oler incluso ese delicioso aroma que emanaba entre sus piernas y la rapidez con que latía su corazón.
Jamás había visto algo como esto.
- Que piensas Jake? -preguntó con la voz un poco deformada por la respiración agitada
- Sólo en ti -respondí arrojando sus pantalones a un lado y devolviendo mi boca a su piel, rozando
suavemente mis labios contra la parte baja de su estómago. Pude oír su corazón acelerarse, como su respiración se le dificultaba cada vez mas. Jamás había hecho algo como esto y me sentía como un idiota. Pero... no quería dejar de intentarlo.
Deposité un pequeño beso en el lugar donde mas calor sentí que había, y ella gimió y se retorció en respuesta. Volví a hacerlo, solo que un beso mas largo, y húmedo. Ella empezó a jadear y retorcerse y por un segundo pensé que le dolía hasta que tomó mi cabello mi me incito a hacerlo de nuevo.
Estaba tan... excitado? si creo que eso era. La situación era, increíble, como se movía y contorsionaba, como gemía y respondía a mi. Levanté la vista y su expresión hizo que soltara un gruñido contra su piel. Todo en su cuerpo me indicaba que avanzara, que podía probarla, hacerla mía y volverla loca. Soltó un gemido cuando acerqué mis dedos dudosos a su entrada. La sentía tan húmeda y caliente que no lograba hacerme a la idea de que fuera por mi causa. Jugueteé un segundo sólo con la yema de uno de mis dedos, dudando si sería lo correcto.
- Ahh- su gemido taladro mis oídos, y me incito a avanzar. Entonces solo deguste como un loco hambriento su tesoro. Ella era deliciosa, increíble. Todo lo que sentía allí era calor liquido llenando mi boca. Sabía maravillosamente bien. Y sus gemidos eran la mas dulce música que me invitaba a seguirla probando. - Jake... Jake- murmuraba.
Continúe bebiendo de su cuerpo, mas sediento de lo que jamás estuve, y con mi pulgar masajeé su punto
débil con un de mis dedos. Sus gemidos se hicieron cada ves mas sonoros, y las palabras que salían de su boca menos coherentes. Me suplicaba por mas, al mismo tiempo que me rogaba que parara.
Si no fuera por que ella misma era la que se movía al compás de mis nerviosos movimientos, pensaría que su mente le estaba empezando a fallar. Tal vez fuéramos dos...
La sentí estremeciéndose más y más conforme sus gemidos aumentaban de volumen. Pero de pronto todo se detuvo. Los temblores, los jadeos, la fuerza de sus dedos que permanecían enredados en el cabello de mi nuca... por un segundo casi entré en pánico, hasta que un gemido profundo se escapó del mismísimo centro de su pecho. Y entonces comprendí que se estaba corriendo. En mis labios, por mis dedos, mi lengua y mis movimientos.
Levanté la vista cuando comenzó a respirar de nuevo -todavía agitadamente-, y le miré relamiéndome los
labios. Su sabor aún permanecía en ellos. Sus facciones aún continuaban contraídas y sus ojos cerrados. Se mordía el labio en una forma en que desee que fuera el mío, y me estremecí cuando una pequeña sonrisa se asomó por su rostro
- Ven- tomó mi mano y me llevo hasta quedar sobre ella, con mi excitación rozándola. Suspiro un segundo antes de tomar mis labios de nuevo y lamerlos, lamiendo su propio saber mezclado con el mío, y entonces dijo- Te amo, con toda mi alma Jake. Quiero hacerte feliz todo lo que me sea posible. Quiero que te olvides de ella, y no me rendiré, voy a pelear por ti Jacob. Y empezaré ahora mismo -su respiración se volvió entrecortada de nuevo, como si se hubiera quedado sin aire, justo al igual que la mía. No podía creer lo que decía. ¿Cómo podía amarme? Sentí un nudo en la garganta y pensé en todas las veces que ella había estado ahí para mí. Para apoyarme, para sacarme a flote. Deseé poder hacer lo mismo por ella, hacerla sentir como la persona más importante en el mundo. Me miró con curiosidad le ofrecí una sonrisa. La primera sincera desde que Bella había tomado como hábito romperme el corazón.
- Sólo pienso en ti ahora -le dije muy despacio, remarcando cada palabra, asegurándome de que supiera que decía la verdad.
- Gracias- deslizo su mano en mi torso y volvió a capturarme, moviéndose rápidamente haciéndome gemir y gruñirle. Me guió poco a poco hacia su centro y entonces me soltó. Sus ojos se clavaron en los míos, y pude ver una pizca de miedo en ellos- Con cuidado si?- me limite a asentir mientras trataba de entrar y entonces… Se bajó, si creo que así se dice... MIERDA!!!! Justo ahoraaa. Ella me miro extrañada y casi ofendida por la reacción de mi miembro. Como puede ser que ya no este... como se dice... no se erecto?? este es el momento mas erótico de mi vida y tu te caes así nada mas???
- Que paso?- me inquirió. Que le digo ahora?? Lo siento, no es que no me excites, es solo que mi miembro no quiere cooperar con nosotros??
Ah!! Maldita sea mi suerte!!
- Tranquilo, yo lo arreglo- dijo con voz sensual antes de tomarme y comenzar a acariciarme contra su cuerpo. Ah, empecé a gemir otra vez. Me dediqué a besar la suave piel de su cuello mientras sus manos seguían deslizándose por mi miembro.
-Anne... -gemí cuando me frotó de nuevo contra su piel y comencé a dirigir yo mismo los roces, moviéndome lentamente contra la piel de la parte interior de su muslo.
Me sostuve sobre mis brazos un momento y la miré directamente a los ojos. Le sonreí un poco, para alentarla y tragué en seco cuando noté el calor emanando de su cuerpo.
- ¿Listo? -me preguntó con la voz un poco ronca. Asentí con la cabeza y planté un corto beso en sus labios.
- ¿Qué tal tú? -agregué al alejarme, sintiéndome justo en su entrada.
-Hazlo, susurró. Sonreí por la forma entrecortada en la que soltó la palabra e hice un poco de presión, controlando siempre su expresión. No parecía querer demostrar mucho. Continuaba con las facciones relajadas y los labios apretados, como evitando que algún sonido o queja se le escapara.
- Annie... -me quejé, y sus ojos se enfocaron en mi rostro y tragó en seco-. ¿Quieres dejar de actuar como muñeca inflable?
- No soy ninguna muñeca inflable, solo estoy esperando a que me la metas de una vez- me regaño. Sus piernas envolvieron mi cadera y me insito empujando, inútilmente, ya que mi resistencia era mucho mayor que la suya- Confía en mi, estoy lista... A menos que tengas miedo o seas gay Jakie- sonrió con malicia mientras sus manos se paseaban por mis hombros- Es una lastima, en verdad quería hacerlo contigo.
- ¿Gay? ¿De verdad crees que llamándome homosexual es la mejor manera de seducirme? Sólo te faltó insultar mi tamaño, y ya hubieras cubierto todas las bases -repliqué sarcástico, aún sin moverme. Sentía ganas de quitarme, solo para torturarla, pero mi cuerpo no parecía estar de acuerdo. Incluso comenzaba a costarme quedarme quieto.
- Pues, tu eres el que esta discutiendo aquí, con una mujer desnuda, que, y me atrevo a presumir. te excita en vez de estar haciéndome gritar. Discúlpame por mi observación- contra atacó. Dios, estaba allí tendido discutiendo en lugar de estar haciéndole el amor. Algo debía de andar mal en mi, aparte de eso de la licantropía claro, pero no creo que ese fuera un tema de discusión en este momento
Bueno, quizás es un buen punto -admití, y bajé mi mano lentamente por su abdomen sin que pareciera notarlo-. Pero ¿que me dices de ti? Hasta ahora no he visto ningún indicio de que te guste lo que hago -pretendí un tono ofendido y continué bajando mi mano hasta su punto más sensible. Tracé un círculo sobre él tomándola por sorpresa, y a penas lo hice soltó un gemido y luego jadeo sin aire. Sonreí sin poder evitarlo y empujé con fuerza contra ella cuando arqueó la espalda, deshaciendo su fachada despreocupada. Atisbé una pizca de dolor en sus facciones, y sus uñas se clavaron en mis hombros, seguramente dejando varias marcas.
- Hay- gimió, aun que no fue la clase de sonido que esperaba. Me sentí una basura, ya que a ella parecía no gustarle, y por el contrario, yo me sentía, como que acabara de descubrir el cielo o algo así. Y sin darme cuanta, me moví. Una oleada de placer me azoto. Dios, se sentía tan bien. Pero ella, gimió de nuevo, con los labios apretados tratando de disimular, y justo cuando estaba por preguntar olí la sangre. Annie era virgen. Mierda, había desvirgado a mi segunda mejor amiga. La misma niña con la que solía jugar guerras de bolas de lluvia a los 6 años.
- Anda, Jake- me animo- muévete- su rostro decía otra cosa. Su frente estaba llena de pequeñas arrugas y sus ojos achinados. La había lastimado, a ella. Mi Annie.
- Siento haberte lastimado -susurré, y luego estampé mis labios contra los suyos cuando noté que iba a contradecirme. Sabía que le había hecho daño, la conocía casi mejor que nadie, podía verlo en sus ojos. Pero me esmeraría por compensarla. La besé por largo rato, primero dulcemente, muy despacio... dejé que ella controlara la intensidad del beso. Así sabría qué tanto se acostumbraba a mí. Mientras el tiempo pasaba.
Cuando enredó sus dedos en el cabello de mi nuca, profundizando el beso y buscando mi lengua con la suya, sólo ahí comencé a moverme de nuevo. Jadeó contra mis labios y tembló ligeramente bajo mi cuerpo, pero no se quejó. Me moví despacio y bajé mis labios por su cuello cuando necesité aire.
- Jake- musito. Su voz... mi nombre pronunciado de esa manera. Tal vez si me había muerto después de todo, y ella mí ángel de la guardia. Tal vez esto era el cielo. Este intenso placer, casi desgarrador. Increíble. Annie comenzó a moverse en círculos, aumentando el ritmo pausadamente. Su gemidos se volvieron verdaderos sonidos de placer. Entonces una canción sonó en el estereo y empezó a subir solo el volumen. Era ese idiota con la voz pastosa que annie idolatraba tanto. Joaquín Sabina o como sea. Pues gracias por arruinar mi primera relación sexual amigo, en verdad gracias.
Los movimientos de annie se volvieron repentinamente mas lentos, a la par de los míos. Y entonces comenzó a susurrarme, sin perderme de vista:
- Y me envenenan los besos que voy dando, y sin embargo cuando duermo sin ti, contigo sueño... Y si te vas, me voy por los tejados, como un gato sin dueño. Perdido en el pañuelo de amargura, que empaña sin mancharla, tu hermosura- me cantó, con sus ojos llenos de lagrimas.
No entendía casi nada de español, pero tal vez seria hora de aprender... En especial si lo que decía la conmovía de esa manera
- Eso, eso es lo que siento Jake. Solo sueño contigo cuando no estas- murmuro- Te amo, Jake...
- Yo también te amo, mi Annie -respondí quitando un mechón de su húmedo cabello de su rostro y besándola luego en los labios. Medité por un segundo lo que había dicho. No lo había pensado, pero ahora sabía que era cierto. Era... obvio. ¿Cómo era posible que nunca me hubiera dado cuenta de que ella estaba ahí para mí?
La verdad inconciente en mis propias palabras hizo que tomara más confianza en la forma en la que me movía. No estaba teniendo sexo con ella, estaba haciéndola mía, volviéndome suyo, haciéndole el amor...
- Jake, jake- gemía. Me sentía morir por ella, de verdad, tal vez fuera amor, o tal vez las hormonas lobunas me jugaran una mala pasada, pero ahora, con ella entre mis brazos, con su dulce cuerpo presionando contra el Mio. Podría jurar que era verdad. Que la amaba. Y que no quería dejarla. Nunca.
Su calidez era maravillosa, conciliadora. Me hacia sentir en casa, feliz y a salvo como no me había sentido desde hacia mucho. Y mi placer fue aumentando. Con forme sus gemidos se elevaban y sus paredes se apretaban en torno a mi. Estaba agitado, mi corazón se desboco al igual que el de ella. Sentí que mi placer aumentaba aun mas, por lo que me movía mas rápido, entrando y saliendo de su precioso templo con mas fuerza. Me estaba viniendo, o eso me parecía. Creía que explotaría, que me prendería en llamas y quemaría todo, es mas, no sabia como ella soportaba mi piel tan caliente como ahora.
- Mas, mas, mas. Dame mas Jacob, mas
Dios, me volvía loco gimiendo de esa forma. Escondí mi rostro en la suave curvatura de su cuello y apoyé mis labios en su piel evitando gritar cuando se estremeció bajo mi cuerpo y se apretó a mi alrededor gimiendo cosas sin sentido. No pude resistirme a correrme con ella, a penas fui conciente de su orgasmo. Solté su nombre en el punto en el que más placer me embargaba, y la cabeza me dio vueltas al escuchar el mio de la misma forma, deformado entra los gemidos de su dulce voz.
A penas alcancé a respirar un par de veces antes de que mis pulmones se congelaran con el pánico. Me alejé y Annie aún jadeaba con los ojos cerrados. Los abrió al sentir mi tensión. Frunció el ceño al ver mi expresión.
- Que? te arrepentiste?-pregunto con las voz dolida
Tragué en seco y hubiera reído por el comentario de no ser porque sentía terror.
- No usamos protección -expliqué.
Los ojos de annie se abrieron por un momento, cargados de pánico, entonces, su ceño se volvió pensativo y comenzó a contar con los dedos. MIERDA, la había cagado monumentalmente. Y para empeorar el tipo seguía cantando.
- Puedes...- ella me miro, con si le hubiera interrumpido algún calculo y luego reacciono. Entonces su mano se introdujo entre los cojines del sofá, tomo el control y apago el estéreo.
- Espérame aquí un momento- se levanto del sofá de un salto y salio corriendo al por el pasillo desnuda
Me senté en el sofá y apoyé mis codos en mis rodillas para esconder mi cabeza en mis manos. Si que era unidiota! Nuestra primera vez y ya la había fregado. No podía ser posible que fuera tan idiota. Oí sus pasos acercarse detrás de mi, tratando de ser sigilosa. Intente fingir que no la escuchaba, hasta que salto sobre mi espalda y me beso la nuca. Maldición, cuando sus pechos se aplastaron contra mi cuerpo volví a excitarme...
- Estás de suerte, Jakie- me susurró con alegría. La mire con el ceño fruncido como diciendo "estas loca? o que te pasa"
- No seas gruñón, créeme, tienes suerte
- Estas segura?
- Pues claro, al fin y al cabo son mis ovarios. Estamos de suerte, ya que ayer termino mi período, así que soy infértil otros 13 días mas -suspiré sin poder creer mi suerte, aunque mi corazón no paraba de golpearme las costillas frenéticamente. En parte por el resabio del miedo, en parte por que aún sentía sus pechos aplastados contra mi espalda, y sentía el dulce perfume de su sexo en el aire. Tragué en seco y sacudí la cabeza para entrar en mis cabales. O por lo menos para intentarlo. Suspiré profundamente y volteé la cabeza para besarla en los labios.
- Vaya que somos afortunados -murmuré contra sus labios-. Aunque no pienso arriesgarme de nuevo -frunció el ceño ligeramente-. A la próxima uso preservativos -agregué, y volvió a sonreír.
- Pró...xima?-pregunto incrédula. Casi le gruñí cuando me alejé un poco y observé su cuerpo desnudo tan cerca del mío.
- Dios, espero que tengas preservativos en algún lugar de la casa -murmuré con la voz ronca y tiré de su mano de repente para hacer que cayera sobre el respaldo del sofá, y luego a mi regazo. Rió por un momento por el comentario y luego se calmó de a poco cuando la besé en los labios y bajé mi mano por su cuerpo intentando convencer a mi cabeza de que no podía llegar demasiado lejos.
- Sabes que creo??
- Que? -pregunté contra sus labios
- Que Isabella Swan es una tonta, su novio, y sin ofender al chico pero, puede tener todos los millones que quiera, su cara perfecta y su ropa cara, pero esta mas blanco que un pollo crudo, y no importa lo que digan, sus cejas están depiladas. Además has visto esos autos caros que conduce? Estas inseguro sobre ALGO Eddie? jeje, pero de todos modos, sigo creyendo que el es gay, solo con mirarlo te das cuenta. Apuesto que incluso nunca le a echo el amor como nosotros. Pobre ilusa, no sabe lo que se pierde -dijo sonriendo.
Me reí con ganas. Por fin alguien me prefería sobre ese chupasangres.
- En cambio, tu amor. murmuro, tendiéndome de espaldas sobre el sofá- eres, sexy, hermoso, tienes un cuerpo de infarto, eres calido, y sobretodo quiero comerte- le dio una larga lamida a mi torso y tuve que evitar gruñirle como lobo- apuesto a que quedarías genial con chocolate fundido encima
Aunque intenté evitar gruñir de nuevo, esta vez me fue imposible. Sus suaves labios se paseaban por mi pecho y sus delicadas manos bajaban de a poco. Tragué en seco.
- Yo no creo que necesite el chocolate para morir por saborearte lo mas posible -susurré, y luego apreté los ojos cuando soltó un tenue gemido, haciendo vibrar sus labios contra mi piel.
- Tenemos que buscar esos preservativos ya mismo!- exclamo con la voz ronca antes de besarme y salir disparada hacia el pasillo. Solté el aire que guardaba en mis pulmones y dejé descansar mi cabeza en el respaldo del sofá recuperando el ritmo de mi respiración. Una sonrisa se extendió por mi rostro sin que pudiera evitarlo. La imagen de Annie corriendo desnuda por el pasillo llenó mi mente y solté un profundo gruñido. Mas le valía que encontrara esos preservativos.

sábado, 26 de junio de 2010

Un versito para Taylor Lautner... xD

Pues eme aki, solo para sacarles una sonrisa... Ojala les guste, y si Taylor llega a leer esto, pues primero aprende español por que si no no tendras la ocacion de sentirte ofendido y demandarme, segundo, si sabes y puedes, pues disfrutalo y riete. Nunca viene mal un poco de auto critica xD

El lobo que me hace soñar...
El novio de la rubia, que recomienda Gatore para antes de hacer el amor
Aquel que por desgracia no conozco...
Y tal ves no sería el mismo que soñe
Atravez de la presente, solo te pido

(Por ahora)
Ven a calmar el dolor de mis partes bajas
Has ceder la inchazon de mi parachoques
Y si puedes, sonrie de esa manera,
Como para que me moje de nuevo
Y vallamos por la segunda...
Y claro, si es que mis palabras te ofenden
Te suplico me perdones, la culpa tu la tienes.
Pues, ¿Quien te manda a ponerte tan caliente?
Tal vez esto te parezca tonto, patetico etc...
Lo lamento amigo mio, haz nacido sin sentido del humor...
Sin otro particular, me despido...
Hasta la proxima vez, y no te preocupes, yo llevo los condones xD

viernes, 25 de junio de 2010

Seducíendo al enemigo- Capitulo 3

Capitulo 3
Los días pasaron demasiado rápido y mi relación con la profesora Mallory no había progresado...

¿Cómo iba a vivir tranquilo si mi imprimación no me quería ni a 10 kilómetros de distancia?

Ahora no solo me veía como un mocoso estúpido, si no que también como un acosador sexual en potencia, y se había encargado personalmente de que todos los profesores lo supieran. Aunque claro, no todos compartían su opinión. Nunca fui un chico antipático, y la mayoría de los profesores me consideraban una persona simpática y agradable. Por lo que veían a Lauren como una mentirosa sin vida sexual. Y solo por eso quería matar a los profesores. ¿Cómo se atrevían a hablar de ella así?

Lastima que no pudiera golpearlos.

- Seth, date prisa. Llegaremos tarde a la clase de español. - Jacob me tomó por la manga de mi chaqueta y me sacó a rastras del lugar.

- ¡Ah, Jacob! - suspiré teatralmente desplomándome en la silla del pupitre. - ¿Por qué no podré tener tu físico? ¡Yo también quiero aparentar ser un vejestorio de veintiséis años para que la profesora Mallory no me vea como un mocoso! Aunque de todos modos estoy seguro que no hay manera que me vea como un mocoso realmente.

- La próxima vez imprímate de una persona menos cortante, chico. - le dediqué una mirada envenenada y me enfurruñé en el pupitre, mientras la profesora ingresaba en el salón con una ruborizada chica.

Ella era de tez morena, pelo castaño, y tenía la mirada fija en el piso avergonzada.

- Bien chicos, os presento a la señorita Mandy Carter.

La muchacha no quería mirar a nadie y parecía que el piso de baldosas estaba muy interesante. Sonreí a mis anchas y amablemente le indiqué que se sentara junto a mí.

No me atraía en lo más mínimo, solo quería ser amable con la pobre chica, de lo contrario acabaría convirtiéndose en el blanco de todas las burlas.

Apenas me miró mientras se sentaba en el pupitre contiguo al mío y depositaba su mochila sobre este.

- ¡Hola! - anuncié animadamente. - Soy Seth Clearwater, pero puedes llamarme Seth. - ella apenas volteó para mirarme y su rostro ya no era moreno si no del más intenso color carmesí. - No temas, solo quiero ser amable. Si lo prefieres, mantendré mi bocaza cerrada.

Fijé la vista en la pizarra, ya que la profesora había llamado a salir a Jacob otra vez. ¡Maldito afortunado! La profesora no paraba de observarlo con lujuria. Lo que pagaría yo para que Lauren me mirara de esa manera. Juro que por ella me estudiaría todo un atlas de Geografía y saldría voluntario a la pizarra todas las clases siguientes que nos quedaran.

Entonces pude oír como Mandy arrancaba un papel de su cuaderno, y con una pluma escribía algo para luego tendérmelo. Fingí estar súper concentrado en la traducción, sorprendiéndome cuando me paso el papel escrito con una letra pequeñísima y temblorosa.

<< Hola, soy Mandy Carter, pero eso tal vez ya lo sabías >>

Tomé el papel y rápidamente le respondí.

<< Es un placer Mandy, yo soy Seth >> 

Y se lo tendí antes de que la profesora se volteara hacia la clase de mala gana, pues Jacob ya había terminado de traducir. Pude ver en los ojos de ella lo mucho que deseaba encadenarlo al escritorio y cumplir las fantasías sexuales que seguramente estaría surcando su mente.

¡Oh, Dios! ¿Cuánto costará hacer que Lauren me mirara así?

La hora finalizó dando comienzo a la hora del almuerzo. Al fin, un respiro. Me senté en una mesa con los chicos y Nessie, como hacíamos todos los días.

Al alzar la mirada con la esperanza de ver pasar a la profesora Mallory, vi a Mandy parada con la bandeja de la comida en las manos, mirando indecisa las mesas.

Le silbé para captar su atención y le señalé con el dedo nuestra mesa. Seguro que Nessie y ella se hacían grandes amigas, o esa era mi intención. Ambas eran ahora las recluidas sociales del instituto, si no fuera por nosotros claro.

- ¡Hey! Mandy- le hice un gesto con la mano para que se sentara y luego miré a los chicos que me observaban confundidos, excepto Nessie que me sonreía – Chicos dejad que se siente con nosotros.

Como bien lo había intuido, las chicas comenzaron a hablar y no pararon hasta el final de la hora del almuerzo.

A Jacob no le hizo mucha gracia, ya que Nessie en lugar de estar babeándole la boca estaba conversando felizmente con Mandy. Pero que se joda, por baboso.

La siguiente hora era una de mis dos asignaturas preferidas, Geografía.

Mandy me siguió como uno de esos perritos golpeados de la calle a los que les dan una patada y tu vas y le haces una caricia, y luego te siguen a todos lados:

- Entonces tienes… ¿Cuántos? ¿Dieciséis? ¿Diecisiete?

- Diecisiete - respondió con la cabeza gacha, yo suspiré y seguí tratando de sacarle más de dos palabras.

- ¿Vienes de Seattle? Genial.

- Si.

- ¿No hablas mucho, verdad?

Entramos a clase. Sexy Lauren estaba borrando la pizarra para poner sobre ella un mapamundi. Los chicos se sentaron rápidamente en los asientos más alejados, pero yo quería estar cerca de Lauren. Así que me senté en el pupitre que estaba justo frente a su mesa. Mandy no tardó en sentarse junto a mí.

Ese día íbamos a estudiar los montes, tema que se me daba bien. Pensé que quizás podría impresionarla saliendo a la pizarra hoy y a lo mejor así dejaría de verme como un niño tonto e insufrible que la acosa.

- ¿Ok? Bien, ¿quién quiere pasar y señalarme las principales montañas del estado de Washington?

"Yo le señalaría lo que quiera" pensé. Reprimí una sonrisa y levanté la mano:

- Yo quiero pasar profesora.

Desde la parte de atrás escuche a Jacob y a Quil bromear entre ellos en voz baja para que los otros chicos del salón no los oyeran "Uh!! Se le va a echar encima y se la va a tirar enfrente de todo el salón" "Hey Seth!! Señálale donde tiene los senos jajajaja" Hice caso omiso a sus estupideces y me incorporé pasando frente al pizarrón, mientras Lauren me observaba con una sonrisita burlona. Seguramente pensaba que yo no sabía absolutamente nada sobre el tema.

En unos pocos de segundo le señalé con tiza los principales montes, ni siquiera tuve que pensármelo mucho. Había correteado por todos ellos cientos de veces, desde que a Jacob y a Sam se les ocurrió la genial idea de expandir nuestra zona de vigilancia.

Lauren me miró incrédula, carraspeó la garganta y se acercó a mí quitándome la tiza de las manos.

- Perfecto, gracias srto. Clearwater, puede volver a su asiento.

- Puedes llamarme Seth. Lo de srto. Clearwater me suena extraño. El resto de profesores no se andan con tanta formalidad, en serio.

Le sonreí y volví a mi asiento. Una vez allí me golpeé mentalmente. La había impresionado sí, pero solo estuve a su lado unos segundos. Al menos podría haberme demorado unos minutos.

Mientras me sentaba ella soltó entre diente un "Sí, claro."

Tras la explicación me soltó una sarta de preguntas sobre el relieve de la zona, a las cuales respondí todas de forma impecable. Un gesto que le agrado a Lauren.

Al final de la clase se puso a repartir unas fotocopias acerca del relieve y la hidrografía de Washington, pero cuando me entregó mi hoja me dijo en un tono perfectamente audible para todos en el salón:

- Por favor Srto. Clearwater, necesito que se quede después de que termine la clase. Tengo que tratar un par de asuntos con usted.

Yo asentí tomándole la hoja, mientras me perdía en sus profundos ojos verdes.

Los chicos no paraban de soltar risitas y frases como "Oh, sí. Ahora pasaran de la Geografía a la anatomía humana con una clase práctica." Qué más quisiera yo.

Finalmente la clase acabó y muy nervio me quedé sentado en mi pupitre mientras todos salían, estaba seguro que no había hecho nada "indecente" esta vez. Ni un roce, ni una mala mirada, nada.

Mandy me dirigió una mirada triste y preocupada. Pero le iría bien en la siguiente clase, tenía Biología con Nessie.

Lauren salió del aula, pero volvió a los pocos minutos con una taza de té en una mano y en la otra un mophin de chocolate.

- ¿Le molesta que coma aquí? No tuve tiempo de desayunar.

- N... no, claro. - balbuceé torpemente.

Mientras la observaba absorto morder el pequeño panque, apretándolo con sus labios carnosos y rojizos, ella se sentó en su escritorio y me izo un gesto con la mano para que me sentara en la silla frente a ella. Con el paso vacilante hice lo que me pedía, y ella me tendió el panqué con gesto amable mientras unas migajas color oscuro jugueteaban en sus labios. Reprimí mi deseo por limpiárselas con la lengua.

- ¿Le apetece un poco?

- ¿Cómo dice? - pregunté incrédulo, ¿me estaba preguntando realmente q si quería probar de su desayuno? ¿A q se debía este repentino cambio de humor?

- ¿Quiere un poco de mi mophin? Es de mala educación comer en frente de alguien y no convidarle.

- No... no, coma tranquila. No hay problema. - le aseguré amablemente. - Esto… ¿Qué sucede profesora? ¿Para qué me necesita aquí? - pregunté nervioso, no sabía qué pasaba.

- Mire Srto. Clearwater - anunció recuperando su tono formal, digno de una profesora - Esta actitud que usted tiene conmigo, sea cual sea el motivo, debe parar. No quiero que lo expulsen. Usted es un chico muy inteligente y no quiero más problemas con usted, ¿le queda claro?

- Sí, claro. Pero no entiendo a qué actitud se refiere. Yo solo la observo, le sonrió y a veces me tomo la libertad de acariciarle las manos. Pero es que las tienes muy savitas y solo pretendo agradarle. - dije seriamente.

No quería joderla ahora con mi imprimación. Tenía que conseguir ganarme su confianza.

- ¡Esa actitud! No puede tratar a sus profesores de esa manera. No soy ni su amiga ni mucho menos su novia, así que le ruego que desista. - me ordenó recuperando su tono severo.

- Mire profesora, yo entiendo que solo sea un alumno más en este instituto para usted. ¿Pero podría intentar ver más allá de mi edad y mi condición como estudiante y ver el hombre y la persona que hay en mí? Yo tan solo pido una oportunidad para acercarme a ti. - comencé a tutearle sin darme cuenta siquiera, aunque a ella no pareció darle importancia o al menos no se dio cuenta de ello.

- ¿Com...como dices? - preguntó dubitativa.

Bajé la mirada avergonzado, probablemente se había ofendido. Pero entonces ella posó su mano sobre la mía y levante la vista, esperanzado.

Pareció debatirse interiormente, mirándome con aquellos preciosos ojos verdes.

- Está bien, te daré la oportunidad. Intentaré no ser tan dura contigo, pero no te pases ni un pelo conmigo. No soy tonta, Seth. - creí que el corazón se me iba a salir del pecho al escucharla llamándome por mi nombre. ¡Y me había concedido la oportunidad de acercarme a ella! - Ahora si no te importa, tengo mejores cosas que hacer que estar aquí perdiendo el tiempo contigo.

Y ahí estaba otra vez los latigazos del mal humor de sexy Lauren. Bueno al menos había hecho un progreso en nuestra relación, había conseguido que nos tuteáramos.

Tras decir aquello ella recogió sus cosas y se marchó dejándome a solas.

miércoles, 23 de junio de 2010

El libro de los Team's!!!!!

JELOWWWW, como diría mi Aliiii. Aww, i love iu baby!!!
Ok, estaba viendo a Taylor defender al Team Edward y pense...
Necesitamos algo donde poner las razones por las que todas preferimos a Jacob/ Edward!!!
Asi que pense que en este post. O en sus propios blogs, como quieran. Pongan todas las razones por las que ´las nuevas Twilighters deberían escoger Team Jacob/Edward.
Solo publiquen aki, en los coments o donde quierannn!!!
Oka dokaaaa
es su decicion!!! Comienzen!
Ah! Se me olvidaba poner mis razones, por las cuales prefiero a Team Jacob sobre Team Edward (esto no
es por discriminacion, solo es para que todas expresen su amor hacia su vampiro/lobo amado):
1º: Jacob... repara coches. Osea que tiene un trabajo honesto.
2º: Como hacemos para saber que Edward no hizo su "dichosa" fortuna vendiendo drogas o prostitullendose?? jejej
3º: Jake es muy honesto, leal.
4º: Tiene mucho carisma
5º: Es super tierno
6º: Es muy dulce.
7º: Tiene una sonrisa preciosa
8º: Tiene una piel perfecta
9º: No esta pálido como una placa de marmol (xD, sin ofender)
10º: Tiene un cuerpazo de infarto.
11º: Unas manos enoooooormes (iu now de que hablo jeje)
12º: Es caliente
13º: Es muuuuuuuuuuuuuuy Sexy babaaa
14º: Es un besador apasionado
15º: Podrías labar ropa o rallar queso con esos abdominales (jeje, en Taylor Tamb pero no viene al caso)
16º: El puede tener una ereccion de verdad. NO una levantada a fuerza de voluntad. (xD jejeje)
17º: Es muy habil tallando madera.
18º: No tendrías probelmas con tu suegra (ok, creo que eso fue un poco malvado, mi error jejej)
19º: Es un medio de transporteque no contribulle con el calentamiento global,
19*: Tambien estufa y cocina (seee, bebe yo podría asar filetes en ese abdomen jejje)
20º: Practica el semi-nudismo (el cual le sienta genial ejjejeejjejej)
20*: Y no le molesta andar asi.
21º: Es un excelente perro guardian a la hora de espantar ladrones.
22º: Le arrancaria la cabeza a un frigido vampiro por ti
Ok!!! Aki mis razones, espero las suyas!!!
Armemos el/los Libro/s De Team Edward, Team Jacob
Mi, Annie
jejejeje

martes, 22 de junio de 2010

Entre la verdad y el amor- Capítulo 17- Mis mentiras, mis amigos. Mi mierda

Holaaaaaaaa
Ok, aki otro capi, creo que emepzare a publicar una vez por semana jejje, asi tendre mas tiermpo de armarlos, igual lo pesareee jejeje. Oka doka, como siempre disfruten y las amoooooooo
Para Beu: Te extrañoooooo

Mis mentiras, mis amigos. Mi mierda


Jacob Black:


Annie, Annie. MI hermosa Annie, ¿Por qué justo hoy tenías que venir?

¿Por qué rayos Leah no podía dejar de meter sus narices en mis asuntos?

Estaba seguro que cuando llegara a casa, encontraría a Anne allí. Con todas sus preguntas. Sus malditas preguntas…

Esto se estaba volviendo cada vez más difícil para…

Concéntrate, Jake. Repitió Embry por enésima vez. Me preguntaba como no se había hartado ya de estármelo recordando como si el fuera un padre cansado y yo un niño malcriado.

Años de práctica. Soltó sarcásticamente.

¿Como puedo hacerlo, amigo? Mi vida estará acabada. Sin prestar atención a su broma.

Es que Anne no es tonta. Deberías haberle dicho desde un principio.

Aja, y tu genio, ¿como sugieres que lo haga? Mas le valía ir por otro camino, por ese solo me haría enfadar. Su tono mental se volvió más ameno.

No lo se. Jake, debes decirle la verdad. A la larga será peor.

Dame tiempo, Em. No puedo simplemente…Ni siquiera pude acabar la frase. Embry lloriqueo en mi cabeza, cuando una oleada de dolor me atravesó. Concéntrate. Me repetí a mi mismo. Patas, patas, patas. Debía encontrar al mal nacido. Tenía que hacerlo…

Jake, no creo que haya nada por aquí. Le gruñí a Embry, antes de dar la vuelta y recorrer mi ruta otras ves. El, corría por el lado noreste hacia las montañas. Mientras que yo, había decidido no alejarme demasiado. Solo por si acaso.

Jake. Repitió. Aquí no hay nada. Si ellos estuvieron por aquí ya se largaron. Aceptémoslo. Ellos se mostraran cuando quieran hacerlo. Por ahora, deberíamos volver a la Push. No creo que sea una buena idea andar muy lejos de casa.


Tienes razón. Suspire.


¿Sabes?


No. Me le adelanté. Conocía de memoria su pedido. No quería escucharlo otra vez

Pero el es tu amigo, Jake. Es familia


El es muy joven, no entiende la gravedad del asunto. Le espeté con sequedad.

Si que lo hace. Seth esta muy solo aya. No quiere hablar con nadie, ¿sabias? Solo con Quil. Dios, Jacob. ¡Ni siquiera habla con su propia hermana!


Le advertí que no se metiera en mis asuntos…

Embry suspiro. Entonces, el empezó a recordar a Seth. Los buenos momentos. Las fogatas, las risas, bromas, salidas. Había tanto que echar de menos.

Yo también lo extraño, Jake


Igual que yo, pero…


Pero nada, Jake…

Estaba apunto de rebatir, de decirle lo mucho que yo extrañaba a Seth y que en verdad quería pedirle que volviera, cuando una mente histérica nos paralizo.

Dejes de correr al instante, haciendo que mis patas se hundieran hasta los tobillos en el lodo. Era Quil…

¡Jake! ¡Embry! ¡Vuelvan! ¡Tenemos una situación! Gritaba histérico. ¡Código rojo! ¡Código rojo!


Tranquilo. Pensó Embry. Cálmate amigo, dinos ¿Qué pasa?

La mente de Quil era un completo caos, se sentía arrepentido, triste, asustado. Pensaba “Metí la pata, traicione a mi manada. Soy una mierda. No se que hacer”

Entonces, vi algo que solía atormentarme por las noches. Algo que solo veía en mis pesadillas, lo único que ahora lograba romper mi corazón mas de lo que ya estaba.

El rostro de Annie, crispado por el dolor. Llorando, gritando, tendida en el suelo. Con sus manos envueltas en su rostro.

Lo siento. Gimoteo Quil, lastimero. No pude evitarlo, ni siquiera se por que se lo dije. Solo…se me salió. Perdóname, Jake.


¿Qué le dijiste? Inquirí, gruñendo, en un vano intento por controlarme. Si Quil le había dicho la verdad… De mi pecho, un gruñido colérico broto, haciendo temblar el bosque a mí alrededor. Haciendo que Quil se encogiera de miedo.

Le dije lo de Seth. Mi pequeño alivio no fue suficiente para aplacar mi ira. Empecé a correr. El bosque se volvió un manchón verde que se extendía por todo mi campo de visión.

Iba a por Quil. No podía detenerme, el deseo de venganza corría por mis venas, como veneno, expandiéndose por mi cuerpo. Y sentía que solo una cosa calmaría ese agonizante dolor.

Los pensamientos de Embry trataron de calmarme sobre los gimoteos y los múltiples “Lo siento” de Quil

Jake, cálmate. Todo este bien.


¡ELLA ESTABA LLORANDO POR SU CULPA!


Por que tú le mentiste, Jacob. Tarde o temprano ella se enteraría.


¡No era su trabajo decírselo!


Solo hizo lo que tú no te atreviste a hacer. Enmudecí, pero no por eso aminore la marcha. Sabía que Embry tenía razón y que a la larga el me ganaría, pero, no quería darle detenerme por ahora. Quería que la ira siguiera alimentándome.

Basta, Jake. Se que sabes que tengo razón. No castigues a Quil ¿Por qué mejor no escuchas lo que tiene para decir?

El tenía razón. En un enorme esfuerzo de voluntad, me calme, pero sin dejar de gruñir y rugir como un animal- irónico, viniendo de mi. Maldita ironía-.

Sigue, amigo. El tono mental de Embry era tranquilizador, incluso a mi me afecto un poco, y eso lo hizo alegrarse. Le gruñí en respuesta.

Pues, ella se puso como loca. Le gruñí a Quil, otra vez molesto. El capto el mensaje y enseguida corrigió- se puso a gritar muy angustiada. Emily tuvo que llevarse a Claire dentro. Exclamó asombrado. Como si estuviera hablando de los reportes policiales de la tarde. Al notarme aun más molesto continuo, tratando de ser lo más cuidadoso en la utilización de sus términos. Ella me dijo que no tenías derecho, que. Titubeo, pero continúo de todos modos, un poco compungido de mi reacción. Que eras una mala persona. Se fue corriendo, y no pude detenerla…


¡Como! Es una chiquilla de 60 kilos. ¡Una ardilla es más veloz que ella! ¡Carajo! ¿Cómo no pudiste seguirle el paso?


Calma, Jake. Intervino Embry, en cuanto, inconscientemente, retome mi marcha hacia el asesinato de Quil.


Emily y Claire estaban allí. No podía dejarlas. ¿Y si el chupasangre se aparecía? ¿Que pasaría si les hacia daño?


¡IDIOTA! ¿Y si le hace daño a ella? Te matare, Quil. ¡Estas muerto!


Pero, Jake. Ahí estaba mi imprimación, y la de Sam. Ni siquiera se me ocurrió ir tras ella, dejando a Claire expuesta. Tú sabes como es eso. Lo lamento. Yo esperaba decírselo a Embry para que fuera por ella, pero… Lo lamento, lo lamento muchísimo, amigo. Los lloriqueos mentales de Quil, no me dejaban pensar con claridad. Otra vez me encontré corriendo, pero esta vez no iba por el. Estaba rastreando.

¿En que dirección se fue? Trate de sonar un poco menos enfadado, pero no hubo caso. De todos modos el me respondió.

Se fue por el camino de la casa de Emily. No debe andar lejos. Esta molesta, cuando se calme todo mejorara.


Por tu bien, así lo espero…

Asi les digooo, comentennnn
jejejej

domingo, 20 de junio de 2010

Seducíendo al Enemigo- Capitulo 2

Capítulo 2
Estaba en la mansión Cullen con Jacob, Nessie, Edward y Bella. Los demás habían salido a cazar. Era un poco incomodo estar siempre rodeado por parejas que no paraban de hacerse carantoñas mientras yo no tenía una sola chica a la que hacerles esas cosas. Pero ahora que tenía a alguien en mente a quien hacerle esas cosas y muchas más todos se empeñaban en pinchar mi burbuja.
- ¿En serio te imprimaste de tu profesora? – preguntó incrédulo Edward.
- ¡No entres en mi cabeza! – refunfuñé intentando dejar la mente en blanco.
- ¿De verdad? ¿Cómo se llama? – preguntó morbosamente curiosa Bella.
- Lauren Mallory. – dije resignado. No tenía sentido ocultarle el nombre, su marido se iba a encargar de decirle quien era cuando lo viese en mi mente.
Ambos se dirigieron una mirada de incredulidad y asombro, y estallaron en risas.
- No puede ser la misma Lauren, dime que no – dijo Bella intentando contener la risa.
- ¿La conocéis? – pregunté sorprendido.
- Sí, estuvo en nuestra clase cuando íbamos a la escuela. Jacob también tuvo la oportunidad de conocerla cuando nos conocimos. En First Beach, ¿recuerdas?
- Oh, sí. Estaba en el grupo de chicos con el que viniste, ¿no? Un alivio que no me recuerde.
- Pues lo vas a tener crudo, es una insufrible. – dijo fingiendo asco Bella. – Ni te imaginas lo detestable que era entonces. Espero que haya cambiado su carácter, por tu bien.

- Para la próxima, ten mejor ojo para las imprimaciones niño - soltó Embry entre risotadas.
Iba esquivando a los alumnos por el pasillo mientras me dirigía a clase junto a Embry.
- Sabes que no puedo elegir de quien imprimarme. De todos modos ella es preciosa...
- ¡Estás loco! Puede que tenga buen cuerpo, ¡pero esa mujer es insufrible! Alguien tiene que ir a follársela para que nos deje a nosotros tranquilos. La falta de hombres en su vida no es razón para desquitarse con sus alumnos - soltó tranquilamente mientras entrabamos en la clase.
Lo fulminé con la mirada.
- Solo hemos tenido una clase con ella, y yo no noté que fuera tan severa. – dije mostrándome abiertamente insultado mientras nos sentábamos.
Una chica sentada frente a nosotros se giró y nos lanzó una mirada hambrienta, se mordió el labio y se volvió hacia delante. Embry y yo nos miramos divertidos, él sonrojado.
En ese momento la sexy profesora Mallory entró en la clase.
- Maldito pueblo lluviosos. - se quejó en un susurro mientras se quitaba el abrigo, quedando con una camiseta gris de mangas largas mojada, con un escote en forma de V - Maldito abrigo agujereado.
Mierda, se veía tan hermosa mojada con las gotas de agua resbalando por su cabello hasta perderse en su escote.
Agradecí que cuando éramos humanos no pudiéramos leernos el pensamiento, porque si no todos escucharían a todo volumen los gemidos imaginarios que le hacía soltar a la profesora, o como la penetraba contra el escritorio de mil maneras distintas.
- Buenos días chicos.
Todos inmediatamente sacaron los libros y se prepararon para tomar apuntes.
Podía oír los suspiros de resignación de algunos de ellos, las maldiciones que otros lanzaban entre susurros. La odiaban y no podía entender por qué.
Ella era tan sensual, tan magnífica. Deseaba levantarme, acercarme a ella, besarla, acariciarle el cuerpo, hacerla mía…
Frené esos pensamientos cuando vi que estaba a mi lado extendiéndome una fotocopia sobre Cristóbal Colon. Oh, mierda. Cómo odiaba a este tipo.
Con una sonrisa la miré a los ojos y tomé el folio deslizando mis dedos por su mano, acariciándola desde poco más arriba de su muñeca hasta la punta de su dedo índice. Ella me miró estupefacta y un brillo de furia llameó en sus ojos.
La hora transcurrió demasiado deprisa para mí, aunque los demás resoplaban aliviados. Cuando iba a salir Lauren me llamó.
- Srto. Clearwater, venga acá. - dijo con voz severa, pero sexy.
Todos salieron quedándome a solas con ella.
- ¿Sí?
- ¿Está usted intentando tomarme el pelo? - dijo poniéndose en pie, cruzando sus brazos delante de su pecho y mirándome con furia.
Aun así no intimidaba lo mas mínimo, ya que tenía que estirar el cuello para poder mirarme.
- No sé a qué se refiere señorita Mallory. - dije inocentemente.
Eso pareció enfurecerla aun más.
- No creas que soy tonta. Que le quede claro que soy su profesora. No eres más que un andrajoso mocoso que solo anda buscando diversión tomándole el pelo a sus profesores, pero conmigo ándese con cuidado. Que sea la última vez q se atreva a tocarme.
- Esta bien profesora. - dije mirándola con deseo, paseando mi mirada desde su escote hasta sus largas piernas, volviendo a su escote y luego con mucho esfuerzo dirigiéndola a sus ojos.
- ¡¿Que me está mirando Srto. Clearwater!?- bramó molesta cuando notó mi mirada lasciva. - ¡¡Lo mandare a castigar como se atreva a mirarme de esa manera otra vez…!! – amenazó furiosa.
Ignorando su mal humor, di un paso hacia ella, apoyando mi mejilla en la suya y susurrándole al oído:
- ¿De verdad me ve como un simple mocoso?
Posiblemente sonase arrogante, pero no se puede negar el hecho de que ella se estremeció de placer al tenerme tan cerca.
Me aleje un paso para contemplarla con una sonrisa picara. Ella, echando chispas por los ojos, abrió la boca para responderme, pero en ese momento entraron los alumnos de la siguiente cl
- Vállese o llegará tarde a clase. - Dijo y se sentó en su escritorio dando como zanjada la conversación.
Obedeciéndola, me di media vuelta y me marché.

miércoles, 16 de junio de 2010

Entre la verdad y El amor- Capitulo 16- Duele...

Ok, aki toy de nuevo, este capi me quedo super... lo amo, comenten pleasee buaaaa si no cometnan estare tiste en mi B-day!!! (que es mañana, la que quiera regalarme un lobo ardiente o un Hunert se lo acepto xD, o si no a un Taylor Lautner, ajjajajaja, no tengo problemaaa jajaja)
OK las amo, ojala disfruten tanto como yo disfrute escribirlo
Se lo dedico a Mi Sara, que me ayudo a escribir y me dio grandes ideas, a Ada, a Leda, a María, a mi Ali linda, a Beu que no ta y la extraño, a Teles, a Naty, Koko y a mis niñas que me aman y yo las amo.
Por ultimo pero no menos importante, un enorme gracas a Mixxi que me dio un regalo divino el cual adoro y atesorare por siempte. Te amo Mixx!!!!


Duele...
Los días pasaron sin mirar atrás. Todo iba vertiginosamente rápido.
Desde el último día en el que estuve con Seth en mi casa, no supe nada de Jacob o de los Cullen. Salvo las contadas ocasiones en las que me telefoneaba. Había más vampiros en Forks. Habían desaparecido 2 niñas que salían de la escuela.

Como en el pasado la policía culpo a los misteriosos lobos, pero al final…empezaron a albergar sospechas de que podría tratarse de algún asesino en serie.

Trataba de no pensar en ello…

No podía ser pura y exclusivamente mi culpa. No es que yo atraiga a cada maldito vampiro en el área. Tiene que haber algo que no sea pura y exclusivamente culpa mía…

Ese día estaba apunto de salir en la moto de mi padre a la Push. Hacía días que Jake no daba señales de vida. Y nuestras conversaciones telefónicas breves no me eran muy productivas. Cada ves que le preguntaba por Seth el cambiaba de tema. Peor, llamar Seth no servía de nada. Nunca estaba en casa. Incluso Alice se veía reacia a ayudarme sin importar lo mucho que le suplicara

Antes de sufrir un ataque de nervios preferí ir a averiguar yo misma.

Iba por la carretera justo en ese momento con la chaqueta de cuero que tome prestada del armario de mi hermano, los guantes y las botas bien puestas en sus sitio, sumado al casco rojo que me quedaba dos tallas mas grandes y que se tambaleaba en mi cabeza.

Aun que hacía varios años que no montaba la vieja moto de mi padre, el sentimiento de libertad y velocidad no había cambiado en nada. Sentir el susurro del viento al pasar a toda velocidad, la adrenalina fluyendo sin control o el rugir de la moto entre mis piernas, siempre me había logrado sacarme una sonrisa

La carretera aun estaba húmeda por la última tormenta, el asfalto estaba negro y no me inspiraba ninguna confianza. Me maldije a mi misma por no haber tomado un autobús o llamado a Alice para que me llevara. Tenía que concentrarme muchísimo en cada maldito aspecto de la carretera, cada curva, cada poso, cada detalle, de lo contrario acabaría como una tortilla morena en el asfalto.

Un enorme Jip rojo pasó junto a mí y me siguió durante unos cuantos kilómetros y sin importar cuando me moviera seguía siguiéndome.

Mi corazón se acelero, ya me estaba poniendo nervioso así que decidí aparcar en la carretera. El auto rojo continúo su camino por unos 2 metros hasta que se detuvo y dio marcha atrás. Mierda. Pensé.

Lo que me faltaba, otro loco tratando de matarme.

- Oye- me llamó una vos aguda de campanitas- Sube

- Amm, mejor paso- Me volví a subir a la moto y me preparé para salir escopeteando cuando, una mujer pálida como un fantasma salió del enorme auto vistiendo unos pantalones de chándal y una chaqueta de cuero negra. Bella caminó hacia mí con paso elegante como el de un depredador apunto de saltar sobre su incauta presa. Teniendo en cuenta lo mucho que Bella me odia, esa analogía me provocó un nudo en el estomago. ¡Hay no! ¿Bella quería matarme ahora? Mierda, esto solo me pasa a mi.

- ¿Vas a la Push?- ella se plantó frene a mi. Su rostro era indiferente y duro como la piedra y su vos carecía de cualquier emoción. Esos ojos dorados eran fríos y letales, sentía como me traspasaban con esa sola mirada. Siempre me sentía una chiquilla insignificante junto a Bella y no sabía bien por que, tal vez era solo por que ella era mucho mas fuerte que yo, y mas hermosa, mas inteligente ,etc. Me limité a asentirle- ¿Quieres que te lleve?- asentí otra vez. Ella avanzó un solo paso hacia mí, haciendo que me encogiera de miedo. Tomó la moto y la llevo hasta colocarla sin esfuerzo aparente en la parte trasera del Jip de Emmett.- Sube- me ordenó. Si hubiera estado en mis cabales le habría dicho donde y como podría meterse ese tonito autosuficiente, pero teniendo en cuenta que ella podría arrancarme la cabeza con la misma facilidad con la que rompía una hoja de papel, decidí pasar.

Me acomodé en el asiento del acompañante mientras Bella se montaba frente al volante con toda la gracia que la caracterizaba.

Aun que ella conducía mucho mas despacio que Alice o Edward, no pude evitar afearme al asiento como si de un salvavidas se tratara. Mientras ella conducía, yo miraba por la ventana tratando de distraerme con el hermoso bosque que se extendía a nuestro alrededor. Las gruesas nubes que cubrían el cielo, habitualmente nublado, oscurecían un poco el panorama. Y aun que el bosque me pareciera hermoso, también era un poquito aterrador teniendo en cuenta la oscuridad.

Bella se aclaró la garganta repentinamente y yo di un brincó en mi asiento, con mi corazón galopando a toda velocidad. La observé de soslayo y pero ella no me miraba. Aun que parecía que estuviera pensando, y entonces hablo con calma y sin apartar la vista del camino. Y para mi asombro, su vos sonaba casi diría…interesada

- No deberías andar en moto en este lugar. Con las calles mojadas por la lluvia, parecerá más que quieres suicidarte que tratas de llegar a alguna parte… Si necesitas transporte pudiste habernos llamado. Por favor no vuelvas a arriesgarte de esa manera. Piensa en Jacob, el se moriría literalmente si algo te ocurriera… Entonces, ya lo sabes… Bueno aquí es- musitó mientras se detenía justo en la divisoria- Llama cuando quieras que venga a recogerte

- N-no es n-necesario. Puedo volver sola- respondí entre patéticos titubeos. La mirada inquisidora de Bella no se veía nada convencida. Desvío la mirada hacia la carretera por unos momentos, mientras sopesaba algo. Al final suspiró como si se estuviera resignando, y me miró de forma… ¿Cálida?

- Ok, pero aun que sea llama a Edward para que te acompañe, ¿Si?- ¿De donde salió toda esta repentina preocupación? Asentí de manera mecánica, mientras unas enormes ganas de salir del auto escopeteando me recorrían. Bella me observó con esa mirada suya tan intensa por unos segundos, que mas me parecieron varias horas. Me sentía tan insignificante que miré la tapicería, para que ella no viera mis mejillas. Aun que tal vez mi corazón desbocado fuera más que suficiente explicación.- No te odio Anira- mis ojos se abrieron tanto que casi se me salieron de las cuencas. Observé a esa bella criatura, cuyo rostro perfecto me miraba con calidez- No te odio, ni un poco.

- Es-s bu-bueno saber-rlo- deslicé mi mano con la puerta hasta que torpemente encontré la manija y pude abrir la puerta, y me bajé de un salto. Trate inhalar produnamente para calmarme y no responderle tartamudeando- No te preocupes, de todos modos gracias, Bella.

Me deslice hacia fuera del vehículo y luego caminé lejos de el mientras escuchaba el motor acelerar. Entonces me di cuenta…

- ¡Bella, mi moto!- pero ya era tarde. Ella estaba dando vuelta en la curva y se alejaba a toda velocidad. ¡Mierda! Ahora si iba que llamar para que me recogieran. No se puede confiar en vampiros. Suspire. Ahora tendría que caminar hasta…Miré a mi alrededor. Había unas cuantas casitas a mi alrededor, y rodeadas de bosque. Entonces una de las casas llamó mi atención. Era de un color blanco desgastado- ¿La casa de Seth?

- Hola, Anne- la vos de Leah retumbó a mi espalda. No se oía feliz, pero claro. Estábamos hablando de Leah. Raras veces, se oía, o se veía contenta. Me volví solo para ver su rostro mal humorado. ¿Me pregunto que habría pasado esta vez?

- ¿Qué hay, Leah?- ella frunció el seño disgustada. Su mirada me estaba traspasando, como si me odiara. Pero como si alguien la corrigiera, ella suspiró. Su mirada se suavizo.

- Hola, niña –ella casi escupió las palabras. Otra vez su mirada me taladró y volvió a suavizarse, casi obligándose a si misma. Incluso le temblaban las manos. Instintivamente di un paso hacia atrás. Esto no esta bien, ¿que hice ahora?

- ¿Que pasa, Leah? ¿Hice algo malo?- Ella empezó a convulsionarse y mirarme con odio. La mire aterrada. Leah se acercó hacia mí con los brazos extendidos hacia mí como si fuera a ahorcarme. Mi corazón latía desbocado y sentía que estaba apunto de estallar.

- ¡Leah! Mas te vale que te calmes, o yo te obligaré- Ambas miramos hacia la izquierda. Donde esa vos ronca bramó en advertencia. Jacob estaba parado solo a tres pasos de distancia de nosotras. El se acercó a grandes zancadas fulminando a Leah con la mirada. El piso empezó como a temblar, pero parecía que nadie mas se daba cuenta de ello. Jake me envolvió en sus brazos para tratar de calmarme.

- Tranquila, Anne. No temas, estoy aquí- susurró bajo solo para que yo lo oyera, y casi ni lo oí. El temblor cesó al instante en que Jacob me abrazó. Entonces me di cuenta de que nada temblaba, solo yo. Trate de respirar, pero no podía, estaba demasiado asustada. Leah seguía mirándome como si estuviera apunto de saltarme encima. Jacob la fulminó con la mirada y ella retrocedió, sin inmutarse. Su hermoso rostro se volvió inexpresivo mientras ella se daba la vuelta y se iba. Como si un hubiera pasado absolutamente nada, solamente se marcho.

No solo la cague con un Clearwater, ¿ahora también voy a por toda la familia completa? Soy de lo peor

- ¿Estas bien?- susurró contra mi oído, mientras sus manos suaves acariciaban mi vientre. Asentí apenas y luego voltee para ver su hermoso rostro apenas salpicado por unas pocas gotas de lluvia. Su belleza era increíble y a la vez extraña que lo hacía verse casi irreal, entre las casitas de la Push, y el bosque que crecía a nuestro alrededor. Sus ojos oscuros brillaban, mientras unas pequeñas gotitas de lluvia bailaban en su rostro, deslizándose con gracia hasta rozar sus labios.- Lamento esto. No te hizo daño ¿verdad?

- ¡No!- me apresuré a decirle. Lo único que faltaba era que la tomara contra de Leah por mi- Ella no me hizo nada, por favor no te enfades con ella-

- No estoy enfadado- Su expresión osca contradecía sus palabras- Solo me molesta que se enfadara con tigo por algo que no es tu culpa- Lo miré atónita, mientras el ponía una expresión de “Me fui de la lengua”

- ¿Qué no es culpa mía?- el guardo silencio, mientras retrocedía un paso. Ocultó sus emociones tras esa mascara de serenidad marca Sam Uley. Algo debía ir mal si Jake se ocultaba de mi tras esa mascara. Me erguí firme frente a el y trate de hablar con seguridad- Jacob Black, escúpelo, ahora.

- No es lo que piensas. No hiciste nada malo- me aseguró. Pero sin embargo no le creí

- Jacob…- un aullido de lobo resonó en el bosque. Jacob volteo casi al instante y luego me miró, con la misma expresión de “aquí no pasa nada- tengo que irme. Ve a casa de Billy. Luego te veré allí, lo juro- antes de que siquiera me dejara rebatir, me dio un rápido y brusco beso en la comisura de los labios que me izo estremecer. Había olvidado el efecto que su cuerpo tenía sobre mí. Maldición. En un parpadeo el desapareció en el bosque. Mire por todos lados, pero no había nada ni nadie. Era como si todos se hubieran ido…

¿Por que todos actuaban tan extraños? ¿Que hice ahora para que Leah me odiara y Seth desapareciera?

Jacob, no me daba respuestas, y estaba segura de que ahora se encargaría de que nadie en la manada me las diera tampoco...

Suspire, esto era una autentica mierda y para acabarla de joder. Me estaba empezando una maldita migraña

Resignada, confundida y cansada, muy cansada. Decidí que bien podría ir a visitar a Emily antes de llamar a mí siempre confiable Alice, para que me recogiera.

Mis nervios no soportarían otro paseo con Bella y su actitud bipolar de "No te odio, pero no te me acerques o te arrancaré la cabeza"

- ¡Anne!- gritaron a mi espalda, cuando ni siquiera había dado un paso en dirección a la casa de Emily. Me volteé lentamente, bastante reacia, y me encontré con Quil, sosteniendo a la pequeña Claire entre sus brazos- Claire era la sobrina de Emily, la esposa de Sam Uley. Quil estaba imprimado por ella. Ambos eran una pintoresca pareja, Claire ya tenía 8 años y adoraba a Quil por sobre todas las cosas del mundo

Mas que a su colección de Barbie (otorgada en su cumpleaños por Quil) su bicicleta rosada, o su pijama de "Las chicas súper poderosas".

- ¿Que tenemos aquí? Si no es nada más, ni nada menos que Batman y Robin, versión Quileute. Es una lastima, hoy tenía pensado dominar al mundo, pero ya que estas aquí, no podré hacerlo- suspire fingiendo resignarme y Quil sonrió y se fingió ofendido-

- ¡Oye! ¡Creí que andabas con eso de las drogas! En cuidad gótica no nos caben mas supervillanos

- Si- dije en tono de broma. Mire el minúsculo pueblito- Por que ciudad gótica esta infestada de ratas y bandidos. No piernas tiempo con súper villanos inexpertos como yo- Claire frunció el ceño y me miro enfurruñada

- ¡Yo no quiero ser Robin! Su traje es feo y no me gusta golpear a los malos, sería mejor dormirlos y llevarlos a prisión, Batman y ese bobo de Robin siempre los dejan escapar- Ambos reímos ante la aguda observación. Claire era bastante inteligente para su edad y Quil disfrutaba como un niño en una dulcería de sus observaciones.

- Así que, ¿a donde ibas gatuela? ¿Para casa de Jake?

- A casa de Emily –corregí rápidamente- ¿y tu?

- ¡También! Mañana es el cumpleaños de mi pequeña y estamos organizándolo todo. Por eso no me fui con la manada hace un rato- Quil frunció el ceño al mencionar este echo y luego miro hacia el bosque preocupado. En efecto, algo estaba pasando, para que se preocupara por los chicos en lugar de estar pensando en Claire. Sacudió la cabeza levemente como si quisiera olvidar lo que pensaba y luego volvió a mirarme dulcemente- Ven con nosotros- me animó y yo asentí. Claire dio aplausos en su lugar mientras brincaba en los brazos de Quil

- ¡Wi! ¿Vamos a pintar a Quily como una princesa mientras estas con tía Emily, Annie?- me pregunto Claire, batiendo sus pestañas.

- ¡Por supuesto! No hay nada que me apasione más que travestir a Quil- el aludido puso los ojos en blanco, luego hizo un gesto con la cabeza para que comenzáramos a caminar hacia la casa de Emily.

Me prepare mentalmente, eligiendo con mucho cuidado las palabras que utilizaría para abordar el tema.

- Así que, parece que estas más emocionado por el cumpleaños de Claire que ella misma- el dio un suspiro, antes de bajar a la niña y tomarla de la mano. Por su expresión diría que no era la primera en llegar a esa conclusión.

- No, solo me entusiasma la idea- se encogió de hombros, restándole importancia al asunto- No todos los días mi princesa cumple 9 años.

- Lo mismo dijiste cuando cumplió los 8, y los 7, y apuesto que en todos sus cumpleaños dices lo mismo

- Pero esta vez es diferente- refutó

- Eso también lo dijiste la ultima vez- Otra vez Quil puso esa expresión de “Siempre lo mismo”, reí entre dientes, y Quil me sonrío con ironía.

- Como sea, será una gran fiesta…

- Así que, ¿por eso no fuiste a patrullar con los chicos, o es que Jake te dijo que no eras necesario?- trate de sonar casual, para que Quil no descubriera mis intensiones.

- Pues, solo no me apeteció ir…-pareció un poco reacio a contestar.

- Lo haces sonar muy simple

- Es simple- admitió encogiéndose de hombros, como si quisiera restarle importancia al asunto, seguramente para que lo dejara. Pero no se libraría tan fácil de esto. Así que le hice otra pregunta.

- ¿Cómo va la casería de los lobos gigantes, uh?- Quil sonrío con nerviosismo. El había inventado esa broma cuando se volvió licántropo y se entero que los lobos malvados que supuestamente desaparecían personas, en realidad eran sus mejores amigos tratando de matar vampiros.

- Pues, creo que bien. No estoy muy al tanto de los nuevos chismes, pero creo que lo tienen controlado…

- ¿Pero aun no lo atraparon?- suspiro. Quil cada vez se ponía mas tenso.

- No- tomo a Claire en sus brazos -que hasta ahora no había dicho nada de nada- y la acerco a su pecho. Como si sintiera la presencia del peligro invisible.

Ver a Quil así… Me recordaba tanto a Jake… Sacudí la cabeza bruscamente, tratando de pensar en otra cosa.

Guardamos silencio por unos minutos, en los cuales el bosque se hizo más espeso, y tuve que sujetarme del hombro de Quil para caminar mejor. Para llegar a casa de los Uley había un pequeño sendero señalizado, pero Quil siempre tomaba este camino por que era el preferido de Claire. Lo que significaba más diversión para ella, y muchos, muchos más raspones y tropiezos para mí.

En general me gustaba caminar por el bosque, pero cuando había un camino. Usualmente, caminaba a ciegas, absorbida por el paisaje, y no tardaba en tropezar con algo, o arañarme. Le envidiaba eso a los seres sobrenaturales, ellos jamás tropezaban con nada, sin importar que tan concentrados se encontraran.

No supe cuanto tiempo paso, hasta que el caminito de tierra hacia la casa fue más visible. Miré a Quil, perdido en sus pensamientos observando fijamente hacia el frente. Claire se había quedado dormida durante la caminata, en sus brazos, con su cabecita de rizos castaños descansando en su hombro.

Ella era tan inocente, a pesar de ser conciente de la existencia de criaturas que podrían matarla con solo un movimiento de muñeca.

Ojala yo también pudiera ser así de inocente algunas veces.

Quil carraspeo, me volteo sorprendida de cómo me había olvidado de su presencia.

- Quil- pronuncie, un poco tímida, los rodeos no servían con el- Hay algo que quiero saber…

- Me di cuenta, no eres una chica sutil, sabes- OK, no eran los rodeos los que no servían, era yo la que no servía.

- Pues, quiero saber que se traen ustedes. Hay algo mal aquí, lo se. Y Jacob no quiere decírmelo, tal vez piensa que no estoy preparada pero se equivoca- sentencié- Por favor, Quil, dime que es lo que va mal

- Anne…- se paro en seco, y yo me detuve. Me voltee y lo mire fijamente. Sus ojos estaban fijos en Claire, y su mirada era pensativa. Habría matado por saber que pensaba…- No lo vas a dejar pasar ¿Verdad?

- No- dije con firmeza. El suspiro resignado. Ya se había rendido. Entonces habló

- ¿Recuerdas al chupasangre que entro en tu habitación?- asentí, el continuo, con un tono bajo y lento, sin mirarme, parecía muy concentrado en no olvidar ningún detalle de la historia, a pesar de que su cara detonaba lo mucho que le desagradaba la idea de decirme. En verdad se lo agradecí- Pues, creemos que tiene un compañero, o una compañera. No estamos seguros. Pero, el caso es que, no podemos atraparlos.

>>La última vez casi los teníamos, pero ¡Que rápidas son esas sanguijuelas! Unimos fuerzas con Sam, pero sin embargo no logramos nada… Uno de ellos, tiene un extraño don… Cada ves que estábamos cerca de atraparlos. Caíamos dormidos como si nada. No importa cuanto tratemos de permanecer consientes. Es cosa de un segundo. En un minuto estamos corriendo por el bosque, están tan cerca que casi podemos ver la estela de polvo que dejan tras su carrera, y al siguiente ¡Zas! Estamos dormidos.- Me congele en mi sitio. Mi respiración y mis latidos se detuvieron, antes de que mi corazón comenzara a galopar con fuerza. Podrían haberlos matado. Podrían haber matado a los chicos… Jacob había estado cerca de morir, ¡Y el idiota jamás me lo dijo! Sin importarle mi aparente pánico, Quil continúo con el relato, con su mirada perdida en el suelo. Ahora parecía que hablara consigo mismo, como si estuviera reviviendo lo sucedido- Jamás nos lastimaron, podrían haber aprovechado la oportunidad para matarnos a todos juntos. Pero no lo hicieron.

>> Para cuando despertamos, ellos se habían ido. Y así hemos estado todo este tiempo. Cuando estamos cerca, ellos hacen ese truquito y todos quedamos K.O. Ellos desaparecen, y entonces tenemos que esperar a que ataquen de nuevo, por que de lo contrario continúan escondidos. Por más que los rastreamos, y los rastreamos, nunca encontramos ni una pista. Esos malditos son unos expertos en borrar sus huellas- rió con amargura, y su ceño se frunció- Si tan solo supiéramos lo que quieren.

>>Ellos vuelven contante mente, como si buscaran algo o…a alguien- Quil hizo un breve silencio, queme pareció toda una eternidad. Aun estaba congelada de miedo. Jacob, había estado tan cerca de morir…- Jake cree que te buscan a ti. Y no quiere decirte, por que teme que hagas una estupidez de las tuyas- otra vez, la sonrisa amarga curvo sus labios, pero sus ojos estaban muy atormentados- Seth se enfado con el. Le dijo que debía decirte, que te ocultaba demasiadas cosas, que actuaba como un “Imbesil, marica, mentiroso” – dijo imitando la vos de Seth. Ahora de verdad, que se veía muy atormentado- Yo comprendo a Jake, tú eres lo más importante en su vida, y no quiere perderte. Pero Seth creía que hacía mal…

- Quil- la vos me tembló, y entonces el me miro, aferrando a Claire, inconsciente mente contra su pecho- ¿Fueron a buscar a esos vampiros verdad?

- Si…- mi corazón se paró de nuevo- ¿Y tú te quedaste…?

- Por que, Sam me lo pidió. No quiere que Emily este sola con todo este asunto. Solo por si la teoría de Jake no es correcta. El piensa que quieren jugar con nosotros, y luego atacarnos. Además, así también puedo proteger a Claire, y a ti. Ese es otro motivo. Jake también me pidió que te vigile.

- Dios.

- Lo siento, Anne- sentí mis piernas flanquear. Todo daba vueltas, todo se caía. Jacob iba a morir. Y, si Quil no me lo hubiera dicho no lo sabría. Todos morirían, Jared, Embry, Seth… Entonces lo recordé- ¿Dónde esta Seth?- otra ves, el dolor atravesó sus facciones, jamás había visto a Quil tan triste. Pensé lo peor, y mi corazón se desmoronó, Quil permaneció en silencio- El… esta- ni siquiera podía terminar la frase. Era demasiado doloroso siquiera pensarlo

- No- me corrigió rápidamente- El, esta bien. La última ves que hable con el, estaba en Alaska-

- ¿Alaska?- repetí incrédula- ¿Cómo...?- entonces el dolor de su rostro me lo dijo, la forma en la que, por su mejilla se deslizo una lágrima traicionera- ¿El se fue?

- No- contesto con firmeza, limpiando la lágrima con el dorso de su mano- Jacob, lo echo.

domingo, 13 de junio de 2010

Robandole un pedazo al cielo



    
  - ¿Por qué no quieres hablar con los Cullen, Jake? ¿Qué te hicieron?

- No te metas Rita. – Hacía tiempo comencé a ver a Nessie con otros ojos. Ya no la veía como aquella niña risueña con la que hacía competencia a la hora de cazar. Ahora la veía como la mujer en la que se había convertido a pesar de no tener más de 6 años. Edward leyó un día un pensamiento que se me escapo delante de él. Me la imaginaba con su cuerpo desnudo pegada a mí, acariciándolo, besándolo. Obviamente Edward estalló en insultos. Después de eso lo estuve meditando durante días y llegué a la conclusión de que lo mejor para Nessie sería que me olvidase de ella. Tener a un licántropo enamorado de ella no le hacía ningún bien, sobre todo cuando era tan joven.

Así fue como caí en los brazos de Sara. Me había enamorado de verdad de ella, era imposible no hacerlo. Pero aun pensaba en Nessie, no podía evitarlo, ¡era mi imprimación! Edward me advirtió que con esta relación no iba a hacer ningún bien, para ninguno. Terminaría hiriendo los sentimientos de ambas, además ella estaba casada con un vampiro.


- Jake, por favor. Háblame, estoy aquí para ayudarte. - le acaricié con mi mano su rostro suavemente, queriendo borrar las arrugas de preocupación de él. - Por favor, Jake... - le supliqué deseando que él me abriera su corazón



¿Por qué me haces las cosas tan difíciles Rita?, No quiero herirte.- Recliné mi cabeza en tu mano, tan delicada - Rita, mira... es un asunto complicado.- La miré a los ojos, traté de perderme en ellos, pero no pude, las lágrimas empezaron a caer por mi rostro.



- Jake... - susurré limpiando sus lágrimas. Sabía en quien pensaba. - Sé lo que te ocurre con Nessie, lo he notado hace mucho. Sé que no puedo competir con ella. Pero siempre puedes contar conmigo, para lo que sea. - silencié. No podía decir una palabra más sin derramar una lágrima, y no estaba dispuesta a derramarlas. Por mí, por Jake. El me necesitaba ahora, no podía venirme abajo con él, debía subirlo. Algo había ocurrido con ella y su familia, pero él se negaba a contármelo.

- Oh, Rita - exclamé, tome su delicado cuerpo entre mis brazos y la estreche contra mi pecho -Bonita, no tiene nada que ver con Renesmee - traté de ubicar su rostro pero solo vi una chica haciendo grandes esfuerzos por respirar y ahí entendí que estaba apretando muy duro. Aflojé un poquito el agarre y con tus labios dulcemente secaste mis lágrimas.

¡Mierda! Rita ¿Por qué te empeñas en hacerme sufrir? Podía ver la resolución en sus ojos, el repentino sonrojo, como sus brazos formaban una trampa al rededor de mi cuello. Oh, Rita. No sabes el deseo que produces en mi. Pero no puedo. El maldito chupasangre me lo advirtió...y...Vahh. A la mierda con todo. Nessie, Bella, Edward, la sanguijuela oriental. Todo me importa un bledo. Tomé su rostro entre mis manazas y violenté sus labios con los míos soltando entre suspiros- Rita, Rita, Oh Rita- Ella eufórica y melancólica respondió a mis violentos ataques. Tanta pasión y tanto cariño...- Rita...no sabes lo mucho que te deseo- Tus ojos se abrieron de par en par y me miraste sorprendida... ¡Oh no! Por favor ojala no lo haya dicho en voz alta.



Su beso fue algo inesperado para mí. Esperaba su rechazo, me lo tenía merecido. Pero lo amaba tanto que no lo pude evitar. Sin embargo, el me beso tan violenta y apasionadamente que por un segundo no supe reaccionar. Cuando al fin mis labios supieron responder a los suyos, Jake dijo algo que me dejó en shock. - Rita... no sabes lo mucho que te deseo- dijiste en un casi rugido. No podía creerlo, ¿Jake me deseaba? Lo miré sin comprender, ¿Entonces porqué se alejaba de mí una y otra vez? esta era la primera vez que lograba una respuesta en él.

No estaba dispuesta a perder aquella oportunidad. Me abalancé a sus labios con furia, deseo, toda la pasión que siempre me fue rechazada. Lo agarre fuertemente del cabello y atraje su cara a la mía. Era tan cálido, de una manera sobrehumana que nunca supe comprender, pero agradable. Mis labios me dolían, pero me daba igual, ya se carbonizaran, seguiría besándolo sin parar.



Ante mi se abrieron 2 caminos posibles, unos correr, escapar de mi deseo. Amaba demasiado a Sara como para comportarme como un estúpido adolescente que se deja llevar por las hormonas...pero es que... ¡Dios! ¡Sara es tan sensual!!! Tal vez no tendré una nueva oportunidad de hacer esto, de disfrutar de todo aquello que por su seguridad jamás le di, a pesar de que siempre fui yo el que quería más y más.

Entonces vi el otro camino, escapar, escapar de todo. En especial de él. No podía luchar contra este sentimiento. Simplemente no podía.

Mis manos bajaron solas por su espalda, trazando líneas imaginarias, hasta llegar a sus muslos, pero sin necesidad de pasar por su trasero. Yo era un caballero que no se aprovecha de las damas cuando tiene oportunidad. Sentí como bordeaba con su lengua mi labio inferior y no pude evitar corresponder al tacto. La unión de lenguas fue casi inmediata, lo que desato a la bestia que aparentemente dormía en Sara. Empezó a restregar su pelvis contra la mitad de mi anatomía, justo en la zona de peligro. Y no sé en qué momento fue que enredó sus piernas en mis caderas ni tampoco cuando yo camine hasta la pared y empecé a acariciar sus largas piernas...

- Si luego de esto no quieres volver a verme lo entenderé- solté entre gemidos- pero ahora no voy a dejarte escapar Sara.



Como si fuera posible que yo escapara de allí siendo lo que más estaba deseando en ese momento. Apreté más fuerte mis piernas en sus caderas asegurándome que no fuera él quien se escapara. Le sonreí pícaramente y mis ojos flamearon en deseo al ver su torso desnudo cuando le arranqué la camisa. Recorrí con un dedo su larga cabellera, es tan suave... seguí mi camino por su musculoso hombro, viendo como los bellos se erizaban por donde mi dedo había pasado. Sonreí ante esa reacción. Seguí acariciando con mi dedo su clavícula, su pecho, hice un círculo en él. Me sorprendía lo marcado y perfecto que los tenía. Continué mi recorrido más abajo, por su abdomen, tan musculoso, perfecto. Acaricié con mi palma todo su torso, disfrutando de su cuerpo bien formado. Luego desvíe mis manos a su cabello nuevamente y arrimé su rostro al mío para susurrarle a los labios - Te amo. - Antes de besarlos nuevamente, mientras bajaba mis manos por su espalda, quemándome las manos con su ardiente piel.



Mi piel estaba tan feliz de recibir aquel regalo de su tacto dulce, que llenaba de vida cada poro de mi piel. Mis labios no se resistieron a recorrer su cuello en un delicioso recorrido lleno de deleites para mi lengua sedienta de su calor. Marcando con saliva cada centímetro sagrado de su piel, deslicé los breteles de su vestido blanco para poder seguir devorándola sin estorbos - Sara, te amo- susurré contra su hombro. - Y no importa si él me despelleja vivo, nadie podrá jamás convencerme de que no valió la pena.



Comenzaste a lamer lentamente mi piel. Sentí que explotaba de la excitación con aquel simple contacto. Solté un pequeño gemido. Notaba mi piel arder por allá donde tu lengua recorría. Mi piel gritaba entre llamas de deseo que continuase con aquel dulce contacto. Hundí mi cara en tu cabello cuando llegaste a mi hombro y inhalé el aroma de él. Era tan dulce que por un momento dejé respirar, queriendo mantener aquel olor en mis pulmones. - Sara, Te amo. - susurraste haciendo que tu aliento acariciase mi hombro, me estremecí. Mi mente se nublo y comencé a marearme. Me di cuenta del problema y solté el aire de golpe, respirando fuertemente para recuperar el aliento.



Me lleve un buen susto cuando soltó el aire de golpe. Pero sin darme más importancias seguí con mi inventario oral, hasta que sus manitas agarraron mi rostro con fuerza obligándome a besarla de nuevo, y otra vez se restregó contra mi pelvis y tuve un pequeño problema con mi...emmm...bueno...Para ser sincero tuve las mas notablemente grande de las erecciones conocidas por el hombre…

¿Y cómo no? Sara era tan sexy que no podía evitarlo. Pero yo no fui el único en notarlo, ella me miro con picardía, y sonrío un poquito tímida como si dijera "woo, no sabía que podía hacer eso"

- Y ni te imaginas que otras cosas me provocas

Los besos cada vez subían más de nivel hasta que mis malditos instintos animales se me adelantaron.

Con mucho esfuerzo para no caerme caminé hasta el sofá y nos dejé caer a ambos sobre él, pero con cuidado de no dañar a mi muñequita de porcelana con ojos de mar y piel de fina plata.

Observé aquel cuerpo tan escultural, tan perfecto, digno de un dios eleno. Me mordí el labio reprimiendo las sensaciones que me causaban, si las dejaba salir, no sabía como iba a terminar todo aquello. El gesto pareció excitar a Jake, el cual me desgarró la ropa con un gruñido sobrehumano. Me quedé muy sorprendida, sin aire. Pero logré sonreírle con timidez. La verdad me daba mucha vergüenza verme desnuda frente a él. El era tan perfecto, y yo tan fea...



¿Y ahora que? Sara me mareas.

Sus frágiles manitos empezaron a bajar mis pantalones muy despacio...Sentía sus labios, besando mi abdomen, mis pectorales, mordiendo de a poco. Bajando, bajando.

- Grr- se me escapó un gruñido gutural que parecía salido de una película porno. Y ella, ella era la actriz principal. La más hermosa, la que hacia q las miradas de todos aquellos en la habitación se centraran en ella. Sara, una flor de loto que se abría en el hielo indiferente.

Con una lentitud exagerada bajó mis boxers y lamió la parte baja de mi ombligo. Oh, por San Pedro!!!

Tomé su rostro y lo atraje al mío. No quería que hiciera eso

Yo deseaba sus labios sobre los míos, no sobre mi miembro. Quería disfrutar su cuerpo.

*Pero a la vez darle todo lo que la sanguijuela no le dio. Hacerla sentir una mujer. La mujer mas bella de este mundo...



Jacob me besó tiernamente, cuando me separó de su bajo vientre. Me acaricio los pechos haciendo gemir en su boca. El rió bajo y siguió descendiendo asta mi ropa interior, desgarrándola en un ágil movimiento. ¿Pero es que no me iba a dejar ni una prenda utilizable? Por dios, primero mi vestido preferido y ahora mis braguitas de lencería. Al menos la causa valía la pena. Ahora estábamos completamente desnudos, él sobre mi con sus fuertes y cálidas manos en mi cintura. Entrelacé mis piernas fuertemente en sus caderas y le susurré al oído: - Hazlo. Hazme tuya, Jake.- Y luego suspiré dejando caer mi cabeza hacía atrás al notar sus manos recorrer mi cuerpo otra vez.



Sus labios e volvieron mas insistentes a medida que mis dedos pellizcaban su pezones, era gracioso oírla gemir, reír y quejarse todo al mismo tiempo. Y mis caderas se pusieron celosas de mis dedos que jugaban felices entre sus muslos, erizando su piel.

- Dímelo Sara- susurré contra su pecho izquierdo- Dime que me amas, y seré lo que quieras. Te prometo que estaremos juntos para siempre. Dímelo Sara- No pude refrenarlo, su recuerdo empezó a quemarme la piel. La Renesme de mi subconsciente no permitiría que la dejara caer en el olvido, no permitiría ser remplazada por Sara. Pero yo amaba a Sara, pero también a Nessie. Y aun que sabía que esto de jugar a 2 puntas no era elegante ni bonito, mucho menos saludable, para ninguno de los 3, pensaba continuar hasta el final.

No podía permitir que salieran lastimadas, pero ahora yo quería ser el egoísta. Era mi turno de ser feliz.

Tome sus caderas y la penetre con todas mis fuerzas. Una y otra vez. Ella era tan deliciosa, tan dulce. Y yo seguía violándola como el maldito imbesil que soy, tratando de sacar mis demonios a trabes de ella.

Yo la amo, eso es la pura verdad



Aunque sabía que era imposible porque estaba tumbada en el sofá y él me sostenía fuertemente agarrada, sentí que iba a caer y tuve el instinto de aferrarme a él clavándole las uñas en su espalda. Jacob se quejo y rió bajo. No se si fue por excitación o por venganza me embistió más fuerte y yo comencé a gritar de placer.

- Ahh, di..os... ¡¡Jake!- Grité en su oído arqueando mi espalda y apretando más mis piernas en sus caderas hasta casi fundirlas allí.

Nuestras respiraciones comenzaron cada vez a acercarse más rápidas y difíciles, nos faltaba el aire.



- No me llamó dios. me llamo Jacob- susurré divertido



- ¡Já! muy gracioso.- le dije haciendo una mueca. Dejé la cabeza caer sobre el posa brazos del sofá cansada mientras reía locamente. Parecía poseída. Pero me dio la risa y no pude evitarlo.



- Dime Sara- mis embestidas empezaron a aumentar de ritmo, estaba empezando a cabrearme- Dime que me amas



- T.. te amo..- conseguir decir entre gritos y gemidos. Cuando él disminuyó el ritmo de las embestidas, le agarré del cabello con una mano, lo obligue a mirarme a los ojos, en cuanto pude recuperar el aire susurré: - Te amo, Jake. Siempre Te he amado.



- Así esta mejor- admití amargamente, tratando de disimular una sonrisa- Yo también te amo- Las lágrimas desfilaban por mi rostro cayendo por efecto de gravedad en el suyo. Ella me miró sorprendida



¡Jake lloraba! ¿Lloraba? ¿Por qué? Otra vez esa expresión triste, ¿Qué diablos ocurría en su corazón? ¿Por qué no hablaba conmigo? Sequé las lágrimas con un dedo y le acaricié la cara. - ¿Qué ocurre, Jake?



Nada- empecé a besarla y a embestirla con más delicadeza, haciendo semicírculos en su interior. Trate de controlar las lágrimas. No quería que Sara estuviera triste



Ya no podía continuar con esto, no si Jake estaba sufriendo. No quería que nuestro momento se viera manchado por lágrima, quería que fiera feliz.- Párala, Jake.- dije apartándolo suavemente. Me levanté del sofá y usé una de las mantas que había en el sillón para cubrirme el cuerpo. Jake se tensó y fue rápidamente a su habitación.-

- Escóndete, rápido. - ordenó mientras se vestía. No entendía de que iba todo esto, pero le obedecí y me escondí en el baño.



Mierda! Que rayos hacia Nessie aquí? Sus padres le habían prohibido ver me. Mande a Sara a mi habitación, mientras me ponía los pantalones. Y luego fui a abrir antes de que golpeara otra vez

Respiré profundo 3 veces mientras trataba de calmarme, pero si Nessie me veía así de...bueno..."alterado" seguramente se molestaría. Así que cuando me asegure de que todo estuviese en su lugar le abrí:

- ¡Hola princesa! Que gusto verte- dije en cuanto abrí la puerta. Nessie se veía tan hermosa, con ese vestido azul que no le llegaba mas arriba de las rodillas, con tirantes bordados. era toda una mujer...Y podría haber sido mi mujer si tan solo no fuera tan estúpido

Sara: Ahhhh ¡mi ropa! ¡Había trozos de tela por todo el piso! Nessie se daría cuenta... Respiré aliviada cuando ví que Jacob se percató y disimuladamente las escondió con el pie bajo el sofá mientras invitava a nessi a sentarse en él.

Nessie: Jake, venía a decirte algo. No puedo aguantar más, necesito que lo sepas porque creo que sino voy a rebentar. - Dije sonriendole abiertamente. ¿Qué diría cuando lo supiera? Yo había notado como me miraba...

¿Que pasa Ness?- inquirí aterrado de que ella tuviera algun problema

- Jake... yo... - derrepente todo el valor que había reunido se me esfumó.- yo... - !Vamos Nessie tu puedes!- Te amo. Te amo, Jake. Y me da igual lo que opinen de esto mis padres o mis tios. Me da igual, porque lo unico que me importa es lo que pienses tu. ¿Me amas Jake? - Pregunté esperanzada mirandole a los ojos, perdiendome en ellos.

Mi corazñon latía tan deprisa, más aun de lo que ya lo hacía normalmente, que creí que iba a saltar de mi pecho.

Mi mandíbula cayo hasta el suelo y mis ojos se abrieron hasta que casi se salieron de sus cuencas.

Nessie me ama. Fue todo lo que pude pensar. ¡Nessie me ama

- Yo...tam-tam- ...yo- Podía oír su corazón latir de la emoción, sus ojos impacientes. Todo su cuerpo esperaba una respuesta- Te amo- susurré

Sara: dios creía que iba a morir en ese momento. Jake y Nessi estaban sentados en el sofá donde tan solo unos segundos antes estábamos haciendo el amor, y para colmo se estaban declarando. Siempre supe que este momento llegaría, pero me superó. Llevé mis manos a la boca silenciando mi llanto. Podría haber salido y decirle a Nessie lo que su amado Jacob había hecho a sus espaldas, pero quería ante todo la felicidad de Jake. Y Jake era indudablemente feliz junto a ella. Así que sigilosamente salí por la ventana de la habitación de jake sin hacer ruido.-

Nessi: ¡Oh, Jake! ¡Jake! ¡Jake! - comencé a gritar de la emoción dando pequeños saltitos en el sillón haciendo mis rizos volar.- ¡Que feliz me hace escuchar eso! - No aguanté más y le planté un beso en los labios.- Escapemos juntos, lejos de todo, de todos. Seamos felices juntos. Solo tú y yo, Jake. - le propuse y mi emoción iba en aumento.



Pude oír a Sara deslizarse por la ventana de mi habitación. Me sentí terriblemente mal por ella, pero... Nessie me quería, ella quería que huyéramos. ¿Podía acaso tener tanta suerte?

- Claro que si Ness- tome su rostro y le planté el beso mas violento y apasionado de la historia- Nos largamos ya!!- exclamé



- Pues te espero en el coche. No necesito equipaje, todo lo que necesito lo tengo aquí mismo.- le dije mirándole con intensidad y me dispuse a macharme hacía el garaje.

El se levantó y se excusó diciendo que tenía que ir antes a un sitio, pero que no tardaría. Asentí y corrí hacia su coche. ¡Que feliz era!!



Nessie salió disparada hacia el coche...pero yo me quede plantado en donde estaba. Si me iba seguramente heriría los sentimientos de Sara. Pero Nessie era mi imprimación, y yo no podía negarle ni hasta el más absurdo de los caprichos.

Sabía que iba a hacer, me fugaría con mi pequeña Nessie. Pero no podía irme sin despedirme de Sara. Aun que ya no estuviera lo dije:

- Adiós Sara...Gracias por cuidarme. Yo también te quiero- me encaminé hacia la puerta no sin antes echarle un ultimo vistazo a la casa. Sus ropas seguían aun debajo del sofa, pero ya nadie vendría a sacarlas...

-Adiós- repetí, luego camine con mi renovada alegría hasta el Golf. Definitivamente era un idiota, pero al menos era el idiota mas feliz de esta tierra- Lo siento

escribi hace muchisisisimo tiempo con sara, pero quiero honrarla publikandolo aki, que por que no lo publike antes? por que se me olvidoo
sorry
sara te amo, eres mi vidaa